ahora voy acolocar los robos en los paises vecinos...
TeleSUR _ Fecha: 05/01/2009
Autoridades de la policía de Paraguay decomisaron este lunes armamento y explosivos destinados a ser negociados en el mercado negro por suboficiales del Ejército, así lo informó el ministro del Interior, Rafael Filizzola.
El titular paraguayo del Ministerio del Interior, anunció que las armas podrían haber sido robadas de los depósitos del Ejército para ser ofrecidas por 150 mil dólares.
En la localidad de Piribebuy, 70 kilómetros al este de Asunción, se ejecutó la detención de dos militares por efectivos de la policía que simularon ser compradores de unos 25 fusiles M-1 y más de 250 panes de explosivos empleados para demoliciones.
"Las personas sindicadas de ser responsables del tráfico son suboficiales de las Fuerzas Armadas. Ahora, no podemos saber todavía si las armas pertenecen o no las Fuerzas Armadas. Recién estamos en los inicios de la investigación", dijo Filizzola a medios de comunicación.
"Son armas de uso militar que sólo deberían tener fuerzas militares o policiales, pero existe un mercado negro de armas militares que opera en todo el mundo. Así que es difícil de determinar (su origen)", agregó el funcionario.
Los militares detenidos, son sargentos de Caballería y de la Dirección de Material Bélico, cuya sede está en las adyacencias de la zona donde se llevó a cabo el operativo.
Existe un tercer representante de la milicia de este país que está prófugo y de quien se presume, sería el propietario del vehículo que transportaba el armamento.
El ministro Filizzola, descartó vinculación alguna entre los traficantes de armas y el presunto grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que se adjudicó el ataque y el incendio a un puesto militar, efectuado hace unos días al norte del país, ocasión en que fueron robados dos fusiles M-16 y municiones.
Asimismo, el funcionario indicó que "el EPP constituye una banda delictiva que ha hecho robos y secuestros con los que se ha beneficiado económicamente y que ha demostrado peligrosidad. Hay que darle ese cariz (...) rechazo que estos delincuentes sean tratados como guerrilleros con fines políticos", señaló Filizzola.
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15 .01.09 ABC .Paraguay
Doble discurso sobre derechos humanos
Conforme va progresando la investigación del atentado contra el puesto militar de Tacuatí, en la cual coadyuvan las Fuerzas Armadas, van apareciendo contra el Estado denuncias de supuestas violaciones de derechos humanos de labriegos detenidos en el operativo, formuladas por entidades defensoras de tales derechos y dirigentes campesinos. Pero resulta llamativo el doble criterio empleado por dichas entidades dependiendo de quien sea el que a su criterio está violando supuestamente los derechos humanos. Por ejemplo, en los graves perjuicios ocasionados por supuestos “sintierras” o grupos afines a los bienes y propiedades de productores rurales empresariales, jamás se ha visto a los militantes por los derechos humanos salir a pedir que el Estado actúe, que haga respetar la ley.
Conforme va progresando la investigación fiscal y policial del atentado que sufrió el puesto militar de Tacuatí el pasado 31 de diciembre, en la cual participan como coadyuvante las fuerzas militares, también van contra el Estado apareciendo denuncias y protestas de supuestos abusos, torturas y de violaciones de los derechos humanos de campesinos detenidos en el operativo. Cabe destacar que el principal indiciado del incendio y destrucción del mencionado fortín y robo de armamento es el autodenominado Ejército Popular Paraguayo (EPP), una especie de logia –sea ideológica o simplemente delincuencial– que reivindica directamente la violencia como método de lucha política para lograr su propósito. Se debe agregar que ese lugar es uno de los considerados como “zona liberada”, porque allí la presencia del Estado es nula, no solo en materia de seguridad, sino en todos los ámbitos.
Tras las denuncias de torturas, representantes de la Coordinadora de los Derechos Humanos (Codehupy), del Servicio de Paz y Justicia (Serpag), del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip) y una comisión especial formada en el Parlamento tendrán a su cargo verificar la veracidad o no de tales violaciones de los derechos humanos mediante supuestas torturas que habrían sufrido campesinos y dirigentes detenidos durante el procedimiento que se está llevando a cabo en las conflictivas zonas de los departamentos San Pedro y Concepción. Igualmente, algunas de estas organizaciones y dirigentes campesinos ya han adelantado su disconformidad por lo que consideran “militarización” de la zona, en referencia al uso legal de la fuerza pública que realiza el Estado ante la desbordada delincuencia.
