Noticias de la Armada Argentina (ARA)

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Merchant Marine one

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Moderador
Se cumplen hoy 117 años de la histórica zarpada de la corbeta ARA “Uruguay” al mando del entonces Teniente de Navío Julián Irizar, quien llevó adelante el rescate de la expedición del doctor Otto Nordenskjöld, de la que formaba parte un oficial de la Armada Argentina, el Alférez José María Sobral.
Este hecho fue de vital trascendencia para el país, ya que fue una demostración ante el mundo de nuestra capacidad de búsqueda y rescate en aguas antárticas; sumado a que la invernada del Alférez Sobral marcó el inicio de nuestra presencia permanente e ininterrumpida en el continente blanco.
La expedición sueca del doctor Otto Nordenskjöld
Los sucesivos hechos que señalaron la presencia argentina en la Antártida a principios del siglo pasado adquirieron especial significado con la participación del Alférez de Fragata de la Armada Argentina José María Sobral en una expedición que marcó uno de los puntos de partida de la actividad científica nacional en el continente blanco.
El Alférez Sobral, con 21 años de edad, embarcó en el “Antartic”, buque de la expedición sueca del doctor Otto Nordenskjöld, hacia fines de 1901.
Su participación en calidad de representante del Gobierno argentino se enriqueció ampliamente con las labores científicas programadas y con la estadía, que debido a circunstancias meteorológicas las cuales condicionaron el desarrollo de la expedición se prolongó por dos años entre los hielos, hasta su rescate y triunfal regreso en la corbeta ARA “Uruguay”.
Otto Nordenskjöld pertenecía a una ilustre familia de científicos y exploradores y llevaba en su sangre la inclinación por los viajes polares. Con la esperanza de cooperar con el VI Congreso Internacional de Geografía, Nordenskjöld realizó en 1895 un viaje de exploración científica al sur argentino, entre el Canal Beagle y el río Santa Cruz.
El viaje al Sur
El 21de diciembre de 1901, con pocos testigos que asistieron a su zarpada, soltaron amarras del puerto de Buenos Aires a bordo del “Antarctic” y pusieron proa al sur. Comenzaba la aventura antártica. El capitán era Carlos Antonio Larsen, seleccionado personalmente por Nordenskjöld por su familiarizada relación con los hielos –ya que había estado al mando de buques de pesca en el ártico durante muchos años –.
Realizar observaciones meteorológicas, tomar la temperatura del mar, estudiar y clasificar las distintas especies de peces que acompañaban al “Antartic” en el primer tramo de su derrota hasta las Islas Malvinas, eran tareas de todos los días.
Desde Malvinas hasta Isla de los Estados, el mar los esperó con un duro temporal dificultando la navegación. El primer encuentro con los hielos sucedió en la zona de las Islas Shetland del Sur. Los suecos y noruegos –veteranos de las tierras polares del norte– se sorprendieron de la dureza, soledad y salvaje belleza del paisaje antártico. Los icebergs aumentaban a medida que se avanzaba.
Siguieron hacia el sur pero los campos de hielo no permitieron continuar avanzando y fue así como se decidió el emplazamiento en las proximidades de Cerro Nevado, para comenzar los trabajos de instalación de la estación invernal. El buque depositó en la solitaria isla de Snow Hill –en proximidades de la actual Base Antártica Conjunta Marambio– a los seis expedicionarios que invernarían allí y emprendió el regreso.
Una vez serenados de la emoción de la partida, los solitarios habitantes de Snow Hill comenzaron las tareas. Al día siguiente comenzaron la construcción de la casa que los albergaría. Los esperaba todo un invierno entre hielos, 1902 fue el primer año de invernada.
El hundimiento: otro año entre los hielos
Al verano siguiente, el “Antartic” retornó a buscar a los expedicionarios, pero aprisionado entre los hielos, se hundió con lentitud destrozado por la presión de éstos; mientras el Alférez Sobral junto a otras seis personas que lo acompañaban esperaban su arribo.
La tripulación del “Antartic” quedó abandonada a su suerte y al mando del capitán Larsen, avanzaron caminando sobre el campo helado hasta la isla Paulette, donde construyeron una choza de piedra preparándose para enfrentar el duro invierno antártico.
Así fue como los seis habitantes de Snow Hill – entre ellos el Alférez Sobral– debieron pasar otro año entre los hielos, esta vez involuntariamente. Fueron así dos años de nieve, focas, pingüinos, con fríos de hasta 40°C bajo cero. Vivieron en una casa de madera de cuatro por seis y medio metros, a la que el viento huracanado hacía estremecer; aislados del mundo y con escasos víveres.
La epopeya del rescate
Tanto en Argentina como en el resto del mundo crecía la preocupación por el destino de los expedicionarios y el Gobierno nacional decidió intentar el rescate. Para ello, la Armada Argentina eligió a la ya veterana corbeta ARA “Uruguay”. El imprevisto suceso la sacaría de su modesta situación para proyectarla a la primera plana de los periódicos del mundo.
Acondicionada convenientemente y puesta al mando del Teniente de Navío Julián Irizar – hombre de mar, capaz y valiente–, la nave siguió los pasos del “Antartic” con rumbo Sur y zarpó el 8 de octubre de 1903. Cargaba en su casco de madera la esperanza de vida de los jóvenes suecos y de Sobral.
Después de tocar Ushuaia y dejar atrás los primeros témpanos, una derrota afortunada le permitió llegar prontamente a Paulette donde hallaron, primero a los náufragos del “Antartic” y éstos guiaron a la corbeta a Snow Hill, donde se encontraban los expedicionarios. Sobral pudo reconocer a lo lejos a su nave de la Escuela Naval Militar –fue sede de la misma en 1877–.
El regreso fue difícil. La corbeta ARA “Uruguay” debió soportar un tremendo temporal y sus palos se quebraron, debiendo ser cortados a hacha en medio de terribles rolidos.
Pero la “Uruguay” era un buque muy marinero y estaba bien tripulada. Irizar demostró sus condiciones de marino avezado y su gran preparación técnica; y logró llevar su herida nave hasta Santa Cruz, desde donde el telégrafo llevó el feliz mensaje a Buenos Aires… y de allí, al mundo.
El regreso
La recepción en Buenos Aires fue memorable. Centenares de personas se agolparon en el puerto, el mismo que desolado había despedido al “Antartic”. Gritando vivas a la Armada, a Irizar, a los suecos y al Alférez Sobral. La corbeta entró a la dársena el 2 de diciembre de 1903 con visibles signos de su lucha con el mar, rodeada de embarcaciones empavesadas. El desfile de honor no pudo realizarse por la enorme multitud que llevó en andas y vitoreó a los héroes de la corbeta ARA “Uruguay”, celebrando su triunfo. Triunfo del pueblo argentino en general y de la Armada Argentina en particular, que significó el reconocimiento de la Nación Argentina en el mundo.


Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Moderador
Cada 8 de octubre se celebra el Día Nacional del Patrimonio Natural y Cultural Argentino. Fue declarado por el Poder Ejecutivo, mediante el Decreto N° 2.033/1990, con el objetivo de fomentar la reflexión sobre el cuidado e importancia del legado patrimonial en el territorio de nuestro país.
Desde 1990 se busca impulsar y promover el interés de la sociedad en la preservación de aquellos bienes que han sido declarados como patrimonio cultural o natural debido a sus características, a su valor universal excepcional y a su sensibilidad. En este día, el objetivo es generar conciencia para que todos y cada uno de nosotros seamos los encargados de cuidar nuestros bienes históricos o naturales, de mantenerlos vivos y de promulgar su protección.
Nuestra identidad se construye a partir de valores sociales, artísticos, arquitectónicos o de significación urbana o ambiental. Por ello, Argentina los protege y conserva a través de dos organismos claves: la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, vinculada al patrimonio cultural; y la Administración de Parques Nacionales, responsable del cuidado de las áreas naturales protegidas.
Para que un bien sea considerado como patrimonio nacional se debe analizar el grado de significación que tiene. En cuanto al patrimonio cultural, no solo son considerados bienes materiales, sino que también se orienta el trabajo hacia la conservación del patrimonio intangible: tradiciones, relatos de transmisión oral, recetas y conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.
El patrimonio natural, en tanto, comprende aquellos monumentos naturales integrados por formaciones que tengan un valor estético o científico, como las formaciones geológicas y las zonas que constituyan el hábitat de especies animales o vegetales que sean relevantes para las ciencias, la conservación o la belleza natural.
Patrimonio cultural dentro de la Armada Argentina
El Ministerio de Defensa cuenta con varios Monumentos Históricos Nacionales bajo su jurisdicción. Algunos de ellos, a su vez, están distinguidos con el Emblema Azul, que los identifica como Patrimonio de la Humanidad y los enmarca en la política del Ministerio de Defensa de dar cumplimiento a la Convención de la Haya de 1954 sobre la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado.
En el ámbito de la Armada Argentina, se destacan como patrimonio cultural el Apostadero Naval Buenos Aires, los buques museo corbeta ARA “Uruguay” y fragata ARA “Presidente Sarmiento” –ambos distinguidos con el Emblema Azul de las Naciones Unidas–, la IV Batería Histórica en la Base de Infantería de Marina Baterías y el Museo Naval de la Nación, en Tigre.
Asimismo, varios faros del Servicio de Hidrografía Naval –dependientes del Ministerio de Defensa y custodiados y operados por personal de la Armada Argentina– también están distinguidos como bienes culturales y algunos, incluso, poseen el Emblema Azul en reconocimiento a la protección que merecen.
En tanto, en la isla Laurie del predio de la Base Antártica Conjunta Orcadas, perteneciente a la Dirección Nacional del Antártico y administrada por la Armada Argentina, se encuentra la Casa Moneta, también distinguida como Patrimonio Nacional Cultural.
Por otro lado, para promover el cuidado de los bienes patrimoniales, desde 2016 el Ministerio de Defensa junto con la Armada llevan a cabo diversos Ateneos de Conservación de Patrimonio Cultural en el Museo Naval de la Nación o en el Edificio Libertador con el fin de generar lazos entre los profesionales y profundizar sus conocimientos en el área.
Patrimonio natural, espacios marinos protegidos y Pampa Azul
Argentina cuenta con 61 áreas protegidas costero marinas (APCM), entre las que se encuentran parques nacionales, reservas provinciales y municipales, reservas de biósfera y sitios Ramsar (humedales). Todas están inscriptas en el Sistema Federal de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Así, desde 2014, la Argentina cuenta con un Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas (AMP), creado mediante la Ley Nº 27.037. Hasta la fecha existen tres áreas marinas protegidas: Banco Burdwood-Namuncurá, Banco Burdwood-Namuncurá II y Yaganes. Las AMP no solo son una herramienta efectiva para la investigación, la conservación de la biodiversidad y la protección de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas, sino también para preservar valores culturales. En ese sentido, se destaca el proyecto de la Administración de Parques Nacionales para declarar el paisaje del lecho marino alrededor del sitio donde se encuentran los restos del hundimiento del crucero ARA “General Belgrano” como Monumento Nacional Marino Héroes del Atlántico Sur, que constituye un lugar histórico nacional y tumba de guerra de los 323 tripulantes que allí reposan.
En 2015, se promulgó la Ley Nacional Nº 27.167 “PROMAR – Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos”, para concretar así la iniciativa Pampa Azul con el propósito de promover el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva en el Atlántico Sur.
Para proteger la biodiversidad marina, se han establecido cinco áreas geográficas prioritarias dentro de la Zona Económica Exclusiva de responsabilidad argentina, según sus características oceanográficas, la importancia de sus ecosistemas y el impacto potencial de las actividades humanas. Se trata del Banco Burdwood / Área protegida Namuncurá –ya mencionado—más el Frente del Talud Continental/Agujero Azul, el Golfo San Jorge, las Islas Subantárticas y el Sistema fluvio-marino del Río de la Plata.
En el ámbito de la Armada Argentina, la Agrupación Buques Hidrográficos nuclea a las unidades que navegan en las distintas áreas marinas y trasladan personal científico que, desde a bordo, concreta las investigaciones necesarias para dar continuidad al proyecto Pampa Azul.
La iniciativa Pampa Azul, de la que la Armada forma parte desde sus comienzos, se propone promover la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación que permitan preservar y gestionar efectivamente los bienes marinos, contribuyendo así a fortalecer la soberanía nacional sobre el mar.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador

