Noticias de la Armada Argentina (ARA)

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Merchant Marine one

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Moderador
El 7 de febrero de 1952, dos aviones anfibios PBY-5A Catalina de la Aviación Naval concretaron el primer vuelo desde América del Sur con descenso en aguas de la Isla Decepción, en la Antártida. Se convirtió en un hito de la aviación mundial. Como resultado de ese vuelo se estableció el servicio aeropostal naval entre el continente americano y las bases antárticas.
El primer PBY-5A Catalina de la Aviación Naval arribó al país en 1946 y tres años más tarde se crearon dos Escuadrillas de Patrulleros, con asiento en las bases aeronavales Punta Indio y Comandante Espora.
La disponibilidad de una aeronave relativamente moderna y de gran radio de acción permitió encarar tareas de exploración, salvamento y patrullaje costero, además del adiestramiento de gran cantidad de tripulaciones de vuelo.

La estafeta aeronaval argentina

En enero de 1952, el Ministerio de Marina decidió crear el servicio aeropostal naval entre la Argentina y las bases antárticas para establecer correspondencia de manera regular. Se designó como responsable al Capitán de Fragata Pedro Iralagoitia.
Inmediatamente la escuadrilla conformada por los aviones Catalina, matrículas 3-P-5 y 2-P-3 (más un tercero de reserva y apoyo) decoló de la Base Aeronaval Comandante Espora rumbo a la ciudad de Río Grande.
Allí se estableció la base de operaciones: integraban el grupo, además de los aviones citados, las fragatas ARA ”Hércules” y ARA “Sarandí”, ubicadas en el Pasaje Drake, encargadas de proveer informes meteorológicos y emitir señales de radio para los radiocompases de los Catalina.
El 7 de febrero de 1952, un grupo de aviadores navales de la Armada Argentina transportaron por primera vez correspondencia hacia la Antártida, marcando un hito a nivel mundial.
Estos aviones debieron ser especialmente preparados para el operativo, se les agregaron dos tanques suplementarios de combustible para lograr mayor estabilidad de vuelo; se les introdujeron radares de exploración y dos jatos –sistema para proporcionar un empuje adicional– ubicados a ambos costados de la estructura de los aviones que, llegado el momento, se disparaban de la cabina del piloto y aumentaban la potencia de los motores.
Durante 5 horas y media sobrevolaron sin complicaciones el Cabo de Hornos, el Pasaje Drake y la Isla Snow, acuatizando en el Puerto Foster de la Isla Decepción a las 15.30 horas.

El regreso

El 10 de febrero se emprendió el viaje de vuelta. Los aviones, cargados de combustible, necesitaban potencia extra para trasponer rápidamente las montañas que rodeaban la bahía sin impactar contra ellas. Fue entonces cuando entró en funcionamiento el empuje adicional provisto por los jatos. En vuelo tranquilo, las aeronaves se dirigieron directamente a Buenos Aires, previa escala en Río Grande para reabastecerse de combustible. Esto marcó otro hito mundial, al unirse la Antártida y Buenos Aires en el día.
En el sector militar de Aeroparque fueron recibidos por el Ministro de Marina, Contralmirante Aníbal Olivieri, y una comitiva. El 13 de febrero, el Presidente Juan Domingo Perón les otorgó una audiencia en Casa de Gobierno para felicitarlos personalmente por el exitoso cumplimiento de la misión.
La presencia en la Antártida fue una de las directrices que la Armada priorizó para su componente aéreo. En 1942, embarcado en el transporte ARA “1° de Mayo”, un avión Stearman 76 logró el primer vuelo en la Antártida, amerizando con éxito en la Isla Decepción. Luego sucedería la hazaña de los dos Catalina, que hoy recordamos, uniendo por primera vez los dos continentes e inaugurando la ruta del correo aeronaval. Finalmente, en 1962, dos DC-3 navales llevarían por primera vez el pabellón argentino al Polo Sur.
Hoy, como desde hace mediados del siglo XX, unidades de la Aviación Naval continúan cumpliendo con su misión en el árido territorio antártico. Los Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros se despliegan desde a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irizar” para trasladar carga a las bases conjuntas antárticas durante el desarrollo de la Campaña Antártica de Verano, haciendo posible el abastecimiento del personal militar y científico que allí inverna.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 
El 7 de febrero de 1952, dos aviones anfibios PBY-5A Catalina de la Aviación Naval concretaron el primer vuelo desde América del Sur con descenso en aguas de la Isla Decepción, en la Antártida. Se convirtió en un hito de la aviación mundial. Como resultado de ese vuelo se estableció el servicio aeropostal naval entre el continente americano y las bases antárticas.
El primer PBY-5A Catalina de la Aviación Naval arribó al país en 1946 y tres años más tarde se crearon dos Escuadrillas de Patrulleros, con asiento en las bases aeronavales Punta Indio y Comandante Espora.
La disponibilidad de una aeronave relativamente moderna y de gran radio de acción permitió encarar tareas de exploración, salvamento y patrullaje costero, además del adiestramiento de gran cantidad de tripulaciones de vuelo.

