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29·06·07 | Pilotos de las Fuerzas Aeronavales Nº 2 y 3 realizaron prácticas de vuelo y adiestramiento en la Base Aeronaval Punta Indio.
PUNTA INDIO (BUENOS AIRES) – Pilotos de las Fuerzas Aeronavales Nº 2 y 3 y del Comando de Instrucción Aeronaval realizaron una etapa de adiestramiento, desde el lunes pasado hasta ayer, en Punta Indio, cuna de los aviadores navales argentinos.
Aviones Mentor, Macchi, Super Etendard, Tracker, Porter y B-200; junto a helicópteros Sea King, Alouette, UH-1H y Fennec llegaron a Punta Indio el lunes a la tarde para participar del ejercicio.
El martes por la mañana comenzaron los ejercicios, que fueron múltiples y variados, donde cada tipo de aeronave cumplió con lo planificado. Los Mentor, estaban presentados en la pista frente al hangar que los guarece, aguardando el despegue que instantes después encabezó el Capitán de Fragata Ronald Whamond, director de la Escuela de Aviación Naval.
Mientras tanto, los Súper Etendard se alistaron en la pista, entre los hangares de Mentor y Macchi, y realizaron maniobras de aterrizaje en pista y despegue, en secuencia de toque y siga, como parte del entrenamiento de los pilotos para operar integrados con portaviones.
Por otra parte, el Porter y el helicóptero UH-1H trasladaron a los buzos tácticos que saltaron en paracaídas en modos de apertura manual y automático.
La compañía de Vigilancia y Seguridad de Punta Indio, a cargo del Teniente de Navío Federico Suárez, operó también para efectuar el traslado de 25 Infantes de Marina para una etapa de desembarco helitransportado a una zona determinada para ofrecer seguridad.
Finalmente, los helicópteros Sea King y Alouette se trasladaron a la Escuela Naval donde compartieron con cadetes la experiencia de pilotos aeronavales a lo largo de la historia.
Además, un grupo de 11 cadetes de cuarto año visitaron la Base Aeronaval Punta Indio para familiarizarse con las distintas unidades, embarcaron en un helicóptero UH-1H, e hicieron circuitos de vuelo para conocer las maniobras y las capacidades de la aeronave.
Operar integrados
Los aviadores navales realizan misiones con buques de distintos portes. Las prácticas en maniobras de aterrizaje en portaviones, por ejemplo, son una etapa compleja donde la exigencia en el dominio del avión es superior.
“Se trata de lograr que los que tienen más experiencia en ciertas técnicas, como aterrizaje en portaviones o práctica en armas --de acuerdo a la especificidad de cada escuadrilla--, le transfieran esos conocimientos y experiencias a los nuevos pilotos”, explicó el Teniente de Navío Maximiliano Fenley, jefe de Desarrollo del Departamento de Instrucción Aérea.
En este sentido, los cadetes y futuros oficiales engrosarán las filas de los pilotos primarios. Durante su visita, más de uno manifestó el anhelo de convertirse en piloto y en su paso por Punta Indio aprovecharon las charlas de prevuelo de los aviadores antes de cada misión.
En ellas se los instruyó acerca de las medidas de seguridad, el equipamiento de vuelo, el sistema de comunicación y de emergencia de las naves, entre otros temas.
Buzos y aviadores
La Agrupación Buzos Tácticos se adiestró en salto en paracaídas con apertura manual y automática desde Porter y UH-1H.
Divididos en patrullas, los buzos esperaron su tiempo para saltar en apertura manual. Preparado el grupo, el viento estimado en 12 nudos permitió continuar la actividad. El Cabo Principal Fabián Domínguez practicó sobre el carrito las posturas del cuerpo en busca de optimizar el equilibrio, con la esperanza de que todo sucediera con naturalidad, como se debe.
A 8.000 pies, sólo estaba él con su paracaídas para efectuar su salto número 14: para los entendidos, recién después de los 20 disfrutará los pocos segundos en el aire. Desde tierra se visualizaron cinco grandes semi-globos sembrados en las nubes listos para iniciar el “recorrido” que los llevaría otra vez a tierra, al punto de encuentro con los demás.
Comenzó el descenso, ahora a 1.500 pies con el viento a favor en línea recta, siguió la curva de rotación a 45º –visualmente grafican una letra U– posición final y destino. En breves instantes, modificó su postura con las piernas semi flexionadas y ya estaba en tierra. Sus compañeros también recuperaron los cuerpos y los devolvieron a la gravedad habitual en tierra. Cada uno recogió cuidadosamente el paracaídas, listo para repetir sincronizadamente el salto.
Los saltos se realizaron entre 5.000 y 10.000 pies de acuerdo a la experiencia del personal. En cambio, el equipo de paracaídas automático “te permite efectuar salto en corrida a 2.000 pies –600 metros del suelo--“, explicó el Cabo Principal Diego Perez.
En total, el equipo pesa 20 kilogramos y aunque en el aire son navegantes solitarios, en cada etapa de salto los acompañaron paracaidistas especializados en búsqueda y rescate de pilotos y aeronaves en emergencia.