Recordando al Contraalmirante Martín Guerrico, a 91 años de su fallecimiento​

Tuvo una vida fecunda y larga al servicio de la Patria, forjando verdaderos hombres de mar. En su honor se bautizó una corbeta de la Armada.

JUEVES 8, OCTUBRE 2020



Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador
Martín Guerrico nació en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el 11 de noviembre de 1838. Descendía de una familia patricia que se había destacado en las actividades políticas, industriales y sociales.
El 22 de abril de 1859 se recibió con distinción como Guardiamarina ingresando en la escuadra del Estado de Buenos Aires. El 1º de julio embarcó en el vapor “Caaguazú”, al mando del Comandante Antonio Somellera.
Martín Guerrico intervino en varias de las acciones navales contra la escuadra de la Confederación, entre ellas, el cañoneo sostenido por las naves porteñas al mando del Coronel Antonio Susini y las Baterías de Rosario. Estuvo en el transporte de los efectivos de Buenos Aires a San Nicolás para que lucharan en la Batalla de Cepeda y, vencidas en la acción las tropas de Buenos Aires, participó en el Combate Naval de San Nicolás, donde buques de la escuadra de la Confederación lucharon con los de Buenos Aires. La nave de Guerrico fue de las que tuvieron más activa participación en un intenso cañoneo.
Al terminar la lucha, Martín Guerrico fue a España a perfeccionar sus conocimientos náuticos, regresando a la Patria el 11 de mayo de 1865. Dos días antes, el Gobierno argentino había anunciado oficialmente su estado de guerra con el Paraguay.
Cuando llegó a Buenos Aires, las multitudes coreaban en las calles canciones patrióticas y corrían los jóvenes a enrolarse en las filas para defender el Honor Nacional.
Fue así que partió para la zona de operaciones como Subteniente de Marina a bordo del “Guardia Nacional”. El 12 de agosto, ya incorporado a la escuadra aliada, forzó el Paso de las Cuevas y mantuvo un intenso duelo de artillería con las baterías de costa. El combate del Paso de las Cuevas fue un timbre de gloria para el “Guardia Nacional” y su dotación. En esa acción murieron los guardiamarinas José Ferré y Enrique Py, embarcados como aspirantes.
El 16 de abril de 1866 se destacó Guerrico en el bombardeo de Itapirú y luchó heroicamente –luego de haber transportado tropas hasta el campo de batalla– en el asalto de Curupaytí, sangrienta y desafortunada jornada para nuestras tropas. Terminada la guerra en marzo de 1870, recibió la orden de trasladar en su buque a las fuerzas que al mando del General Emilio Mitre desembarcaron en Gualeguaychú (Entre Ríos) en abril de 1870.
En enero del año siguiente izó su insignia en el vapor “Pampa”, zarpando para el puerto de Paraná al frente de una escuadrilla con tropas y pertrechos. Debió forzar la entrada de la bajada en un recio cañoneo con las baterías emplazadas por los jordanistas en las barrancas de la ribera. En octubre de aquel año fue ascendido a Teniente Coronel de Marina. En 1872 fue designado Jefe de la Escuadrilla del Río Negro y se le encomendó la exploración de los ríos Limay, Negro y Neuquén.
Estaba en Buenos Aires cuando estalló en 1873 la segunda rebelión armada de López Jordán en Entre Ríos. En aquella circunstancia, Martín Guerrico fue designado Jefe de la Escuadrilla para operar en el río Uruguay para impedir el paso de armas y refuerzos a las tropas revolucionarias. Después de estar varios meses en tareas de patrullaje y de haber apresado algunos lanchones de cabotaje, al término de la revolución jordanista Guerrico fue ascendido a Coronel de Marina.
El 11 de agosto de 1874 se lo designó Jefe de la División Sud con la misión de reconocer las costas patagónicas. En 1876 realizó un nuevo viaje la sur con la goleta “Rosales” y en Bahía Blanca dirigió importantes tareas de balizamiento.
Al ser reabierta la Escuela Naval a bordo de la cañonera “Uruguay”, el Coronel de Marina Guerrico fue designado su Director y preparó un nuevo reglamento de estudios. Pasó luego la escuela al “General Brown” y fue él mismo quien se hizo cargo el 1º de abril de 1880 del nuevo buque escuela, puesto que desempeñó hasta junio de aquel año.
Posteriormente, fue Comandante del monitor “Los Andes” y luego comisionado por nuestro Gobierno para efectuar adquisiciones navales en Europa. Al ser instalada la Escuela Naval en el viejo caserón de Juan Manuel de Rosas, en Palermo, Guerrico fue nuevamente designado Director el 17 de agosto de 1893, cargo que ocupó hasta 1896.
Al cumplir 60 años, por imposición de la Ley Orgánica, pasó a retiro, sin querer aceptar el ascenso a Contraalmirante que le hubiera permitido continuar su carrera. Una Ley de 1917 reparó esa situación, dándole en su retiro, el grado que había merecido. Vivió todavía doce años más, rodeado del respeto y el afecto general y murió el 8 de octubre de 1929.
Desempeñó importantes comisiones y misiones científicas. Fue un verdadero maestro de marinos, de temple y de profundos conocimientos técnicos, un auténtico forjador de hombres de mar. El 9 de noviembre de 1978 la Flota de Mar incorporó una corbeta misilística A-69 francesa, bautizada en su honor, siendo el primer buque de la Armada Argentina que lleva su nombre. Esta unidad conformó el Grupo de tareas 60.1 en 1982 durante la Guerra de Malvinas y participó en el Operativo «Talos II» en el bloqueo para el restablecimiento de la democracia en Haití. Actualmente forma parte de la División Patrullado Marítimo con asiento en la Base Naval Mar del Plata.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 
Que dudas me dan las dos fotografías: 1) El Patrullero Murature radiado hace más de cinco años, en proceso de desguace. 2) El ARA Zarate, originalmente concebido como buque Balizador, con 60 años de antiguedad y carente de valor bélico, acualmente en reparaciones.
 