La estafeta aeronaval argentina

En enero de 1952, el Ministerio de Marina decidió crear el servicio aeropostal naval entre la Argentina y las bases antárticas para establecer correspondencia de manera regular. Se designó como responsable al Capitán de Fragata Pedro Iralagoitia.
Inmediatamente la escuadrilla conformada por los aviones Catalina, matrículas 3-P-5 y 2-P-3 (más un tercero de reserva y apoyo) decoló de la Base Aeronaval Comandante Espora rumbo a la ciudad de Río Grande.
Allí se estableció la base de operaciones: integraban el grupo, además de los aviones citados, las fragatas ARA ”Hércules” y ARA “Sarandí”, ubicadas en el Pasaje Drake, encargadas de proveer informes meteorológicos y emitir señales de radio para los radiocompases de los Catalina.
El 7 de febrero de 1952, un grupo de aviadores navales de la Armada Argentina transportaron por primera vez correspondencia hacia la Antártida, marcando un hito a nivel mundial.
Estos aviones debieron ser especialmente preparados para el operativo, se les agregaron dos tanques suplementarios de combustible para lograr mayor estabilidad de vuelo; se les introdujeron radares de exploración y dos jatos –sistema para proporcionar un empuje adicional– ubicados a ambos costados de la estructura de los aviones que, llegado el momento, se disparaban de la cabina del piloto y aumentaban la potencia de los motores.
Durante 5 horas y media sobrevolaron sin complicaciones el Cabo de Hornos, el Pasaje Drake y la Isla Snow, acuatizando en el Puerto Foster de la Isla Decepción a las 15.30 horas.

El regreso

El 10 de febrero se emprendió el viaje de vuelta. Los aviones, cargados de combustible, necesitaban potencia extra para trasponer rápidamente las montañas que rodeaban la bahía sin impactar contra ellas. Fue entonces cuando entró en funcionamiento el empuje adicional provisto por los jatos. En vuelo tranquilo, las aeronaves se dirigieron directamente a Buenos Aires, previa escala en Río Grande para reabastecerse de combustible. Esto marcó otro hito mundial, al unirse la Antártida y Buenos Aires en el día.
En el sector militar de Aeroparque fueron recibidos por el Ministro de Marina, Contralmirante Aníbal Olivieri, y una comitiva. El 13 de febrero, el Presidente Juan Domingo Perón les otorgó una audiencia en Casa de Gobierno para felicitarlos personalmente por el exitoso cumplimiento de la misión.
La presencia en la Antártida fue una de las directrices que la Armada priorizó para su componente aéreo. En 1942, embarcado en el transporte ARA “1° de Mayo”, un avión Stearman 76 logró el primer vuelo en la Antártida, amerizando con éxito en la Isla Decepción. Luego sucedería la hazaña de los dos Catalina, que hoy recordamos, uniendo por primera vez los dos continentes e inaugurando la ruta del correo aeronaval. Finalmente, en 1962, dos DC-3 navales llevarían por primera vez el pabellón argentino al Polo Sur.
Hoy, como desde hace mediados del siglo XX, unidades de la Aviación Naval continúan cumpliendo con su misión en el árido territorio antártico. Los Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros se despliegan desde a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irizar” para trasladar carga a las bases conjuntas antárticas durante el desarrollo de la Campaña Antártica de Verano, haciendo posible el abastecimiento del personal militar y científico que allí inverna.