PUNTA INDIO (BUENOS AIRES) – Pilotos de las Fuerzas Aeronavales Nº 2 y 3 y del Comando de Instrucción Aeronaval realizaron una etapa de adiestramiento, desde el lunes pasado hasta ayer, en Punta Indio, cuna de los aviadores navales argentinos.
Aviones Mentor, Macchi, Super Etendard, Tracker, Porter y B-200; junto a helicópteros Sea King, Alouette, UH-1H y Fennec llegaron a Punta Indio el lunes a la tarde para participar del ejercicio.
El martes por la mañana comenzaron los ejercicios, que fueron múltiples y variados, donde cada tipo de aeronave cumplió con lo planificado. Los Mentor, estaban presentados en la pista frente al hangar que los guarece, aguardando el despegue que instantes después encabezó el Capitán de Fragata Ronald Whamond, director de la Escuela de Aviación Naval.
Mientras tanto, los Súper Etendard se alistaron en la pista, entre los hangares de Mentor y Macchi, y realizaron maniobras de aterrizaje en pista y despegue, en secuencia de toque y siga, como parte del entrenamiento de los pilotos para operar integrados con portaviones.
Por otra parte, el Porter y el helicóptero UH-1H trasladaron a los buzos tácticos que saltaron en paracaídas en modos de apertura manual y automático.
La compañía de Vigilancia y Seguridad de Punta Indio, a cargo del Teniente de Navío Federico Suárez, operó también para efectuar el traslado de 25 Infantes de Marina para una etapa de desembarco helitransportado a una zona determinada para ofrecer seguridad.
Finalmente, los helicópteros Sea King y Alouette se trasladaron a la Escuela Naval donde compartieron con cadetes la experiencia de pilotos aeronavales a lo largo de la historia.
Además, un grupo de 11 cadetes de cuarto año visitaron la Base Aeronaval Punta Indio para familiarizarse con las distintas unidades, embarcaron en un helicóptero UH-1H, e hicieron circuitos de vuelo para conocer las maniobras y las capacidades de la aeronave.
Operar integrados
Los aviadores navales realizan misiones con buques de distintos portes. Las prácticas en maniobras de aterrizaje en portaviones, por ejemplo, son una etapa compleja donde la exigencia en el dominio del avión es superior.
“Se trata de lograr que los que tienen más experiencia en ciertas técnicas, como aterrizaje en portaviones o práctica en armas --de acuerdo a la especificidad de cada escuadrilla--, le transfieran esos conocimientos y experiencias a los nuevos pilotos”, explicó el Teniente de Navío Maximiliano Fenley, jefe de Desarrollo del Departamento de Instrucción Aérea.
En este sentido, los cadetes y futuros oficiales engrosarán las filas de los pilotos primarios. Durante su visita, más de uno manifestó el anhelo de convertirse en piloto y en su paso por Punta Indio aprovecharon las charlas de prevuelo de los aviadores antes de cada misión.
En ellas se los instruyó acerca de las medidas de seguridad, el equipamiento de vuelo, el sistema de comunicación y de emergencia de las naves, entre otros temas.
Buzos y aviadores
La Agrupación Buzos Tácticos se adiestró en salto en paracaídas con apertura manual y automática desde Porter y UH-1H.
Divididos en patrullas, los buzos esperaron su tiempo para saltar en apertura manual. Preparado el grupo, el viento estimado en 12 nudos permitió continuar la actividad. El Cabo Principal Fabián Domínguez practicó sobre el carrito las posturas del cuerpo en busca de optimizar el equilibrio, con la esperanza de que todo sucediera con naturalidad, como se debe.
A 8.000 pies, sólo estaba él con su paracaídas para efectuar su salto número 14: para los entendidos, recién después de los 20 disfrutará los pocos segundos en el aire. Desde tierra se visualizaron cinco grandes semi-globos sembrados en las nubes listos para iniciar el “recorrido” que los llevaría otra vez a tierra, al punto de encuentro con los demás.
Comenzó el descenso, ahora a 1.500 pies con el viento a favor en línea recta, siguió la curva de rotación a 45º –visualmente grafican una letra U– posición final y destino. En breves instantes, modificó su postura con las piernas semi flexionadas y ya estaba en tierra. Sus compañeros también recuperaron los cuerpos y los devolvieron a la gravedad habitual en tierra. Cada uno recogió cuidadosamente el paracaídas, listo para repetir sincronizadamente el salto.
Los saltos se realizaron entre 5.000 y 10.000 pies de acuerdo a la experiencia del personal. En cambio, el equipo de paracaídas automático “te permite efectuar salto en corrida a 2.000 pies –600 metros del suelo--“, explicó el Cabo Principal Diego Perez.
En total, el equipo pesa 20 kilogramos y aunque en el aire son navegantes solitarios, en cada etapa de salto los acompañaron paracaidistas especializados en búsqueda y rescate de pilotos y aeronaves en emergencia.