Una "perlita" del periodismo argentino
Con respecto a lo que comente anteriormente en este thread, el "reportaje" de Fanny Mandelbaum a nuestros heroes en el canal oficial, quiero compartir aqui un texto que me mandaran desde Buenos Aires en el 2007. Aqui va:
Les cuento una curiosidad, una perlita que pasará al olvido si casi nadie la vio y que ningún medio comentará.
Hoy jueves 14 de junio, unos quince minutos antes de las 12 del mediodía en el programa “Mañana vemos” que se emite por el Canal 7, entrevistaron a un héroe de la Guerra de Malvinas, llamado Horacio Mir González, que hace 25 años era piloto y capitán en la Fuerza Aérea.
Las que lo entrevistaron eran la “momia” Fanny Mandelbaum y su paisana la “forra” Carla Czudnowsky. El hombre estuvo excelente con todas sus respuestas y las dejó pagando a las dos anti-argentinas lavadoras de cerebros.
No alcancé a escuchar el avión que piloteaba porque enganché el reportaje empezado, pero creo que vi lo mejor.
A lo que voy, es que ambas mujeres parecían verdaderamente 2 hienas atacándolo, en particular la Mandelbaum, que a lo largo de la entrevista le preguntó 4 veces si no tenía remordimiento por esos pobres hombres que estaban a bordo de la fragata inglesa que el habia hundido.
Aparte hacían hincapié en un solo barco, cuando en el subtitulado del propio Canal 7, además de poner el nombre del piloto decía que Argentina durante la Guerra de Malvinas le hundió 11 barcos a los ingleses (no 8 como dice la “historia oficial”). Mientras él hablaba, pasaban el video mudo de un documental inglés donde se ve el ataque de los aviones argentinos y hundimiento de la Ardent paso a paso. Aparecía también el capitán de la fragata, de apellido West.
El piloto Horacio Mir González contó que “en esa época los pilotos de la Fuerza Aérea estaban muy bien entrenados, como lo hacen habitualmente hoy los pilotos de los países más avanzados del mundo”. Le pidieron que contara su historia y dijo que él estaba en Tandil y lo trasladaron a Río Gallegos el 2 de abril. Ante la primera interrupción de la Mandelbaum, con su pregunta sobre los pobres marineritos de la Ardent, le respondió que “a él, el país le dio un trabajo, defenderlo. Él era un profesional, la nación invirtió mucho dinero para que él defendiera el país ante una agresión externa. La Fuerza Aérea al contrario de las otras Fuerzas nunca había entrado en combate y al contrario de lo que la mayoría piensa, el militar no está todos los días pensando en hacer una guerra, el militar debe estar preparado para ello si lamentablemente sucede. El cumplió su misión para la cual el país lo había preparado, defenderlo”.
Siguió contando su historia, que el 1º de mayo fue el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea cuando la flota inglesa avanzó atacando Puerto Argentino y Argentina entonces lanzó al ataque todos los aviones que tenía en stock, algo que sorprendió a los ingleses y retrocedieron. Le preguntó la Carla riéndose, si tuvo miedo, y el le dijo que sí y que cuando se tiene miedo uno tiene más cuidado y atención en todo lo que hace. A esto volvió la Mandelbaum con la misma pregunta y le respondió Mir González: “El ataque al barco enemigo es el último eslabón de una serie de pasos, primero enterarse de la misión 90 minutos antes, luego despegar, volar a 900 kilómetros por hora a ras del agua para que no ser detectado por el radar enemigo, luego atacar encerrado en una frágil cápsula, acercarse al objetivo lanzando todas las bombas en el blanco y tratar de regresar sano y salvo eludiendo los cañones y aviones enemigos. Yo durante el ataque a la Ardent sólo me preocupaba de que todos mis hombres regresen con vida”.
Siguió contando que esos momentos no se olvidan jamás y que al contrario de lo que muchos detractores dicen, “la Argentina nunca tuvo pilotos kamikazes sino que eran excelentes profesionales admirados por todas las fuerzas aéreas del mundo, incluso la inglesa”. Volvió la vieja a insistir con su pregunta y le respondió: “A mí lo que me duele son los 55 hombres que perdió la Fuerza Aérea, y los otros que perdió mi país, de los ingleses, que se preocupe su gente. Me hubiera gustado que nadie perdiera la vida, pero hubieran muertos muchos más, si la Fuerza Aérea no se hubiera desempeñado con tanta eficacia”.
A lo que la Mandelbaum en ese preciso momento hizo una acotación de mal gusto, dijo textualmente, sonriendo: “Bueno, los que murieron por la Argentina juraron con gloria morir”.
La forra de la Carla le preguntó que pensaba de los pobres civiles que fueron llevados a combatir en Malvinas. Él le dijo que “no había civiles en las islas, eran conscriptos, soldados y que del lado de la Fuerza Aérea todos estaban orgullosos de defender la patria, que le pregunte a cualquiera que pasó por la Fuerza Aérea en 1982. Que él no habla por las otras Fuerzas. En todo caso, ya que en estos 25 años se ha hablado largo y tendido sobre lo que sucedió en Malvinas, que consulten a otros interlocutores para que analicen la guerra desde el punto de vista político, que él lo hace desde su desempeño como piloto de un país agredido”.
Siguió contando su experiencia y vuelve la Mandel con su preguntita llena de odio y el piloto la remató: “Señora, los que estaban a bordo de la fragata inglesa sabían que podían perder la vida, al igual que nosotros, lo que no sabían era que Argentina tenía tan buenos pilotos. Yo estuve en Congresos Internacionales y me encontré con muchos de los sobrevivientes de la Ardent y me hablaron con admiración del valor de los argentinos, no con odio. En el último congreso que participé, en el año 2000, pidieron un piloto que haya combatido en Malvinas y tuve la suerte que me enviaron a mí, que en ese entonces ya era Brigadier. Allí conocí al capitán de la Ardent, que había llegado a ser Comandante de la Marina Real. Lo conocí a Sandy Woodward el comandante de la Task Force y todos, todos, reconocieron fuera de micrófono que las Malvinas son argentinas, que nos pertenecen por historia, por derecho y por el valor con que la defendimos, algo que no vieron en ninguna de las guerras en que ellos participaron, y mire que estuvieron en muchas. Yo tengo la satisfacción del deber cumplido”.
Entonces la Mandel dijo que les estaban haciendo señas para que corten y lo despidieron fríamente.