Algunos comentarios.
Indudablemente el proceso electoral en Estado Unidos y las expectativas -y posiciones respecto al mismo que se forman tanto demócratas como republicanos- indudablemente tienen implicancias. Pero me parece que hay que hacer algunas advertencias.
La primera, mirar el calendario. Observar las fechas. Aún falta un año para el cambio de gobierno. Bastante tiempo para esta campaña, donde nada está definitivamente dicho.
Demasiado tiempo para pensar que durante el 2024 se definirán las cosas porque en el 2025 el presidente será D o R. Un largo año de campaña. Un largo año donde continúan siendo las mismas autoridades que ahora.
Durante este largo año es mucho más importante el posicionamiento de legisladores republicanos y demócratas que están peleando por sus respectivas reelecciones, que cualquier definición sobre quién será el próximo presidente. Lo mismo aplica a los gobernadores, los aparatos partidarios, los lobbys, etc. Un año de campaña es un año que afecta muchas cosas. Por ejemplo, la predisposición, o no, a aprobar los presupuestos o cerrar el gobierno, etc.
Esto es lo que parece estar observandosé, los legisladores ya están en campaña y eso condiciona sus posiciones respecto a la legislación y, en especial, el presupuesto.
Segunda aclaración. Dos años atrás, más o menos para esta fecha, se hablaba de la inminente "marea roja" en Estados Unidos. Se iba a pintar de rojo. Y no cualquier rojo, los simpatizantes de Trump eran los favoritos para controlarlo todo.
Durante meses este clima se vino sosteniendo y, finalmente, se hicieron las elecciones y.... prácticamente no hubo cambios. No hubo ninguna marea roja. Los demócratas conservan la mayoría de las posiciones. La mayoría de la ciudadanía voto igual que siempre. Es más, dentro del partido republicano la proporción de legisladores que eran claramente trumpistas era mínima. Muy por debajo de las expectativas iniciales.
La expectativas de la oleada roja se pareció más bien a una marejada.
Ahora se repite la misma historia. Vuelve a existir una extraordinaria espectativa de que el próximo presidente sea Trump y, junto a él, ahora sí, una gran oleada roja. Y quizás sucede, pero también es posible que vuelva a ser una marejada. Bien puede ganar Trump por muy poco y no retener el control del Capitolio. O puede que pierda, porque la costa este y oeste vuelven a votar mayoritariamente a azules. Quién sabe.
En cualquier caso, incluso suponiendo que Trump gane y, además, los republicanos controlen el parlamento, recomendaría volver a prestarle atención al calendario para todo el 2024 y recordar que puede que mucha de las expectativas alrededor de la campaña pueden estar siendo sobredimensionadas y que vuelva a repetirse una distancia entre entre la expectativa y la realidad verificable. Es decir, recordar ser prudentes.
Finalmente, recordar que no es la guerra en Ucrania, ni Israel, ni China, ni nada de política exterior lo que representarán la centralidad de las campañas y los ganadores y perdedores. Siempre será la política interna de Estados Unidos lo relevante. En muchos lugares, por ejemplo, el posicionamiento respecto al aborto puede ser muchísimo más relevante que cualquier asunto de política exterior. Generalmente, los debates y discusiones sobre la política exterior tienen poca o ninguna relevancia.
En fin, durante el 2024 Trump no será presidente. En principio, continuará siendo Biden la mayor parte del año, o todo el año.
Más importante de quién será presidente, es que Estados Unidos queda abocado a todo un año de campaña. Una campaña absorbida especialmente por cuestiones domésticas, no de política exterior.
Es a esta campaña doméstica, y el posicionamiento de los diversos legisladores en la búsqueda de sus respectivas reelecciones, a lo que hay que prestarle atención para entender su eventual impacto en la política exterior del país.
Me parece que la pregunta concreta será, por sí o por no ¿logra Ucrania continuar recibiendo la asistencia de Estados Unidos que obtuvo en los dos años previos? ¿O se degradará?
Si por la campaña domestica se observa el cierre del gobierno o el ajuste de presupuesto ¿Impactará en la asistencia a Ucrania? suponiendo que sí y que es un impacto negativo ¿cuánto tardará en reflejarse en el terreno? porque un cierre de hoy mismo puede verse en el campo recién dentro de un trimestre o dos, porque las cosas nunca son instantáneas.
Si pienso, a modo de pronostico, que nadie en Estados Unidos, sea azul o colorado, parece incentivado para acrecentar la asistencia. Así que, me parece que durante el 2024 el debate es sobre el grado en que se mantiene o decrece la asistencia, más no sobre nuevos incrementos.