Clarín en Malvinas.
Clarín en Malvinas: historias de vida marcadas a fuego por la guerra.
Es una serie de especiales multimedia que una periodista y un fotógrafo de este diario presentarán desde las Malvinas hasta el sábado 3 de octubre.
Ese día, un contingente de familiares de caídos en la guerra de 1982 llegarán hasta el aeropuerto de Mount Pleasant para marchar luego rumbo a la ceremonia de inauguración del monumento a los argentinos muertos en el conflicto bélico con Gran Bretaña, que se levanta en el cementerio de Darwin. El otro grupo viajará el 10 de octubre para entronizar allí una imagen de la Virgen de Luján.
Pasaron cinco años y medio desde que el "nuevo" monumento a los argentinos muertos en Malvinas fuera emplazado en el cementerio de Darwin. Y otros dieciocho desde que un vuelo humanitario, y coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, llevara por primera vez a 381 familiares de los caídos en el conflicto de 1982 a visitar las tumbas sobre la tierra isleña con los restos de sus deudos.
Finalmente, dentro de una semana se llevará cabo , en dos etapas, la masiva y religiosa ceremonia de inauguración del cenotafio de Darwin, a cuyo alrededor se levantan 230 cruces y sus restos, algunos de los cuales están identificados mientras que otros no. Así lo venían pidiendo los famliares.
Por empezar, la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, la que por acuerdo británico-argentino y también por ley nacional es la que administra el cementerio argentino de las islas, quería llevar un familiar por cada uno de los 649 muertos en la guerra de 1982. Finalmente, apenas superarán los 350 y a una semana de que viaje el primer contingente, el sábado 3 de octubre, la lista de quienes lo harán entonces, y en el segundo viaje del 10 de octubre, aún no está cerrada, y es como un sube y baja.
Por empezar, esta ceremonia en Darwin contó con el reparo de los isleños, que en su momento también pusieron fuertes límites al diseño del monumento que no debía tener ni un rasgo nacional argentino, como la imagen de la bandera, entre otros. Pero ahora, se negaban a aceptar un vuelo charter para trasladar a todos los familiares, en virtud de su reclamo para que el Gobierno levante la suspensión de unos vuelos extras que hacía la empresa LAN hasta noviembre de 2003.
Entonces lo primero que hicieron los kelpers cuando se abrieron los vuelos del 3 y el 10 fue "bloquear" decenas de lugares con reservas propias, lo que dejó menos plazas para los familiares.
No menor fueron las desinteligencias entre Cancillería y los Familiares, enfrentados también asociaciones de ex combatientes, como el CECIM de La Plata, que reclama una administración del cementerio de Darwin en la que también participen grupos de veteranos.
Por su parte, la Cancillería vigiló hasta último momento que no se "colaran" en los vuelos del 3 y el 10 familiares repetidos como tampoco veteranos, aunque sí aceptaron el pedido para que viajen familiares de los muertos en el hundimiento del buque general Belgrano y de civiles y militares no enterrados en Darwin. Lo cierto es que a 27 años de la guerra no son pocos los padres que ya se han ido muriendo, y otro tanto los que se han ido desconectado de los canales de comunicación que tiene la Comisión. De allí las enormes dificultades para armar las listas. Pero como pudo comprobar este diario, el Gobierno también evitó hasta a último momento que periodistas de la prensa privada pueda viajar al archipiélago el 3 y el 10 de octubre, lo que finalmente parece que se hará en dos vuelos privados, pagados por el sector privado.
Por cierto, el monumento en homenaje a los caídos y las nuevas cruces que reemplazaron a las que habían sido puestas en Darwin al terminar la guerra, fue financiado no por el Estado argentino sino por un empresario. A un costo cercano al millón de dólares, Eduardo Eurnekian, cercano al kirchnerismo construyó ese gigante de hormigón y granito colocado en Darwin en abril de 2004.