Derruido
Colaborador
Las Fuerzas Armadas del Paraguay hoy
Jul-02-08 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
El Paraguay es uno de los pocos países sudamericanos que en su historia militar se registran tantos hechos de heroísmo, valor y sacrificio acontecidos en el transcurso de dos largas y sangrientas guerras, libradas por la defensa de su territorio en contra de enemigos extranjeros muy superiores. Es por lo tanto hoy poco explicable que sean estas las Fuerzas Armadas con menor capacidad operativa de la región sudamericana, sólo superiores a las de Guyana y Surinam, si es que de alguna manera fueren comparables, dadas las diferencias de todos los factores de poder y potencial nacional.
El reciente encuentro en las antiguas trincheras de la batalla de Villamontes, entre los presidentes Evo Morales, Duarte Frutos y el electo Fernando Lugo, reafirmaron el deseo de paz entre los dos países, recordando la Guerra del Chaco (1932-1935), que dejó un total de 95.000 muertos para ambos bandos. Este acto fue significativo como gesto de distensión respecto a una hipótesis de conflicto, que aunque improbable, se encuentra siempre vigente.
La realidad militar paraguaya es el resultado de falta de implementación de políticas militares integradas a los demás sectores del Estado, quizás como sobreactuada reacción de algunos grupos políticos, claramente antimilitaristas, que durante décadas sufrieron la persecución y el exilio, y que hoy consideran que al mantenerlas en un mínimo nivel operativo, diluyen cualquier posible gravitación política futura. Esto es así como resultado del rol asignado al poder militar en el pasado, como instrumento de respaldo armado de los gobiernos dictatoriales y en los últimos años, por su participación en intentos golpistas contra gobiernos democráticos libremente elegidos, en los cuales coparticiparon también sectores políticos civiles.
Actualmente existe una probabilidad considerablemente alta de empeñar en forma generalizada a las Fuerzas Armadas contra organizaciones criminales que activan principalmente en la zona fronteriza con Brasil. El límite internacional con ese país tiene 1650 Km, aproximadamente lo mismo que con Argentina y unos 750 Km con Bolivia, magnitudes que superan la capacidad de control eficaz por la escasez de efectivos, incluso sumando a las fuerzas policiales. Hay un militar por cada 38 Km2 de territorio nacional y cada 588 habitantes.
Las llamadas "nuevas amenazas" como el narcotráfico, el tráfico de personas, de armas, el contrabando y el crimen organizado en general, se encuentran permanentemente activos en esa zona, aunque los incidentes armados son esporádicos y de poca intensidad. El despliegue de las Fuerzas Armadas en funciones policiales a lo largo de la franja fronteriza, favorece que las mismas puedan adquirir un fuerte protagonismo en caso de incrementarse el accionar de las referidas amenazas.
Respecto al terrorismo, desde el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, la atención sobre la Triple Frontera ha concentrado la actividad de los organismos de inteligencia de los tres países involucrados, para controlar a los grupos islámicos residentes. Si bien hasta ahora no se ha comprobado la actividad de grupos armados, en general se coincide en que se llevarían a cabo actividades de transferencia y lavado de dinero.
Desde el punto de vista del gasto militar, podemos observar que durante las últimas dos décadas estuvo en un máximo del 1.7 % del PBI en 1991, durante el gobierno de facto del General Andrés Rodríguez, lo que significó USD 90.8 millones de dólares en valores de moneda constante. Los datos recientes indican que en 2006 se gastó el 0.8 % del PBI, lo que representó USD 65 millones; sin embargo durante el 2007 se ha registrado un aumento del 34%. No obstante, la tendencia del gasto inferior al 1% del PBI, ha sido uniforme en el último quinquenio. Este escaso gasto es semejante, en porcentajes de distribución por rubros, al resto de los países sudamericanos, con una enorme incidencia en Gastos de Personal (sueldos, retiros y pensiones), escasa en Otros Gastos (mantenimiento y funcionamiento) y prácticamente inexistente en Reequipamiento de material. Cabe destacar la dificultad para verificar datos estadísticos precisos y confiables sobre el gasto militar en el caso de Paraguay.
Para apreciar la situación equipamiento podemos afirmar que en los últimos cinco años sólo se adquirieron, en condición de usados y a un precio simbólico: 6 aviones de entrenamiento T-25 Universal, 1 avión de transporte liviano CASA C-212 y 6 helicópteros utilitarios UH1H. Respecto al mantenimiento, Brasil efectuará a titulo gratuito el reacondicionamiento mecánico completo de los 40 vehículos blindados EE-9 Cascabel y EE 11 Urutú, los más modernos del inventario paraguayo, a un costo de USD 1.5 millones. Este país donó recientemente unos 12 antiguos transportes semiorugas M2 armados con cañones antiaéreos de 20 mm.