Créditos: Gaceta Marinera Digital


con todos los antecedentes que hay quien se atrevería a decir que la Argentina no tiene derechos territoriales sobre la Antártida?quien?
 
con todos los antecedentes que hay quien se atrevería a decir que la Argentina no tiene derechos territoriales sobre la Antártida?quien?
Entiendo que Estados Unidos no reconoce ningun reclamo sobre territorio Antártico.
Chile y Uk si bien no ponen en entredicho los derechos Argentinos si sobreponen sus reclamos al nuestro, lo que viene siendo, a mi modo de ver, en la practica lo mismo .
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador
El Tratado Antártico establece que la firma del tratado:

  • No constituye una renuncia a cualquier reclamo territorial previo.
  • No afecta a la base de los reclamos como resultado de las actividades del país firmante en la Antártida.
  • No afecta a los derechos del estado bajo la ley internacional a reconocer (o negarse a reconocer) cualquier otro reclamo territorial.
El Tratado afecta a los nuevos reclamos posteriores:

  • Ninguna actividad a partir de 1961 puede usarse como argumento para un reclamo territorial.
  • No puede realizarse ningún nuevo reclamo territorial.
  • No se puede extender ninguno de las reclamos territoriales existentes.
Básicamente , la Antártida es una región que no tiene dueño.....
 
El Tratado Antártico establece que la firma del tratado:

  • No constituye una renuncia a cualquier reclamo territorial previo.
  • No afecta a la base de los reclamos como resultado de las actividades del país firmante en la Antártida.
  • No afecta a los derechos del estado bajo la ley internacional a reconocer (o negarse a reconocer) cualquier otro reclamo territorial.
El Tratado afecta a los nuevos reclamos posteriores:

  • Ninguna actividad a partir de 1961 puede usarse como argumento para un reclamo territorial.
  • No puede realizarse ningún nuevo reclamo territorial.
  • No se puede extender ninguno de las reclamos territoriales existentes.
Básicamente , la Antártida es una región que no tiene dueño.....

Si lo tengo presente, pero yo quiero que Argentina sea dueña de su parte, me salio el Imperialista.
 

Merchant Marine one

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Moderador

Oficiales argentinos visitaron el Servicio de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de la Marina de Brasil​

Con el objetivo de conocer diferentes metodologías de trabajo, cursos que imparte el servicio y técnicas utilizadas.

MARTES 9, FEBRERO 2021

RÍO DE JANEIRO – Tres oficiales de la Armada Argentina visitaron las instalaciones del Servicio de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de la Marina de Brasil (SIPAAerM).
Se trata de los capitanes de fragata Jorge Nieto y Alejandro Arroyo y el Teniente de Navío Gonzalo Montoya, quienes participaron a lo largo de una semana de las actividades realizadas junto con personal del SIPAAerM.
Según explicaron, la visita les permitió ver las diferentes metodologías de trabajo, los distintos cursos que imparte el servicio y su grado de participación en variadas tareas.
Como parte de las actividades, los oficiales argentinos participaron de una inspección en la Base Naval de Río de Janeiro como muestra práctica de la labor que realiza el Servicio.
Agregaron que la visita permitió visualizar otras metodologías y técnicas utilizadas, y de manera general los nuevos objetivos que busca la Marina de Brasil en el área.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador

El rompehielos ARA “Almirante Irizar” reabasteció la Base Científica Carlini​

La tarea consistió en el desembarco de combustible, carga general y materiales de construcción mediante el empleo de botes MK6 y lanchas EDPV.

LUNES 8, FEBRERO 2021

Antártida – En el marco de la segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2020-2021, bajo un estricto protocolo sanitario, la tripulación del rompehielos ARA “Almirante Irizar” y la dotación de la Base Científica Carlini, realizaron la descarga de material para el reabastecimiento de esta base permanente.
La tarea consistió en el desembarco de combustible, carga general y materiales de construcción mediante el empleo de botes MK6 y lanchas EDPV embarcadas en el rompehielos.
Durante el verano, las actividades son intensas, ya que se realizan tareas de mantenimiento de vehículos, infraestructura, sistema de comunicaciones, entre otras, para preparar a la base para la invernada.

