En el marco de la Guerra de Revolución e Independencia Americana y Argentina, en 1821, la entonces llamada Provincia Oriental (actual Uruguay) integrada a las Provincias Unidas del Río de la Plata (herederas del Virreinato español homónimo), fue anexada al Brasil por el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve con el nombre de Provincia Cisplatina.
En 1825, y con el apoyo del gobierno argentino, un grupo de orientales y de otras provincias, llamados los Treinta y Tres Orientales, liderados por Juan Antonio Lavalleja, ingresó en la Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes brasileños.
El 25 de agosto de 1825, en el Congreso de Florida, se declaró la independencia del territorio oriental, y su unificación con los demás que conformaban las Provincias Unidas del Río de la Plata con la denominación de Provincia Oriental del Río de la Plata.
Cuando el Congreso argentino aceptó la integración y ordenó la provisión de la defensa y seguridad de esos territorios, dio motivos suficientes al Imperio del Brasil para declarar la guerra el 10 de diciembre de 1825 y, días después, procedió al bloqueo del puerto de Buenos Aires que, con avances y retrocesos, continuó hasta el final de la contienda ocurrida en 1828; período conocido como la Guerra contra el Imperio del Brasil.
La escuadra argentina
La respuesta argentina sobrevino el 1° de enero de 1826. Siendo que la contienda se desarrollaba cruzando el Río de la Plata, y debido al bloqueo que produjo grandes perjuicios comerciales, en enero el Congreso argentino procedió a organizar la escuadra nacional. Se compraron embarcaciones y se dio el mando a Guillermo Brown. La escuadra quedó conformada por un solo buque de gran porte, la fragata “25 de Mayo”, 4 bergantines, 3 goletas y 9 lanchas cañoneras.
Fragata 25 de Mayo, 1826. Acuarela de Emilio Biggeri.
Ante la escuadra imperial, la argentina no sólo era muy inferior en medios, sino también en maniobras conjuntas, dado que había sido recientemente formada. Los oficiales de la escuadra brasileña habían luchado juntos durante tres años en ocasión de la Guerra de Independencia contra los portugueses.
En los primeros meses de 1826, se sucedieron el Combate Naval de Punta Colares, el ataque a Colonia del Sacramento, el asalto a la fragata imperial Emperatriz y el Combate Naval de Los Pozos.
1- Combate de Punta Colares- José Murature, 1865; 2- Combate de Los Pozos; 3- Combate Naval de Los Pozos- Óleo de Antonio Somellera- Museo Histórico Nacional; 4- Combate de Los Pozos, de Hugo Lebán.
Respecto a este último, debido a las características del cañoneo sucedido el 11 de junio de 1826 en Los Pozos, la percepción de lo ocurrido fue bien diferente para partidarios de uno u otro bando.
Como el episodio se desarrolló frente a la vista atenta y atemorizada de la población de Buenos Aires, la neutralización de la división brasileña, muy superior en número, generó una difusión enfervorizada en la opinión pública local.
Para los brasileños, el corto enfrentamiento no ameritó mayores consideraciones, al punto que no se elevaron informes a la prensa y las autoridades imperiales sólo se limitaron a emitir sucintos despachos.
Parte del Combate Naval de Los Pozos- Archivo DEHN.
Así las cosas, la versión argentina fue mejor difundida a nivel internacional, produciendo cierto malestar entre las fuerzas navales brasileñas para quienes el festejo del enemigo ante un episodio para ellos sin trascendencia, resultaba insultante.
A su vez, las acciones navales en Los Pozos demostraron a los comandantes de la escuadra brasileña que sería inútil intentar un ataque contra los buques argentinos mientras éstos siguieran en las mismas posiciones elegidas hasta el momento. En consecuencia, optaron por una táctica defensiva que tentara a Brown a salir de su ubicación.
Durante más de seis semanas, la división naval imperial al mando del Capitán James Norton fue una visión cotidiana para la población de Buenos Aires. Mientras tanto, la escuadra argentina esperaba sus refuerzos provenientes de Chile.
1- Fragata 25 de Mayo; 2-Almirante Guillermo Brown.
