FUENTE: MINISTERIO DE DEFENSA
29-05-09 DISCURSO PRONUNCIADO POR LA SRA MINISTRA DE DEFENSA DRA NILDA GARRE, EN OCASIÓN DEL “ 199º ANIVERSARIO DEL DIA DEL EJÉRCITO ARGENTINO”
Hace hoy precisamente 199 años, un 29 de mayo de 1810, la primera Junta de Gobierno de la Revolución de Mayo emitía la “Proclama a los Cuerpos Militares de Buenos Aires” por la cual se los colocaba bajo la órbita del Departamento de Gobierno y Guerra que conducía Mariano Moreno, en su condición de Secretario de la Junta. La Junta también dictó la “Regla mentación de la Milicia” para el cumplimiento de sus comandantes, dando así origen formal al Ejército Patriota y subordinándolo al poder del gobierno político.
Celebramos entonces, a las puertas de nuestro bicentenario y frente a la imponente Cordillera de los Andes – testigo mudo de un pasado de gloria - ese primer hito de nuestra organización militar, recordando a esos primeros criollos, sufridos y valientes, soldados y ciudadanos que sostuvieron, ya desde las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, los derechos soberanos de un pueblo que nacido de la aventura histórica de sentirse políticamente libre y legítimamente dueño de su destino, lograría asegurar con su sacrificio el nacimiento de nuestra Nación.
Sorpresivamente desligados por los sucesos europeos del desgastado orden colonial instaurado por la monarquía borbónica, y en las circunstancias de enfrentar las amenazas militares y las apetencias políticas y económicas de Gran Bretaña y Portugal, el Ejército de mayo asumía desde su origen en 1810, el primer y máximo deber de una institución militar: servir con lealtad y sacrificio a su pueblo, ejerciendo la defensa de su suelo y garantizando la soberanía, la independencia, la vida y la libertad de sus habitantes.
En ese entonces, y pese a las carencias iniciales, la obra militar de la Junta fue rica en decisiones y un ejemplo de organización de emergencia. Se reestructuraron los cuerpos de infantería de milicias coloniales convertidos en regimientos patrios regulares, los que sumados al de Granaderos, al de Castas integrado por pardos y morenos y al Regimiento de Blandengues, rebautizado como de Caballería de la Patria, conformaron el núcleo de nuestras primeras fuerzas armadas terrestres.
A todo ello se sumó al poco tiempo, entre otras acciones de relevancia para la organización militar, la leva (o movilización en términos actuales), la incorporación urgente de los más aptos para la lucha y la inédita elaboración de una doctrina militar adecuada a los pasos históricos asumidos. Por último, se ordenaron los trabajos logísticos y operativos en armerías y talleres para la fabricación o reparación de las armas imprescindibles para el equipamiento bélico de aquellos cuerpos de combate.
A partir de ese momento se iría forjando la vida institucional del Ejército Argentino para consolidar la independencia, animado por la moral militar sanmartiniana y el coraje civil belgraniano. A esos ejemplos máximos le siguieron después quienes, continuando la línea nacional y americanista de Mayo, se organizaron en el Ejército de la Confederación, integrado por las milicias provinciales que resistieron los planes hegemónicos de los intereses comerciales de Buenos Aires y pugnaron por dotar de sustancia y forma federal a la vida nacional a lo largo de la convulsionada primera parte del siglo XIX.
Luego de un largo período de violencia, a partir de 1862 comenzó un trabajoso proceso de estructuración institucional en el cual se impulsó la primera organización nacional del ejército bajo la impronta del general Julio Argentino Roca. La modernización de la fuerza fue encomendada, en su segunda presidencia, al general Pablo Ricchieri, entonces Ministro de Guerra quien, convencido de los principios constitucionales y opuesto a la participación del ejército y sus integrantes en el ámbito político, realizó la encomiable tarea de reorganizar el ejército sobre la base de criterios estrictamente profesionales y de una pujante modernización material.
También fue obra de Roca la llamada conquista del desierto que buscó ampliar las fronteras agrícolas, al precio incluso de una catástrofe humanitaria de los pueblos originarios que involucró al Ejército.