Carlini, una base con historia​

La Base Científica Carlini está ubicada en la Isla 25 de Mayo y es administrada por la Dirección Nacional del Antártico y el Instituto Antártico Argentino. El personal encargado de las tareas logísticas pertenece al Componente Terrestre del Comando Conjunto Antártico y, a su vez, cuenta con personal especializado en buceo antártico de la Armada y del Ejército, los cuales llevan a cabo la recolección de muestras. Para ello cuentan con una cámara hiperbárica, que permite cumplir las tareas de buceo bajo normas específicas de seguridad.
Fundada en 1953 bajo el nombre Refugio Naval Caleta Potter, al cual con posterioridad se le agregó una Estación Aeronaval, también fue conocida como Jubany en homenaje a un piloto de la Aviación Naval, que falleció en un accidente aéreo. En ella se sitúan el Laboratorio Antártico Multidisciplinario Carlini (LACAR) y el Laboratorio Argentino, donde se realizan principalmente estudios de la atmósfera.
Con la colaboración de Alemania, se instaló en 1994 el Laboratorio Dallman donde se abordan diferentes estudios de la biología costera y terrestre. También en convenio con el Instituto Nacional de Oceanografía y Geofísica Experimental de Trieste, en Italia, se encuentra funcionando una estación sismológica desde 2001.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador

Entrega de distintivos de capacitación de Infantería de Marina​

Los recibieron oficiales de Fuerzas Armadas nacionales y extranjeras.

MIÉRCOLES 10, FEBRERO 2021

Puerto Belgrano – En la Plaza de Armas de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar, se hizo entrega de distintivos de capacitación a oficiales de Fuerzas Armadas nacionales y extranjeras que permanecieron de intercambio durante el pasado año.
El Jefe del Estado Mayor del Comando de la Infantería de Marina (COIM), Capitán de Navío Fernando Daniel Terribile, entregó los distintivos al personal que revistó en destinos subordinados al Comando.
Recibieron el Capitán de Fragata Fusilero Naval de la Marina de Brasil Anderson Batista Torres; el Teniente Coronel del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos José Antonio Nicolas; el Teniente Segundo de Infantería de Marina de la Armada de Chile Sergio Pino Fonseca; y, por el Ejército Argentino, el Teniente Maximiliano Gabriel Finos, que permanecerá hasta fines del 2021.
Durante el tiempo de permanencia, los oficiales participaron del adiestramiento y capacitación que realizó el personal de la Infantería de Marina de la Armada Argentina en unidades y terrenos de la Base Naval Puerto Belgrano.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador

Cadetes de la Escuela Naval Militar embarcaron en el patrullero ARA “King”​

Se trata de la primera de cuatro etapas de navegación, cuyo objetivo principal es la instrucción de los cadetes navales.

MIÉRCOLES 10, FEBRERO 2021

Río Santiago – En el Apostadero Naval Río Santiago, 50 cadetes de la Escuela Naval Militar embarcaron en el patrullero ARA “King”.
Es la primera de cuatro etapas a desarrollarse en un total de 36 días de navegación y tiene como propósito principal la instrucción de los cadetes navales. Un total de 200 cadetes de 1º, 2º y 3º año afianzarán así los conocimientos adquiridos a nivel teórico en las aulas.
En la unidad fueron recibidos por su Comandante, Capitán de Corbeta Javier Andrés Ledesma, quien les manifestó lo importante y satisfactorio de poder cumplir con una de las tareas más importantes del navío que tiene bajo su comando: la preparación de los futuros oficiales de la Armada Argentina.
Previo a la zarpada del “King” desde el Apostadero Naval Río Santiago, se recibió la visita del Director de la Escuela Naval Militar, Capitán de Navío Juan Carlos Romay, quien realizó una recorrida por el buque. Además a bordo se encuentra el Comandante de la Escuadrilla de Ríos, Capitán de Fragata Cristian Hernán Giménez.
Entre las actividades previstas para los cadetes figuran la operación de embarcaciones menores, participación activa en las diversas maniobras de navegación de la unidad (fondeo, navegación en aguas restringidas, amarre), ejercicios con balsas, e incorporación a la rutina de a bordo.
Un estricto protocolo es cumplido conjuntamente en el patrullero ARA “King” y la Escuela Naval Militar, con el fin de mantener los estándares de seguridad y prevención ante la actual situación sanitaria.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Eduardo Moretti

