China y su avance militar estratégico en Argentina
El interés actual del régimen en construir y operar una base antártica en Ushuaia genera preocupaciones porque es muy consistente con el patrón del avance del Ejército Popular en la expansión de su alcance estratégico global
Por
Evan Ellis
16 de Noviembre de 2021
La estación espacial de China en Neuquén está situada dentro de 200 hectáreas en la localidad Bajada del Agrio
El componente militar en el compromiso internacional de la
República Popular de China ha procedido con cautela durante mucho tiempo, en apoyo del compromiso económico liderado por las empresas estatales con sede en la
República Popular China. Algunos han anticipado el inminente establecimiento de una base por parte del
Ejército Popular de Liberación (EPL) en
Panamá, desde que la empresa china
Hutchison Whampoa ganó concesiones para operar dos puertos allí
en 1999, o en El Salvador, desde el anuncio de los planes chinos para un megaproyecto en La Unión.
En el contexto de la dependencia de
China de potencias establecidas como
Estados Unidos y la
Unión Europea, para el acceso a los mercados y la tecnología que son vitales para su ascenso, la
República Popular China ha evitado en general el paso provocador de establecer alianzas y bases militares formales, particularmente en regiones del mundo como el hemisferio occidental, donde
Estados Unidos es particularmente sensible a la presencia de
China, y donde el EPL aún no tiene la capacidad de proyección de poder para defender efectivamente tales bases. No obstante, en sus
Libros Blancos de 2015 y 2019 sobre la estrategia de defensa china, el EPL reconoce explícitamente la importancia del compromiso militar global en apoyo de la creciente presencia comercial de
China en todo el mundo. La realización de operaciones de contrapiratería por parte de la
Armada del EPL frente a las costas de
África desde 2009, y el establecimiento en 2017 de una base militar en
Djibouti, estratégicamente ubicada en las proximidades del
Canal de Suez, destaca la tendencia del ejército chino por expandir sus fuerzas armadas en el extranjero y otra presencia estratégica a medida que sus necesidades y capacidades para defenderla crezcan. El establecimiento por parte de la
República Popular China de una instalación de comunicaciones espaciales en
Neuquén,
Argentina, inaugurada en 2017 y operada por personal militar, en apoyo de la comunicación con sus actividades espaciales, ilustra además que la
República Popular China construirá con cautela instalaciones militares en suelo extranjero cuando las necesidades estratégicas lo requieran.
El interés actual de China en construir y posiblemente operar una «base logística» antártica en Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, genera preocupaciones porque es muy consistente con la lógica y el patrón del avance del EPL en la expansión de su alcance estratégico global. El proyecto de distintas fases costaría USD300 millones de dólares, y en principio podría ser financiado por
China, aunque como señaló el entonces jefe del
Comando Sur de los Estados Unidos Almirante
Craig Faller al visitar el área,
la pregunta no era solo quién lo financia, sino quién lo opera.
En términos comerciales, la flota pesquera de aguas profundas de
China, mantiene una presencia regular en las aguas cercanas del
Atlántico Sur, y a veces dentro de la
Zona Económica Exclusiva de Argentina. Con respecto al petróleo y los minerales, aunque China ha sido técnicamente signataria desde 1983 del Tratado Antártico de 1959 que prohíbe reclamos territoriales en el continente, y como consecuencia, su explotación comercial, el tratado se vuelve modificable en 2048. De hecho, en octubre de 2021, en la reunión del
G20 en
Roma, los Ministros de Relaciones Exteriores de
Argentina y
China firmaron un acuerdo de cooperación para
la explotación de la región antártica y los océanos circundantes.
En términos militares, la
República Popular China ha mostrado un interés creciente en la
Antártida en los últimos años. La
República Popular China ha tenido presencia en la
Antártida desde 1984, y en la actualidad mantiene allí cuatro bases de investigación, incluida una en el área correspondiente al reclamo histórico de Argentina. En 2013, un grupo de trabajo naval chino que incluía dos fragatas de misiles de la Armada del EPL viajó a la región, que incluyó la realización de ejercicios militares con
Chile, antes de pasar por las difíciles aguas del
Estrecho de Magallanes, y luego realizar escalas en puertos tanto en
Argentina como en
Brasil. El rompehielos
Xue Long II de la
Armada del EPL realizó su primer viaje a la
Antártida en noviembre de 2019. La
Armada del EPL también ha estado en conversaciones con
Chile para acceder a
Punta Arenas para apoyar el reabastecimiento de sus bases antárticas desde allí.
La construcción y operación de una base logística polar en Ushuaia se ajusta al patrón de la Armada del EPL para expandir su presencia global de múltiples maneras. En primer lugar, una base de este tipo respaldaría el acceso de la República Popular China en un área en la que este país quiere estar. Al igual que con la base de
China en
Djibouti, el establecimiento de una instalación aparentemente comercial en el extremo sur de
Argentina le daría al
EPL una negación plausible de sus intenciones militares. También el impacto en los
Estados Unidos se limitaría por su distancia de
Estados Unidos, y tendría la ventaja de realizarse en un área donde
China ya tiene una presencia comercial y estratégica significativa, como mencionado anteriormente.
Por el momento, el gobierno de
Argentina ha intentado dar garantías de que no está avanzando con una base controlada por
China en
Ushuaia, pero las implicaciones estratégicas de tal presencia no deben tomarse a la ligera.
Desde un punto de vista estratégico, la perspectiva de que la República Popular China controle el tránsito del Atlántico al Pacífico a través del Estrecho de Magallanes o el Paso Drake en tiempo de conflicto sería importante, particularmente si la
República Popular China pudiera cerrar el
Canal de Panamá en el contexto de una guerra como la potencialmente desatada por su intento de incorporar por la fuerza
Taiwán a
China.
Desde el punto de vista británico, tal presencia de la
República Popular China se sumaría a la amenaza que representa
Argentina para las islas
Malvinas, ya aumentada por la adquisición programada por Argentina de
aviones de combate chinos FC-1.
La aparente pausa en la incorporación de
China por parte de
Argentina a la base planeada en
Ushuaia, no representa el fin de la amenaza estratégica, mientras continúen creciendo las capacidades de proyección de poder naval del
EPL, y mientras el gobierno argentino continúe cada vez más vinculado a la
República Popular China en términos comerciales, financieros y políticos. El área conocida a veces como el «fin del mundo», puede estar muy lejos de
Washington, pero mucho más cerca en términos del impacto para Estados Unidos y la región por las decisiones tomadas allí con respecto a
China y el
EPL.
* R. Evan Ellis es profesor e investigador sobre América Latina en el U.S. Army War College Strategic Studies Institute.