Podan presupuesto a Fuerzas Armadas
Por: Edgardo Aguilera
El Ministerio de Economía aplicó una poda del 20 por ciento al presupuesto de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Defensa. La medida entró en vigencia el martes pasado y alcanza rubros que ponen en riesgo el clima interno de los cuarteles y afectará a los afiliados de las obras sociales castrenses: se recortaron partidas destinadas a remedios, racionamiento y combustibles, entre otros puntos esenciales para la operatividad de las fuerzas.
El recorte incendió, por segunda vez, al rompehielos Almirante Irízar pues no se podrá cumplir con el cronograma de reparaciones planificado por Defensa para contar con el navío antártico en 2012. Es que se eliminó también el 20 por ciento del gasto en la denominada «moneda 3»: contratos y repuestos que se pagan en dólares o euros.
El escenario desalentador de la recaudación que produjo la drástica poda al presupuesto castrense parece contradecir la visión entusiasta de las cuentas fiscales expresada por Cristina de Kirchner en su réplica a analistas de mercado: «Distorsionan la realidad para presentar las cosas como si la Argentina estuviera al borde del colapso».
En varias reuniones con los jefes militares y sus conducciones, la ministra Nilda Garré les había solicitado «austeridad» en la ejecución de los programas presupuestarios. Luego, los titulares de las tres armas elaboraron sendos informes con posibles escenarios de ahorro y como un calco finalizaban con la siguiente frase, palabras más o menos; «Un recorte de más del 10 por ciento pone a la fuerza en riesgo de volverse inoperativa».
Sin alternativa
Sin embargo la comunicación del recorte llegó a Garré sin que tuviera tiempo a delinear -vía el asesoramiento del subsecretario de Planificación Logística, Gustavo Sibilla- un plan alternativo a la quita que se preveía por los efectos de la crisis económica global.
El secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa fue quien comunicó a Garré la instrucción de eliminar el 20 por ciento en rubros que no pueden compensarse con partidas de otros programas para que el recorte sea efectivo.
La ministra no tuvo posibilidad de estudiar ni replantear nada, le fue impuesto desde Economía sin tener en cuenta su asesoramiento en la materia. La orden fue tajante: quitar el 20 por ciento en los incisos 2, 3 y en el denominado «moneda 3», que en la jerga de los especialistas en presupuesto significa: los gastos en moneda extranjera (dólares y euros). Esos incisos involucran: fármacos, racionamiento, combustibles (para buques, aeronaves y vehículos terrestres), repuestos y otros insumos centrales para el funcionamiento de las fuerzas. El viernes último después del mediodía el subsecretario Sibilla reunió a los jefes logísticos y financieros de las tres fuerzas. Se barajaron todo tipo de elucubraciones, pero cuando la manta es corta no hay salida. La preocupación más grave se centró en el IOSE (Ejército), la DIBA (Armada) y la OSFA (Fuerza Aérea), organizaciones que dan cobertura de salud y asistencia social a los afiliados militares, su grupo familiar, más los civiles que trabajan en las fuerzas. Sufrirán un impacto en sus cuentas por la disminución en las partidas para comprar fármacos. Estaban ya al borde del quebranto, el IOSE y más recientemente la DIBA, debieron aplicar un aumento a la cuota social del 3 por ciento que se calculó sobre suplementos no remunerativos y no del «haber» como manda la reglamentación interna. La medida generó resistencias en los afiliados que consideran es ilegal pues la cuota se calcula sobre «un porcentual del haber o suma sujeta a aportes previsionales» mientras que los suplementos no remunerativos utilizados para definir la suba en la cuota no forman parte del «haber». Más aún, hay juicios contra el Estado por la errónea liquidación de esos haberes cuya masa aumentará ahora con la controversia de las subas a las cuotas de las obras sociales basada en suplementos que se perciben por fuera del haber.
En el área estricta de la defensa, el recorte tornaría vulnerable el esquema disuasivo del país, sin combustible no hay forma de desplegar buques, aviones ni radares móviles a la frontera. Jefes de operaciones consultados por este diario retacearon los detalles, se entiende por cautela y secreto de datos estratégicos. Los comandos de institutos de formación tomaron previsiones para adelantar el término de los cursos, sin plata para racionamiento se prevé licenciar cadetes y aspirantes antes de fin de año.
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