Colaborador

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador
Un día como hoy, pero de 2002, la Escuela Naval Militar (ESNM) incorporaba mujeres por primera vez al cuerpo de cadetes, que egresarían como oficiales del Cuerpo Comando Cuadro Permanente.

Como parte del proceso de integración de la mujer al ámbito de la Defensa, fue necesaria la adaptación del marco legal y de las instalaciones de las unidades de combate; la adecuación de los planes de estudio; y la creación de organismos dentro del Ministerio de Defensa que entiendan las cuestiones de género.

A partir de 1979 la Armada admitió por primera vez el ingreso de la mujer como suboficial en algunos escalafones; y, un año más tarde, la incorporación en los cuadros permanentes. De esta manera, el espacio de la mujer fue creciendo de manera progresiva en las distintas especialidades y funciones que integra el poder naval, acompañando la tendencia mundial que promueve la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

Promoción 135°​

Hace 19 años, la Escuela Naval Militar recibía a las primeras seis cadetes mujeres en busca de nuevos desafíos y competencias que requieren los cinco años de formación en la carrera de oficial de la Armada Argentina. La promoción 135° fue la primera que integró cadetes mujeres que hoy, merced a su profesionalismo, compromiso y dedicación, alcanzaron la jerarquía de Teniente de Navío.

“El paso por la Escuela Naval fue una excelente experiencia, única e irrepetible. No creo que haya tenido muy presente en esos años lo que implicaba nuestro ingreso a la Fuerza, dado que en la Armada ya había personal femenino en suboficiales, guardiamarinas de la Reserva Naval y tenientes de Cuerpo Profesional. Con el tiempo comprendí que era parte de la historia naval en el ámbito de los oficiales del Cuerpo Comando; hoy me siento orgullosa de lo logrado hasta el momento”, relató la Teniente de Navío Andrea Villagra, quien actualmente cumple funciones en el destructor ARA “Sarandí”, con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano.

Al recordar su recorrido profesional en estos 19 años, la Teniente de Navío Villagra comentó: “La experiencia de llegar a bordo por primera vez, a la cubierta de los buques que por años solo fueron un ámbito para los hombres, fue emocionante y con mil expectativas. Lo hice tratando de contribuir en el camino de las futuras generaciones de las mujeres de mar”.

Con especialidad en Armas Submarinas, la Teniente de Navío Villagra participó en diversos operativos internacionales como Fraterno y Unitas; navegaciones a la Antártida y en maniobras a bordo de corbetas y destructores: “Estamos promediando la mitad de este compromiso de servir a la Patria, conjugada con el rol de la mujer en nuestra sociedad (hija, compañera, madre y amiga). La mirada es gratificante por todo lo logrado, con nostalgia en algunos momentos cuando veo el paso del tiempo reflejado en la edad de mi hija, sensación común en quienes abrazamos esta carrera naval”.

Desde su rol como oficial en la conducción de hombres y mujeres de distintas edades, destacó que ganarse el respeto de un personal superior y del personal subalterno va de la mano de la idoneidad profesional de cada uno más allá de la jerarquía y del género: “El personal es muy educado, se trabaja mancomunadamente para formar el espíritu de pertenencia a la unidad y así cumplir con los objetivos prefijados del comando”.

A poco de convertirse en Capitán de Corbeta, destaca la pasión y vocación que siente por su profesión: “Ese sentimiento se renueva y confirma cada vez que tengo la posibilidad de volver al mar, como es el anhelo de todo marino, el poder desarrollar las actividades previstas y regresar con la satisfacción del deber cumplido”.

