El 15 de mayo de 1982 la aeronave Mitsubishi MU-2J, diseñada para el ámbito civil, amenazada por el mal tiempo, las misilísticas y los Harrier, se convierte en guía de los IA-58 Pucarás desde Puerto Santa Cruz hasta las Islas Malvinas.
Volando en formación cerrada, cuando la visibilidad lo permitía la tarea del MU-2J era subir a techos altos para barrer el horizonte con su radar meteorológico en búsqueda de naves enemigas.
En caso de detectarlas debía hacer maniobra evasiva mientras les daba el rumbo a los Pucará para que las ataquen bajo el lóbulo del radar con los cohetes preparados para el cruce “ofensivo”.