La Marina de Guerra de Rusia pone rumbo hacia la modernización
El pasado 29 de octubre se celebró la ceremonia de botadura de la fragata “Almirante de la URSS Gorshkov”, buque insignia del proyecto 22350, el primer buque de guerra proyectado, puesto de quilla y botado en la época post soviética.
El programa de construcción naval para la Marina de Guerra rusa poco a poco adquiere ritmo: se están proyectando o construyendo ya suficientes navíos y submarinos como para poder hacerse una idea de la imagen que tendrá la Flota Rusa en unos 10-20 años. ¿Cuál será esa imagen?
Antes de hablar de los modelos concretos de buques y submarinos, antes que todo es provechoso delinear la tendencia general de desarrollo de la Flota actual que es completamente diferente de la Marina soviética de hace 30-35 años.
Esa tendencia busca homologar al máximo los nuevos proyectos de buques y submarinos en base a las llamadas “plataformas universales”, que posteriormente se completan con módulos de equipos y armamentos específicos en función de los objetivos del buque de guerra en cuestión.
El mismo principio se aplica a la flota submarina: los cascos de alta resistencia de los submarinos estratégicos y de los nuevos submarinos multifuncionales se montan también mediante módulos homologados. Los submarinos disponen de un mismo tipo de sistema energético y de equipos hidro-acústicos y radioelectrónicos.
La diferencia consiste en el armamento principal que portan, los submarinos estratégicos con rampas de lanzamiento para misiles balísticos “Bulavá”, y en el caso de los submarinos multifuncionales, rampas de lanzamiento universales para diferentes tipos de misiles.
En el diseño de los buques de superficie también se usan en la actualidad elementos homologados: sistemas de suministro de energía, rampas de lanzamiento, equipo radio-electrónico, etc. La necesidad de semejante homologación se hizo patente en la URSS a principios de los años 80, cuando la Flota era una aglomeración de buques de diferentes tipos y los submarinos se estaban construyendo en pequeñas series y ofrecían unas diferencias abismales en cuanto a armamento y equipo.
Esta circunstancia complicaba mucho el mantenimiento y la reparación de los buques, su abastecimiento, el adiestramiento de sus tripulaciones, etc. En los años 80 se empezaron a diseñar proyectos unificados que habrían de cambiar la Flota para mediados de los 90 – principios de los 2000, pero, debido a causas bien conocidas, esos planes no pudieron ponerse en práctica.
Rusia heredó una Flota reducida en tamaño, en esencia muy anticuada, complicada de mantener y todavía más difícil de emplear en las nuevas condiciones. En los años 2000, se procedió a vertebrar una nueva Flota nacional.
Sumbarinos, la fuerza clave de la Marina de Guerra
El poderío marítimo de Rusia sigue y seguirá dependiendo en el futuro en su Flota submarina. Esta no es sólo la opinión de expertos, sino también de la cúpula castrense del Ministerio de Defensa del país.
Se trata en primer lugar, de los submarinos atómicos estratégicos que deben asumir el papel líder en el “trío nuclear”, ya que deberán portar la mitad o más de los 1.500 misiles balísticos intercontinentales que dispondrá Rusia para finales de 2010.
Si dejamos aparte los submarinos de proyectos experimentales y los de misiones especiales –cuyos datos se hallan tradicionalmente clasificados-, podemos hacer constar que en los próximos años la Flota submarina de Rusia recibirá dos tipos de submarinos atómicos y dos tipos de submarinos de propulsión diesel-eléctrica, conocidos también como sumergibles no atómicos.
La base de las fuerzas estratégicas serán 8 submarinos del proyecto 995, el primero de los cuales ya está sometido a pruebas, otros tres están en construcción y otros cuatro ha de ser puestos de quilla en los próximos 5 ó 6 años. El éxito de esta operación dependerá de lo rápidas que sean las pruebas del cohete balístico “Bulavá” y de la celeridad con la que pase a incorporarse a los buques.
La intensa atención oficial puesta en este proyecto hace suponer que los problemas organizativos serán solucionados en unos plazos óptimos.
Los submarinos atómicos del proyecto 885 “Yasen” serán los principales sumergibles multifuncionales de la Marina de Guerra rusa de la próxima década. El buque insignia de este tipo, el “Severodvinsk”, fue botado en el verano de 2010. Estos submarinos, fuertemente armados y de costosa construcción, están llamados a sustituir en los próximos 15 años a los 15 submarinos -de tres tipos: proyectos 671, 945 y 949ª- de construcción todavía soviética.