Por su parte, la Teniente de Navío María Lourdes Vitali, también integrante de la Promoción 135° y destinada actualmente en el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, relató que durante sus años de carrera tuvo la posibilidad de conducir hombres y mujeres de todas las edades: “Ellos te respetan por tu trabajo, por tu criterio y tus ganas de trabajar en equipo, independientemente del género. Lo que sí noté es que al personal más moderno, ya sean oficiales o suboficiales, le es más fácil compartir sus problemas o inquietudes con las mujeres. Capaz, esa esencia de madre que casi todas tenemos dentro, hace que seamos más empáticas a la hora de tener que escuchar y comprender al otro; y jamás he tenido problemas de género a la hora de conducir al personal a mi cargo”.

Al continuar su relato, la Teniente de Navío Vitali contó que durante su carrera tuvo a cargo personal desde aspirantes de la Escuela de Suboficiales hasta suboficiales mayores. Destaca también su participación como instructora de cadetes en la Escuela Naval en el Estado Plurinacional de Bolivia: “Pensé que encontraría resistencia en mi carácter de oficial de Cuerpo Comando, sin embargo, me dieron mi espacio, escucharon siempre mis recomendaciones y fue valorado mi trabajo desde todas las perspectivas posibles. En este aspecto, estoy muy satisfecha con todos mis logros alcanzados”.

Las mujeres en la “Libertad”​

Las jóvenes tenientes no solo fueron pioneras en formar parte del cuerpo de cadetes de la ESNM; sino que también en dar la vuelta al mundo a bordo del buque escuela fragata ARA “Libertad” en 2007.

El año anterior, el buque escuela fue sometido a una reparación de media vida en la cual se realizaron diferentes adaptaciones y modificaciones para la primera promoción mixta de Guardiamarinas en Comisión. Entre las grandes reparaciones, se refaccionaron los baños, vestuarios y camarotes para que los hombres y mujeres puedan convivir cómodamente durante períodos largos de navegación, como lo es un Viaje de Instrucción.

La Teniente de Navío Vitali, al recordar su último año de instrucción en el buque escuela, resaltó: “Respecto de la fragata ‘Libertad’, hemos realizado las mismas actividades que nuestros compañeros. Hicimos guardias, subimos a los palos, realizamos comisiones muy interesantes y asistimos a las reuniones protocolares que correspondían hacer en cada puerto”.

“La reparación de media vida es algo que se les realiza a todas las unidades navales en algún momento. Al llegar el turno de la fragata, entre otras cosas como modernización de los sistemas de propulsión, se realizó una adaptación del sector de sollados para que tengamos nuestro propio lugar de descanso y aseo. Ese fue el único momento en que nos separábamos del resto de nuestros compañeros; el resto de las actividades eran realizadas todos juntos”, agregó.

Para la Teniente Villagra el viaje de instrucción fue una excelente experiencia y destacó el aspecto profesional: “El poder navegar a vela, ser gaviera, trabajar con la dotación de la fragata, hacer el ingreso a distintos puertos y compartir esa experiencia con mis compañeros de promoción. Recuerdo trabajar en la remodelación de la cámara de guardiamarinas, rotando en turnos, tratando de finalizar esta tarea para cuando llegara la siguiente promoción”.

Las mujeres que integran la Armada Argentina, sin distinción de jerarquías, son hijas, madres, hermanas y esposas pero, sobre todo, son marinos que le aportan a la actividad naval profesionalismo, empatía y amor por el servicio a la Patria. Cuando el mar está embravecido no distingue géneros, requiere del trabajo en equipo.


Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador

A 105 años de la creación de la Aviación Naval​

El Parque y Escuela de Aeroestación y Aviación de la Armada en Fuerte Barragán fue la piedra basal sobre la que se cimentó la Aviación Naval de la Armada Argentina cuyo personal y medios, desde entonces, participaron en múltiples acciones en tiempos de paz y de guerra.


