El día 1 de Mayo de 1982 la flota británica de portaaviones (HMS Hermes y HMS Invincible) ya estaban en la zona de combate, escoltados por una decena de buques de combate, al Este del archipiélago de Malvinas.
Por su parte una de las tres Fuerzas de Tareas de la Flota de Mar de la Armada Argentina, la que estaba más al Norte, formada por el portaaviones 25 de Mayo y cuatro destructores de escolta, era la más cercana al grupo aéreo embarcado británico. (las otras dos eran las 3 corbetas al centro, y el crucero Belgrano más dos destructores al Sur.)
Portaaviones 25 de Mayo, Armada Argentina, en 1982 con la flota de A-4 a bordo
La plataforma de vuelo de la Armada Argentina, el "25 de Mayo", poseía en su línea de combate a cuatro aviones antisubmarinos y patrulla S-2E Tracker, ocho cazabombarderos embarcados A-4Q (A-4B+ modernizados) Skyhawk, y una sección de SH-3 Sea King, helicóptero embarcado.
La aviación británica, en los dos portaaviones, mostraban 10/12 Sea Harriers más sus flotas de helicópteros, entre ellos Sea Kings, Wasps y Lynxs.
Portaaviones HMS Hermes, Royal Navy
Ese día en las últimas horas y con la oscuridad de la noche, la Armada Argentina mediante sus vuelos de reconocimiento con los Tracker, había detectado a la flota de portaaviones enemiga, sin que ésta hubiese logrado lo mismo, ya que carecía de medios de patrullaje adecuados, como lo eran los Tracker para Argentina.
Se detectó a la flota británica de portaaviones a unas 175 millas (280km) del 25 de Mayo, pero el Tracker también había sido detectado, ya que se había acercado a solo 120 millas (190km) del enemigo, y tuvo que regresar a máxima velocidad, perseguido por dos Sea Harrier que siguieron al avión argentino hasta 60 millas (95km) de la flota nacional, y se retiraron por haber sido ahuyentados por los radares de los escoltas del portaaviones.
Cazabombarderos British Aerospace Sea Harrier FRS.1
Argentina tenía la ventaja de saber dónde se encontraba el enemigo, mientras el enemigo no tenía medios para localizar al 25 de Mayo, ya que el submarino HMS Spartan había sido ahuyentado por Trackers y Sea Kings y perdió el rastro del portaaviones argentino, y como se dijo antes, no tenían posibilidades de realizar patrullajes aéreos por carecer el Hermes y el Invincible de aeronaves con esas capacidades.
Cuando el Tracker regresó, seguido de los Harrier, era muy posible que el enemigo hubiese logrado detectar una posición relativamente certera de un grupo embarcado argentino, ya que los Harrier habían detectado sistemas antiaéreos que los señalaban.
Otro Tracker despegó del portaaviones ya en las primeras horas de la madrugada del 2 de Mayo, pero tuvo fallas en su radar y se desvió de su rumbo, sobrevolando un grupo de pesqueros de origen soviético que permanecían en la zona, además de un buque británico que permanecía oculto entre los navíos civiles, lo que fue detectado y confirmado por la tripulación del S-2.
Se decidió entonces realizar un ataque aéreo desde el portaaviones 25 de Mayo con los 8 Skyhawk armados con seis bombas cada uno (aunque muchos datos aseguran que se lanzarían 6 Skyhawk con bombas y los otros dos con misiles aire-aire AIM-9B Sidewinder, esto no resulta real), para atacar duramente a los portaaviones enemigos. Deberían volar sin escolta, y aviones S-2E los dirigirían hacia el blanco que había sido detectado unas diez horas antes, presumiblemente seguían en la misma zona o hubiesen variado muy poco su posición.
Mecánicos armando a los A-4Q Skyhawk listos para el combate. Notar que la bomba Snakeye tenía ya su destinatario escrito en su cuerpo
Luego del combate, helicópteros SH-3 hubiesen sido utilizados en misiones CSAR (Combat Search And Rescue, en español Búsqueda Y Rescate en Combate) para recuperar a los pilotos derribados.
Sea King, Armada Argentina, en el Atlántico Sur en Abril de 1982 sobre el 25 de Mayo
Allí comenzaron las desventajas para la fuerza de ataque argentina. Ya con las primeras horas del día, los A-4Q estaban listos, armados con las bombas Snakeye ubicadas, esperando el momento exacto para la operación. La primer desventaja era, como se había esperado, que la intercepción del primer Tracker por parte de los Sea Harriers había puesto en alerta máxima a los británicos.