Martín Guerrico nació en San Isidro, Provincia de Buenos Aires, el 11 de noviembre de 1838. Descendía de una familia patricia que se había destacado en las actividades políticas, industriales y sociales.
El 22 de abril de 1859 se recibió con distinción como Guardiamarina ingresando en la escuadra del Estado de Buenos Aires. El 1º de julio embarcó en el vapor “Caaguazú”, al mando del Comandante Antonio Somellera.
Martín Guerrico intervino en varias de las acciones navales contra la escuadra de la Confederación, entre ellas, el cañoneo sostenido por las naves porteñas al mando del Coronel Antonio Susini y las Baterías de Rosario. Estuvo en el transporte de los efectivos de Buenos Aires a San Nicolás para que lucharan en la Batalla de Cepeda y, vencidas en la acción las tropas de Buenos Aires, participó en el Combate Naval de San Nicolás, donde buques de la escuadra de la Confederación lucharon con los de Buenos Aires. La nave de Guerrico fue de las que tuvieron más activa participación en un intenso cañoneo.
Al terminar la lucha, Martín Guerrico fue a España a perfeccionar sus conocimientos náuticos, regresando a la Patria el 11 de mayo de 1865. Dos días antes, el Gobierno argentino había anunciado oficialmente su estado de guerra con el Paraguay.
Cuando llegó a Buenos Aires, las multitudes coreaban en las calles canciones patrióticas y corrían los jóvenes a enrolarse en las filas para defender el Honor Nacional.
Fue así que partió para la zona de operaciones como Subteniente de Marina a bordo del “Guardia Nacional”. El 12 de agosto, ya incorporado a la escuadra aliada, forzó el Paso de las Cuevas y mantuvo un intenso duelo de artillería con las baterías de costa. El combate del Paso de las Cuevas fue un timbre de gloria para el “Guardia Nacional” y su dotación. En esa acción murieron los guardiamarinas José Ferré y Enrique Py, embarcados como aspirantes.
El 16 de abril de 1866 se destacó Guerrico en el bombardeo de Itapirú y luchó heroicamente –luego de haber transportado tropas hasta el campo de batalla– en el asalto de Curupaytí, sangrienta y desafortunada jornada para nuestras tropas. Terminada la guerra en marzo de 1870, recibió la orden de trasladar en su buque a las fuerzas que al mando del General Emilio Mitre desembarcaron en Gualeguaychú (Entre Ríos) en abril de 1870.
En enero del año siguiente izó su insignia en el vapor “Pampa”, zarpando para el puerto de Paraná al frente de una escuadrilla con tropas y pertrechos. Debió forzar la entrada de la bajada en un recio cañoneo con las baterías emplazadas por los jordanistas en las barrancas de la ribera. En octubre de aquel año fue ascendido a Teniente Coronel de Marina. En 1872 fue designado Jefe de la Escuadrilla del Río Negro y se le encomendó la exploración de los ríos Limay, Negro y Neuquén.
Estaba en Buenos Aires cuando estalló en 1873 la segunda rebelión armada de López Jordán en Entre Ríos. En aquella circunstancia, Martín Guerrico fue designado Jefe de la Escuadrilla para operar en el río Uruguay para impedir el paso de armas y refuerzos a las tropas revolucionarias. Después de estar varios meses en tareas de patrullaje y de haber apresado algunos lanchones de cabotaje, al término de la revolución jordanista Guerrico fue ascendido a Coronel de Marina.
El 11 de agosto de 1874 se lo designó Jefe de la División Sud con la misión de reconocer las costas patagónicas. En 1876 realizó un nuevo viaje la sur con la goleta “Rosales” y en Bahía Blanca dirigió importantes tareas de balizamiento.
Al ser reabierta la Escuela Naval a bordo de la cañonera “Uruguay”, el Coronel de Marina Guerrico fue designado su Director y preparó un nuevo reglamento de estudios. Pasó luego la escuela al “General Brown” y fue él mismo quien se hizo cargo el 1º de abril de 1880 del nuevo buque escuela, puesto que desempeñó hasta junio de aquel año.
Posteriormente, fue Comandante del monitor “Los Andes” y luego comisionado por nuestro Gobierno para efectuar adquisiciones navales en Europa. Al ser instalada la Escuela Naval en el viejo caserón de Juan Manuel de Rosas, en Palermo, Guerrico fue nuevamente designado Director el 17 de agosto de 1893, cargo que ocupó hasta 1896.
Al cumplir 60 años, por imposición de la Ley Orgánica, pasó a retiro, sin querer aceptar el ascenso a Contraalmirante que le hubiera permitido continuar su carrera. Una Ley de 1917 reparó esa situación, dándole en su retiro, el grado que había merecido. Vivió todavía doce años más, rodeado del respeto y el afecto general y murió el 8 de octubre de 1929.
Desempeñó importantes comisiones y misiones científicas. Fue un verdadero maestro de marinos, de temple y de profundos conocimientos técnicos, un auténtico forjador de hombres de mar. El 9 de noviembre de 1978 la Flota de Mar incorporó una corbeta misilística A-69 francesa, bautizada en su honor, siendo el primer buque de la Armada Argentina que lleva su nombre. Esta unidad conformó el Grupo de tareas 60.1 en 1982 durante la Guerra de Malvinas y participó en el Operativo «Talos II» en el bloqueo para el restablecimiento de la democracia en Haití. Actualmente forma parte de la División Patrullado Marítimo con asiento en la Base Naval Mar del Plata.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
como dato de color, yo vivo en General Roca, Rio Negro, a 15 km existe el pueblo abandonado Contraalmirante Guerrico, debe tener 100 años solo queda la estación de tren, se abandono hace unos 50 años
 
