La historia de Pucheta a sido mantenida oculta por otros intereces, al parecer, más importantes que la VERDAD DE LOS HECHOS.
Pero que paso con Pucheta , que otros intereses pueden haber que mantengan oculta la VERDAD DE LOS HECHOS
Rey:
Que gusto!!!
La verdad tenía que postearte algo pero con la acelerada vida, fue pasando el tiempo. Pero ya retomaré el hilo.
Respecto de Pucheta es lo mismo que el Cabo Quiroga, Cbo 1ro Dátoli, Sarg Scuaglia y los soldados.
Quizás un generalato, era más importante que la lealtad a los subalternos.
MEDALLA “LA NACION ARGENTINA AL VALOR EN COMBATE”
Teniente Coronel CARLOS ALBERTO QUEVEDO
Texto de la condecoración:
Dirigir los fuegos de su Unidad personalmente, pese a sus problemas de salud y hasta el momento en que su ultima pieza permaneció en servicio, y demostrar sobresalientes conocimientos profesionales y condiciones personales de de excepción, basada en un gran espíritu de adaptación, integración y plena entrega al servicio. Con tan eficaz trabajo, las Unidades dispusieron en forma permanente de su apoyo de fuego con rapidez y excepcional eficacia, aun cuando su Unidad era batida por intenso cañoneo naval y de contrabatería. Su valiosa colaboración fue reconocida por el Comando en Jefe de la Armada.
Para obtener las condecoraciones Cruz al Heroico Valor en Combate y Medalla Al Valor en Combate, interpreto que necesariamente se debe haber enfrentado al enemigo y haber combatido. Interpreto que necesariamente debe haber existido algún hecho de arrojo frente al enemigo compuesto al menos de dos elementos: el fuego, es decir haber disparado al enemigo y la maniobra, es decir haber realizado algún movimiento frente al enemigo con los siguientes objetivos: Eliminarlo, hacerlo desistir de su acción o retardar su accionar, o haber desarrollado algún movimiento para el rescate de algún camarada o grupo de camaradas heridos o aferrados por el enemigo, siempre con riesgo de perdida de la vida.
El valor solo se puede demostrar en situaciones particulares donde existe un alto riesgo, para el caso de la guerra ese riesgo es la perdida de la vida. Pero además debe existir la conciencia de ese riesgo y la superación del instinto de supervivencia por medio de la razón. Sin estos elementos no seria Valor.
Si ponemos estos elementos en el campo de batalla nos debe llamar la atención del texto de la condecoración otorgada al Tcnl CARLOS ALBERTO QUEVEDO. Ya que no existe en dicho texto mención a combate ni maniobra ni hecho de riesgo.
No digo con esto que el Tcnl Quevedo no merezca la condecoración, muy por el contrario la merece, pero es una verdadera desgracia que no se conozcan los verdaderos motivos por los cuales lo merece.
Solo deseo expresar la poca responsabilidad, seriedad y dedicación al estudio de los hechos por parte de quienes lo condecoraron. Esa misma poca responsabilidad, seriedad y dedicación son las que dejaron fuera de los reconocimientos a los soldados, suboficiales y oficiales que aún lo merecen y no son reconocidos.
El texto de la condecoración al Tcnl Carlos Alberto Quevedo debería ser modificada. El actual Texto concuerda con lo que correspondería a una Calificación Anual del Tcnl.
Para poder entender perfectamente bien lo que expreso debemos hacer un análisis detallado.
El texto de la condecoración comienza diciendo:
“Dirigir los fuegos de su Unidad personalmente, pese a sus problemas de salud y hasta el momento en que su ultima pieza permaneció en servicio”
Salvo por los problemas de salud del Tcnl Quevedo, el resto es lo que hicieron todos. La responsabilidad del Tcnl era dirigir los fuegos hasta el final del combate, la del resto que los fuegos sean ejecutados, desde los soldados, los suboficiales hasta los oficiales. Este párrafo de la condecoración no expresa motivo alguno, por si solo, para una condecoración “Al Valor En Combate”.
