habría que estudiar derecho espacial antes de vertir afirmaciones con tanta seguridad.
Muchos años atrás leí un artículo de un abogado especialista en la materia. Veré si tengo suerte de encontrarlo y compartir algo.
Existen tratados internacionales que regulan la materia, incluyendo algunos específicos en materia de defensa entre Estados Unidos y la ex URSS (y, por tanto, Rusia).
Hay dos tradiciones que seguramente inspiran la materia.
En primer lugar, está la tradición heredadas del derecho del Mar y que, por extensión, llevaron al espacio aéreo. Pues bien, si lo extendemos un poquito más podríamos suponer que se extiende al espacio también.
En este marco, en principio, el espacio exterior es equivalente a las “aguas internacionales”. Es de todos y de nadie.
Pero, pero, pero…. Según esta misma tradición, todos los satélites artificiales y naves espaciales tienen escarapela. No son apátridas. Se rigen por la ley del país que lo envío al espacio y están bajo jurisdicción del mismo. Ergo, si es atacado se está atacando al país de la bandera que enarbola.
Que es, palabras más palabras menos, a lo que se refiere
@Merchant Marine one.
Si Rusia ataca satélites de bandera estadounidense (poco importa si se trata de un satélite comercial, militar o científico), entonces es un ataque directo de Rusia a Estados Unidos y, art. 5 de por medio, a la OTAN (que poco importa, Estados Unidos es bastante más de la mitad de esta organización).
El otro principio que regula la materia e inspiraría barios tratados, incluyendo tratados de defensa entre Estados Unidos y la URSS (y, por tanto, Rusia) encuentrarian su antecedente en el Tratado Antártico y proyectan sus ideas hacia el espacio exterior.
En este marco, el espacio exterior es un territorio dedicado a La Paz donde los países renuncian a hacer la guerra. Especialmente en materia nuclear.
Lo cual no se considera incompatible con el uso para comunicaciones y observación.
Esto último enfoque es puesto en duda desde la iniciativa de la Guerra de las Galaxias y, en su forma más reciente, las nuevas fuerzas espaciales estadounidenses. La militarización del espacio.
Esta tradición lleva a pensar que si un país ataca a otro en el espacio está violando este principio y abriendo la caja de Pandora.
Al igual que el uso de armas nucleares, nadie está seguro de la conveniencia de lanzar la primera piedra e iniciar una escalada espacial impredecible que, obviamente, llueva metafóricamente sobra la propia Tierra.
En fin, habría que estudiar bastante más la materia y corroborar los detalles, pero incluso suponiendo que sean blancos legítimos (satélites de comunicaciones militares), si Rusia ataca satélites de otros países entonces estamos en una significativa escalada que necesariamente tendrá respuesta por parte del país afectado.