Donacion de Australia

Argentina, cerca de incorporar el rompehielo Aurora Australis




08/10/2020, Buenos Aires

El proximo mes de noviembre, el rompehielo australiano Aurora Australis llegaria donado a Argentina para incorporarse a la Armada de este pais y colaborar con el ARA Almirante Irizar durante la Campaña Antartica de Verano (CAV) 2020-2021.

Desarrollo de la noticia aqui:

 

Merchant Marine one

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Moderador

Recalificaron nadadores de rescate en Puerto Belgrano​

También se llevó a cabo el adiestramiento de tripulaciones aeronavales.

JUEVES 8, OCTUBRE 2020

Puerto Belgrano – Ayer por la mañana, en la ría frente al helipuerto de la Base Naval Puerto Belgrano, se llevó a cabo la primera parte del ejercicio final del Curso de Recalificación de Nadadores de Rescate dependiente de la Escuela de Técnicas y Tácticas Navales (ESTT). Este ejercicio abarcó también el adiestramiento de tripulaciones aeronavales, a cargo del Centro de Adiestramiento de la Fuerza Aeronaval N° 2 (CIFA).
El curso se inició el 28 de septiembre y finaliza mañana. El mismo comprende una semana de adiestramiento y capacitación física para los nadadores de rescate de los destinos de la zona, que todos los años deben recalificar para estar habilitados; y una segunda semana, para rendir las pruebas y ejercicio final de recalificación.
Por la pandemia no se llevó a cabo este año el Curso de Capacitación de Nadadores de Rescate, pero sí la recalificación que se realiza dos veces al año. “Para esta recalificación se adaptó un protocolo para trabajar en grupos con un cupo limitado de 35 nadadores, a los efectos de cubrir lo requerido para las unidades navales y aeronavales”, explicó el Jefe de Curso de Capacitación Nadadores de Rescate de la ESTT, Teniente de Navío Gonzalo Millán.
La primera parte de la actividad, coordinada por la ESTT y el CIFA, consiste en el sembrado e izado de nadadores y náufragos en el mar mediante un helicóptero Fennec perteneciente a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, con asiento en la Base Aeronaval Comandante Espora. Los nadadores de rescate saltan desde aproximadamente unos 7 metros de altura y, mediante izado, deben realizar el rescate de náufragos simulados en el mar. Hoy un segundo grupo saltó desde un Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros.
“En el CIFA tiene asiento el grupo de paracaidistas y nadadores de Búsqueda y Rescate de la Aviación Naval. Ellos son quienes tripulan los helicópteros de rescate, contribuyen con el Plan Nacional SAR, y están participando en forma prioritaria de esta actividad”, adelantó el Jefe del CIFA, Capitán de Corbeta Mariano Martínez.
Contó también que se lleva a cabo en forma simultánea otra ejercitación para las tripulaciones aéreas, quienes tienen que cumplir su adiestramiento en técnicas de supervivencia y la desarrollan con el rescate e izado desde helicópteros en el mar. Este ejercicio también es parte del adiestramiento de pilotos y mecánicos de vuelo de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros en la técnica de rescate de náufragos.
“En esta oportunidad está participando personal de la Fuerza Aeronaval N°2 y en la segunda jornada se sumará personal de la Fuerza Aeronaval N°1, con asiento en la Base Aeronaval Punta Indio. Es un trabajo coordinado en donde sumamos esfuerzos y optimizamos el empleo de los recursos para el adiestramiento, tanto de los nadadores como de las tripulaciones de la Aviación Naval”, concluyó el Capitán Martínez.
Durante el desarrollo de este ejercicio también prestaron su apoyo el Comando de la Flota de Mar, el Hospital Naval Puerto Belgrano y los bomberos de la Base Naval Puerto Belgrano.
Días atrás, el destructor ARA “Sarandí” también formó parte de la recalificación, ya que fue designado como buque plataforma para un ejercicio nocturno. Efectuado durante el crepúsculo vespertino, el mismo consistió en salto por la borda, nado individual hacia la balsa salvavidas, vuelta campana de la balsa y el rescate de heridos.
En el ámbito naval, la preparación física (terrestre y acuática) de los nadadores de rescate demanda una exigencia extraordinaria (fuerza) y sostenida durante un largo tiempo (resistencia). Simultáneamente, deben dominar las técnicas acuáticas; incorporar conocimientos en primeros auxilios; además de prepararse para el control del miedo y la evaluación de riesgos y peligros.
La finalidad del nadador de rescate es auxiliar al personal accidentado, prestar las primeras atenciones y solicitar ayuda médica. Para ello, la Armada Argentina los capacita y recalifica anualmente para cubrir puestos de guardia en buques de la Flota de Mar, en maniobras en cubierta y durante el desarrollo de operaciones en ejercicios específicos y combinados.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Moderador

Domando el viento​

Hoy se cumplen 54 años de la primera vez que la fragata ARA “Libertad” obtuvo el trofeo “Boston Teapot”, al alcanzar el record mundial de velocidad a vela en el cruce del Atlántico Norte. Al momento, la Argentina se consagra como uno de los países con más triunfos en esta competencia.