El interés, la protesta y la denuncia de estas instituciones que tienen por objetivo velar por la protección de los derechos humanos de TODOS los paraguayos y, en consecuencia, su no violación por la acción u omisión del Estado, son elogiables desde todo punto de vista. Al fin y al cabo, esas acciones forman parte de su naturaleza esencial y de su objetivo. Pero resulta llamativo el DOBLE CRITERIO empleado por dichas entidades, dependiendo de quién sea el que a su criterio está violando supuestamente los derechos humanos. Resulta claro que los derechos humanos implican el respeto a los derechos a la vida, la libertad, la seguridad y la propiedad. Pero resulta que para la mayoría de estas instituciones y dirigentes campesinos, en general, los derechos humanos son violados solamente por “las fuerzas represoras” del Estado (aun cuando aplican la ley), por los terratenientes y por los “ricos” (cuando defienden sus bienes), y no así cuando otros hechos de igual o mayor gravedad son cometidos por los “desheredados sociales”.
Salta a la vista, entonces, el error conceptual irritante que demuestran estos movimientos que dicen luchar por la vigencia de los derechos humanos de “todos”. Así, para tomar un caso puntual, se ha visto que en los conflictos en que se vieron involucrados los supuestos sintierras o grupos afines, por un lado, y los productores rurales empresariales, en los cuales estos últimos resultaron gravemente perjudicados en sus bienes y propiedades, integridad física y en sus derechos sociales como el trabajo, inversión y ahorro, jamás se ha visto a los citados militantes por los derechos humanos salir a pedir que el Estado actúe, que haga respetar la ley. Allí están las quemas de máquinas de productores rurales, la destrucción de cultivos, las invasiones de campos, los secuestros irresueltos y varios otros hechos vandálicos atribuidos directamente a supuestos campesinos sintierras o a simples delincuentes comunes que se disfrazan de “luchadores sociales”.
Con demasiada frecuencia los derechos humanos de muchos otros paraguayos, o residentes extranjeros en el país con similar protección constitucional, han sido violados brutalmente. Es cierto que no lo fueron por el Estado, pero sí por su ausencia o incapacidad, es decir, por su omisión; lo cual es tan grave como si fuera por acción. Pero en esos casos ninguna organización que se dice preocupada por los derechos humanos hizo oír su voz en contra del Estado o de los autores de los actos vandálicos.
En la defensa de estos derechos fundamentales no puede haber doble criterio. Si estos supuestos defensores de los mismos pretenden darles seriedad y, sobre todo, respeto a sus actuaciones, deben mostrar coherencia o, por lo menos, explicar públicamente por qué unas veces sí y otras no.
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Paraguay es un país que tiene una larga tradición como país "bisagra" para el comercio de productos que se encuentran fuertemente controlados en países limítrofes (en especial y particularmente Argentina y Brasil) o de productos extranjeros que se encuentran sometidos a una alta tasa impositiva interna. Este tipo de comercio se ha incrementado a partir de la conformación del MERCOSUR debido a que existe un arancel cero para el comercio entre países miembros.
En cierto sentido el Paraguay se ha convertido en una plataforma para la triangulación y re exportación de productos manufacturados en Brasil. En este sentido, Paraguay es una especie de "colonia comercial" de su poderoso y pujante vecino. Armas, cigarrillos y automóviles son exportados a Paraguay y luego revendidos en ciudades fronterizas a compradores brasileños que los compran libres de impuestos y los reingresan nuevamente hacia Brasil.
La triangulación y re exportación de productos se concentra en el llamado "Triángulo de Oro" cuyos vértices son Ciudad del Este en el Sur, Pedro Juan Caballero hacia el este y Saltos del Guairá hacia el norte. Esta zona ha sido famosa hace quince años por la triangulación de soja y café provenientes de Brasil. En esa época los ingresos en dólares provenientes de las exportaciones de esos dos productos debían ser entregados al gobierno Brasileño que los cambiaba a una tasa de cambio oficial. Debido a que en Paraguay existía un tipo de cambio libre, los productores brasileños exportaban su producción café y soja hacia el país vecino y luego re exportaban esos productos hacia Estados Unidos y Europa. De esa manera se beneficiaban en Paraguay de una tasa de cambio libre. Durante mucho tiempo Paraguay, que no produce café, figuraba sin embargo como uno de los mayores exportadores mundiales de café.
Debido a la corrupción imperante en la aduana paraguaya, el aeropuerto de Ciudad del Este también se utiliza para el contrabando de productos producidos fuera de la región (perfumes, electrodomésticos, máquinas fotográficas, etc. etc.) que luego son comprados por ciudadanos Brasileños o Argentinos que no tienen más que cruzar el Puente de la Amistad para hacer sus compras y luego regresar a su país de origen. De más está decir que la mayoría de los propietarios de los "shoppings" y tiendas que operan en Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero son brasileños, así como también los empleados de esos negocios.