JUEVES 11, FEBRERO 2021




Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador
El 11 de febrero de 1916 se creó el Parque y Escuela de Aeroestación y Aviación de la Armada en Fuerte Barragán, con dependencia directa del Ministro de Marina. Las tierras ubicadas en Ensenada fueron cedidas por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y el Presidente de la Nación, Victorino de la Plaza, firmó un decreto para consolidar esa acción. Esta decisión iba en consonancia con las principales Marinas del mundo que, a comienzos del siglo XX, concluyeron que la actividad aérea sobre el mar es complemento indispensable de las operaciones navales.
Este hecho constituye la fundación orgánica de la Aviación Naval cuando apenas se iniciaba la actividad de vuelo a nivel mundial y en los albores mismos de la utilización militar de aeronaves.
Entre los hitos más trascendentes de los que fue protagonista la Aviación Naval de la Armada Argentina se encuentran los raids de exploración del territorio nacional sobre el Mar Argentino y los grandes ríos que en las primeras décadas del siglo XX llevaron a cabo nuestros pioneros.
  • Aeronaves V-64 F Corsario volando en las proximidades del Cerro Tronador.
En los años 30, las aeronaves argentinas comenzar a desafiar a las latitudes más australes, llegando a Ushuaia e Islas de los Estados, en vuelos que, entre otras funciones, servían para relevamiento topográfico.
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, la decisión de mantener la neutralidad que adoptara nuestro Gobierno implicó un mayor patrullaje del litoral marítimo, en especial en las costas de Tierra del Fuego y las Malvinas. El 19 de enero de 1940 en horas de la mañana, tres hidroaviones Consolidated P2Y-3A “Ranger”, con apoyo de cuatro torpederos de la Flota de Mar, sobrevolaron y fotografiaron la costa norte de la isla Soledad.
Alistados para brindar ayuda a la comunidad
A lo largo de estos más de 100 años de existencia, unidades de la Aviación Naval han sido desplegadas en numerosas oportunidades ante el requerimiento del Gobierno Nacional para apoyo a la comunidad en Argentina y en países limítrofes.
Tal es el caso del terremoto en Chillán (Chile), entre el 30 de enero y el 12 de febrero de 1939, cuando en colaboración con la Cruz Roja Argentina, la Armada envió un avión Cóndor 3-Gt-2 equipado con camillas y elementos sanitarios para traslado de heridos. Fue el único avión que operó en la zona del desastre, realizando dos viajes diarios de ida y regreso entre Chillán y Santiago de Chile, con un total de más de 50 vuelos.
Otro desastre natural por el que fue requerida la asistencia de la Armada Argentina ocurrió en Bolivia donde, producidos una serie de desastres climatológicos que provocaron una situación de emergencia nacional, fue enviada para prestar ayuda parte de la Escuadrilla Aeronaval de Observación de la Escuadra Aeronaval N° 2.
Entre el 27 de febrero y el 14 de marzo de 1947 operaron seis aviones Grumman tipos G-15 y G-20, y un Glenn Martin 3-B-3 como avión comando y de apoyo, realizándose numerosos vuelos de búsqueda de damnificados, reconocimientos y salvatajes.
Ya en la década siguiente y en nuestro país, desde fines de 1955 y hasta el otoño de 1956, durante la epidemia de poliomielitis, la Aviación Naval participó con el Comando de Transportes Aeronavales evacuando hacia la ciudad de Buenos Aires a enfermos del interior del país. Se destinó para tal fin al DC-3 matrícula CTA-23, el cual fue dotado de pulmotores y demás enseres sanitarios para poder efectuar los vuelos de evacuación necesarios hacia la Capital Federal. Se realizaron 290 vuelos en total.
Continuando con esta impronta, en la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, aviones y helicópteros de la Aviación Naval se desplazaron hasta las zonas afectadas por incendios forestales, inundaciones o intensas nevadas, trasladando al personal de las Fuerzas Armadas y pertrechos destinados a prestar ayuda ante la necesidad de la población civil. Asimismo, actúan en respuesta a emergencias ocurridas en el mar.
Operaciones en el continente blanco
Siempre buscando ir un poco más allá, y continuando con los desafíos a las zonas más australes del planeta, el primer vuelo de una aeronave argentina en la Antártida data de 1942, cuando un hidroavión Stearman 76 D-1 operó desde el transporte ARA “1º de Mayo” en la isla Decepción.
