Lamentablemente la iluminación fue muy mala pero para mañana les prometo mas fotos pero de
día.
En el libro “Corsarios Argentinos”, Miguel Angel de Marco, relata lo sucedido en el Combate Naval de San Nicolás: “Tras recibir la noticia de que Romarate había entrado en el Paraná, el comandante patriota se dispuso a dar batalla a los realistas. El 26 de febrero de 1811, la flotilla de Azopardo echó el ancla en la angostura de San Nicolás, acoderó sus buques con proa río abajo en forma de triángulo y recostó los dos menores sobre la costa a guisa de protección. Al día siguiente desembarcó cuatro cañoncitos y levantó una batería en la barranca. Mientras tanto, las naves de Romarate, acompañadas por dos buques mercantes, hacían noche en la punta este del Tonelero, a dos leguas y media de sus inminentes adversarios. Al amanecer del 28, Azopardo avistó la escuadrilla de Montevideo, que apenas podía moverse a raíz del fuerte viento, hasta que éste amainó y las naves pudieron anclar a dos tiros de cañón de los bajeles de la Junta. En consejo de oficiales, Romarate resolvió llevar el ataque mientras remontaba la corriente, con el objeto de jugar mejor su artillería. Y para anunciar que estaban listas para la lucha, ambas formaciones afirmaron el mismo pabellón del rey. El intento de Romarate de obtener la rendición a través del envío de un emisario fracasó. Así luego de dos días de espera como consecuencia de los vientos desfavorables, el sábado 2 de marzo se inició el combate. Alternativamente, las acciones fueron favorables para uno y otro bando, pero concluyeron en la dispersión cuando el propio capitán español, a bordo del Cisne, se lanzó al abordaje del 25 de Mayo, donde se produjo pánico no obstante el valor de Bouchard. Menor aún fue la oposición de la balandra Americana. La resistencia se centró en la Invencible, donde Azopardo, al verse rodeado decidió hacer saltar la santabárbara de la goleta, cosa que finalmente no hizo al oír los desesperados ayes de los heridos. Los tres veleros fueron amarinados por Romarate, quien los llevó en triunfo a Montevideo. La hidalguía del jefe español quedó demostrada por el respeto con que trató a sus adversarios y a la población de San Nicolás, que había quedado a su merced a raíz de la huída de las autoridades. Entre los 62 prisioneros que dejó junto con las naves en Colonia, se hallaba Azopardo, que pasaría los próximos diez años de su vida en oscuras e inhumanas cárceles españolas”.
El marino maltés
Según señala Ernesto Frers en “Más allá del legado pirata”, Jean Baptiste Azopardo fue un marino maltés nacido en 1772, que en el siglo siguiente actuó como corsario de Holanda y de España en las guerras contra Inglaterra. En 1804 era oficial de la goleta española Aro al mando del francés Hipólito Mordeille.
La nave corsaria capturó la fragata inglesa HMS Neptuno con 256 esclavos abordo. La presa fue conducida al puerto de Montevideo en el Virreinato del Rió de la Plata. Cuando los ingleses invadieron y tomaron Buenos Aires en 1806, Mordeille y Azopardo participaron en el asalto final de los españoles para reconquistar el fuerte porteño. Los ingleses insistieron al año siguiente y nuevamente Azopardo tuvo un papel destacado en la reconquista de la ciudad. Luego durante dos años, comandando la goleta La Mosca, hostigó a naves inglesas y portuguesas con patente de corso otorgada por el Virrey Santiago de Liniers.
Al estallar la revolución emancipadora de 1810 Azopardo, el más notorio corsario de España en la región, se pasó a las filas de los rebeldes. A finales de ese año la junta revolucionaria lo nombró teniente coronel y le dio el mando de una flotilla compuesta por la goleta Invencible, el bergantín 25 de Mayo y la balandra Americana, que formaban la primera flotilla naval de las flamantes Provincias Unidas del Rió de la Plata.
Frente al puerto
Azopardo y su segundo el joven marino francés Hyppolite Bouchard recibieron orden de remontar el río de la Plata en apoyo de la campaña del general Belgrano para extender la revolución al Paraguay. Pero frente al puerto fluvial de San Nicolás fueron derrotados por una escuadra realista muy superior. Azopardo fue apresado y llevado a Ceuta donde compartió prisión con el líder inca Tupac Amaru. Tras la revolución de Riego en 1820, el gobierno liberal indultó a los presos políticos americanos y Azopardo pudo regresar a Buenos Aires.
A finales de 1825, el Brasil de Pedro I declara la guerra a las Provincias Unidas. El motivo es la rebelión del Uruguay que pretende desprenderse del “imperio” brasileño para sumarse a la federación Argentina. Azopardo con el bergantín General Belgrano actúa como segundo comandante de la bisoña flota rioplatense al mando del marino irlandés William Brown, designado almirante por el gobierno de Buenos Aires. El conflicto se desarrolló fundamentalmente en el mar y los triunfos navales de Brown y Azopardo fueron decisivos para la rendición brasileña. Azopardo ejerció por un tiempo la capitanía del puerto de Buenos Aires y pasó a retiro en 1827. Falleció en la capital porteña el 23 de octubre de 1848, a los 75 años.
De la Redacción de EL NORTE
Saludos.
día.
