Bombardeos masivos: Ahora el tiempo y los muertos juegan para Kadafi
El ataque imperial despedaza a Libia
Bombardeos masivos: Ahora el tiempo y los muertos juegan para Kadafi
(IAR Noticias) 21-Marzo-2011
Los muertos y el tiempo marcan el desarrollo, el desenlace, y el resultante de la operación para controlar a Libia y a su petróleo, terminando con Kadafi. Y como dicen los expertos: Las sorpresas pueden superar a las certezas, y Libia, de no mediar una caída rápida del régimen gobernante, puede convertirse en una nueva ratonera para las fuerzas imperiales.
Por Manuel Freytas (*)
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IAR Noticias/
Cambió el cuadro de situación, hubo un salto cualitativo, ahora el tiempo y los muertos juegan a favor de Kadafi.
Los masivos bombardeos "quirúrgicos" desde aviones, buques y submarinos ya han dejado más de 64 muertos y decenas de heridos entre la población civil, según los partes médicos.
En este escenario, los "errores colaterales" de la coalición imperial (léase muerte y destrucción a escala masiva) ya lo están sacando a Kadafi del papel de "villano" para convertirlo en "víctima".
La ferocidad del ataque imperial en la primeras horas empalideció la represión y los ataques de las tropas oficiales contra las bandas "rebeldes" de la CIA que prepararon el terreno para la intervención militar de EEUU y las potencias en Libia.
Kadafi, al que el aparato de la prensa imperial convirtió en "dictador genocida" de su propio pueblo, pasó a un segundo plano.
Por más que la estructura mediática internacional (cómplice desembozada del ataque a Libia) trate de "informar" que Kadafi continúa con sus ataques y "asesinatos de civiles" en Bengazi, esa maniobra empalidece frente a la magnitud del ataque imperial con logística, armamento y misiles de última generación.
Pesa más el accionar y la destrucción de la maquinaria militar imperial coordinada operativamente por el Pentágono, suena más a muerte masiva, que cualquier operación militar emprendida por un gobierno contra sus enemigos internos.
Toda la campaña de la prensa internacional para "demonizar" a Kadafi y justificar la intervención para el apoderamiento del petróleo libio, se desmoronó cuando un solo submarino USA lanzó 110 misiles contra
"objetivos militares", y que en la realidad impactaron en áreas pobladas matando indiscriminadamente a mujeres, hombres y niños libios.
Los bombardeos "aliados" sobre territorio libio dejaron hasta ahora un saldo de al menos 64 muertos, según un nuevo balance procedente de fuentes médicas oficiales citado por Reuters, que precisaron que el aumento se debe al fallecimiento de heridos.
Horas antes, el Ejército libio informó de 48 muertos y 150 heridos, todos ellos a causa de los ataques contra "zonas civiles" de Trípoli, Sirte, Bengazi, Misrata y Zuwara.
Como ya sucedió en la ex Yugoslavia, Irak, y Afganistán, las fuerzas imperiales de EEUU y las potencias centrales están despedazando a un país, con total impunidad, y ante la indiferencia y/o la complicidad de los gobiernos y de las sociedades alienadas por el accionar manipulador y desinformativo de la prensa internacional.
Los absurdos argumentos (contenidos en la resolución de la ONU) justificatorios de la operación militar para derrocar a Kadafi, a pocas horas del inicio de los bombardeos, ya están deslegitimados.
Por arte de magia, los misiles y las bombas barrieron con los dos eslóganes centrales justificatorios de la invasión: "Proteger a los civiles" del aparato de Kadafi y "restablecer los derechos humanos" en Libia.
Hoy, parecen un chiste de humor negro frente al panorama de muerte masiva e indiscriminada que abren los ataques combinados de la fuerza internacional encabezada por el Pentágono.
Y comienza el tiempo de los "efectos colaterales".
Los analistas y medios del sistema, carentes de comprensión estratégica y de visión totalizada de los conflictos, y frente a la magnitud destructiva del cuadro de situación en Libia, comienzan a plantearse interrogantes sobre los resultados y significantes de la operación imperial.
"Las fuerzas internacionales participantes en la operación contra Libia enfrentan el desafío de utilizar su enorme capacidad logística con cautela para no convertir en "víctimas colaterales" a los que quieren proteger", señala este domingo la cadena BBC.