VIERNES 9, OCTUBRE 2020



Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Moderador
Surcar los mares del mundo a vela a bordo del buque escuela es el corolario en la formación de los jóvenes que, a su regreso, egresarán como oficiales de la Armada Argentina. Cada viaje permite aplicar las artes marineras y los conocimientos incorporados en los cuatro años en la Escuela Naval Militar, realizando su práctica profesional y representando a todos los argentinos en lejanos países, llevando un mensaje de paz y amistad.
El 9 de octubre de 1966, la fragata ARA “Libertad”, bajo el comando del Capitán de Fragata Ricardo Franke, obtuvo por primera vez el trofeo internacional “Boston Teapot” otorgado por la Asociación Sail Training al alcanzar el record mundial de velocidad de grandes veleros entre el Cabo Race (Canadá) e Isla Dursey (Irlanda) y recorrer una distancia de 1741,4 millas en 6 días y 21 horas de navegación total a vela.
Fue un triunfo que hizo historia: además de obtener el trofeo internacional, la tripulación de la “Libertad” recibió el galardón de la “Gran Medalla” por batir el record mundial de velocidad a vela desde el Cabo Race y el cruce de la línea imaginaria Dublín- Liverpool del Atlántico Norte, recorriendo más de 2 mil millas en 8 días y 12 horas.
El torneo “Boston Teapot” es una competencia de gran magnitud que reúne una variedad de desafíos en el mar para los buques escuela de todo el mundo; y es un premio que se entrega al velero que cubre la mayor distancia de navegación a vela en cualquier parte del mundo en un período de 124 horas consecutivas con una tripulación de por lo menos el 50 por ciento en período de instrucción, entre el 1º de octubre de un año y el 30 de septiembre del siguiente.

Hasta el momento, la Argentina representada por el buque insignia, se destaca como uno de los países con más triunfos al obtener el premio en nueve oportunidades: en los años 1966, 1976, 1981, 1985, 1987, 1992, 1998, 2000 y 2007.

La unión del equipo

En 2007, la fragata ARA “Libertad” emprendió su 38º Viaje de Instrucción, una experiencia histórica para el buque escuela porque embarcaron por primera vez mujeres egresadas de la Escuela Naval Militar, conformando de esta manera una tripulación mixta. Además, pasó a ser la más reciente consagración de todo el equipo al coronarse ganadores del torneo “Boston Teapot”.
Como Comandante del buque escuela en esa oportunidad, el Capitán de Navío (RE) Pablo Vignolles recuerda: «En mi caso, esta era la segunda oportunidad en que integrando la tripulación de la fragata ganaba el trofeo ‘Boston Teapot’, ya que en 1987, siendo Jefe de Navegación, habíamos acreditado el premio compitiendo en la misma zona de navegación que en esta oportunidad, en 2007”.
“Pero, en este caso, cobró un sentido más significativo que el simple hecho del mérito de haberlo logrado. Fue, sin dudas, la materialización del esfuerzo con que durante tres años una tripulación había llevado adelante la modernización del buque con un gran esfuerzo, responsabilidad, espíritu de equipo, camaradería y sentido de pertenencia a nuestro buque escuela. El trofeo fue la síntesis del significado que los marinos atribuimos al concepto de buque”, destacó el Capitán (RE) Vignolles.
“Los días de trabajo incansable, superando obstáculos técnicos, administrativos, financieros, humanos habían tenido su reconocimiento en este acto de competencia profesional frente a muchos otros veleros alrededor del mundo. Creo que en mi condición de Comandante entendí el profundo significado que tuvo, más que para mí, para mi tripulación, cuando orgullosamente me decían: ‘¿Ve señor? Aquellos flechastes, esa burda, aquel obenque, esa vela, esos, los armé yo; esos los puse yo y van a funcionar perfectamente’”, cita. “Y así con cada componente del todo, que son los sistemas y los hombres y mujeres que los operan. Ése fue el equipo que obtuvo el trofeo, del cual estoy orgulloso y agradecido de haberlo comandado”, concluyó el entonces Comandante.
Por su parte, el Capitán de Fragata Fernando Sabadin, quien en ese entonces ocupó el cargo de oficial comandante de guardia en el puente de comando, recuerda: “Una vez que zarpamos de Buenos Aires el 7 de abril de 2007, sabíamos que tendríamos muchas oportunidades de al menos intentar competir por uno de los mayores premios para barcos de instrucción a vela. Cada uno en su puesto estaba compenetrado con lo que debía hacer: gavieros, contramaestres, auxiliares, personal de control de averías, timoneles, señaleros, cocineros, oficiales de guardia, ayudantes, todos nos encontrábamos en pleno trabajo de equipo para sacar el máximo provecho a las 27 velas”.
Al recordar el momento victorioso, el Capitán Sabadin agregó: “A escasos minutos de comenzar a batir las hélices, una pequeña briza del Este comenzó a soplar para mantener intactas nuestras esperanzas de al menos completar nuestro primer registro. Por la noche, la brisa se afianzó como viento moderado y así pudimos completar las 124 horas a vela que exige la competencia. Nuestra primera aspiración no solamente fue sorteada con éxito, sino que terminó siendo la mejor para ese año, declarándonos como ganadores”.

