El Ministerio de Defensa
salió ayer a negar “categóricamente” que la Argentina tenga un plan para adquirir armamento militar por 2.000 millones de dólares a los Estados Unidos y en una réplica al kirchnerismo, que pidió interpelar a ministros y presentó también ayer una denuncia penal contra el Presidente, varios ministros y legisladores del oficialismo, recordó que durante los gobiernos K se hicieron cálculos de 8 mil millones de dólares para reemplazar materiales bélicos y que ya en 2015 “se solicitó a Estados Unidos precio y disponibilidad de aviones F-16”.
“Las necesidades globales de las FF.AA. para reemplazar el material obsoleto o desprogramado y recuperar capacidades perdidas
no es nueva ni inherente a esta gestión”, sostuvo en un comunicado la cartera que conduce el radical Julio Martínez, que también recordó haber recibido el área castrense
“en el peor estado de su historia”.
“Durante 2009 y 2010, se llevó a cabo un Ciclo de Planeamiento de Defensa Nacional, dispuesto por el Poder Ejecutivo, a partir del cual el Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. elaboró un Proyecto de Capacidades Militares (PROCLAMIL), en el que se describían los sistemas de fuerzas y medios necesarios para conformar las capacidades de las fuerzas”, agregó. Según la explicación, en base a ese proyecto en 2011 surgió el Plan de Capacidades Militares (PLANCAMIL), “que preveía valores para cubrir necesidades del orden de los 8.000 millones de dólares”.
Por eso, saliendo al cruce de las denuncias Defensa sostuvo que el listado de armamento que figura en una carta del embajador en los Estados Unidos, Martín Lousteau, al congresista Peter Visclosky, “tiene carácter
exploratorio, genérico y público y de ninguna manera se trata de una lista de materiales a adquirir”. También
aclaró que la única compra “en proceso avanzado” de concreción son 12 aviones de entrenamiento Texan T-6 destinados a la Fuerza Aérea (originalmente iban a ser 24, pero se bajó a la mitad por razones de presupuesto).
“La exploración en los programas
de ayuda militar disponibles no implica la intención de compra ni conlleva, mucho menos, la capacidad financiera para hacerle frente”, agregó el comunicado.
Defensa sentó posición así de manera oficial, dos días después de la denuncia en un programa televisivo K de un supuesto plan para la compra millonaria de armamento.
El lunes, el kirchnerismo en Diputados pidió la interpelación de Martínez y de la canciller Susana Malcorra. Y ayer amplificó su ofensiva ante lo que denominó la “mayor compra de armas de la historia”. Encabezados por el jefe del bloque del FpV, Héctor Recalde, un grupo de diputados K denunció penalmente al presidente Mauricio Macri; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; al ministro Martínez; a Lousteau y a los diputados macristas Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, por la supuesta violación en las adquisiciones del marco normativo de la ley de Ministerios.
“¿Por qué se está realizando la mayor compra de armas de la historia? ¿Por qué las negociaciones son secretas?”, preguntaron los denunciantes, del núcleo duro K y camporistas, Luis Basterra, María Teresa García, Diana Conti, Verónica Mercado, Axel Kicillof y Rodolfo Tailhade.
Cristina Kirchner se había sumado por redes sociales a la condena de la supuesta compra “en el marco de la situación económica y social del país
http://www.clarin.com/politica/defensa-nego-compras-millonarias-armas-eeuu_0_rycGJd_hx.html