En el libro “Corsarios Argentinos”, Miguel Angel de Marco, relata lo sucedido en el Combate Naval de San Nicolás: “Tras recibir la noticia de que Romarate había entrado en el Paraná, el comandante patriota se dispuso a dar batalla a los realistas. El 26 de febrero de 1811, la flotilla de Azopardo echó el ancla en la angostura de San Nicolás, acoderó sus buques con proa río abajo en forma de triángulo y recostó los dos menores sobre la costa a guisa de protección. Al día siguiente desembarcó cuatro cañoncitos y levantó una batería en la barranca. Mientras tanto, las naves de Romarate, acompañadas por dos buques mercantes, hacían noche en la punta este del Tonelero, a dos leguas y media de sus inminentes adversarios. Al amanecer del 28, Azopardo avistó la escuadrilla de Montevideo, que apenas podía moverse a raíz del fuerte viento, hasta que éste amainó y las naves pudieron anclar a dos tiros de cañón de los bajeles de la Junta. En consejo de oficiales, Romarate resolvió llevar el ataque mientras remontaba la corriente, con el objeto de jugar mejor su artillería. Y para anunciar que estaban listas para la lucha, ambas formaciones afirmaron el mismo pabellón del rey. El intento de Romarate de obtener la rendición a través del envío de un emisario fracasó. Así luego de dos días de espera como consecuencia de los vientos desfavorables, el sábado 2 de marzo se inició el combate. Alternativamente, las acciones fueron favorables para uno y otro bando, pero concluyeron en la dispersión cuando el propio capitán español, a bordo del Cisne, se lanzó al abordaje del 25 de Mayo, donde se produjo pánico no obstante el valor de Bouchard. Menor aún fue la oposición de la balandra Americana. La resistencia se centró en la Invencible, donde Azopardo, al verse rodeado decidió hacer saltar la santabárbara de la goleta, cosa que finalmente no hizo al oír los desesperados ayes de los heridos. Los tres veleros fueron amarinados por Romarate, quien los llevó en triunfo a Montevideo. La hidalguía del jefe español quedó demostrada por el respeto con que trató a sus adversarios y a la población de San Nicolás, que había quedado a su merced a raíz de la huída de las autoridades. Entre los 62 prisioneros que dejó junto con las naves en Colonia, se hallaba Azopardo, que pasaría los próximos diez años de su vida en oscuras e inhumanas cárceles españolas”.
El marino maltés
Según señala Ernesto Frers en “Más allá del legado pirata”, Jean Baptiste Azopardo fue un marino maltés nacido en 1772, que en el siglo siguiente actuó como corsario de Holanda y de España en las guerras contra Inglaterra. En 1804 era oficial de la goleta española Aro al mando del francés Hipólito Mordeille.
La nave corsaria capturó la fragata inglesa HMS Neptuno con 256 esclavos abordo. La presa fue conducida al puerto de Montevideo en el Virreinato del Rió de la Plata. Cuando los ingleses invadieron y tomaron Buenos Aires en 1806, Mordeille y Azopardo participaron en el asalto final de los españoles para reconquistar el fuerte porteño. Los ingleses insistieron al año siguiente y nuevamente Azopardo tuvo un papel destacado en la reconquista de la ciudad. Luego durante dos años, comandando la goleta La Mosca, hostigó a naves inglesas y portuguesas con patente de corso otorgada por el Virrey Santiago de Liniers.
Al estallar la revolución emancipadora de 1810 Azopardo, el más notorio corsario de España en la región, se pasó a las filas de los rebeldes. A finales de ese año la junta revolucionaria lo nombró teniente coronel y le dio el mando de una flotilla compuesta por la goleta Invencible, el bergantín 25 de Mayo y la balandra Americana, que formaban la primera flotilla naval de las flamantes Provincias Unidas del Rió de la Plata.
Frente al puerto
Azopardo y su segundo el joven marino francés Hyppolite Bouchard recibieron orden de remontar el río de la Plata en apoyo de la campaña del general Belgrano para extender la revolución al Paraguay. Pero frente al puerto fluvial de San Nicolás fueron derrotados por una escuadra realista muy superior. Azopardo fue apresado y llevado a Ceuta donde compartió prisión con el líder inca Tupac Amaru. Tras la revolución de Riego en 1820, el gobierno liberal indultó a los presos políticos americanos y Azopardo pudo regresar a Buenos Aires.
A finales de 1825, el Brasil de Pedro I declara la guerra a las Provincias Unidas. El motivo es la rebelión del Uruguay que pretende desprenderse del “imperio” brasileño para sumarse a la federación Argentina. Azopardo con el bergantín General Belgrano actúa como segundo comandante de la bisoña flota rioplatense al mando del marino irlandés William Brown, designado almirante por el gobierno de Buenos Aires. El conflicto se desarrolló fundamentalmente en el mar y los triunfos navales de Brown y Azopardo fueron decisivos para la rendición brasileña. Azopardo ejerció por un tiempo la capitanía del puerto de Buenos Aires y pasó a retiro en 1827. Falleció en la capital porteña el 23 de octubre de 1848, a los 75 años.
De la Redacción de EL NORTE
Saludos.
) preguntarte por las noticias que te dieron? ¿ qué te dijeron ?
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