Lamento la muerte del oficial pero más hubiese lamentado la muerte de un civil inocente producto de la incapacidad policial y de los protocolos izquierdistas armados por egresados de universidades públicas.
Un enfermo mental armado hay que tratarlo como a un terrorista. Se lo debe abatir con la fuerza letal, 6-8 disparos al centro de masa.
La taser es para otras situaciones. Este tipo inmovilizado momentaneamente sigue siendo un peligro para los policías que lo debían reducir.
La escala es inocentes, vida del policía, vida del rehen (si hubierta) y del atacante.