Para el Capitán Sabadin la victoria significó un gran esfuerzo de equipo: “Haber sido parte de semejante logro es motivo de enorme orgullo, ya que numerosas embarcaciones de todo el mundo lo intentan año tras año; una regata que requirió del máximo compromiso de todos sus tripulantes, no solo por la dureza en ciertas ocasiones de las condiciones que se desarrolló, como vientos cercanos a los límites de intensidad y sectores, sino que la navegación pura a vela exige del máximo esfuerzo, sacrificio y concentración”.
Ese año, el buque de la Armada Argentina obtuvo la “Boston Teapot” con un total de 1033 millas náuticas navegadas en 124 horas (entre el 28 de abril y 3 de mayo), ubicando a la Argentina como uno de los países con más triunfos en esta competencia náutica.

Competencia internacional

El trofeo “Boston Teapot” se creó en 1964 después de finalizar la Regata Transatlántica de grandes buques a América, en la cual uno de los veleros participantes, con el objetivo de atraer la atención de inversores para financiar su viaje de regreso de Boston a Europa, ideó una nueva competición en la que resultaría triunfadora la embarcación que recorría la mayor distancia posible a vela.
Es un torneo está dirigido a todas las embarcaciones de entrenamiento que tengan un mínimo de 30 pies de eslora y requiere que un 50 por ciento de los tripulantes no permanentes tengan entre 15 y 25 años de edad.
Los buques participantes tienen la libre elección de organizar su propio derrotero durante la competencia, y en ese período no penalizan ni recaladas en puerto ni uso de motor, pero el tiempo de recalada no se descuenta y las millas que no sean puras a vela no computan. Al finalizar, los resultados se envían a la organización en sobre cerrado antes del 31 de octubre; y no existen verificadores ni jueces durante la competencia, ya que el sistema se basa en el honor de cada participante.
Desde que se creó la competencia, tanto la Fragata ARA “Libertad” como el buque escuela de España “Juan Sebastián de Elcano” se destacaron en obtener la mayor cantidad de trofeos durante las diferentes travesías. La competencia náutica implica una planificación estratégica previa, la ayuda de condiciones ideales de navegación y un conocimiento del deporte náutico que lo hará único a la hora de obtener el trofeo.
En cada competencia, el buque emblema de los argentinos entiende de desafíos, templanza, persistencia, compromiso y, sobre todo, la importancia del trabajo en equipo, dejando así una estela en las aguas internacionales que la consagran líder en el deporte náutico a vela.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador

La Armada Argentina participó de la celebración por los 199 años de la Marina de Guerra del Perú​

La fecha también recuerda el Combate de Angamos --desarrollado el 8 de octubre de 1879-- que marcó el paso a la inmortalidad del Almirante Miguel Grau Seminario, héroe de la Nación peruana.

JUEVES 8, OCTUBRE 2020

Buenos Aires – Hoy por la mañana, en la Plaza de la República del Perú de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Armada Argentina participó de un acto por los 199 años de creación de la Marina de Guerra del Perú. También se conmemoraron 141 años del Combate de Angamos.
La ceremonia estuvo presidida por el Embajador de la República del Perú, Peter Camino Cannock, y el Jefe del Estado Mayor General de la Armada Argentina, Contraalmirante Julio Horacio Guardia.
Además estuvieron presentes el Prefecto Nacional Naval, Prefecto General Mario Rubén Farinón; el Presidente de la Asociación de Agregados Militares Acreditados en la República Argentina, Contraalmirante Héctor Rodríguez Cacheux; y el Agregado de Defensa Adjunto y Naval del Perú en Argentina, Capitán de Navío Jorge Vizcarra Figueroa.
Para dar comienzo al acto se entonaron las estrofas de los Himnos Nacionales de Argentina y de Perú. A continuación se colocaron ofrendas florales al pie del monumento del Almirante Miguel Grau Seminario, en nombre de ambas Armadas.
Luego, el Agregado de Defensa Adjunto y Naval del Perú en Argentina, Capitán de Navío Jorge Vizcarra Figueroa, pronunció un discurso alusivo en el que recorrió la historia de la Marina de Guerra del Perú, destacando el valor de Miguel Grau Seminario: “En estos tiempos de dificultad, el ejemplo de Grau constituye para todos los oficiales de la Marina de Guerra un poderoso espíritu moral que nos alienta y nos permite confiar en el porvenir”. Por último, el Capitán Vizcarra Figueroa renovó la decisión de la Marina de Guerra del Perú de continuar fortaleciendo el diálogo y la cooperación con la Armada Argentina.
Como cierre de la ceremonia, se entonaron las estrofas de la Marcha de la Marina de Guerra del Perú.

Un poco de historia​

La Marina de Guerra del Perú se encuentra sumamente vinculada a la República Argentina desde su creación, dado que la primera unidad naval en enarbolar el pabellón peruano fue la goleta realista “Sacramento”, la que el 17 de marzo de 1821 fue capturada y entregada al Libertador José de San Martín, siendo bautizada bajo el nombre del prócer argentino Juan José Castelli. Siete meses después, el 8 de octubre de 1821, el Contraalmirante Martín Guise, bajo los auspicios de San Martín, izaba su insignia como primer Comandante General de la Marina de Guerra de la naciente República del Perú, fijándose así la fecha de su aniversario institucional.
También un 8 de octubre, pero de 1879, tuvo lugar el Combate de Angamos que tendría como actor principal al Almirante Miguel Grau Seminario. Ligado al mar desde su infancia, Miguel Grau ingresó a la Armada con 19 años llegando a ser Comandante de la corbeta “Unión” y del monitor “Huáscar”.
Ya retirado de la actividad naval, y siendo diputado de Perú, estalló la Guerra del Pacifico y Grau solicitó su reingreso a la Armada, asumiendo nuevamente el comando del monitor “Huáscar” en el que, junto con su dotación, supo cumplir con su deber hasta dar la vida.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

La Armada Argentina participó de la celebración por los 199 años de la Marina de Guerra del Perú​

La fecha también recuerda el Combate de Angamos --desarrollado el 8 de octubre de 1879-- que marcó el paso a la inmortalidad del Almirante Miguel Grau Seminario, héroe de la Nación peruana.