Las Fuerzas Armadas totalizan 10.100 efectivos (Ejército 7.600, Armada 1.400, Fuerza Aérea 1.100) de los cuales 2200 son conscriptos que efectúan el servicio militar por 12 meses en el Ejército y 2 años en la Armada. En 2001 se desencadenó un escándalo político cuando un comité del Senado comprobó que no revistaba el efectivo autorizado de 5.800 conscriptos, aun cuando se había asignado el presupuesto correspondiente y en realidad lo hacían muchos menos, o sea los actuales.
Es destacable remarcar que las dimensiones de las Fuerzas Policiales, superiores a las Fuerzas Armadas, son clasificadas como fuerzas paramilitares y suman 14.800 hombres, de los cuales 4000 son conscriptos. El conjunto de reservas instruidas es de 164.000 efectivos entre cuadros y tropas.
El Ejército esta constituido por sus formaciones y 3 Cuerpos de Ejército que tienen la responsabilidad de la defensa terrestre. Entre las formaciones se cuentan la Guardia Presidencial (en Asunción, que es un poderoso elemento organizado con 1 Batallón de Infantería, 1 Escuadrón de Blindados, 1 Batallón de Policía Militar y 1 Batería de Artillería), el Comando de Fuerzas Especiales (FFEE) con el Batallón FFEE 1 (Cerrito), el Comando de Artillería (Paraguarí) con la Escuela respectiva, 3 Grupos de Artillería de Campaña y 1 Grupo de Artillería Antiaérea, el Comando de Ingeniería (Tacumbú) con la Escuela y 6 Batallones, desplegados en otras localidades, el Comando de Comunicaciones (Tacumbú) con la Escuela y 1 Batallón de Comunicaciones. Además se deben mencionar los Comandos Logísticos (Asunción) y el Comando de Institutos Militares.
Este último concentra a la Academia Militar, el Liceo Militar, la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales, la Escuela de Comando y Estado Mayor, la Escuela de Educación Física y el Colegio de Suboficiales. Se debe destacar la existencia del Centro de Instrucción Militar para Estudiantes de Formación de Oficiales de Reserva (CIMEFOR), que cumple su actividad principalmente en los periodos de vacaciones universitarias y genera la incorporación permanente de oficiales subalternos. Este sistema de formación de reservistas fue iniciado en 1924.
Las Grandes Unidades de Batalla son los 3 Cuerpos de Ejército (CE) con un despliegue que cubre todo el territorio, delimitando sus jurisdicciones de defensa y seguridad mediante accidentes geográficos y límites departamentales. El Ier CE (Curuguaty) con la División de Infantería (DI) 3 (Caaguazú y Alto Paraná), la DI 4 (Concepción y Amambay y la División de Caballería (DC)3 (San Pedro y Norte de Caaguazú y Alto Paraná). El II CE (San Juan Bautista) con la DI 1 (Asunción, Central, Cordillera, Paraguari y Este de Presidente Hayes), la DI 2 (Villarrica, Caazapá y Itapúa) y la DC 2 (Neembucú y Misiones). El CE III (Mariscal Estigarribia) con la DI 5 (Olimpo y parte de Boquerón, al Norte del rio Ipané), la DI 6 (Boquerón, entre los rios Pilcomayo, Paraguay, Ipané y Verde) y la DC 1 (Suroeste de Boquerón y mitad Oeste de Presidente Hayes).
La denominación "División" no guarda relación con los efectivos y materiales que disponen, ya que en su organización cuentan con una sola Unidad Táctica (UT), designada como Regimiento de Infantería (que en realidad es un Batallón) y en las de Caballería cuentan con dos UTs, también denominadas Regimiento y asimismo de magnitud real inferior. Estas Divisiones cuentan con un número variable de Destacamentos de Frontera (DF) desplegados permanentemente en su jurisdicción con funciones adicionales policiales y aduaneras.
En definitiva el total las Unidades Tácticas de maniobra disponibles suman tan sólo 9 de Infantería, 3 de Caballería Blindada, 3 Montadas y 20 DFs (vigilancia estratégica operacional). Existe confianza en la conducción militar paraguaya que en caso de emergencia nacional las reservas permitirían organizar adicionalmente 4 de Caballería y 14 de Infantería para incrementar las organizaciones de las Divisiones a niveles operativamente aceptables, aunque es dudoso en que tiempo lo podrían hacer y con que armamento, materiales y equipos.