Merece una consideración especial su estado de salud. El Tcnl Quevedo, fue a Malvinas luego de una operación quirúrgica que le dejó solo 60centímetros de intestino y cuando aún no se había recuperado. El Tcnl Quevedo no quiso, bajo ningún motivo, que su personal fuera al combate sin él. Esto es un verdadero mérito.
El texto continua diciendo :
“Demostrar sobresalientes conocimientos profesionales y condiciones personales de excepción, basada en un gran espíritu de adaptación, integración y plena entrega al servicio”Muchas veces me he preguntado si no tuviera sobresalientes conocimientos profesionales y condiciones personales, ¿Podría haber ascendido al grado de TCNL?. Es por ello que esas condiciones no fueron adquiridas durante el combate, el TCNL ya las poseía con anterioridad y de hecho así fue. Tampoco estas características fueron decisivas para cambiar el curso de la guerra o lograr un mejor desenvolvimiento de la Unidad en Combate. Estas características no tuvieron gravedad sobre los acontecimientos. De lo contrario estaríamos diciendo que no todos los Jefes de Unidades están capacitados para conducir sus Unidades en situación de Guerra. Respecto del basamento de estas cualidades como el espíritu de adaptación, la integración y la entrega al servicio, son principios que se deben tener incluso antes de elegir la carrera militar. Los que no tienen estos principios ni deberían integrar las Fuerza Armadas. Ellas tienen entre otras cosas “Dedicación Exclusiva” lo que es un nombre mas común para expresar la plena entrega al servicio. Por otro lado las Fuerzas Armadas son un gran equipo o deberían serlo y es por ello que la adaptación y la integración deben ser anteriores al Combate y no algo que surge en el momento.
El texto conitnua diciendo:
“Con tan eficaz trabajo, las Unidades dispusieron en forma permanente de su apoyo de fuego con rapidez y excepcional eficacia”. Para ello nos entrenamos y para ello adiestramos a nuestros soldados. No haber sido así implicaría la interpretación de una Unidad de Combate que consume el dinero de los contribuyentes sin hacer lo que le corresponde en tiempo de paz. Nuestra Unidad, como Unidad de Elite del Ejército Argentino estuvo perfectamente entrenada desde su Jefe hasta el Ultimo Soldado. Nuestros soldados tenían un entrenamiento físico excepcional ya que se entrenaron como “Paracaidistas”, Psicológicamente aptos para afrontar situaciones de riesgo y con un concepto de trabajo en equipo inigualable y que definitivamente ha quedado plasmado en la Historia de los Ingleses y la Armada Argentina, ya que a la fecha y dentro del mismo Ejército, aún esconden el desempeño del Grupo de Artillería Paracaidista 4.
El texto continúa diciendo
“aún cuando su Unidad era batida por intenso cañoneo naval y de contrabatería.” Esta parte del texto si expresa la realidad del Combate. Y lo expresa literalmente “su Unidad era batida” No expresa que él fuera batido por el fuego del enemigo sino su personal. Y esto fue así, no porque el Tcnl hubiera preferido estar fuera del alcance del enemigo, sino porque su estado de salud no le permitió estar físicamente en la primera línea de combate.
El Tcnl Quevedo goza del reconocimiento de cada unos de sus soldados por lo que hizo durante la guerra. Siempre el Tcnl se ocupó de que a los soldados no les faltara nada, dentro de lo humanamente posible. Además de haber conducido los fuegos.
Resulta poco comprensible que haya tantos Cuadros condecorados y tan pocos soldados. En una relación numérica 8% de oficiales condecorados, 1% de suboficiales condecorados y 0,2% de soldados condecorados.
El 3% de Oficiales muertos, el 1,7% de suboficiales muertos y el 1,9% de soldados muertos.
A mi entender debería haber mas soldados condecorados.
En el caso particular del Grupo de Artillería Paracaidista 4, Fueron muchos más los que cruzaron la línea del deber y dieron mucho más de lo humanamente posible por salvar las vidas de los infantes que combatían y cuando ya no quedaban infantes se constituyeron en el único elemento que separaba a los ingleses de Puerto Argentino, manteniendo la posición, demorando el ataque final sobre Puerto Argentino no permitiendo el avance del enemigo hasta que se mostró la Bandera Blanca de la rendición.
