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Jueves 4 de setiembre de 2008
Pagan deudas que surgieron en la última dictadura
Es por submarinos que no se construyeron
Aunque la presidenta Cristina Kirchner dijo anteayer que la deuda con el Club de París "debe ser una de las más genuinas" que tiene el país porque sirvió para financiar proyectos productivos, al menos en el caso de Alemania se cancelarán pagos por un submarino pedido por la última dictadura militar que no terminó de construirse.
La Presidenta agregó que "casi la totalidad fue dedicada a prefinanciación de exportaciones, o sea, no es deuda de carácter financiero". La diferencia entre ambos tipos de deuda, según quienes negociaron la deuda con el Club de París, no existe.
Alemania es el principal acreedor de este club informal con sede en París. "La deuda más importante que está en default con Alemania surge de los pagos pendientes por los submarinos", recordó con nostalgia un negociador argentino.
Al referirse a los submarinos, el negociador habla del Salta, el San Luis, el Santa Cruz y el San Juan, que fueron construidos en Alemania y enviados acá por pedido del almirante Eduardo Massera, condenado luego por la Justicia por múltiples violaciones de los derechos humanos. Fueron dos submarinos 209 y dos TR 1700; uno de ellos, el San Luis, participó de la flota en la Guerra de las Malvinas.
Por pedido de la Armada también se acordó construir más submarinos en el astillero Domecq García con apoyo del grupo alemán Thyssen.
Pero a principios de los 80 la Argentina se encontraba en una situación de default de hecho que la Guerra de las Malvinas encubrió. El ministro de Economía del régimen conducido por Leopoldo Galtieri, Roberto Alemann, buscó renegociar los pagos, pero luego se sucedieron los golpes internos en el Ejército y en medio del final de la dictadura se dejó de cumplir con el pago de la deuda externa.
Así, el astillero casi se paralizó desde 1984, y el gobierno de Carlos Menem terminó de frenarlo.