Es particularmente revelador cuando verificamos el armamento con que cuentan los elementos mencionados. El material blindado es escaso y antiguo: 12 tanques medianos M-4A3 Sherman, 5 livianos M-3 A1 Stuart, 30 vehículos blindados de reconocimiento (a rueda) EE-9 Cascabel, 8 M-8 y 10 vehículos blindados transporte de personal (a rueda) EE-11 Urutu.
La artillería de campaña remolcada cuenta con 20 cañones de 75mm modelo 1927/1934 y 15 de 105 mm M-101. Tienen además 6 piezas de artillería de costa de 152 mm Vikers Mk5. La artillería antiaérea dispone de 20 piezas Bofors de 20mm y 10 de 40 mm.M-1 A1.
La Armada esta organizada y equipada para asegurar la libre navegación por los ríos Paraná y Paraguay, de importancia estratégica vital como país mediterráneo para su conexión internacional. Dispone de un total de 20 unidades de combate de superficie menores (4 patrulleros fluviales artillados y 16 lanchas patrulleras), 2 embarcaciones anfibias menores, 14 unidades logísticas y auxiliares (transportes, remolcadores, balizador, ferryboat, balsas de carga y dique flotante), además de 1 lancha hidrográfica. Disponen de bases navales en Asunción (Puerto Sajonia), Bahía Negra y Ciudad del Este, además de 12 apostaderos navales a lo largo de los ríos. Poseen una reducida fuerza de Infantería de Marina organizada en 4 batallones disminuidos que totalizan 700 hombres, de los cuales 900 son conscriptos. La Aviación Naval se reduce a 5 aviones utilitarios y de entrenamiento y 3 helicópteros livianos.
La Fuerza Aérea está equipada tan sólo con 12 aviones de combate (5 EMB 326 Xavante, 3 EMB-312 Tucano, 4 antiguos AT-33 Shooting Star) y 12 aviones de transporte de variados tipos (1 B-707, 1 Beech 55, 1 C-47 Skytrain, 4 CASA 212 Aviocar, 1 Cessna 310, 2 Cessna 402B, 1 DHC-6 Twin Otter y 1 PA-32R Saratoga), complementados por 6 aviones utilitarios livianos y 12 de entrenamiento (T-35 Pillan). Los helicópteros con que cuentan son 7 UH-1H Iroquois, 3 HB-350 Esquilo y 1 Hughes 300.
A pesar de una capacidad operativa con grandes deficiencias, como resultante final de reducidos gastos, pocos efectivos y sistemas de armas que se distinguen más por su antigüedad que por su operatividad, se debe resaltar un factor que siempre cuesta mucho ponderar, sea con números o con adjetivos calificativos: cuál es el factor humano, especialmente en lo que hace al adiestramiento, voluntad de lucha y espíritu de sacrificio. Es oportuno relatar una anécdota que permite extraer alguna conclusión en este aspecto sobre el soldado paraguayo.
Hace pocos años dos Agregados Militares europeos, en un viaje de turismo-aventura-obtención de información por el inhóspito Chaco paraguayo, llegaron a un aislado y precario puesto avanzado del Ejército, seguramente una fracción perteneciente a algún Destacamento de Frontera, en el que prestaban servicio unos pocos soldados al mando de un suboficial. Ante la inesperada visita y como agasajo, los soldados paraguayos prepararon un asado con chanchos salvajes, los que fueron cazados en el momento por un soldado con su fusil reglamentario. Al regreso los Agregados relataron a sus colegas su asombro por las primitivas y sufridas condiciones de vida de esa tropa, agregando finalmente uno de ellos, ahora con auténtica admiración, que a pesar de las apariencias de esos soldados, no le gustaría enfrentarse con ninguno de ellos en combate, ya que él vio cómo el soldado cazador efectuó sólo tres disparos, con los cuales mató dos chanchos pequeños a considerable distancia, errándole por poco a un tercero, lo que a su juicio significaba un notable rendimiento de tiro del 66 % de impactos mortales sobre blancos móviles y de dimensiones mucho menores que las de un humano.
