un pais, dos sistemas”
Hong Kong puede ser el modelo para recuperar las Islas Malvinas
Gran Bretaña se escuda en la negativa de los isleños para rechazar toda posible negociación con Argentina por la soberanía de Malvinas. Parece difícil que los ex kelpers, hoy ciudadanos plenos británicos, acepten convertirse en argentinos. Sin embargo, la fórmula “un país, dos sistemas”, negociada por Londres con Beijing para devolver Hong Kong a China, podría destrabar el impasse y tener un efecto positivo sobre la credibilidad internacional de nuestro país.
Ver Comentarios
Por Diego Laje | 13.03.2010 | 04:04 Gran Bretaña reaccionó a las recientes declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, sobre Malvinas con lo mismo de siempre: “Si quieren las Malvinas, tienen que hablar con los malvinenses”.
Inclusive, fuentes del gobierno del premier Gordon Brown filtraron a la prensa que en Londres había “preocupación” por la oferta de gestiones de Washington, y porque uno de sus funcionarios había utilizado el término Malvinas, y no el de Malvinas.
De todos modos, el eje del problema pasa a ser cada vez más la opinión del puñado de miles de isleños.
La tarea de convencer a esos hombres y mujeres parece titánica: ¿quién quiere pasar de ser un británico de primera clase a ser un ****** de segunda? Sin embargo, la historia tiene, con matices, un caso reciente.
Súbditos orientales. El traspaso de la colonia británica de Hong Kong a China se negoció a partir de 1982. Y, tras el acuerdo, seis millones de súbditos de la corona se convirtieron en miembros del pueblo chino.
En 1982, China estaba destruida después de la Revolución Cultural y el estado del país era, por mucho, peor que el de la Argentina ahora.
Lo notable fue que se lograron alinear los intereses de todos, con la fórmula “un país, dos sistemas”. Hong Kong se convirtió en un territorio autónomo en todo, salvo en defensa y política exterior.
Esta fórmula generó beneficios para China, al tiempo que garantizó a los súbditos hongkoneses la continuidad de su estilo de vida.
“Quizás los malvinenses acepten algún tipo de compromiso,” comentó a PERFIL Rob McBride, un periodista británico que tabajó durante los 80 en el diario Penguin News de Puerto Argentino y cubre Hong Kong desde 1991.
China, igual que nuestro país, sigue sin poder consolidar instituciones sólidas y tribunales creíbles. Esto dificulta su acceso a mercados internacionales de capital.
Con el cambio de jurisdicción de Hong Kong a China, el gigante asiático ganó una jurisdicción con la tradición del “common law” británico, que mantendrá intacta según el tratado de traspaso.
Sin dependencia. En Hong Kong, los chinos firman contratos con el mundo y sus empresas se financian en mercados internacionales. No dependen de Beijing ni de Londres.
Alex Fong, presidente de la Cámara General de Comercio de Hong Kong, afirma que el rol de esta ciudad es el de puente entre China y el mundo.
“Muchas de las fusiones y adquisiciones de la región se hacen a través de Hong Kong, por nuestro marco legal”, explicó Fong a PERFIL.
Si la Argentina heredara una jurisdicción de ese tipo se bajaría el riesgo de inversión y las empresas locales accederían a financiamiento sólo disponible en los países centrales.
De aplicarse en el Atlántico Sur la solución hongkonesa, nuestro país obtendría un premio que, por mucho, superaría las potenciales regalías del petróleo que, supuestamente, se encuentran en el fondo del mar que rodea al archipiélago de las Malvinas.
Ante esto, cabe destacar que la consultora energética Platts publicó un informe reciente en el que califica la probabilidad de encontrar petróleo en Malvinas como baja, y habla de la exploración casi como una “timba.”
De todas maneras, “si se hablara directamente con los isleños, y se llegara a algún tipo de acuerdo sobre las regalías, se podría llegar a buen resultado”, evaluó McBride.
Fórmula mejor. Una fórmula dentro del esquema “un país, dos sistemas,” sirve al interés argentino mejor que si se restituyera ese territorio y se integrara como una jurisdicción más. Empresas bien financiadas serían fuente de empleo y desarrollo para todos los argentinos.
“Es interesante comparar los dos casos, hay similitudes cuando se mira a ambos como resabios del imperio británico,” explicó McBride; “hay diferencias, en las Malvinas hay pocos miles de personas que no sienten presión por negociar con la Argentina”.
Sin embargo, el periodista hizo un análisis a largo plazo: “Con la menguante influencia británica, se puede argumentar que en los años venideros (...) no se podrá contar siempre con la protección militar británica”.
Cambio de reclamo. De modificarse la posición argentina que pide una restitución sin considerar la opinión local, se estaría explorando un camino nuevo con un potencial económico enorme para el país.
Al mismo tiempo, la sola sos pecha de los malvinenses de pasar a depender de Buenos Aires, los aterra. La fórmula de Hong Kong es la manera de proveer garantías.
*Desde Hong Kong.