No recuerdo bien los horarios pues la situación que se vivía no me permitía estar mirando mi reloj. Pero recuerdo que el día 14 por la madrugada el Tcnl Quevedo ordena el repliegue de la Batería Comando y Servicios y la Bateria de Tiro B y ordena que la Batería de Tiro C permanezca en la posición. A esa altura de los acontecimientos la Batería de Tiro C queda sin El Centro de Dirección de Tiro de la Unidad que formando parte de la Batería Comando y Servicios se repliega sobre Puerto Argentino y por lo que escuche en apoyo al Grupo de Artillería 3.
Tampoco existía comunicación telefónica con el escalón superior. Solo existía un equipo de radio en posesión del Jefe de la Batería C que se encontraba en su refugio a unos 150 metros de la posición de tiro de la Batería (donde se encontraban los cañones) y donde caían los proyectiles del enemigo y sin ninguna otra orden que la de permanecer en la Posición, es decir no existía ningún plan para ser ejecutado por el personal de la Batería.
Para ese entonces la situación de la Batería de Tiro C era la siguiente: El enemigo se encontraba agrupándose en cercanías del Cuartel de los Royal Marines (Aproximadamente a un kilómetro y medio hacia el oeste de nuestra posición). La seguridad perimetral de la Posición de Tiro habia sido disminuida como consecuencia del repliegue de la Batería Comando y Servicio y que dejaba libre al enemigo la posibilidad de atacarnos por el sureste y el este y por el repliegue de la Batería de Tiro B que dejaba descubierto el Sector Sur y Suroeste de la Batería C. Las tropas de Infantería del Ejercito ya se habían replegado a Puerto Argentino no quedando ningún otro elemento del Ejército Argentino al frente de nuestra posición. De los seis cañones que teníamos solo quedaba uno en condiciones de continuar ejecutando fuego de artillería. La munición era por demás escasa pero no eran mas de 50 tiros. El mecánico Artillero jamás estuvo en la posición para tratar de reparar los cañones a pesar de haberse dado la novedad el Jefe de la Batería C cada vez que un cañón se rompía. La única pieza en servicio se encontraba enterrada hasta los ejes y era imposible moverla o mejor dicho o se movía la pieza o se combatía.
El subteniente Luis Maria Pucheta que era el Jefe de la Sección Comando de la Batería de Tiro Organiza con su gente un nuevo perímetro defensivo a fin de evitar, disminuir o detectar una incursión enemiga por las alturas de Super Hill. Pocas horas más tarde nos damos cuenta que el Sargento 1ro Dick Brend Palavecino, sin orden alguna, replegó la seguridad y marcho hacia Puerto Argentino dejando nuevamente la Posición sin seguridad Perimetral y a merced de un ataque enemigo.
El enemigo comienza con los fuegos de preparación sobre nuestra posición (Nutrido fuego de las armas de apoyo de fuego como ser cañones, morteros y fuego naval) con el fin de aplastarnos contra el terreno y no permitirnos realizar la defensa de la posición y quitarnos la posibilidad de movernos en forma segura.
No teniendo otra orden que permanecer en la Posición de Tiro, comenzamos a organizar la defensa con el Subteniente Pucheta. Para ese entonces solo contábamos con 15 soldados y 5 suboficiales. Que no habían huido del combate.
El plan consistía en ejecutar fuegos cada vez que los ingleses iniciaran el avance sobre Puerto Argentino. Estos fuegos serían fuegos con espoleta a tiempo para batir Infantería Desplegada. Cada Proyectil barre una zona de 50 metros de frente por unos 100 metros de fondo ocasionando la mayor cantidad de bajas al enemigo. Así se realizó y con inesperado éxito. Los ingleses no pudieron avanzar como pensaban y les costó mucho acercarse hasta los 400 metros de la posición donde hicieron un alto para reorganizarse e iniciar la carga final sobre la posición que defendíamos.