Fuentes:
"Balance Militar de América del Sur" Nueva Mayoría, Buenos Aires, 2004
"Military Balance 2006-2007" International Institute for Strategic Studies, Londres, 2007
Jul-02-08 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
El Paraguay es uno de los pocos países sudamericanos que en su historia militar se registran tantos hechos de heroísmo, valor y sacrificio acontecidos en el transcurso de dos largas y sangrientas guerras, libradas por la defensa de su territorio en contra de enemigos extranjeros muy superiores. Es por lo tanto hoy poco explicable que sean estas las Fuerzas Armadas con menor capacidad operativa de la región sudamericana, sólo superiores a las de Guyana y Surinam, si es que de alguna manera fueren comparables, dadas las diferencias de todos los factores de poder y potencial nacional.
El reciente encuentro en las antiguas trincheras de la batalla de Villamontes, entre los presidentes Evo Morales, Duarte Frutos y el electo Fernando Lugo, reafirmaron el deseo de paz entre los dos países, recordando la Guerra del Chaco (1932-1935), que dejó un total de 95.000 muertos para ambos bandos. Este acto fue significativo como gesto de distensión respecto a una hipótesis de conflicto, que aunque improbable, se encuentra siempre vigente.
La realidad militar paraguaya es el resultado de falta de implementación de políticas militares integradas a los demás sectores del Estado, quizás como sobreactuada reacción de algunos grupos políticos, claramente antimilitaristas, que durante décadas sufrieron la persecución y el exilio, y que hoy consideran que al mantenerlas en un mínimo nivel operativo, diluyen cualquier posible gravitación política futura. Esto es así como resultado del rol asignado al poder militar en el pasado, como instrumento de respaldo armado de los gobiernos dictatoriales y en los últimos años, por su participación en intentos golpistas contra gobiernos democráticos libremente elegidos, en los cuales coparticiparon también sectores políticos civiles.
Actualmente existe una probabilidad considerablemente alta de empeñar en forma generalizada a las Fuerzas Armadas contra organizaciones criminales que activan principalmente en la zona fronteriza con Brasil. El límite internacional con ese país tiene 1650 Km, aproximadamente lo mismo que con Argentina y unos 750 Km con Bolivia, magnitudes que superan la capacidad de control eficaz por la escasez de efectivos, incluso sumando a las fuerzas policiales. Hay un militar por cada 38 Km2 de territorio nacional y cada 588 habitantes.
Las llamadas "nuevas amenazas" como el narcotráfico, el tráfico de personas, de armas, el contrabando y el crimen organizado en general, se encuentran permanentemente activos en esa zona, aunque los incidentes armados son esporádicos y de poca intensidad. El despliegue de las Fuerzas Armadas en funciones policiales a lo largo de la franja fronteriza, favorece que las mismas puedan adquirir un fuerte protagonismo en caso de incrementarse el accionar de las referidas amenazas.
Respecto al terrorismo, desde el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, la atención sobre la Triple Frontera ha concentrado la actividad de los organismos de inteligencia de los tres países involucrados, para controlar a los grupos islámicos residentes. Si bien hasta ahora no se ha comprobado la actividad de grupos armados, en general se coincide en que se llevarían a cabo actividades de transferencia y lavado de dinero.
Desde el punto de vista del gasto militar, podemos observar que durante las últimas dos décadas estuvo en un máximo del 1.7 % del PBI en 1991, durante el gobierno de facto del General Andrés Rodríguez, lo que significó USD 90.8 millones de dólares en valores de moneda constante. Los datos recientes indican que en 2006 se gastó el 0.8 % del PBI, lo que representó USD 65 millones; sin embargo durante el 2007 se ha registrado un aumento del 34%. No obstante, la tendencia del gasto inferior al 1% del PBI, ha sido uniforme en el último quinquenio. Este escaso gasto es semejante, en porcentajes de distribución por rubros, al resto de los países sudamericanos, con una enorme incidencia en Gastos de Personal (sueldos, retiros y pensiones), escasa en Otros Gastos (mantenimiento y funcionamiento) y prácticamente inexistente en Reequipamiento de material. Cabe destacar la dificultad para verificar datos estadísticos precisos y confiables sobre el gasto militar en el caso de Paraguay.
Para apreciar la situación equipamiento podemos afirmar que en los últimos cinco años sólo se adquirieron, en condición de usados y a un precio simbólico: 6 aviones de entrenamiento T-25 Universal, 1 avión de transporte liviano CASA C-212 y 6 helicópteros utilitarios UH1H. Respecto al mantenimiento, Brasil efectuará a titulo gratuito el reacondicionamiento mecánico completo de los 40 vehículos blindados EE-9 Cascabel y EE 11 Urutú, los más modernos del inventario paraguayo, a un costo de USD 1.5 millones. Este país donó recientemente unos 12 antiguos transportes semiorugas M2 armados con cañones antiaéreos de 20 mm.
