Si no se aprovecha semejante oportunidad, así estemos en crisis,es porque somos flor de bolu... !!!!!!!
El presidente brasileño
Luiz Inacio Lula da Silva fue, desde antes de que derrotara a
Bolsonaro, en octubre pasado, la apuesta de la administración
Biden para hacer pie nuevamente en la región. En el líder del PT, la Casa Blanca veía un futuro presidente alineado con su defensa de la democracia, el puente ideal para acercar no solo a Brasil sino también al resto de la región a Estados Unidos, en medio de la creciente rivalidad con China.
Poco de eso sucedió. El Lula de discurso antinorteamericano, voluntad de autonomía y liderazgo global y ambivalencia geopolítica mostró su cara apenas después de asumir. La prueba fue el viaje del mandatario brasileño a China, donde dio más señales de afecto a Beijing de las que esperaba Washington y criticó a Estados Unidos y al dólar. Unos días después, fue más allá y dijo que la guerra en Ucrania había sido lanzada por “dos países”.
Ante ese escenario,
la administración Biden elige ahora apostar a la Argentina como aliado estratégico.
Fotos montadas, sonrisas ficticias y diálogo roto entre los accionistas del Frente de Todos; el viento de cola que trae Brasil; la venganza que se teje contra Max Capital, la visita del ministro a una mesa de dinero y la híper a la vuelta de la esquina; qué piensan en Juntos por el Cambio y qué...
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La percepción del autor sobre la geopolítica, especialmente con respecto a la política exterior brasileña, me parece menos profunda que una piscina para niños.
El caso es que el sobre el jefe del Estado el sesgo partidista y las circunstancias influyen en las simpatías entre los distintos mandatarios pero nada mas que eso, así como las bochornosas declaraciones de sumisión del anterior presidente (el señor Bolsonaro), a Estados Unidos con su "alineamiento incondicional", u como se puede ver hoy con el actual jefe de Estado (señor Lula), con un extraño deseo de mostrar simpatía por países de su preferencia personal (Cuba, Irán, Nicaragua), y con su ya conocida admiración por China (aunque en el caso chino sí, estos son nuestros mayores socios comerciales), y toda la ideología que conlleva.
Sin embargo, es necesario comprender que las estrategias de la política exterior del Estado Brasileño son planificadas y ejecutadas según los designios del Ministerio de Relaciones Exteriores (Itamaraty), además de varios otros mecanismos como ejemplo las Comisiones de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional de las dos casas del Congreso Nacional y varias otras que cuidadosamente convierten en Políticas y Estrategias Nacionales de simple seguimiento con poca margen para movimientos basados en el deseo o la opinión de un presidente de turno, Brasil es un Estado con instituciones sólidas y no está a la deriva ni rendido a los caprichos de un presidente, cualquiera que sea.
Y por ahí, todos los países serios e importantes en la geopolítica global lo saben y no cambian el estatus de sus aliados o incluso sus alineaciones extraestratégicas solo porque un líder de turno tiene una preferencia o un discurso que no agrada a sus pares en el extranjero, por favor, estamos hablando de políticas a muy largo plazo entre naciones.
Brasil seguirá siendo exactamente como ha sido siempre en política exterior desde los tiempos del Imperio pasando por las dictaduras hasta llegar a la redemocratización.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa (incluso aquí en Brasil), Francia no fue enemigo de Brasil hasta el año pasado y ahora se ha convertido en nuestro aliado europeo solo porque el presidente anterior estaba en desacuerdo con el señor Macron, Brasil no ha dejado y no dejará de ser de hecho el mayor y más importante aliado occidental en la región (y de hecho lo es desde la participación en la Primeire y la Segunda Guerra Mundial), así como no dejará de tener excelentes relaciones políticas y comerciales con China y Rusia por intereses estratégicos del Estado y no por ideologías políticas o según la preferencia de esto o de aquello presidente.
Saludos cordiales.