Recuerdo haberlo estudiado en la universidad. Voy a hablar de memoria y no me voy a poner a buscar mis apuntes de ese tiempo. Si no me creen, no hay problema de mi parte. No voy a perder mi tiempo en mayor escritura que la que escribiré a continuación.
Durante el período del acuerdo Roca-Rucinman existía la declaración de que Argentina debiera ser entendida como parte del imperio británico. Este no fue una declaración salida de alguien descarriado, sino un reflejo de la opinión predominante en la elite gobernante en ese momento.
Esto fue muy anterior a la Segunda Guerra Mundial.
También es verdad que Argentina se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial, en gran medida, por influencia británica. De hecho, Churchill citaría en sus memorias discusiones de los Tres Grandes sobre el tema de Argentina.
Según mis recuerdos, discutieron dos puntos. El primero es que Roosevelt quería que Reino Unido comprará la carne estadounidense en vez de la Argentina a lo que Churchill le respondo, palabras más palabras menos, que los ingleses preferían vacas alimentada por pasto que cerdos alimentados con semill sas. En pocas palabras, el paladar inglés estaba acostumbrado a la carne de la pampa húmeda.
El segundo punto de discusión era la neutralidad de Argentina. Roseveelt quería que se uniera a los Aliados y Churchill insistía con mantenerla neutral, esencialmente, para no ver condicionada su provisión constante y segura de materias primas. Es interesante notar que en la amenaza a los suministro Churchill no sólo sopesaba el riesgo de que los mercantes fueran hundidos, sino también problemas de gobernabilidad que pudiera tener para el gobierno Argentino dada la importante comunidad alemana e intereses económicos asociados a la misma (una situación similar se había vivido, por cierto, en Estados Unidos).
Stalín sólo intervino una vez en esta discusión para decir que si el problema fuera en el Este el problema no existiría.
Más cerca del fin de la guerra, en otro encuentro de los Tres Grandes, finalmente sería Stalín el que determinaría el fin de la neutralidad de Argentina y la mayor parte de Latinoamérica. Ya se sabía que los Aliados ganarían y se estaba planificando cómo sería el mundo de pos-guerra. Estados Unidos impondría la Organización de las Naciones Unidas para mantener la paz y estabilidad, Stalin impuso como condición de que sólo los países que habrían declarado la guerra contra el Eje podrían ser miembros fundadores de esa nueva organización. Luego de ello el vicepresidente estadounidense Henry A. Wallace realizaría una gira por toda Latinoamérica. Al ritmo de la gira los países latinoamericanos terminaron declarando la guerra contra los países del Eje, Argentina inclusive. Finalmente, todos esos países formaron parte del selecto grupo de naciones victoriosas que se transformaron en miembros fundadores de la ONU.
Después de la Segunda Guerra Mundial el país tenía otro gobierno. Fue el presidente Juan D. Perón el que dijera que Argentina "era la joya más preciada del Imperio Británico". Nuevamente, reflejo de las ideas tradicionalmente predominantes en las elites argentinas del período, más allá del color político.
Muy sinteticamente, los intereses británicos han influido en gran parte de la historia Argentina, desde el proceso independentista en adelante. Esa "relación especial" fue históricamente fuerte en las elites porteñas y prácticamente se institucionalizó con lo que suele conocerse como la Generación de 1880. Una especie de anglófilia que empapaba la cultura política que se mantuvo con muy pocos cambios hasta la guerra de Malvinas de 1982. No significa que todos compartían estas ideas, pero la oposición a la anglofía era minoritaria.
La guerra fue un pequeño gran "despertar" para la mayor parte de la sociedad y las elites argentinas. Pero incluso así, existen algunos sectores que continúan creyendo en esta relación especial incluso hoy en día.