POLÍTICA
Radiografía de CINAR, el complejo naval en el que reparan al rompehielos "Almirante Irízar"
Por Fernando Morales
23 de junio de 2016
La industria naval argentina intenta despertar de un largo letargo que la mantuvo reducida a su mínima expresión durante al menos dos décadas. Sólo pequeñas embarcaciones pesqueras, remolcadores o barcazas han podido ser construidas en astilleros locales. El ambicioso proyecto de proveer buques tanque para Venezuela anunciado por Néstor Kirchner y Hugo Chávez en 2003, fue un fiasco y a la fecha -12 años después- aún no se entregado ni tan solo el primero de ellos.
Varios son los factores que han dejado a la industria naval fuera del mercado internacional, pero ninguno de ellos tiene que ver con falta de capacidad intelectual o técnica de los profesionales del sector. El Estado tiene dos pilares icónicos dentro de la actividad: uno es el emblemático Astillero Río Santiago, hacedor en su momento de los grandes buques mercantes del país, de importantes construcciones para la marina de guerra entre ellas la "embajadora de los mares", la Fragata Libertad.
El otro pilar lo constituye el complejo industrial "CINAR", fruto de la unión del astillero Almirante Storni y TANDANOR SA. El "Storni" otrora, "Astillero Domecq García", nace en la década del 70, con la idea de iniciar la construcción de submarinos en el país. La planta industrial fue prácticamente importada en su totalidad de Alemania y por sus dimensiones y capacidades es una de las más grandes de la región.
Por su parte, TANDANOR (Talleres Navales Dársena Norte) es uno de los más importantes diques secos de América del Sur, posee un sistema de izado de naves llamado "
syncrolift", que combinado con un complejo sistema de traslado integrado por rieles longitudinales y transversales, permite extraer de las aguas a las naves y posicionarlas fuera de la plataforma de izado.
TANDANOR -que fue privatizada en los años 90- tenía dos plantas industriales: la actual y otra ubicada en la zona portuaria de Retiro, que terminó cerrada. La privatización terminó en escándalo y con el procesamiento de varios funcionarios involucrados en la misma. Durante el gobierno de Néstor Kirchner fue recuperada para el Estado Nacional y en forma conjunta con el "Storni" constituye el actual polo industrial naval.
Jorge Arosa, flamante presidente del complejo, es un marino retirado, con 35 años de servicio en la Armada, e hijo del almirante Ramón Arosa, primer jefe de la Armada Argentina luego de recuperada la democracia en 1983. El actual titular de CINAR también fue durante varios años presidente de la Liga Naval Argentina.
Sobre la cubierta de vuelo del rompehielos "Almirante Irízar" Arosa explica aInfobae las potencialidades del ahora devenido en astillero (TANDANOR), con un fuerte respaldo político del gobierno de Mauricio Macri y, en particular, del ministro de Defensa, Julio Martínez, el marino apuesta a abastecer las necesidades no solo del servicio naval o los requerimientos de la Prefectura Naval Argentina, sino a hacer tentador al mundo marítimo a recalar en el astillero para realizar tareas de reparación.
Además, los planes de la gestión actual tienen en carpeta la muy probable construcción de las denominadas "patrulleras marítimas" para la Armada Argentina, estas embarcaciones de porte mediano servirán para incrementar el poder de control del mar, exceden en capacidad y autonomía a las embarcaciones de Prefectura Naval pero son más reducidas y por ende tienen menor costo de operación que una unidad de combate convencional. Chile ya cuenta con 4 embarcaciones de este tipo construidas en sus propios astilleros.
Desde la altura que proporciona el puente de mando del Rompehielos, se puede apreciar la diversidad de tareas que se desarrollan en el complejo industrial, desde el mismo rompehielos, hasta una barcaza lista para ser puesta a flote; pasando por un buque pesquero, una draga de la Subsecretaria de Puertos y Vías Navegables y una nave de la Prefectura Naval. Arosa lamenta que la entrevista no se hiciera un día después pues está programa la llegada de un mercante de gran tamaño para realizar una reparación integral.
Respetando un compromiso de no tomar imágenes el equipo de Infobae recorre las instalaciones del Rompehielos; el mismo se encuentra fuera de servicio desde el siniestro que sufriera en 2007. Consultado sobre el estado de la reparación, Arosa señala que la misma ha entrado en una fase final. Indica las capacidades que se le han agregado a la nave: nuevos laboratorios, sistema de propulsión, instrumental de navegación y habitabilidad.
El ritmo de trabajo parece frenético y el gobierno (aunque no lo dice oficialmente) confía en poder poner en servicio la nave en un muy corto plazo.