Aún no despuntaba el sol y nuestros refugios habían quedado destruidos por la acción del fuego enemigo y no había lugar para protegerse. Para todo esto no teníamos noticias de nuestra Unidad y no sabíamos porque motivo el Grupo de Artillería 3 no batia al enemigo que teníamos escasamente a 400 metros de distancia. Es más, al no poseer comunicaciones tampoco podíamos pedir apoyo de fuego. La Batería Comando y Servicios en su repliegue llevo consigo todo el material de comunicaciones y por lo tanto no teníamos manera de comunicarnos. Nuestro Jefe de Batería no daba señales de vida y los gritos llamando eran tapados por el fuego de la artillería enemiga y los fuegos navales.
Reunidos con los suboficiales y los soldados en cercanías del cañón y dentro de los escombros de lo que fue un refugio esperábamos la carga del enemigo.
El Subteniente Pucheta junto con el Sargento Squaglia me proponen hacer un ataque al enemigo avanzando por las alturas de Super Hill a lo cual me negué enfáticamente pues era perder dos hombres que serían más útiles combatiendo desde la posición y eventualmente haciendo repliegues sucesivos hasta que alguien nos viniera a ayudar.
En esos momentos unos Blindados del Escuadrón de Caballería Blindado 10 avanzan por la Ruta hacia el enemigo pero pocos metros mas adelante da la vuelta y se repliegan ingresando al Pueblo. Estábamos completamente solos.
El Soldado Walter Moyano le dice al Soldado Walter Rubies que se fuera de la posición pues no tenia sentido que murieran los dos. El soldado Rubies permanece en la Posición. El soldado Moyano le dice a la Madre, mirando el cielo “Mamá perdóname por lo que voy a hacer, pero quizás tu hijo no vuelva”. El soldado Gustavo Ramé carga con su compañero que se encuentra paralizado por los acontecimientos. El soldado Maidana gradúa las espoletas, el soldado Zapata prepara el desayuno argumentando que es preferible morir con el estomago lleno. El sargento Squaglia y el Cabo 1ro Datoli comienzan a repartir munición de fusil, granadas de mano y granadas para fusil. Los soldados Ortiz, Toledo, villordo, Almada, Heredia, Cunelio, Pereña, Menéndez y Toledo esperan la ultima hazaña abrazados sus fusiles listos para enfrentar al enemigo. Los suboficiales Sargento Squaglia, Cbo 1ro Datoli y Castro y los cabos Alvarez y Quiroga, quizás mas conscientes que los soldados me hacen ver en sus rostros que la situación se va a poner muy difícil.
Se incrementa el fuego de la artillería enemiga e inician sus fuegos los morteros ingleses misiles y armas pesadas, todo sobre nuestra posición. Comenzaría en breve la carga del enemigo sobre Puerto Argentino.
La carga final es la parte mas sangrienta del combate ya que no se toman prisioneros y se elimina a todo enemigo en el camino, armado o desarmado, sano o herido. Todo se elimina.
Salimos a iniciar el fuego con nuestro cañón. El Cbo 1ro Datoli coloca la Bandera Argentina sobre el Escudo del cañón y comienza a gritarle a los ingleses que vengan. Esto enardece a los soldados que comienzan a gritarle a los ingleses que vengan si se animan. Ejecutamos un disparo directamente sobre el enemigo abriendo una gran brecha en su frente. El enemigo detiene el avance solo para reorganizarse y nuevamente se lanza al ataque y nuevamente abrimos fuego abriendo otra brecha en el frente enemigo. El avance se detiene y volvemos a cubrirnos del fuego de la artillería enemiga. El fuego del enemigo también cesa y todo es silencio en el campo de batalla. A los pocos minutos el fuego enemigo comienza a batir la posición pero esta vez es mucho mas volumen de fuego que las veces anteriores. Nuevamente ocupamos nuestros puestos en el cañón para disparar los últimos dos proyectiles que nos quedaban pero nos damos cuenta que el proyectil quedo atascado y el cerrojo no cierra. El Cbo 1ro Datoli toma el destacador y comienza a trabajar para sacar el proyectil pero no lo logra. Intenta el Sargento Squaglia y no lo logra. El Cbo Cocinero Quiroga toma el desatacador y comienza a pegarle al proyectil sin medir fuerzas. Le digo que el proyectil no se golpea sino que se empuja y que si continuaba golpeando volaríamos todos. El me responde “Ya estamos Muertos”.
