Brasil construirá seis submarinos nucleares y 15 convencionales, además de reparar cinco en mantenimiento. El plan apunta a la defensa de la plataforma marina de 350 millas donde se concentra la principal riqueza petrolera del país, una soberanía reconocida por las Naciones Unidas pero discutida por la OTAN. El programa brasileño, definido por el gobierno de Lula da Silva, se extenderá hasta 2047. Pero ya en 2016 recibirá las primeras unidades convencionales y en 2021 la primera unidad atómica.
El almirante Julio Moura Neto, comandante de la Marina brasileña, confirmó en una entrevista con el diario Estado de Sao Paulo que la existencia de grandes cuencas petrolíferas en el litoral del país –la llamada “capa pre-sal” de crudo– justifican el esfuerzo: “La seguridad marítima y la nueva posición internacional de Brasil refuerzan la necesidad de priorizar una estrategia de disuasión”, dijo.
La estatal Petrobras descubrió en los últimos años yacimientos con un potencial superior a los 50.000 millones de barriles de petróleo en las cuencas de Santos y Campos, en las costas de los estados de San Pablo y Rio de Janeiro.
Brasil posee una costa de 8.500 kilómetros y la plataforma marina representa más de 4 millones y medio de kilómetros cuadrados. “En ese espacio se concentra la mayor parte de las capitales de los estados brasileños, con grandes complejos industriales, puertos y centenares de plataformas para la explotación submarina” recordó. El comandante dijo también que 90% del petróleo del país se origina en los yacimientos off shore.
La opción por el submarino nuclear tiene que ver con su capacidad de permanecer largo tiempo en las profundidades marinas sin ser descubiertos, amén de la gran velocidad que desarrollan gracias a la propulsión atómica. Esto permite, según Moura Neto, cubrir grandes distancias y atacar blancos múltiples “gracias a la movilidad, la discreción y el poder de fuego” de estos submarinos.
Concretado en 2008, el negocio de la construcción de los Scorpéne de tecnología francesa ya está en plena marcha.
El costo del primer navío atómico será de 2.700 millones de dólares dado que incluirá en su precio el costo de la transferencia de tecnología por parte del astillero francés DCNS, pero se calcula que los cinco siguientes saldrán a un costo de 740 millones de dólares.
El primer modelo atómico será recibido por la Marina a fines de 2021 . El total del contrato asciende a 9.200 millones de dólares e incluye cesión de tecnología así como los sistemas no atómicos de los navíos.
Mientras avanza el proceso de construcción, Brasil deberá poner a punto la planta nuclear de propulsión que será un desarrollo nacional. Al mismo tiempo tendrá que estar en condiciones de fabricar la cantidad necesaria de uranio enriquecido para alimentar esas instalaciones.
Se estima que la producción de uranio enriquecido en escala industrial, en Iperó (a 130 kilómetros de San Pablo) se iniciará a fines de diciembre. Hay un decisión de apurar la inauguración para que sea hecha por el presidente Lula da Silva, quien entregará el poder el 1° de enero a Dilma Rousseff.
La fabricación de los submarinos corre por cuenta del consorcio Bahía de Sepetiba que integran el grupo brasileño Odebrecht, la Marina y la compañía francesa fabricante de los Scorpéne, la DCNS. Las instalaciones del astillero, que corren por cuenta de esta constructora, deben terminar en 2015.
Lula, lleno de regalos
Ocho camiones llenos de regalos se tendrá que llevar a su casa Lula da Silva, el 31 de diciembre cuando deje el poder. El mandatario recibió 760.440 presentes desde que asumió en enero de 2003. Le regalaron batidoras para elaborar pasteles, espadas de oro con rubíes, del rey de Arabia Saudita, una compotera de cristal del Rey Juan Carlos y más de 1.000 camisetas de fútbol. Según la ley, los obsequios, guardados en depósitos oficiales, son propiedad del ciudadano que ejerce la Jefatura de Estado, y éste deberá llevarlos consigo cuando concluye su gestión.
BRASILIA. ANSA
http://www.clarin.com/mundo/america...ubmarinos-nucleares-petroleo_0_376762366.html