En esas ciudades el Real, el Peso Argentino y el Dólar Estadounidense son aceptados como moneda de uso corriente. En el caso específico de Ciudad del Este, gran parte del comercio también es controlado por inmigrantes Taiwaneses, Chinos, Coreanos y Libaneses. Paraguay tiene una población muy pequeña (5 millones de habitantes) y pobre. El gran volumen de exportaciones legales de productos brasileños es realizado en función de las compras efectuadas por ciudadanos brasileños que día a día cruzan por la poco controlada frontera seca (Pedro Juan Caballero y Saltos del Guairá) y húmeda (Ciudad del Este) para efectuar sus compras. En el caso de los cigarrillos por ejemplo el volumen de importaciones de cigarrillos desde Brasil ha sido de 280 millones de dólares en 1998. El valor alcanzado por la importación de armas de fuego desde Brasil puede observarse en las estadísticas anexas a este reporte (Estas estadísticas fueron provistas a éste corresponsal por un consultor privado que tiene más de veinticinco años de experiencia en la preparación de estadísticas de comercio exterior en el Paraguay).
En el caso del tráfico de armas se utilizan métodos de comercio y tráfico ilegal que ya eran utilizados para productos tales como la soja, el café, los perfumes o los cigarrillos. Existen tres formas en las que Paraguay actúa como "país bisagra" para el tráfico ilegal de armas de fuego hacia otros países. Estos tipos de tráfico de armas son descriptos a continuación:
Venta ilegal del stock e inventario de las Fuerzas Armadas del Paraguay:
Las Fuerzas Armadas del Paraguay están equipadas con fusiles M-16 (de fabricación taiwanesa) fusiles Heckler und Koch G-3 (Alemania), FN FAL fabricados por IMBEL (Brasil) con licencia Belga y fusiles SIG (producidos por FAMAE con licencia Suiza).
Las FFAA de Paraguay también cuentan con una pequeña planta de municiones instalada con asesoramiento Belga y Chileno (FAMAE). Según fuentes entrevistadas, las fuerzas armadas de Paraguay no compran armas desde los años 80.
En marzo de 1997 una Comisión Bilateral de Investigación (CBI) del Congreso paraguayo comenzó a investigar un supuesto tráfico de fusiles de asalto H&K G-3 de las Fuerzas Armadas Paraguayas. El destino de estos fusiles habría sido organizaciones criminales brasileñas. La investigación comenzó después de que un avión transportando este tipo de armas se estrelló en el Amambay brasileño. Debido a la falta de cooperación por parte del Senado (que no votó por la renovación mensual de la CBI) la investigación no logró resultados concretos y fue suspendida en junio de 1997. La razón según una fuente consultada, fue que la investigación amenazaba cada vez más a "peces gordos" de la clase política y de las FFAA. La CBI también incursionó en la cuestión de la excesiva importación desde Brasil de armas de puño (revólveres y pistolas) y hombro (escopetas, rifles y carabinas) para uso civil. Según coordinador de la CBI, el volumen de armas importadas superaba ampliamente las necesidades del mercado Paraguayo. La misma comisión también investigó la importación no declarada (y por lo tanto ilegal) de armas brasileñas para uso civil. Estos otros dos capítulos de la investigación también quedaron sin concluir cuando la CBI fue disuelta.
Importaciones y exportaciones ilegales:
Según la legislación de armas paraguaya vigente desde 1976, las casas importadoras habilitadas sólo pueden importar armas y munición con autorización de la Dirección de Material Bélico (DIMABEL). DIMABEL es un organismo militar que depende directamente del Comando de las Fuerzas Militares (que está directamente subordinado al Presidente de la Nación sin mediación del Ministerio de Defensa). Una vez que la importación es efectuada, las casas importadoras sólo pueden vender la mercadería a las casas vendedoras de armas con la expresa autorización de DIMABEL. Sin embargo, de acuerdo a lo expresado por el coordinador de la CBI sobre tráfico de armas, existen importaciones de armas y municiones desde Brasil que no son declaradas a DIMABEL. Este tipo de comercio ilegal ocurre, según fuentes consultadas, con la complicidad de las autoridades paraguayas. La mayoría de esas armas y municiones (en general revólveres y pistolas Taurus, revólveres Rossi y escopetas Boito) son compradas por ciudadanos Brasileños en Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero y Saltos del Guairá y reingresadas ilegalmente hacia Brasil (la legislación brasileña prohibe la compra de armas y munición 9 mm y exige la declaración de toda arma que ingrese en territorio brasileño). En el "Mercado de San Lorenzo" y "Mercado 4" de Asunción es posible comprar armas de fuego en puestos de comercio no autorizados por DIMABEL. Este corresponsal pudo constatar la venta ilegal de revólveres calibre 22,32 y 38 de fabricación argentina (Custer, Doberman, Jaguar y Pucará) y brasileña (Taurus y Rossi) y de munición CBC 38 y 9 mm.