Las Fuerzas Armadas totalizan 10.100 efectivos (Ejército 7.600, Armada 1.400, Fuerza Aérea 1.100) de los cuales 2200 son conscriptos que efectúan el servicio militar por 12 meses en el Ejército y 2 años en la Armada. En 2001 se desencadenó un escándalo político cuando un comité del Senado comprobó que no revistaba el efectivo autorizado de 5.800 conscriptos, aun cuando se había asignado el presupuesto correspondiente y en realidad lo hacían muchos menos, o sea los actuales.
Es destacable remarcar que las dimensiones de las Fuerzas Policiales, superiores a las Fuerzas Armadas, son clasificadas como fuerzas paramilitares y suman 14.800 hombres, de los cuales 4000 son conscriptos. El conjunto de reservas instruidas es de 164.000 efectivos entre cuadros y tropas.
El Ejército esta constituido por sus formaciones y 3 Cuerpos de Ejército que tienen la responsabilidad de la defensa terrestre. Entre las formaciones se cuentan la Guardia Presidencial (en Asunción, que es un poderoso elemento organizado con 1 Batallón de Infantería, 1 Escuadrón de Blindados, 1 Batallón de Policía Militar y 1 Batería de Artillería), el Comando de Fuerzas Especiales (FFEE) con el Batallón FFEE 1 (Cerrito), el Comando de Artillería (Paraguarí) con la Escuela respectiva, 3 Grupos de Artillería de Campaña y 1 Grupo de Artillería Antiaérea, el Comando de Ingeniería (Tacumbú) con la Escuela y 6 Batallones, desplegados en otras localidades, el Comando de Comunicaciones (Tacumbú) con la Escuela y 1 Batallón de Comunicaciones. Además se deben mencionar los Comandos Logísticos (Asunción) y el Comando de Institutos Militares.
Este último concentra a la Academia Militar, el Liceo Militar, la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales, la Escuela de Comando y Estado Mayor, la Escuela de Educación Física y el Colegio de Suboficiales. Se debe destacar la existencia del Centro de Instrucción Militar para Estudiantes de Formación de Oficiales de Reserva (CIMEFOR), que cumple su actividad principalmente en los periodos de vacaciones universitarias y genera la incorporación permanente de oficiales subalternos. Este sistema de formación de reservistas fue iniciado en 1924.
Las Grandes Unidades de Batalla son los 3 Cuerpos de Ejército (CE) con un despliegue que cubre todo el territorio, delimitando sus jurisdicciones de defensa y seguridad mediante accidentes geográficos y límites departamentales. El Ier CE (Curuguaty) con la División de Infantería (DI) 3 (Caaguazú y Alto Paraná), la DI 4 (Concepción y Amambay y la División de Caballería (DC)3 (San Pedro y Norte de Caaguazú y Alto Paraná). El II CE (San Juan Bautista) con la DI 1 (Asunción, Central, Cordillera, Paraguari y Este de Presidente Hayes), la DI 2 (Villarrica, Caazapá y Itapúa) y la DC 2 (Neembucú y Misiones). El CE III (Mariscal Estigarribia) con la DI 5 (Olimpo y parte de Boquerón, al Norte del rio Ipané), la DI 6 (Boquerón, entre los rios Pilcomayo, Paraguay, Ipané y Verde) y la DC 1 (Suroeste de Boquerón y mitad Oeste de Presidente Hayes).
La denominación "División" no guarda relación con los efectivos y materiales que disponen, ya que en su organización cuentan con una sola Unidad Táctica (UT), designada como Regimiento de Infantería (que en realidad es un Batallón) y en las de Caballería cuentan con dos UTs, también denominadas Regimiento y asimismo de magnitud real inferior. Estas Divisiones cuentan con un número variable de Destacamentos de Frontera (DF) desplegados permanentemente en su jurisdicción con funciones adicionales policiales y aduaneras.
En definitiva el total las Unidades Tácticas de maniobra disponibles suman tan sólo 9 de Infantería, 3 de Caballería Blindada, 3 Montadas y 20 DFs (vigilancia estratégica operacional). Existe confianza en la conducción militar paraguaya que en caso de emergencia nacional las reservas permitirían organizar adicionalmente 4 de Caballería y 14 de Infantería para incrementar las organizaciones de las Divisiones a niveles operativamente aceptables, aunque es dudoso en que tiempo lo podrían hacer y con que armamento, materiales y equipos.