La otra desventaja fue la más seria. Algo más que inusual pasaba en ese momento en el Atlántico Sur, y era que el viento, cesó completamente. Un avión A-4 no puede despegar sin viento con su carga máxima de armamento y combustible, por lo que la mala suerte del clima dejó a los aviones y sus pilotos sobre el buque, sin entrar en combate. Las horas pasaron hasta que alrededor de las 5:00hs de la tarde, una desesperanzadora noticia llegó al puente del "25 de Mayo". El crucero General Belgrano había sido torpededeado por un submarino nuclear enemigo y había quedado fuera de combate, posiblemente irrecuperable, y había indicios que otro submarino (el Spartan) anteriormente evadido, seguía los rastros del portaaviones argentino, y la pérdida de éste generaría un hecho inadmisible para la Flota de Mar, mientras el viento seguía sin soplar, y los aviones no se podían lanzar, después de más de 15 horas de la última detección a los portaaviones enemigos.
Un A-4Q a bordo del 25 de Mayo esperando su momento de despegue, al igual que esperó aquel 2 de Mayo de 1982 sin éxito
El grupo aéreo embarcado que había estado en alta mar por 15 días, tenía pocas probabilidades de éxito, esperando en alta mar que retorne el viento, pero luego de casi 20 horas de la detección del enemigo con un Tracker, se tuvo que abandonar su intento de golpear duro al enemigo, por toda la mala suerte que se tuvo en la misión.
Así se esfumó a solo instantes de realizar el ataque, la posibilidad de haberse enfrentado en batalla dos flotas de portaaviones, hecho que sólo ocurrió en un conflicto armado en toda la historia, la Segunda Guerra Mundial, y no ha ocurrido hasta el día de hoy.
Los 6 destructores, las 3 corbetas y el portaaviones 25 de Mayo, así como todos los buques de apoyo que habían sido desplegados al Atlántico Sur recibieron ese mismo 2 de Mayo la órden de regresar a aguas territoriales argentinas. Los buques de combate (destructores y corbetas) se posicionaron en puntos estratégicos de la costa argentina para repeler cualquier incursión británica al continente, mientras que el portaaviones fue enviado a muelle, a Puerto Belgrano. Su grupo aéreo embarcado, que debió haber combatido desde su plataforma, fue bajado, y todos efectuaron misiones de combate, los Tracker (atacaron en misiones possub -POSible SUBmarino- en repetidas ocasiones, y patrullaje marítimo), los Sea King (atacaron misiones de possub, realizaron misiones SAR y CSAR, y evacuaciones) y los Skyhawk (desde el 21 de Mayo hasta finales de ese mes realizaron misiones antibuque desde la isla Grande).
Eagle_Giuli.-
PD: Acá les adjunto un relato interesante, que es una hipótesis de cómo hubiese sido la batalla entre portaaviones de haber ocurrido, realizado por nada menos Capitán de Fragata Carlos Cal, uno de los pilotos de S-2 Tracker que participaron de esta pre-batalla sin que se materialice la misma.
http://www.fav-club.com/articulos/1demayo.htm
Por su parte una de las tres Fuerzas de Tareas de la Flota de Mar de la Armada Argentina, la que estaba más al Norte, formada por el portaaviones 25 de Mayo y cuatro destructores de escolta, era la más cercana al grupo aéreo embarcado británico. (las otras dos eran las 3 corbetas al centro, y el crucero Belgrano más dos destructores al Sur.)
Portaaviones 25 de Mayo, Armada Argentina, en 1982 con la flota de A-4 a bordo
La plataforma de vuelo de la Armada Argentina, el "25 de Mayo", poseía en su línea de combate a cuatro aviones antisubmarinos y patrulla S-2E Tracker, ocho cazabombarderos embarcados A-4Q (A-4B+ modernizados) Skyhawk, y una sección de SH-3 Sea King, helicóptero embarcado.
La aviación británica, en los dos portaaviones, mostraban 10/12 Sea Harriers más sus flotas de helicópteros, entre ellos Sea Kings, Wasps y Lynxs.
Portaaviones HMS Hermes, Royal Navy
Ese día en las últimas horas y con la oscuridad de la noche, la Armada Argentina mediante sus vuelos de reconocimiento con los Tracker, había detectado a la flota de portaaviones enemiga, sin que ésta hubiese logrado lo mismo, ya que carecía de medios de patrullaje adecuados, como lo eran los Tracker para Argentina.
Se detectó a la flota británica de portaaviones a unas 175 millas (280km) del 25 de Mayo, pero el Tracker también había sido detectado, ya que se había acercado a solo 120 millas (190km) del enemigo, y tuvo que regresar a máxima velocidad, perseguido por dos Sea Harrier que siguieron al avión argentino hasta 60 millas (95km) de la flota nacional, y se retiraron por haber sido ahuyentados por los radares de los escoltas del portaaviones.
Cazabombarderos British Aerospace Sea Harrier FRS.1
Argentina tenía la ventaja de saber dónde se encontraba el enemigo, mientras el enemigo no tenía medios para localizar al 25 de Mayo, ya que el submarino HMS Spartan había sido ahuyentado por Trackers y Sea Kings y perdió el rastro del portaaviones argentino, y como se dijo antes, no tenían posibilidades de realizar patrullajes aéreos por carecer el Hermes y el Invincible de aeronaves con esas capacidades.