Magnitud de la fuerza enemiga
Para julio de 1826, la escuadra argentina contaba con la fragata “25 de Mayo”; la barca “Congreso Nacional”; los bergantines “Independencia”, “República Argentina” y “General Balcarce”; las goletas “Río de la Plata”, “Pepa” y “Sarandí”; y ocho cañoneras.
Desde el Combate Naval de Los Pozos, día tras día, divisiones de la escuadra imperial se movieron y, en ocasiones, fondearon frente a Buenos Aires, intentando provocar la salida de los buques argentinos.
El 29 de julio, un informante oficial comunicó que las fuerzas brasileñas pretenderían cruzar las aguas de Buenos Aires, dato que se sumó a la presencia de 19 buques imperiales que se mantuvieron a la vela para luego fondear al este del canal exterior.
1- Estampilla de la Fragata 25 de Mayo, 1975; 2- Fragata 25 de Mayo- Emilio Biggeri; 4- Modelo a escala de la Fragata 25 de Mayo – Sala Independencia MUNN.
Ante los hechos, Brown reunió la escuadra y puso a sus comandantes al tanto de la situación y de su plan para un ataque nocturno dirigido a las embarcaciones fondeadas en rada exterior, con la intención de neutralizar la presión del oponente a como diera lugar. En los hechos fue un plan riesgoso, dada la superioridad y cercanía de la escuadra brasileña que podría dar apoyo rápidamente.
Brown reunió los buques y, durante la noche, abandonó el protegido fondeadero de Los Pozos en dirección a Quilmes, izando la insignia en la “25 de Mayo” que iba al mando del Coronel Tomás Espora. En la zona, se encontraba el grueso de la escuadra imperial.
Si bien esperaba sorprender a Norton, el control brasileño frustró toda posibilidad y, finalmente, se cruzó con la vanguardia brasileña dejando al descubierto la operación.
Norton ubicó la “Nictheroy” (o Niterói) al frente apoyado de la escuadra brasileña, quedando la “25 de Mayo” prácticamente sola para el enfrentamiento. Desde ésta, Brown comenzó el cañoneo contra la línea de la fuerza enemiga, haciendo fuego sobre los principales buques adversarios.
Combate Naval de Quilmes- Boceto a tinta de Emilio Biggeri.
Lamentablemente no fue bien apoyado en esa acción por sus comandantes, excepto por el Coronel de Marina Leonardo Rosales al frente de la goleta “Río de la Plata”, quien lo secundó eficazmente.
Durante hora y media y en medio de la oscuridad de la noche, los dos barcos republicanos se batieron con las naves brasileñas. El episodio concluyó sin resultados graves, pero condujo a una amonestación del Almirante Brown hacia sus comandantes por la falta de acompañamiento, seguida por las instrucciones correspondientes al combate a desarrollar al día siguiente.
Para la mañana del 30, la división imperial había recibido refuerzos, sumaba 23 unidades y se encontraba ubicada a dos millas del canal exterior, dispuesta en línea de batalla.
Ante la inminencia del combate, se efectuaron los preparativos. La “25 de Mayo”, comandada por Espora, nuevamente fue insignia, ahora acompañada por la “Río de la Plata” a popa de la formación.
Brown dio la última señal: “Es preferible irse a pique antes que rendir el pabellón”. No obstante, otra vez, los comandantes no acompañaron, algunos por quedar rezagados y otros por temor a quedar encerrados.
Combate Naval de Quilmes- Acuarela de Emilio Biggeri
La fragata “25 de Mayo” cortó la línea imperial a la altura del bergantín “Caboclo”. Durante tres horas consecutivas, los dos buques republicanos batieron sin cesar el fuego proveniente de las 23 unidades imperiales. La tripulación sufrió numerosas bajas, el mismo Espora resultó gravemente herido, y la “25 de Mayo” se encontró seriamente averiada: desarbolada de proa, escorada, y con 30 impactos sobre la flotación y 3 bajo la misma. Así, se retiró del combate rodeada por las cañoneras republicanas.
Brown pasó su insignia al “República” continuando el combate hasta que las naves brasileñas comenzaron a sondar poca agua, llegando a varar la “Nictheroy”. Norton se vio obligado a retirarse del combate y la escuadra argentina regresó a Buenos Aires, entrando en puerto empavesada como en días de gala.
Créditos: Gaceta Marinera Digital