Es particularmente revelador cuando verificamos el armamento con que cuentan los elementos mencionados. El material blindado es escaso y antiguo: 12 tanques medianos M-4A3 Sherman, 5 livianos M-3 A1 Stuart, 30 vehículos blindados de reconocimiento (a rueda) EE-9 Cascabel, 8 M-8 y 10 vehículos blindados transporte de personal (a rueda) EE-11 Urutu.
La artillería de campaña remolcada cuenta con 20 cañones de 75mm modelo 1927/1934 y 15 de 105 mm M-101. Tienen además 6 piezas de artillería de costa de 152 mm Vikers Mk5. La artillería antiaérea dispone de 20 piezas Bofors de 20mm y 10 de 40 mm.M-1 A1.
La Armada esta organizada y equipada para asegurar la libre navegación por los ríos Paraná y Paraguay, de importancia estratégica vital como país mediterráneo para su conexión internacional. Dispone de un total de 20 unidades de combate de superficie menores (4 patrulleros fluviales artillados y 16 lanchas patrulleras), 2 embarcaciones anfibias menores, 14 unidades logísticas y auxiliares (transportes, remolcadores, balizador, ferryboat, balsas de carga y dique flotante), además de 1 lancha hidrográfica. Disponen de bases navales en Asunción (Puerto Sajonia), Bahía Negra y Ciudad del Este, además de 12 apostaderos navales a lo largo de los ríos. Poseen una reducida fuerza de Infantería de Marina organizada en 4 batallones disminuidos que totalizan 700 hombres, de los cuales 900 son conscriptos. La Aviación Naval se reduce a 5 aviones utilitarios y de entrenamiento y 3 helicópteros livianos.
La Fuerza Aérea está equipada tan sólo con 12 aviones de combate (5 EMB 326 Xavante, 3 EMB-312 Tucano, 4 antiguos AT-33 Shooting Star) y 12 aviones de transporte de variados tipos (1 B-707, 1 Beech 55, 1 C-47 Skytrain, 4 CASA 212 Aviocar, 1 Cessna 310, 2 Cessna 402B, 1 DHC-6 Twin Otter y 1 PA-32R Saratoga), complementados por 6 aviones utilitarios livianos y 12 de entrenamiento (T-35 Pillan). Los helicópteros con que cuentan son 7 UH-1H Iroquois, 3 HB-350 Esquilo y 1 Hughes 300.
A pesar de una capacidad operativa con grandes deficiencias, como resultante final de reducidos gastos, pocos efectivos y sistemas de armas que se distinguen más por su antigüedad que por su operatividad, se debe resaltar un factor que siempre cuesta mucho ponderar, sea con números o con adjetivos calificativos: cuál es el factor humano, especialmente en lo que hace al adiestramiento, voluntad de lucha y espíritu de sacrificio. Es oportuno relatar una anécdota que permite extraer alguna conclusión en este aspecto sobre el soldado paraguayo.
Hace pocos años dos Agregados Militares europeos, en un viaje de turismo-aventura-obtención de información por el inhóspito Chaco paraguayo, llegaron a un aislado y precario puesto avanzado del Ejército, seguramente una fracción perteneciente a algún Destacamento de Frontera, en el que prestaban servicio unos pocos soldados al mando de un suboficial. Ante la inesperada visita y como agasajo, los soldados paraguayos prepararon un asado con chanchos salvajes, los que fueron cazados en el momento por un soldado con su fusil reglamentario. Al regreso los Agregados relataron a sus colegas su asombro por las primitivas y sufridas condiciones de vida de esa tropa, agregando finalmente uno de ellos, ahora con auténtica admiración, que a pesar de las apariencias de esos soldados, no le gustaría enfrentarse con ninguno de ellos en combate, ya que él vio cómo el soldado cazador efectuó sólo tres disparos, con los cuales mató dos chanchos pequeños a considerable distancia, errándole por poco a un tercero, lo que a su juicio significaba un notable rendimiento de tiro del 66 % de impactos mortales sobre blancos móviles y de dimensiones mucho menores que las de un humano.
Fuentes:
"Balance Militar de América del Sur" Nueva Mayoría, Buenos Aires, 2004
"Military Balance 2006-2007" International Institute for Strategic Studies, Londres, 2007