Cuando el Tracker regresó, seguido de los Harrier, era muy posible que el enemigo hubiese logrado detectar una posición relativamente certera de un grupo embarcado argentino, ya que los Harrier habían detectado sistemas antiaéreos que los señalaban.
Otro Tracker despegó del portaaviones ya en las primeras horas de la madrugada del 2 de Mayo, pero tuvo fallas en su radar y se desvió de su rumbo, sobrevolando un grupo de pesqueros de origen soviético que permanecían en la zona, además de un buque británico que permanecía oculto entre los navíos civiles, lo que fue detectado y confirmado por la tripulación del S-2.
Se decidió entonces realizar un ataque aéreo desde el portaaviones 25 de Mayo con los 8 Skyhawk armados con seis bombas cada uno (aunque muchos datos aseguran que se lanzarían 6 Skyhawk con bombas y los otros dos con misiles aire-aire AIM-9B Sidewinder, esto no resulta real), para atacar duramente a los portaaviones enemigos. Deberían volar sin escolta, y aviones S-2E los dirigirían hacia el blanco que había sido detectado unas diez horas antes, presumiblemente seguían en la misma zona o hubiesen variado muy poco su posición.
Mecánicos armando a los A-4Q Skyhawk listos para el combate. Notar que la bomba Snakeye tenía ya su destinatario escrito en su cuerpo
Luego del combate, helicópteros SH-3 hubiesen sido utilizados en misiones CSAR (Combat Search And Rescue, en español Búsqueda Y Rescate en Combate) para recuperar a los pilotos derribados.
Sea King, Armada Argentina, en el Atlántico Sur en Abril de 1982 sobre el 25 de Mayo
Allí comenzaron las desventajas para la fuerza de ataque argentina. Ya con las primeras horas del día, los A-4Q estaban listos, armados con las bombas Snakeye ubicadas, esperando el momento exacto para la operación. La primer desventaja era, como se había esperado, que la intercepción del primer Tracker por parte de los Sea Harriers había puesto en alerta máxima a los británicos.
La otra desventaja fue la más seria. Algo más que inusual pasaba en ese momento en el Atlántico Sur, y era que el viento, cesó completamente. Un avión A-4 no puede despegar sin viento con su carga máxima de armamento y combustible, por lo que la mala suerte del clima dejó a los aviones y sus pilotos sobre el buque, sin entrar en combate. Las horas pasaron hasta que alrededor de las 5:00hs de la tarde, una desesperanzadora noticia llegó al puente del "25 de Mayo". El crucero General Belgrano había sido torpededeado por un submarino nuclear enemigo y había quedado fuera de combate, posiblemente irrecuperable, y había indicios que otro submarino (el Spartan) anteriormente evadido, seguía los rastros del portaaviones argentino, y la pérdida de éste generaría un hecho inadmisible para la Flota de Mar, mientras el viento seguía sin soplar, y los aviones no se podían lanzar, después de más de 15 horas de la última detección a los portaaviones enemigos.
Un A-4Q a bordo del 25 de Mayo esperando su momento de despegue, al igual que esperó aquel 2 de Mayo de 1982 sin éxito
El grupo aéreo embarcado que había estado en alta mar por 15 días, tenía pocas probabilidades de éxito, esperando en alta mar que retorne el viento, pero luego de casi 20 horas de la detección del enemigo con un Tracker, se tuvo que abandonar su intento de golpear duro al enemigo, por toda la mala suerte que se tuvo en la misión.
Así se esfumó a solo instantes de realizar el ataque, la posibilidad de haberse enfrentado en batalla dos flotas de portaaviones, hecho que sólo ocurrió en un conflicto armado en toda la historia, la Segunda Guerra Mundial, y no ha ocurrido hasta el día de hoy.
Los 6 destructores, las 3 corbetas y el portaaviones 25 de Mayo, así como todos los buques de apoyo que habían sido desplegados al Atlántico Sur recibieron ese mismo 2 de Mayo la órden de regresar a aguas territoriales argentinas. Los buques de combate (destructores y corbetas) se posicionaron en puntos estratégicos de la costa argentina para repeler cualquier incursión británica al continente, mientras que el portaaviones fue enviado a muelle, a Puerto Belgrano. Su grupo aéreo embarcado, que debió haber combatido desde su plataforma, fue bajado, y todos efectuaron misiones de combate, los Tracker (atacaron en misiones possub -POSible SUBmarino- en repetidas ocasiones, y patrullaje marítimo), los Sea King (atacaron misiones de possub, realizaron misiones SAR y CSAR, y evacuaciones) y los Skyhawk (desde el 21 de Mayo hasta finales de ese mes realizaron misiones antibuque desde la isla Grande).
Eagle_Giuli.-
PD: Acá les adjunto un relato interesante, que es una hipótesis de cómo hubiese sido la batalla entre portaaviones de haber ocurrido, realizado por nada menos Capitán de Fragata Carlos Cal, uno de los pilotos de S-2 Tracker que participaron de esta pre-batalla sin que se materialice la misma.
http://www.fav-club.com/articulos/1demayo.htm