Alarma en Defensa por una sucesión de robos de armas
En el Ejército ordenaron reforzar la guardia de los cuarteles. Los fusiles, pistolas y granadas sustraídas son usadas por bandas delictivas del Conurbano.
Por Fernando Oz
Campo de mayo. El 22 de julio, cinco hombres con uniformes militares robaron a la guardia.
El robo de armas de unidades de las Fuerzas Armadas es una de las crecientes preocupaciones de la ministra de Defensa, Nilda Garré. El último 17 de agosto se registró quizás el incidente más serio cuando desaparecieron fusiles FAL, ametralladoras y pistolas calibre 9 mm que formaban parte de la sala de armas del Grupo de Guerra Electrónica, dependencia del Comando de Operaciones Aéreas ubicada en el Aeroparque metropolitano.
Aunque desde la cartera de Defensa desmintieron esta versión, diferentes fuentes del Ejército coincidieron en señalar que en diferentes unidades del país se reforzaron los puestos de guardias “para evitar ataques tipo comando que tienen como objetivo el robo de armamento”. Las primeras alarmas comenzaron a encenderse cuando en diferentes operativos realizados por fuerzas de seguridad secuestraron armas de guerra de grueso calibre.
Se sospecha que del último robo participaron integrantes de la Fuerza Aérea. El juez Norberto Oyarbide está al frente de la causa y aún no hay pistas fuertes, por lo que los investigadores no descartan nada. “
La Policía Aeroportuaria también está a cargo de la seguridad de la zona y nadie vio nada. Puede haber más de una complicidad”, conjeturó una fuente judicial.
Por otro lado, la investigación en la fuerza derivó en un escándalo por supuestos apremios ilegales denunciados en la Dirección de Derechos Humanos de la cartera de Defensa por un soldado voluntario que prestaba servicios en la violada sala de armas. El jefe de Inteligencia de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Rodolfo Centurión, quedó al borde del retiro porque habría convalidado extralimitaciones en métodos de interrogación.
Al margen de esta extraña situación, que es motivo de un sumario interno, una fuente del Edificio Cóndor que está al tanto de la investigación por el robo de las armas confesó a PERFIL que “
todos los mecanismos de seguridad fueron vulnerados, ni siquiera se violentaron cerraduras”.
El último intento de golpe para hacerse de armas de grueso calibre se registró el 22 de agosto, cuando un grupo comando intentó asaltar un cuartel del Ejército en Misiones. El hecho se produjo el domingo a las 3.45, cuando encapuchados armados intentaron ingresar en la sección Arsenales de la Brigada de Monte XII. Desde la fuerza informaron que el objetivo era robar armamentos.
El 18 de enero pasado un soldado del Ejército perteneciente a la Guarnición Agrupación de Defensa Antiaérea (GADA) 601, con asiento en la ciudad de Mar del Plata, fue detenido junto a otras dos personas por “robo, agravado por el uso de arma de fuego”. Paralelamente en esa misma unidad, se abrió una investigación interna por desaparición de armas.
Meses antes, un ex suboficial del Ejército que actuó en esa fuerza entre 1976 y 1981, fue detenido y acusado de vender armas “truchas” y de limarle numeraciones a pistolas presuntamente robadas en unidades militares. El ex uniformado era dueño de una armería en la localidad bonaerense de Don Torcuato.
Durante la noche del 22 de julio de 2009, un grupo armado compuesto por cinco hombres con sus caras cubiertas con pasamontañas negros y vestidos con uniformes verde oliva, irrumpió en la guarnición militar de Campo de Mayo, redujeron a dos suboficiales y tres soldados que se encontraban en el puesto de Policía Militar. Los atacantes, luego de romper la radio y quitarles a las víctimas los celulares, huyeron llevándose cuatro fusiles FAL, nueve cargadores y 180 proyectiles calibre 7.62.
La guarnición militar había sufrido un episodio similar el 9 de junio de 2007, cuando tres ladrones se alzaron con cinco fusiles FAL del Puesto 8 de vigilancia, tras reducir a los soldados que estaban de guardia. Las armas fueron finalmente recuperadas el 26 de junio en un procedimiento realizado por la Gendarmería, donde fueron detenidas seis personas, una de las cuales estaba implicada en el robo.
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Malestar de altos mandos
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En el Ministerio de Defensa hay una anarquía total y la única responsable es (Nilda) Garré”,
se escuchó decir en una reunión en la que coincidieron el embajador argentino en Colombia y ex jefe del Ejército, Martín Balza; el procesado ex jefe del Ejército, Roberto Bendini; el actual jefe de esa misma fuerza, el teniente general Luis Pozzi, y el general Hugo Bruera, entre otros uniformados. El encuentro fue el 27 de agosto pasado en Lima, en el marco de quincuagésimo aniversario de la Conferencia de Ejércitos Americanos, foro que se constituyó en 1960 en plena Guerra Fría y por iniciativa de Washington.
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Se habló del malestar que hay en la fuerza”, le explicó a PERFIL una importante fuente que conoce los principales detalles de los diálogos que mantuvieron los generales en Perú.
La semana pasada la ministra Garré volvió a sentir el malestar de un sector de la fuerza. El general de división Luis Anschutz y el general de brigada Jorge Gómez pegaron el portazo y pidieron el retiro por estar en desacuerdo con la lista de ascensos.
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