Importaciones legales desde Brasil y re-exportaciones ilegales hacia Brasil:
La legislación paraguaya de armas es muy flexible en lo que respecta a la venta de armas de fuego a ciudadanos paraguayos y a turistas. En lo que respecta a ciudadanos paraguayos, hasta el calibre 380 (9 mm corto) la única documentación exigida para comprar un arma es la presentación de una cédula de identidad. En el caso de armas 9 mm y calibre superior, los residentes en Paraguay deben presentar un permiso de la DIMABEL y su cédula de identidad. Según vendedores de armas consultados en Asunción, el permiso de DIMABEL es muy fácil de obtener.
Los turistas deben presentar una fotocopia de su cédula de identidad (de acuerdo a lo expresado por vendedores de armas la autenticidad de estos documentos es raramente controlado por las autoridades paraguayas) y un permiso de autorización otorgado por la DIMABEL o por la delegación policial del lugar. Este permiso también es muy fácil de obtener en el día.
Las armas automáticas (fusiles de asalto, ametralladoras y sub-ametralladoras) son de uso exclusivo de las fuerzas armadas y policiales y no pueden ser vendidas en casas de armas ni tampoco pueden adquiridas por civiles.
Un factor importante a tener en cuenta es que el Paraguay es un país rural. En gran parte del país no hay presencia policial. Por lo tanto la legislación es bastante permisiva respecto al tipo de calibre autorizado para armas de uso civil. Esto explica por ejemplo el hecho de que el calibre 9 mm sea autorizado como arma de uso civil condicionado (esto es con permiso de DIMABEL).
Actualmente existen en el Congreso paraguayo dos proyectos para modificar la legislación de control de armas. Uno de los proyectos ha sido presentado por el Diputado Liberal Blas Llano (quien ha sido el coordinador de la CBI sobre armas). El proyecto de Blas Llano propone una ley totalmente nueva que prohibiría la venta de armas a turistas y la venta de armas de un calibre superior a .38. El otro proyecto ha sido presentado por el diputado Zárate y propone cambios menos radicales. El proyecto de Zárate sólo propone modificar el cuerpo de la legislación actual. Según este segundo proyecto de ley, se daría más publicidad a las campañas de registro de armas y se aumentarían los requisitos para que los civiles puedan comprar armas de un calibre superior a .22. Sin embargo, no se prohibiría la venta de armas de calibre superior a .38.
Las casas de armas de las ciudades paraguaya de frontera trabajan en función del mercado brasileño. Hasta principios del año 2000 existía un circuito de importación legal y re exportación ilegal de armas y munición brasileña. Ciudadanos brasileños cruzaban a Paraguay y compraban armas y munición cuya tenencia es legal en Paraguay pero absolutamente ilegal en Brasil (por ejemplo 9 mm y 357 magnum) y luego regresaban a su país sin ningún tipo de control aduanero o policial en la frontera. La legislación Paraguaya autoriza la compra de dos armas por persona en el caso de los turistas. Debido a las fuertes críticas brasileñas, a partir de comienzos del año 2000 la DIMABEL no ha concedido autorización para la importación de armas fabricadas en Brasil.
Actualmente las armerías están liquidando su stock de armas y munición brasileña y norteamericana (el gobierno de Estados Unidos no concede licencias de exportación a Paraguay desde 1997) y están importando armas de Argentina (pistolas y revólveres BERSA y REXIO en cantidad limitada), España (pistolas Llama y Astra), Italia (Pistolas Beretta y Tangfolio), China (pistolas Norinco), Israel (pistolas Jericho), Estados Unidos vía Alemania. Las casas de armas importan en la actualidad munición mexicana (Aguila), israelí (Samson), italiana (Fiocchi) y sudafricana (Armscor).