Nos desplegamos en el terreno para hacer una línea defensiva y combatir como infantería. Pero el enemigo Ingles es prudente y avanza con temor de sufrir nuevas bajas. Ellos no saben que nuestro cañón ya no sirve. Eso nos da tiempo para evaluar la situación y nos damos cuenta que estamos completamente solos contra toda la Fuerza de Tarea Inglesa frente a nosotros. No podíamos quedar aferrados porque ello significaría la muerte de todos. Trescientos o cuatrocientos metros a retaguardia alcanzo a divisar una línea defensiva establecida por unos suboficiales de la Armada Argentina. Organizamos un repliegue en dos etapas. La primera era alcanzar la primera construcción del pueblo. Una casita verde que fue usada como Puesto Comando del Grupo de Artillería. La segunda etapa alcanzar la línea defensiva de los Marinos.
El soldado Ortiz ejecuta fuego lanzando Granadas con su fusil y otros disparan sobre los ingleses. Iniciamos el repliegue bajo el fuego del enemigo, lo hicimos tal cual como lo habíamos practicado tantas veces en el cuartel solo que esta vez tenia otros matices. El fuego enemigo era completo y total, miles de luces que se nos acercaban y explosiones en todo el terreno.
Doscientos metros nos separaban de la entrada al pueblo donde pensaba que podíamos estar mas a resguardo del fuego inglés. Doscientos metros que no alcanzábamos nunca. Doscientos metros eran tan lejos que no creímos poder lograrlo. Al llegar realizamos la comprobación de personal, es decir controlar que estábamos todos pero nos falta un soldado. El Cbo 1ro Datoli grita “Es mio” y sin darnos oportunidad de nada volvió corriendo a la posición, que era el mismísimo infierno, para buscar a su soldado. Lo veíamos corriendo en medio de las explosiones removiendo escombros buscando a su soldado. Evidentemente no existió para él deber mas sagrado que rescatar a su soldado aún a costa de su propia vida. Afortunadamente el soldado estaba ileso, solo que el fuego del enemigo lo desplazo hacia el sur en su repliegue y llegó mas tarde. Afortunadamente el Cbo 1ro Datoli volvió ileso.
Reunidos nuevamente iniciamos la segunda etapa del repliegue. Ya en proximidades de los marinos me doy cuenta que todos eran de 40 años o mas. Los gestos de su rostro lo decían todo “Vamos a Morir” pero allí estaban firmes en la defensa de lo que consideramos nuestro. Nos unimos a ellos para reforzar su decisión, su actitud y mostrarles que no estaban solos.
Minutos después el silencio llenó el espacio y con lagrimas en los ojos vimos avanzar un jeep con una bandera blanca en su antena. La guerra había terminado.
Mis soldados fueron muy valientes, enfrentaron la muerte mil veces en un día para darle apoyo de fuego a sus camaradas infantes y al Batallón de Infantería de Marina 5. Los he visto sangrar de los oídos debido al intenso ruido y ondas expansivas, los he visto sangrar de sus manos de cargar tantas veces los cañones. Los he visto correr entre las explosiones del enemigo cargando los cajones de Munición desde el polvorín hasta los cañones. Yo vi a mis soldados entre las explosiones y vi que no se cubrían del fuego enemigo porque sabían que con su sacrificio estaban salvando a sus compañeros del frente. Y cuando ellos fueron el frente los vi con más valor que antes. Convencidos que iban a la muerte segura no me abandonaron y por el contrario me dieron el aliento que mis jefes no me dieron, mas aún me lo dieron con el ejemplo lo cual no deja dudas. Pues debe ser muy fácil arengar a la tropa y preguntarles que prefieren huir por las colinas o morir al pié del cañón. Siempre y cuando mueran ellos. Pues quien arengó sabia que no estaría al pié del cañón.