La reparación de esta nave, ha sido objeto de innumerables cuestionamientos y planteos acerca del tiempo invertido en la misma y el costo insumido; se ha llegado a sostener en algún momento que con lo invertido se podría haber comprado una nave nueva; no obstante Arosa se muestra conforme con lo realizado antes de la su llegada al cargo y con el estado actual de la obra.
La gestión, por otra parte, valora en forma superlativa al personal que integra el complejo mano de obra altamente calificada y los conflictos gremiales que muchas veces entorpecieron el normal funcionamiento del complejo parecen haber quedado atrás.
De proyectos solidarios a submarinos de guerra
En la nave 35 de la "fábrica de submarinos Almirante Storni", las imágenes captadas obviamente salen de lo común. En un enorme predio cubierto coexisten dos submarinos, una barcaza para transporte de combustible en construcción y la "Goleta Santa María de los Buenos Ayres", una nave a vela en plena construcción por parte de una fundación privada que desarrolla un ambicioso proyecto de integración de jóvenes con capacidades especiales, con adicciones o incluso con problemas de conducta a la vida en el mar, con la creencia que el trabajo en equipo, el contacto con la naturaleza y la disciplina propia de quienes navegan puedan contribuir a su desarrollo personal.
Jorge Arosa, explica que la nave industrial alberga al submarino "Santa Cruz", uno de los tres que integran la actual fuerza de submarinos en servicio, al que se le están realizando tareas de mantenimiento que incluyen el recambio de baterías. Los submarinos no nucleares utilizan motores diésel que impulsan generadores eléctricos con lo que se cargan una gran cantidad de baterías. Esos equipos activan motores eléctricos que mueven sus hélices, con una operación de carga que se realiza cuando el submarino se encuentra en superficie, lo que permite luego a la nave sumergirse con propulsión netamente eléctrica que no genera gases de combustión.
Asimismo, Arosa refiere a la presencia del submarino "Santa Fe", el primero construido en el país, el que no se llegó a terminar jamás, no por problemas técnicos, sino por decisión política del país, una vez recuperada la democracia como parte de un proceso de "desmilitarización", que incluyó también el abandono de otros proyectos militares en desarrollo. No obstante, tanto la gestión kirchnerista como la actual apuestan a que finalmente el "Santa Fe" pueda finalmente ser terminado. La "nave 35" es la denominación que recibe el edificio principal del astillero, tiene 220 metros de largo y unos 40 de altura y, mediante dos poderosos puentes grúa, puede levantar pesos de hasta 200 toneladas. Lo que la torna apta para la construcción de grandes naves ya que las mismas se ensamblan por partes. Esta capacidad es única en la región.
Arosa relata que, además, el astillero ha desarrollado otras capacidades como ser módulos de vivienda industrializada e incluso sistemas de bombeo para la industria petrolera. De hecho, YPF ha homologado los mismos y el astillero en estos momentos licita la provisión de estos sistemas de bombas para ser adquiridos por la petrolera estatal.
La nave 35 también alberga una construcción netamente mercante, se trata de una barcaza de doble casco apta para el transporte de hidrocarburos en la hidrovia Paraná Paraguay; la misma reúne todas las exigencias técnicas que la actual legislación marítima prevé para el transporte de hidrocarburos. La empresa destinataria de esta embarcación ha contratado otras tres al astillero estatal
En la parte final del encuentro el equipo de Infobae se traslada a otro sector del complejo donde se encuentra alojado el Submarino ARA " San Luis", esta nave fue la única de su tipo que participó en acciones ofensivas contra la flota británica durante la guerra de Malvinas , la otra unidad submarina el " Santa Fe" fue hundido por su tripulación al quedar inutilizado por acción del fuego enemigo y a efectos que no sea tomado como botín de guerra por los ingleses
Según da cuenta Arosa, el proyecto para esta nave es transformarla en algún momento en un museo alojado posiblemente en Mar del Plata ( allí está el asiento natural de la flota de submarinos activos) el que servirá de testimonio sobre parte de las operaciones navales en el Atlántico Sur
Finalmente, consultado sobre el futuro de la industria naval y la actividad marítima nacional, Arosa se entusiasma respondiendo: "Este complejo industrial no puede escapar al destino marítimo que tiene Argentina. No hay país en el planeta que tenga la plataforma, la zona económica exclusiva y que tenga la proyección hasta la milla 350, como tiene nuestro país. Eso, sumado a la riqueza ictícola y de sus fondos marinos, hace que la industria naval deba necesariamente ser convocante a todas las partes involucradas, de un desarrollo estratégico nacional acorde a estos intereses".
Infobae