Contrabando y triangulación ilegal de armas:
El aeropuerto de Ciudad del Este (en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay) (Aeropuerto Internacional Guaraní) registra uno de los volúmenes más altos de comercio en el mundo (fuentes consultadas lo ubicaban en el tercer o cuarto lugar). El aeropuerto Guaraní es utilizado para la importación de todo tipo de mercadería que luego es comprada por ciudadanos argentinos y (principalmente) brasileños que visitan la ciudad. Las armas forman un artículo más en esa gigante marea comercial. Ciudad del Este es utilizado como un punto neurálgico para el contrabando de armas automáticas (fusiles M-16, AK-47, AK-75, Galil, G-3, etc. etc.). Esas armas llegan al Aeropuerto Guaraní escondidas en containers que supuestamente contienen otro tipo de mercadería (perfumes, electrodomésticos, maquinaria agrícola etc.). Este tipo de comercio ilegal no podría obviamente existir sin la complicidad de las autoridades aduaneras paraguayas.
Las armas automáticas contrabandeadas a Ciudad del Este son luego enviadas a Colombia (para las guerrillas y los traficantes), Perú (para las guerrillas y los traficantes) y Brasil (para el crimen organizado) a partir de pistas clandestinas ocultas en las zonas cercanas a la ciudad. Obviamente fue muy difícil obtener información sobre las redes de tráfico de armas automáticas y sobre los brokers que facilitan este negocio. Es de conocimiento público sin embargo que en Ciudad del Este operan grupos criminales de origen Chino (algunos de los cuales están vinculados a las Tríadas), grupos criminales de origen Libanés y grupos criminales brasileños (durante mi estadía en Paraguay el traficante de drogas "Niteroi" fue arrestado en Pedro Juan Caballero por la policía paraguaya).
El coordinador de la CBI estima que entre un 70 al 80 por ciento de ese tráfico ilegal tiene como destino a Brasil y el resto va hacia Colombia y Perú.
Un capítulo menor en el contrabando de armas es la venta y transporte de revólveres argentinos de muy mala calidad. En efecto existe una red de contrabando de revólveres "Custer" cal 38, Doberman cal 32, Jaguar cal 32 y 22 de fabricación argentina que luego son vendidos a muy bajo precio (60 a 100 dólares) en Paraguay. Esta red opera entre la ciudad argentina de Clorinda en la provincia de Formosa y Asunción del Paraguay. Este tipo de armas es el más utilizado en casos de crímenes comunes (asalto a mano armada, homicidios etc.).
Exportaciones "fantasma" por parte de fabricantes brasileños de armas y municiones:
Según fuentes consultadas en Paraguay (el coordinador de la CBI y un consultor de comercio exterior) gran parte de las exportaciones de armas de fuego declaradas en Brasil por Taurus, Rossi y CBC en realidad nunca dejan físicamente el país. A modo de ejemplo una de las fuentes consultadas afirmó que de diez containers que son declarados como exportación, sólo dos llegan a Paraguay. Este es un método utilizado por los fabricantes de armas y municiones principalmente para evadir impuestos porque de hecho las armas declaradas como bienes de exportación están exentas de tasas impositivas. Las armas y municiones quedan en Brasil y allí son vendidas sin pago de impuestos. Si alguna de esas armas son capturadas por la policía brasileña, el argumento más utilizado por Taurus o Rossi es que esa arma fue exportada legalmente a Paraguay y que la responsabilidad radica en la falta de un eficiente control por parte de las autoridades nacionales.
Corresponde tal vez hacer un último y breve comentario respecto a la preferencia del mercado paraguayo respecto a armas de fuego. Las armas más demandadas son las de defensa personal: pistolas y revólveres en especial revólveres. Las más apreciadas por los compradores son las armas de fabricación estadounidense y en segundo lugar las de fabricación brasileña, tal es así que en algunas armerías de Asunción el stock de revólveres Taurus y Rossi estaba casi agotado. Debido a la restricción de armas norteamericanas y también debido a la diferencia de precio, los compradores paraguayos se han volcado a la compra de armas de origen brasileño. Las armas europeas o argentinas (pistolas BERSA por ejemplo) son un "second best option" para los compradores paraguayos. Nuevamente sin embargo conviene recordar que el mercado paraguayo es muy pequeño respecto al volumen de armas importado por el país. Actualmente existen 270,000 legalmente registradas y 1 millón de personas en condiciones (por la edad) de comprar armas sobre una población de 5 millones de habitantes. La mayor parte de las importaciones están orientadas hacia el mercado brasileño.
Un punto a tener especialmente en cuenta es que la munición expansiva, que está prohibida en el resto de los países del MERCOSUR, es de venta libre en Paraguay. Por lo tanto no hay que descartar la posibilidad de que ciudadanos de Brasil estén ilegalmente importando este tipo de munición particularmente mortífera.
* Pablo Dreyfus es Investigador Senior para Desarmamento, Viva Rio.