Los que no estuvieron en el combate hoy están condecorados y los que combatieron sufren en silencio la más vil traición.
Nuestro Jefe, el entonces Tcnl Quevedo quedó prisionero en las Islas como todo Jefe de Unidad. Al descubrir los ingleses la situación de salud del Tcnl Quevedo lo envian al continente.
Cuando llegó a la Unidad hizo una reunión con los Oficiales que combatimos en Malvinas y nos dijo que La Comisión del Arma de Artillería le dijo que NO propusieran muchas condecoraciones, pues de ser así no condecorarían a nadie.
De hecho interpretamos que nunca se condecora a muchos sino simplemente a quienes lo merecen. Los que lo merecen nunca son muchos.
Así fue como al final nos enteramos que las propuestas se hicieron como vulgarmente se dice “A dedo”. Así resulta como una condecoración se justifica, incomprensiblemente, en hechos, valores y condiciones profesionales que nada tienen que ver con los hechos del combate.
En la vida se ganan y se pierden cosas, pero
no es aceptable que nos cambien la historia. Es triste cuando un Soldado, hoy padre, le cuenta a sus hijos lo que le tocó vivir en la guerra al solo efecto de que sus hijos cumplan con la tarea que les pidieron en la escuela y que como resultado de la interacción de los niños con sus docentes y compañeros, vuelven a casa y le pregunten a su padre si le dieron una condecoración por lo que hizo como que debiera existir algo material que certifique lo que ellos hicieron. En pocas palabras sus hijos dudan de tener un padre que fue valiente en la guerra.
Llevo casi 20 años pidiéndole a los que fueron mis superiores que deben proponer la condecoración de mis soldados. Algunos me han respondido que ya ha pasado mucho tiempo (condecorado al Esfuerzo y Abnegación) Coronel Cerezo. Otro me decía que las condecoraciones y los reconocimientos se otorgan con el fin de destacar a determinado personal a fin de ser imitado por otros. Que hoy hay algunos que por su situación actual no pueden ser ejemplo de nada (Cnl Perandones). Otro (condecorado AL VALOR EN COMBATE”), nunca me dijo que no y que le enviara las propuestas. Nunca en 20 años las recibió, eso dice cada vez que pregunto. A esta misma persona se lo han pedido algunos soldados y siempre hizo oídos sordos.
Cuando pienso en el por qué de estas actitudes, fundamentalmente de militares condecorados, creo que es por ocultar algo que ellos reconocen que no estuvo bien y que les puede acarrear alguna consecuencia no deseada.
Sería lógico preguntarle al entonces Jefe del Grupo de Artillería Paracaidista 4, si son verídicos los hechos por los cuales habría que condecorar a los soldados.
Sería complicada la respuesta para quien esta condecorado por los mismos hechos pero que no participo. Es decir el entonces Jefe no puede decir que esos hechos no existieron y si existieron como explicaría que él no propuso condecoraciones para esos soldados y suboficiales. Y si no existieron por qué él lleva una medalla en el pecho?.
Ya falleció el Soldado Toledo, Ya falleció el Padre del Coronel Luis María Pucheta sin poder ver el fruto de la educación que le dio a su hijo.
Pero además de esto es triste enterarse que en el Colegio Militar de la Nación no le enseñen a los Artilleros que la Artillería Argentina cumplió con su deber y que lo hizo derrochando Valor y Bravura. La Artillería también tiene una historia reciente que podría incentivar a los nuevos Oficiales. La Artillería no es el Ejercito y en este caso la generalización del desempeño en la guerra la perjudica y perjudica a la Nación.
Mientras la Infantería relata los combates y les pone nombres a los personajes que ejecutaron las acciones. Mientras el Grupo de Artillería 3 le pone nombre a los personajes que ejecutaron las acciones, Sistemáticamente en los relatos del Grupo de Artillería Paracaidista 4 no existen personajes simplemente son hechos ocurridos relatados por quienes lo vivieron pero al parecer estaban solos.
