La base aérea de Talavera la Real, donde está instalada el Ala 23 del Ejército del Aire, es una de las más apropiadas para albergar la nueva adquisición del Ejército del Aire, los drones Reaper, unos aviones no tripulados dirigidos por control remoto que tanto éxito han tenido en misiones norteamericanas desarrolladas en Pakistán o Irak.
Según confirmó el Ministerio de Defensa a este diario, la de Badajoz será una de las tres instalaciones por donde roten estos modernos aviones dirigidos a distancia, si bien matizó que la entrega a España del primer dron, prevista para mediados de este año, seguramente se retrase a 2018.
Las otras dos bases serán la de Albacete y la sevillana de Morón de la Frontera.
l escaso tráfico aéreo y su ubicación en la zona sur de la península son dos de los argumentos que maneja Defensa para que, de modo temporal, la base extremeña guarde las nuevas aeronaves. En la base están los 18 reactores que sirven para entrenamiento de caza y ataque, un escuadrón de F-5 que en menos de dos años compartirá espacio con los drones cuando les toque recalar en Talavera por alguna misión. A la instalación extremeña llegarán al menos dos de los cuatro drones que el Ministerio de Defensa compró en 2015 a Estados Unidos y cuya entrega será escalonada hasta el año 2020.
Los populares Reaper (segador, en inglés), son aviones no tripulados desarrollados por la compañía estadounidense General Atomics Aeronautical Systems y diseñados para vigilancia de larga duración y de gran altitud.
La distancia de una a otra punta de sus alas es de veinte metros y de largo miden once metros, por lo que superan ampliamente en tamaño a los F-5 que conocen todos los pacenses y que miden ocho por catorce metros.
La misión de estos drones es de vigilancia, pues no poseen armamento, pero si se requiriese en el futuro podría instalarse en ellos algún tipo de cohete, misil o sistema para soltar bombas tras actualizar su software. De momento, vendrán desarmados y se espera que su zona de actuación sea básicamente el Estrecho de Gibraltar. De ahí que el Ejército del Aire considere más apropiadas para ubicar estas aeronaves las bases situadas más al sur del país. En general, los Reaper podrían servir tanto para el rescate de náufragos, como para el control de vertidos, la vigilancia de incendios, de tráficos ilícitos y, sobre todo, servicios de inteligencia.
Periodo de instrucción previo
El MQ-9 Reaper es de fabricación estadounidense y el gobierno español los adquirió en noviembre de 2015 por 158 millones de euros, según anunció tras un Consejo de Ministros. El lote de la compra va mucho más allá de los cuatro drones.
«Este sistema aéreo cuenta con cuatro plataformas aéreas, junto con cinco conjuntos electroópticos MTS-B HD EP/IR, cuatro radares SAR/MTI con modo marítimo y cuatro sistemas de identificación AIS. El sistema se completaría con estaciones de control en tierra, así como con las estaciones de explotación de la información y de comunicaciones satélites y terminales de datos necesarias, y un lote de equipo de apoyo en tierra. Además, el sistema contará con un sistema de deshielo y un sistema de evitación de colisión en vuelo. También contará con capacidad de despegue y aterrizaje automático y con un Centro de Operaciones», explicó entonces la reseña difundida por el Gobierno de España tras anunciar su compra.
Desde La Moncloa se justificó esta operación de compra para afrontar con mayores garantías los nuevos escenarios bélicos. «La naturaleza asimétrica de los nuevos conflictos y los grandes desarrollos tecnológicos aeroespaciales están provocando cambios significativos en el modo de realizar las operaciones militares. El empleo de las Fuerzas Armadas busca los efectos deseados con la mínima destrucción, reduciendo las bajas propias y sustituyendo, en gran medida, la fuerza militar por avanzadas tecnologías», argumentó el gobierno a finales de 2015.
Alcanza los 445 km/hora
Los cuatro drones, así como las dos estaciones móviles de control desde tierra, se irían entregando en el periodo que va de 2018 a 2020.
El Reaper es un dron que tiene 27 horas de autonomía, mucho mayor que la de los drones que maneja ahora la Defensa española. Además, puede volar a una altura máxima de 15,2 kilómetros, desplazándose a una velocidad de hasta 445 kilómetros por hora. Se ha hecho popular tras dar servicio en misiones norteamericanas en Pakistán e Irak.
La idea es que tengan su base central en Torrejón de Ardoz (Madrid), pero Defensa quiere ubicarlos en otras bases donde el espacio aéreo está menos saturado, de ahí la elección de Talavera la Real.
Al ser dirigidos por control remoto es precisa una instrucción previa, la cual ya se ha desarrollado en Salamanca y en estos momentos continúa en Estados Unidos. Algunos de estos pilotos especializados en control remoto han sido formados en el Ala 23 de Talavera la Real. En cuanto los drones entren en acción en 2018 pasarán a formar parte de una unida específica, según explicó el Ejército del Aire.
Además de Estados Unidos, ejércitos de la OTAN como Francia, Italia o Reino Unido ya disponen de él, mientras que Holanda realizó otro pedido de este mismo modelo de dron, un vehículo no tripulado que se está incorporando paulatinamente a todos los ejércitos.