"Para los aliados en el aire, es riesgo calculado. La resolución del Consejo de Seguridad es muy amplia y da a la coalición libertad de acción no sólo para desactivar las defensas antiaéreas libias sino también para atacar objetivos en el terreno", añade.
"La esperanza es que la demostración de fuerza por parte de la aviación internacional desmoralice a los soldados de Kadafi de forma rápida y los anime a desertar o huir", puntualiza la cadena británica.
Y aquí es donde ingresan el factor tiempo y el factor muerte. Una combinación, un reloj imaginario que ya juega en contra de la coalición imperial y a favor del líder libio que juró públicamente "resistir hasta morir".
Conciente de que el tiempo y los muertos son el talón de Aquiles de la invasión imperial, Kadafi, un táctico astuto, ya empezó a pegar en los flancos débiles de sus enemigos.
En una intervención en la televisión estatal, añadió que su país estaba preparándose para una "larga guerra" y que todos los libios portaban armas para defender al país.
"No dejaremos nuestra tierra y la liberaremos", dijo. La televisión retransmitió la voz de Kadafi pero no mostró imágenes del dirigente norteafricano.
Kadafi (al igual que los estrategas más lúcidos del Pentágono) sabe que si su régimen y su aparato militar aguantan los bombardeos de pie durante 72 horas, las contradicciones y las divisiones internas de la alianza atacante van a estallar.
Los actores van cambiar de rol y, por determinación de la sumatoria de cadáveres de población civil y de destrucción, Kadafi va a pasar a ser el "héroe victimizado" de la película.
Y hay una delgada línea, una delgada frontera, que puede empezar a quebrarse en el escenario de complicidades del poder mundial con la operación de despedazamiento de Libia, que tiene al petróleo en el centro de la escena.
Y hay muchos frentes que pueden estallar en la medida que la permanencia de Kadafi vaya marcando en las agujas del reloj el fracaso de la operación urdida por EEUU (el titiritero detrás detrás de escena) para tomar el control sobre las reservas de crudo libio.
El propio jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, reconoció el domingo ante la cadena CBS que el resultado de la acción militar era "muy incierto" y admitió que las fuerzas aliadas podrían quedar en un punto muerto con Kadafi.
El frente Rusia-China-Irán-Turquía-Venezuela y la línea de países musulmanes del "eje del mal", espera pacientemente que los misiles y las bombas empiecen a amontonar cadáveres y destrucción para pedir el alto el fuego y establecer una comisión mediadora internacional que deje a Kadafi en pie y acotado.
Rusia y China, que se abstuvieron en el voto de la resolución de la ONU, condenaron la intervención. El Comité de la Unión Africana sobre Libia exhortó a un "cese inmediato de las hostilidades".
La Liga Árabe, que el sábado apoyó la intervención militar, este domingo criticó a la coalición internacional al considerar que se aparta "del objetivo que es imponer una zona de exclusión aérea".
Por otra parte, y como producto de las divisiones existentes en la Unión Europea respecto de la intervención militar, embajadores de los países de la OTAN aplazaron este domingo la decisión de intervenir en Libia.
Hay disidencias en cuanto a los planes y escenarios operativos resueltos el sábado en la cumbre de París impulsada por la coalición atacante EEUU-Gran Bretaña-Francia que se cortó sola con los bombardeos sin esperar la resolución de la Alianza Atlántica.
Y existen contradicciones disimuladas con potencias europeas como Italia (la actual mayor beneficiaria del petróleo de Kadafi) y Alemania, cuya postura de fondo sigue siendo la de negociar con Kadafi, antes que derrocarlo.
Y si las agujas de reloj siguen funcionando con Kadafi en pie, cada vez van a estar más claros los verdaderos objetivos del ataque y su beneficiario principal, EEUU, quien actualmente recibe solo el 6% del petróleo libio.
En síntesis, lo muertos y el tiempo marcan el desarrollo, el desenlace y el resultante de la operación para controlar Libia. Y como dicen los expertos: Las sorpresas pueden superar a las certezas, y Libia puede convertirse en una nueva ratonera para las fuerzas imperiales.
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