JUEVES 8, OCTUBRE 2020

Buenos Aires – Hoy por la mañana, en la Plaza de la República del Perú de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Armada Argentina participó de un acto por los 199 años de creación de la Marina de Guerra del Perú. También se conmemoraron 141 años del Combate de Angamos.
La ceremonia estuvo presidida por el Embajador de la República del Perú, Peter Camino Cannock, y el Jefe del Estado Mayor General de la Armada Argentina, Contraalmirante Julio Horacio Guardia.
Además estuvieron presentes el Prefecto Nacional Naval, Prefecto General Mario Rubén Farinón; el Presidente de la Asociación de Agregados Militares Acreditados en la República Argentina, Contraalmirante Héctor Rodríguez Cacheux; y el Agregado de Defensa Adjunto y Naval del Perú en Argentina, Capitán de Navío Jorge Vizcarra Figueroa.
Para dar comienzo al acto se entonaron las estrofas de los Himnos Nacionales de Argentina y de Perú. A continuación se colocaron ofrendas florales al pie del monumento del Almirante Miguel Grau Seminario, en nombre de ambas Armadas.
Luego, el Agregado de Defensa Adjunto y Naval del Perú en Argentina, Capitán de Navío Jorge Vizcarra Figueroa, pronunció un discurso alusivo en el que recorrió la historia de la Marina de Guerra del Perú, destacando el valor de Miguel Grau Seminario: “En estos tiempos de dificultad, el ejemplo de Grau constituye para todos los oficiales de la Marina de Guerra un poderoso espíritu moral que nos alienta y nos permite confiar en el porvenir”. Por último, el Capitán Vizcarra Figueroa renovó la decisión de la Marina de Guerra del Perú de continuar fortaleciendo el diálogo y la cooperación con la Armada Argentina.
Como cierre de la ceremonia, se entonaron las estrofas de la Marcha de la Marina de Guerra del Perú.

Un poco de historia​

La Marina de Guerra del Perú se encuentra sumamente vinculada a la República Argentina desde su creación, dado que la primera unidad naval en enarbolar el pabellón peruano fue la goleta realista “Sacramento”, la que el 17 de marzo de 1821 fue capturada y entregada al Libertador José de San Martín, siendo bautizada bajo el nombre del prócer argentino Juan José Castelli. Siete meses después, el 8 de octubre de 1821, el Contraalmirante Martín Guise, bajo los auspicios de San Martín, izaba su insignia como primer Comandante General de la Marina de Guerra de la naciente República del Perú, fijándose así la fecha de su aniversario institucional.
También un 8 de octubre, pero de 1879, tuvo lugar el Combate de Angamos que tendría como actor principal al Almirante Miguel Grau Seminario. Ligado al mar desde su infancia, Miguel Grau ingresó a la Armada con 19 años llegando a ser Comandante de la corbeta “Unión” y del monitor “Huáscar”.
Ya retirado de la actividad naval, y siendo diputado de Perú, estalló la Guerra del Pacifico y Grau solicitó su reingreso a la Armada, asumiendo nuevamente el comando del monitor “Huáscar” en el que, junto con su dotación, supo cumplir con su deber hasta dar la vida.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
Gracias.


Saludos cordiales.
 

Pinguin

Colaborador
Colaborador
Según la revista Defensa y Seguridad, el Aurora Australis, esta por partir en breve a el puerto de Usuahia desde Hobart en Australia.
Dicha nota de internet menciona que su nombre sera ARA Aurora Australis, en honor a que el buque ha sidoi donado por Australia y con el compromiso de que luego de su servicio en la ARA retorne como museo a la RAN
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador

La corbeta ARA “Granville” participará en las celebraciones en homenaje a Hernando de Magallanes​

El buque zarpó ayer desde su apostadero natural de la Base Naval Mar del Plata rumbo a Santa Cruz.

VIERNES 9, OCTUBRE 2020

Mar del Plata – Ayer por la tarde, la corbeta ARA “Granville” zarpó rumbo al sur donde en proximidades del puerto San Julián se encontrará con el buque escuela de la Armada Española “Juan Sebastián de Elcano”, que realizará un homenaje a Hernando de Magallanes al celebrarse 500 años del descubrimiento del Estrecho que lleva su nombre y de la primera circunnavegación de la que se tiene registro.
El buque de la Armada Argentina, luego de acompañar a su par español hasta la boca oriental del Estrecho de Magallanes, pondrá proa hacia Puerto San Julián, donde junto al Municipio de Puerto Santa Cruz desarrollarán diversas actividades en conmemoración de los 500 años de la primera eucaristía documentada en la Patagonia y la partida de la expedición de Hernando de Magallanes desde Punta Reparo, último puerto de nuestro territorio antes del descubrimiento del Estrecho que lleva su nombre.
Se celebrará una misa en Punta Reparo que se trasmitirá por Zoom y será presenciada por familiares descendientes directos de Hernando de Magallanes.
También se realizará una ceremonia durante la cual se colocará una boya simbólica en la ría del Puerto Santa Cruz, a unos 160 mts. aproximadamente de la costa, considerado el punto de partida del expedicionario desde nuestras costas.
Al finalizar los eventos programados, la corbeta continuará su derrotero hacia la ciudad de Ushuaia, para cumplir funciones de buque de estación en dicha ciudad austral.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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