“PODEMOS PARA QUE OTROS PUEDAN”: LA HISTORIA DE UNA MECÁNICA AERONÁUTICA
Se trata de la especialidad de la cabo primero Marina Castro Molina quien también se destaca por ser la primera suboficial mujer en convertirse en mecánica de vuelo
Por Lic. Florencia Sosa/Fotos: Gentileza C1 Marina Castro Molina
La I Brigada Aérea cuenta con cinco mecánicas aeronáuticas en el área de mantenimiento de primera línea del sistema de armas Hércules C-130. Entre ellas se encuentra la cabo primero Marina Castro Molina, quien se destaca por ser la primera mujer en convertirse en mecánica de vuelo, una especialidad que la capacita para asistir al avión en el aire.
La suboficial, nacida en Jujuy, egresó de la secundaria con la especialidad técnica electromecánica y en 2012 decidió ingresar a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea para capacitarse como mecánica aeronáutica.
Su primer destino fue la I Brigada Aérea con asiento en Palomar. Allí sus superiores le ofrecieron la posibilidad de realizar el Curso Intensivo de Tripulantes (CITRI) en el Escuadrón C-130 de la Unidad, una capacitación que la habilitó para ser mecánica de vuelo.
De esta forma, la Fuerza Aérea Argentina cuenta con una mujer en cada uno de los roles de la tripulación de un C-130: piloto, navegadora, auxiliar de vuelo y mecánica de vuelo.
“Desde ahora, en cada vuelo puede haber una mujer cumpliendo con un rol vital para el desarrollo de la actividad”, afirma la suboficial.
“Al principio fui la única mujer de mantenimiento de primera línea de Hércules y con el tiempo fueron llegando más. Hoy en día somos seis”, explica la cabo primero y agrega:
“Es un trabajo muy arduo y de muchas horas tanto de estudio como de dedicación física”.
Actualmente, la cabo Elizabeth Vilca Quispe, quien trabaja en el mismo destino, es la segunda suboficial que cursará el CITRI, siguiendo los pasos de su colega, una pionera en mecánica de vuelo. Asimismo, otra de las mecánicas aeronáuticas que integran el equipo es la cabo primero Ivana Flores, compañera del secundario de la cabo primero Castro Molina.
El personal femenino que integra el área de mantenimiento de primera línea se completa con la suboficial auxiliar Carina Monje, la cabo principal María Bach y la cabo Marina Manzano.
Durante su carrera una de las experiencias más satisfactorias de Castro Molina fue visitar la Antártida por primera vez como integrante de la tripulación que trajo de regreso a los antárticos en agosto de 2015.
“Es hermoso, un paisaje increíble, el personal que se encuentra ahí nos recibe con gran entusiasmo. Ver el reencuentro con sus familias luego de traerlos de vuelta al continente es muy emocionante”, manifiesta la suboficial, quien hasta el momento lleva realizados 5 cruces antárticos.
En diálogo con Noticias en Vuelo, destaca que en un mundo de hombres como es el área de mantenimiento de cualquier avión, el personal femenino tiene el desafío de igualar la destreza física que requiere este tipo de tareas:
“Los materiales que tenemos que llevar son muy pesados y para eso entreno fuera de horario para poder estar en buen estado físico. Yo soy bajita y siempre me las arreglé para tratar de cumplir, ya sea subiéndome a una escalera para alcanzar algún objeto o poniendo mi máximo esfuerzo en bajar una hélice o cualquier otra cosa”.
“No es un trabajo fácil para una mujer pero nuestros compañeros nos ayudan mucho también. Para las que son madres también significa el doble de esfuerzo pero ellas se dan maña para cumplir con las tareas que demanda este sistema de armas”, concluye la cabo primero Marina Castro Molina.
Por último, la primer mecánica de vuelo concluye con una experiencia que describe qué significa ser parte integrante del área de mantenimiento del Hércules C-130:
“Una vez nos quedamos trabajando hasta las 4:30 de la mañana para dejar en servicio un avión y ahí entendí el lema de nuestro sistema: ‘Podemos para que otros puedan’”.