@Suriyakmaps
Al entrar en octubre, se acerca la temporada de lluvias y con ella el fin de la contraofensiva ucraniana en el sur.
Durante los últimos días los ataques ucranianos han disminuido considerablemente y a pesar de que todavía se están asignando recursos a estos frentes las capacidades militares ucranianas logran un avance considerable y alcanzan, ya no el Mar de Azov, sino la segunda principal línea de defensa rusa, no son suficientes.
Poco a poco el foco de atención se desplazará del sur al este donde se espera que el
#RussianArmy , como hizo el año pasado, reanude operaciones ofensivas a lo largo de todo este frente, con el objetivo de controlar el resto del Donbás fuera de su control.
Un año después de la anexión de estos territorios, la situación sobre el terreno sigue siendo muy diferente a la de los nuevos mapas.
En la actualidad, las provincias anexas se dividen de la siguiente manera:
- Lugansk:
UA: 330 Km2 (1,24 %)
RuAF: 26354 kilómetros cuadrados (98,76 %)
- Donetsk:
UA: 11217 Km2 (42,31 %)
RuAF: 15.300 kilómetros cuadrados (57, 69%)
- Zaporizhia:
UA: 6929 Km2 (25,49 %)
RuAF: 20254 kilómetros cuadrados (74,51 %)
- Jersón:
UA: 7038 Km2 (24,73 %)
RuAF: 21423 kilómetros cuadrados (75,27 %)
Con esta situación, Rusia no ha podido tomar el territorio que considera propio, incluso a día de hoy las poblaciones del Donbas siguen siendo objetivo de los bombardeos ucranianos.
Esto tiene un impacto negativo en la imagen de Rusia, que parece incapaz de alcanzar los objetivos de la Operación Militar Especial. Por razones como estas, la opción de una gran ofensiva rusa es más que necesaria para cambiar la situación y evitar un congelamiento permanente del conflicto.
De hecho, los próximos meses presentarían una oportunidad para que la parte rusa inicie esta ofensiva, ya que el fracaso de la contraofensiva ucraniana afectará negativamente a las capacidades defensivas del
#UkrainianArmy , que, además de afrontar pérdidas cuantitativas durante la batalla de Bakhmut y los frentes del sur también tendrán que afrontar una reducción de la ayuda militar estadounidense.
Cada día parece más claro que Ucrania no puede ganar una guerra de larga duración, y menos aún contra una Rusia que todavía conserva grandes cantidades de recursos militares, incluidos los movilizados, una gran parte de los cuales aún no han entrado en combate y todavía están formándose en la parte trasera. En los próximos meses podemos ser testigos de cambios importantes en el curso de una guerra que se acerca a su segundo año.