  • Stearman 76D1 en la Antártida, 1942.
Continuando con los hitos antárticos, el 13 de diciembre de 1947 se realizó el primer vuelo directo entre el continente americano y la Antártida, con el cruce del Círculo Polar Antártico con un avión naval DC-4.
  • Tripulación del primera vez que se unió en vuelo el continente americano con la Antártida.
Otra hazaña a nivel mundial llegaría en 1952, cuando dos aviones anfibios PBY-5 A Catalina efectuaron el primer vuelo mundial desde el continente americano con descenso en la Antártida, al amerizar en la isla Decepción, en el Sector Antártico Argentino.
  • Aviones Catalina, primer descenso en la Antártida.
En 1962 la Aviación Naval llevó adelante un nuevo acontecimiento histórico en la Antártida, con la llegada al Polo Sur de dos DC-3 navales, siendo los primeros aviones argentinos en cumplir dicha proeza y unos de los primeros también a nivel mundial.
  • Tripulación que efectuó el primer vuelo al Polo Sur.
La operación de helicópteros navales desde el rompehielos ARA “San Martín” y, posteriormente, del ARA “Almirante Irízar”, abasteciendo las bases antárticas, continuó contribuyendo a la presencia de nuestro país en el continente blanco.
Es en este contexto hostil que hace 18 años se llevó a cabo la Operación “Cruz del Sur”, el rescate del “Magdalena Oldendorff”, buque alemán atrapado en los hielos al que se le brindó asistencia, abastecimiento y ayuda médica desde el rompehielos ARA “Almirante Irizar”. Con el objeto de encontrar la mejor ruta de salida, los helicópteros Sea King realizaron vuelos de exploración glaciológica; y entregaron 1,5 toneladas de alimentos y otros elementos para que la tripulación del buque bloqueado que permaneció a bordo pudiera pasar el invierno, aguardando hasta que el clima le permitiera zafarse de los hielos.
  • Asistencia al buque «Magdalena Oldendorff».
Es también en este escenario inabordable, el continente blanco, donde en este momento aeronaves Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros se encuentran reabasteciendo bases conjuntas antárticas, en el marco de la Campaña Antártica de Verano 2020-21.
  • Helicóptero Sea King durante la Campaña Antártica de Verano.
Ejercitaciones en el mar y la hora del combate
La incorporación del portaviones ARA “Independencia” en 1958 imprimió a la Flota de Mar un perfil operativo de avanzada, siendo reemplazado en 1968 por el ARA “25 de Mayo”, proyectando las aeronaves de la Armada en nuestro Mar Argentino.
  • Portaviones ARA «Independencia» antes de 1965.
  • Portaviones ARA «25 de Mayo» en 1978.
Llegado 1982, la participación en el Conflicto del Atlántico Sur demostró el profesionalismo alcanzado por todas las escuadrillas integradas por los marinos que vuelan, y expuso al mundo una innovación táctica sin precedentes: la combinación avión explorador – Super Etendard – misil Exocet.
  • Super Etendard con un misil Exocet.
A partir de los años 90 y con la desafectación del portaviones ARA “25 de Mayo”, aviones de ala fija de la Aviación Naval participaron en numerosos ejercicios operando junto con portaviones de las Armadas de Brasil y Estados Unidos; en tanto que los helicópteros Fennec, Alouette y Sea King continuaron operando con buques de la Flota de Mar.
  • UH-1H
  • Fennec
Ya en el nuevo milenio, la interoperabilidad con el Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina, como parte del accionar conjunto, llevó a unificar cursos de formación y ejercicios de adiestramiento. Asimismo, unidades aeronavales continuaron brindando apoyo a la comunidad ante emergencias producidas por fenómenos naturales y casos de Búsqueda y Rescate de personas.
  • Turbo Tracker
  • Super Etendard
Hace ya 105 años, los pioneros de la Aviación Naval fueron visionarios y pusieron todo de sí –incluso sus vidas en algunos casos– para comenzar con la apasionante actividad de volar sobre el mar. Su legado, los hombres y mujeres de la Armada Argentina que los sucedieron, hicieron honor a esos orígenes y supieron engrandecer a la Aviación Naval.
  • P3-B Orion
  • B-200

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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