Cuenta resumidamente el Gral Quevedo:
A las 0600 horas, el Comandante. de la Agrupación Ejército de Puerto Argentino puso a disposición de la Unidad los vehículos necesarios para hacer un cambio de posición a retaguardia, pero el cañoneo de la artillería enemiga era tan intenso que llevó al Jefe de Unidad a proponer no ejecutarlo por cuanto en esa situación hubiera ocasionando gran cantidad de bajas.
A las 0800 horas, el enemigo estaba a 700 metros de la posición y sólo quedaba una pieza en servicio . En esta oportunidad el Comandante ordenó que se replegara el personal de la Unidad. La pieza que estaba en servicio continuó disparando con puntería directa hasta quedar inutilizada, cuando la infantería enemiga estaba a sólo 400 mts.
Concentrado el repliegue sobre el punto de reunión (Cementerio de Puerto Argentino) me presentaron la Unidad. Momentos antes viví el momento de mayor emoción en toda la guerra. Prácticamente para nosotros había terminado todo, ya se escuchaba el "silencio en el campo de combate" y me reuní con el 2do Jefe, el Oficial de Operaciones y los tres Jefes de Batería. Les quise decir todo lo que sentía en ese momento, no se si lo logré. Mi intención era decirles toda la tristeza que sentía por la derrota, pero sí también que sentía, sin lugar a dudas, que como Artilleros habíamos cumplido. Pienso que esas caras, esos ojos de mis hombres, no se borrarán jamas de mi mente. Dios quiera que así sea, porque creo que jamás vi rostros que dijeran tanto, tanto dolor y tanta alegría, había lágrimas en la mayoría.
El General Quevedo no vivenció lo que sus soldados hicieron, el dice y será cierto que a las 0800 recibió la orden de replegarse. Y por lo tanto no pudo ver mas nada sobre lo que sucedía en el campo de combate. Si bien fue informado de las acciones en forma detallada jamás reconoció oficialmente lo que sus soldados hicieron PUES EL NO LOS VIÓ. no estaba.
No hay nombres, no habla de Quiroga, no habla de Datoli, No habla de Pucheta, ni habla de los soldados. Y no habla por que no estuvo, por que no lo vió.
Entonces su condecoración, por el texto de la misma no le corresponde.
En realidad a ningún artillero le interesó que hizo la artillería en la guerra. Es más, fue tan barata para ellos la guerra que ni siquiera le dedicaron una hora de su inutil tiempo a investigar lo sucedido.
En definitiva he llegado a pensar que nos dejaron en la posición solo para hacer más Glorioso al GA4 (más muertos). Sin una **** misión que cumplir, ni siquiera con una simple recomendación de nada. Jamás me dijeron algo tan simple como "No deje que pase el enemigo". Nada. Nos abandonaron en el frente y en el peor momento.
Sólo mis pocos soldados (15) mis (5) suboficiales y mi Subt. Pucheta, se quedaron conmigo. Todos y cada uno de ellos mas valientes que yo, pues llegué a pensar que estaban locos ante semejante demostración de Valor para enfrentar la muerte. Quizás ante semejante injustícia y vil traición a la Lealtad y al Honor, Dios se apiadó de nosotros y no permitió que ninguno muriera.
Rey, me metiste el dedo y salté.
POR favor: No le peguen a Mi Ejército, el no tiene la culpa. Son los hombres que están dentro (con nombre y apellido) los que hicieron posible esto.
---------- Post added at 11:23 ---------- Previous post was at 11:15 ----------
gabino una pregunta a que distancia de la boca de fuego calculas vos que esplotaban las granadas con espoleta a tiempo . gracias y saludos
Las espoletas estaban reguladas para 700,650, 600, 550 metros, a que distancia exactamente explotaban no lo se bien. Varias explotaron sobre los ingleses, pero no todas, hubo alguna que expoltó casi al salir del tubo. Esa nos asustó. Todo ésto iva en contra de lo que dicen los manuales. Pero no había alternativa.
Un abrazo
Gabino