CIUDAD DE GAZA.- Tanques de infantería israelí ingresaron en la medianoche de hoy en la Franja de Gaza, mientras se escuchaban duelos de artillería pesada, en una expansión de la ofensiva israelí que entró en su octava jornada que busca derrotar a los milicianos de Hamas, la organización extremista islámica que controla la región palestina.
Las emisoras de televisión locales difundieron imágenes de soldados marchando hacia Gaza luego del atardecer. Podían oírse enfrentamientos armados, luego de que las tropas cruzaron la frontera. Los israelíes recibieron también el respaldo de helicópteros artillados.
Las autoridades del ministerio de Defensa de Israel habían dicho previamente que alrededor de 10.000 soldados se habían concentrado a lo largo de la frontera en días recientes.
Funcionarios israelíes afirmaron que el fuego de artillería pesada en las primeras horas de la noche del sábado tenía como propósito hacer detonar artefactos explosivos y minas que había colocado Hamas a lo largo de la frontera, antes del ingreso de soldados.
La ofensiva de Israel contra Hamas comenzó hace una semana, con bombardeos aéreos de numerosos objetivos de Hamas, entre ellos jefaturas policiales, cuarteles de bomberos, mezquitas, universidades, y el parlamento.
El intento inicial era frenar los ataques de cohetes de Hamas contra poblaciones fronterizas israelíes, pero Hamas continuó lanzando cohetes contra Israel.
Israel frenó inicialmente una ofensiva terrestre, aparentemente por temores a las bajas entre los soldados israelíes, y preocupaciones de quedar empantanada en Gaza, territorio que abandonó en 2005, luego de varios años de resistencia de los palestinos.
Los líderes de Hamas alertaron que las tropas israelíes recibirían una violenta bienvenida. También amenazaron con reanudar los ataques suicidas en Israel.
Según testigos, si bien los tanques y la infantería israelí ingresaron en Gaza al atardecer, se quedaron muy cerca de la frontera. El fuego de la artillería pesada fue dirigido al este de la superpoblada Ciudad de Gaza, en sitios donde, según las autoridades israelíes, fueron emplazados combatientes de Hamas.
En la primera semana de ataques aéreos, más de 460 palestinos murieron, y más de 2.600 resultaron heridos. Una agencia de las Naciones Unidas dijo que entre un 10% y un 25% de las bajas palestinas correspondían a civiles.
Ofensiva mortal. Tras apenas una semana, son casi tantos muertos como en las cinco semanas de la "Operation Defensive Shield" en la primavera de 2002. En aquel entonces, murieron, según la ONU, 497 personas cuando el Ejército israelí ingresó en las ciudades palestinas en Cisjordania tras una ola de atentados suicidas.
"Muchos muertos aún están debajo de las montañas de escombros", dijo el portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Chris Gunness. Al menos un cuarto de los muertos, según sus palabras, son civiles. "Más de 70 niños murieron. Es un disparate absoluto", agregó Gunness.
Hoy, más temprano, los ataques aéreos habían provocado la muerte de un comandante de alto rango del brazo armado de Hamas, Abu Zakaria al-Jamal, además de destrozos en depósitos de armas, centros de entrenamiento y casas de varios dirigentes. La mayoría de los objetivos ya estaban abandonados.
Pedido de paz internacional. Esta segunda etapa acelera los gestos internacionales para lograr un alto el fuego. El presidente francés Nicolas Sarkozy visitará la región la próxima semana, mientras que el mandatario estadounidense George W. Bush y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se mostraron favorables a una tregua supervisada por la comunidad internacional.
Israel lanzó la ofensiva el 27 de diciembre, en respuesta al creciente número de ataques con cohetes emprendidos por milicianos de Hamas en Gaza.
En la Franja de Gaza, cuyos pasos fronterizos han sido bloqueados por Israel, 1,5 millones de palestinos no pueden escapar del conflicto. Los residentes enfrentan bombas, misiles, falta de electricidad y largas filas para conseguir pan en calles llenas de escombros y vidrios rotos.
Tras apenas una semana, son casi tantos muertos como en las cinco semanas de la "Operation Defensive Shield" en la primavera de 2002. En aquel entonces, murieron, según la ONU, 497 personas cuando el Ejército israelí ingresó en las ciudades palestinas en Cisjordania tras una ola de atentados suicidas.
"Muchos muertos aún están debajo de las montañas de escombros", dijo el portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa), Chris Gunness. Al menos un cuarto de los muertos, según sus palabras, son civiles. "Más de 40 niños fueron matados. Es un disparate absoluto", agregó Gunness.
Israel culpa al movimiento radical islámico Hamas de la intervención militar así como de las víctimas y los daños. Según datos del ejército israelí, combatientes de Hamas establecieron depósitos de armas en zonas densamente pobladas o en mezquitas.
Advertencias. La ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, enumeró lo que hace el Ejército para mantener reducida la cifra de víctimas entre la población civil. "Lanzamos volantes desde el aire y decimos a la gente que se tiene que ir. Llamamos a las personas y les advertimos que ocurrirá algo y les pedimos que abandonen el lugar", dijo Livni. Unas 90.000 llamadas de avertencia fueron realizadas antes de los ataques contra objetivos de Hamas, aseguró.
Para la población civil, los bombardeos son una única pesadilla. "La gente simplemente tiene miedo de salir a la calle", relata Nabil Hilles. "Además, no se sabe si el vecino es un hombre de Hamas que está en la lista de objetivos", dice el padre de tres hijos.
Hamas no es una organización secreta que utiliza un escondite aquí y allá. Hamas está profundamente arraigada en el pueblo palestino. No sólo tiene un ala militar con unos 16.500 combatientes bien formados y armados, sino que además es un partido religioso y nacionalista. Tiene sedes en toda la Franja de Gaza. Muchas de ellas fueron transformadas en escombros en los últimos ocho días.