"Yo derribé 23 aviones militares norteamericanos"
Entrevistó: Yuri Plutenko, para RIA Novosti. Esta historia ocurrió en el cielo de Corea a inicios de los 50, cuando pilotos rusos y norteamericanos se enfrentaron por primera vez en un duelo aéreo.
"En condiciones de total secreto nos enviaron a Corea, en plena guerra", cuenta el legendario piloto As ruso Yevgueni Pepeliayev. "Entramos en combate el primero de abril de 1951. En aquel entonces yo mandaba el regimiento de caza 196."
"Antes de que nosotros fuéramos desplegados en Corea los norteamericanos lograron dominio aéreo arrollador sobre la península coreana entera, cazando no sólo cada auto sino incluso a cada coreano o chino que apareciera. Sin embargo, una vez en la escena, pasados dos meses, hemos acabado con su superioridad aérea. Sus bombarderos evitaron aparecer en luz del día. En respuesta a ello los estadounidenses empezaron a dotar sus unidades de sus cazas más avanzados F-86 Sabre. Nosotros peleábamos en MiG-15.
Eran aviones de la misma clase, pero cada tenía sus ventajas. MiG-15 era superior en combate vertical, dado su mayor techo, mientras que el caza estadounidense tenía mejor aerodinámica y por tanto mejor maniobrabilidad horizontal. La diferencia de velocidades máximas era poco importante.
Sin embargo, la superioridad de MiG-15 en potencia de fuego frente cualquier caza norteamericano era aplastante, sobre todo contra los Sabres, que tenían un armamento muy flojo. No obstante su mira automática era mejor con diferencia.
La supervivencia de MiG era asombrosa. ¡Recuerdo que algunos pilotos de mi regimiento regresaban al aeródromo con unos 40 agujeros en sus aviones! Mi avión también quedó impactado dos veces.
Los pilotos de nuestro regimiento hicieron 4000 misiones de combate. En su saldo figuran 108 aviones de adversario derribados, siendo nuestras bajas 10 aviones y cuatro pilotos muertos. 6 pilotos pudieron eyectarse. Es decir, la relación de victorias de nuestro regimiento contra la Fuerza Aérea estadounidense fue 10 a 1 a nuestro favor.
Normalmente en las misiones de combate aéreo contra los Sabres salían grupos de 12 a 35 cazas. Los norteamericanos querían mucho recuperar el dominio en el aire, pero su reacción frente a las bajas era muy dolorosa, por lo cual frecuentemente salían del combate.
Tengo registradas 108 misiones de combate cumplidas y 39 combates aéreos. En total tengo derribados 23 aviones: dos F-94 Starfire, un F-80 Shooting Star, un F-84 Thunderjet, siendo los demás F-86 Sabre, todos de la Fuerza Aérea estadounidense.
Un piloto militar suele acordarse de aquellos combates en los cuales estaba a punto de estar derribado. Un duelo a corta distancia se efectúa a grandes velocidades y con enormes supergravedades, se me desorbitaban los ojos, algunos de mis compañeros incluso perdían conocimiento. No se le olvide de que se trataba de primeros duelos de cazas todo jet. Estando ya en la tierra lógicamente recordaba algunos episodios de combates.
Uno de ellos ocurrió en julio de 1951. Un grupo de reconocimiento de 8 cazas F-94 en dos patrullas de 4 aparatos regresaba a su aeropuerto a unos 8 mil metros de altura. Al despegar, nosotros en seguida subimos en candelero efectuando maniobra de aproximación. Les alcanzamos en unos cuatro minutos. Decidí atacar con mi patrulla de cuatro a su cuarteto trasero, mandando al jefe de mi segunda patrulla a cazar a los cuatro delanteros. Vi exactamente cómo mis proyectiles impactaron su vientre, cómo se desprendieron pedazos de su revestimiento... El F-94 que volaba a la izquierda de éste, bajó en espiral cerrada y le perseguí. ¡Estando en espiral di una salva de unos cien metros y se me grabó en la memoria que se le desprendió la cola! A una enorme velocidad choqué con los fragmentos de éste. Como justificante de nuestra victoria nos trajeron al aeropuerto fragmentos de aviones abatidos, incluyendo la cola del F-94 que tiré abajo.
Recuerdo como el 6 de octubre de 1951 derribé un Sabre que aterrizó con daños en el territorio norcoreano. Utilicé la maniobra probada antes de la guerra y que en reiteradas ocasiones me trajo éxito. A rumbos opuestos imité una subida en candela con viraje a la izquierda, pero giré a la derecha, de modo que al haber efectuado esta maniobra, el Sabre quedó delante de mí a unos 80-100 metros, justamente dentro del visor de mi mira. Al dar una ráfaga ví cómo un proyectil impactó su aparato detrás del canopy y el Sabre descendió bruscamente. Su piloto pudo aterrizar el aparato en la costa. El Sabre fue traído a nuestro aeropuerto. Nos metimos en su cabina y estudiamos su equipo, que no quedó dañado.
Este Sabre nos sirvió para mucho. Los estadounidenses tenían trajes anti-G que les ayudaban mucho a tolerar supergravedades y cansar menos, cosa que no teníamos nosotros, pero sí teníamos acumulados muchos trajes de trofeo pero sin reguladores de presión, puesto que siempre se quedaban en aviones derribados. Encontramos este regulador en el Sabre que yo derribé.
El caza norteamericano llevaba Además un perfecto horizonte artificial. Este equipo de MiG-15 era muy malo y no permitía realizar un balanceo mayor de 40º. Era difícil orientarse a altos ángulos de subida o descenso.
El Sabre alimentó con bastantes ideas a nuestros diseñadores, cosa que después se tradujo en un normal horizonte artificial y buena mira en MiG-17. También aportó mucho el estudio de su motor."
Hoy en día, el coronel Yevgueni Pepeliayev, veterano de 89 años, vive en Moscú y es conocido como el autor de best-seller "Los MiG contra los Sabres" sobre combates aéreos durante la guerra en Corea (1950-1953).
Fuente: Agencia rusa de informacion NOVOSTI
http://sp.rian.ru/analysis/20070630/67469174.html
A tomarlo con pinzas el numero de bajas. De los dos lados.
Deje la nota completa porque me resulto interesante el relato, si se desvia mucho la edito un poco y queda el enlace.
Saludos.