Es muy posible que, después de 2025, siga el proceso de sustitución por el mencionado modelo de los 12 submarinos del proyecto 971, que se están quedando obsoletos. En la actualidad se está construyendo también el submarino del proyecto 885 “Yasen” y, según ciertos datos, en los próximos 6 ó 7 años serán puestos de quilla otras 6 unidades. Hasta 2025 se podría construir un total de entre 10 y 12 “Yasen”.
Recientemente, en la prensa rusa con mucha frecuencia aparece la opinión de que el proyecto 885 no es idóneo para la Marina nacional, debido al elevado costo de los submarinos y que por lo tanto, Rusia debería seguir el ejemplo de Estados Unidos que renunció al ambicioso proyecto SSN-21 “Sea Wolf” (creado, al igual que el 885 “Yasen” a finales de la Guerra Fría) por los submarinos atómicos de clase “Virginia”, más modestos -desde el punto de vista del tamaño y de características tácticas y técnicas.
En las condiciones actuales, la creación de un nuevo proyecto de submarino es considerado una opción demasiado arriesgada y costosa, por lo que la construcción de los “Yasen” se llevará a cabo de modo paralelo a su modernización.
En el segmento de submarinos no atómicos la situación es diferente: tras el fracaso con el proyecto 667 “Lada” y en vista de lo rápidamente que quedan obsoletos los submarinos diesel del proyecto 887 “Paltus”, se ha tenido que volver a encargar la construcción del modelo modernizado de “Paltus”, el 636M.
El buque insignia de esta clase fue puesto de quilla en agosto de 2010. Como resultado, a lo largo de la próxima década los obsoletos “Paltus” serán sustituidos por los modernizados, mientras que seguirá el proceso de perfeccionamiento del proyecto “Lada”. Las estimaciones permiten esperar que para el 2020 la Marina de Guerra rusa dispondrá de entre 4 y 5 submarinos del modelo “Lada”, de entre 9 y 12 “Paltus” modernizados y de entre 5 y 6 “Paltus” antiguos.
La Flota de superficie: renovación
En general, la Marina de Guerra rusa está viviendo una etapa crítica, sin embargo la Flota de superficie es la que en peores condiciones se encuentra.
Sin haber podido contar durante los últimos 20 años ni siquiera con una modesta renovación y con los escasos recursos destinados a la modernización de la Flota submarina, la Flota de superficie quedó obsoleta casi por completo y precisa ahora de una profunda renovación.
El Ministerio de Defensa de Rusia está siguiendo en la actualidad una política cautelosa y, al parecer, acertada, encaminada a una paulatina renovación de la Flota de superficie, partiendo desde abajo, es decir, de buques pequeños y relativamente baratos de construir, y moviéndose hacia los más grandes, complejos y caros.
Así, el primer proyecto de serie para la nueva Marina de Rusia fue la corbeta del proyecto 20380: un buque de este proyecto ya está en servicio, otro fue botado y otros tres se están construyendo. El siguiente paso fue la construcción de buques oceánicos.
Se trata de la fragatas del arriba mencionado proyecto 22350, los primeros buques grandes creados en la época post soviética. Sin embargo, después de iniciada su construcción se hizo patente que la renovación de Flota con estos modelos complejos y costosos podría llevar demasiado tiempo, por lo que se decidió acelerar el proceso, poniendo de quilla simultáneamente con las nuevas fragatas una serie de buques del proyecto 11356, ya realizados con éxito por nuestra industria de construcción naval para la India.
Estas fragatas habrán de ser homologadas con los buques de la nueva generación en cuanto al equipo y los principales módulos de armamento, para que las diferencias entre ellos sean mínimas. Se prevé que, en los próximos 10 años, entren en servicio 8 fragatas de la nueva generación y otras 8 del proyecto 11356. En los próximos 20 años la Flota de superficie habrá el recibir un total de hasta 30 buques tipo fragata y otras tantas corbetas.
Después de las fragatas está previsto que llegue el turno de los buques de primer rango: en la actualidad se está acabando de diseñar un proyecto de destructor de nueva generación. Se prevé que este buque, con unas 10.000 toneladas de desplazamiento, estará dotado con rampas de lanzamiento (universales para toda la Flota), con un sistema de información y mando estándar y otros equipos homologados. El poderío de la Flota de superficie se basará en los próximos 20-30 años en el trío de corbeta, fragata y destructor.
Sin estos buques, carecerá de sentido la compra a Francia y la posterior construcción en Rusia de los buques de desembarco universales tipo “Mistral”, así como la completa modernización del portaaviones “Almirante Kuznetsov” y la posible construcción de nuevos portaaviones.
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