Ya bien entrado el Siglo XX, el Ejército supo contribuir con su despliegue territorial a la afirmación de una presencia plena en los más duros y lejanos rincones de la Patria, siendo allí la única presencia o bien acompañando a los esforzados pobladores. Posteriormente, cuando el Estado asumió un rol director en el desarrollo industrial, el Ejército tuvo un desempeño destacado en tanto de sus filas surgieron hombres como los generales Enrique Mosconi y Nicolás Savio, precursores de las industrias petrolera y siderúrgica que contribuyeron al desarrollo industrial, energético, científico y tecnológico del país.
Luego del primer quiebre institucional de 1930 y más específicamente, a partir de mediados del siglo XX, la tensión generada tras la emergencia de la postergada clase trabajadora como actor relevante en el escenario político nacional arrastró a las instituciones militares a una lamentable acción facciosa que se profundizó al calor de la confrontación bipolar, alejándolas de los ideales fundacionales de Mayo. Golpes de Estado, condicionamientos a gobiernos constitucionales y finalmente un aberrante proceso de terrorismo de Estado durante la última dictadura son y serán los hitos más elocuentes de esta reprochable desviación institucional.
Pero más cerca en el tiempo, después de la derrota de la Guerra de Malvinas como consecuencia de inexcusables errores estratégicos y tácticos, y recuperada la forma de gobierno democrática, el Ejército Argentino y el resto de las Fuerzas Armadas, cuyas fracciones combatientes habían dado sobradas muestras de heroicidad en el campo de batalla, retomaron el respeto a la legalidad institucional democrática.
Así, y sin descuidar su misión primaria como brazo armado de la Nación y ya plenamente subordinado a la autoridad constitucional, es de destacar desde ese entonces su presencia en todas las regiones del interior del país, aliviando los ocasionales sufrimientos de la población en situaciones de catástrofes o de emergencias, proveyendo en esos casos los servicios y soluciones más indispensables como se ha hecho, por nombrar algunos ejemplos, en Tartagal, en El Chaltén, en General Mosconi y en los casos más recientes de lucha contra el dengue en Catamarca y Charata en la Provincia de Chaco.
Lo mismo ocurre con la actividad de los contingentes del Ejército destinados en lejanos territorios en misiones bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas, como en la República de Haití, donde nuestras fuerzas aportaron su esfuerzo al proceso de normalización institucional y siguen ayudando a desescalar situaciones de conflicto y a resolver o morigerar gravísimas crisis humanitarias; o en Chipre, donde la presencia de nuestro contingente impide cruentos enfrentamientos, contribuyendo de esos modos en ambos casos, a la paz y la seguridad internacionales.
Similar consideración debemos a quienes con su particular vocación y espíritu de sacrificio integran y sostienen los refugios y bases antárticas, que permiten la presencia nacional ininterrumpida en esos gélidos territorios, en bien del progreso de la ciencia y de la conservación integral de los últimos espacios libres del planeta.
Por nuestra parte, también podemos decir, con seguridad, que el Ministerio de Defensa ha consolidado en estos 3 años y medio el fortalecimiento de la conducción política del sistema, sobresaliendo las acciones técnicas y profesionales que permiten ahora disponer de una capacidad de gestión, evaluación y control de la política del área, hasta hace poco soslayada o ausente en perjuicio de la integración y el accionar conjunto del instrumento militar.
Logrado lo anterior y en clara correspondencia con los preceptos enunciados, es que desde el Ministerio de Defensa se avanza en un proceso gradual, pero continuo, de modernización integral del sistema de defensa.
Quizás el factor más limitante que enfrentamos en lo inmediato provenga de las restricciones que impone el actual contexto de la crisis financiera internacional, que deriva en lógicos ajustes sobre las finanzas públicas en general y sobre el presupuesto de defensa en particular. No obstante, cabe repasar en forma retrospectiva nuestra performance en la gestión de obtención de recursos para el Ejército Argentino. Cuando me cupo asumir a fines del 2005, el Ejército se financiaba a través del Tesoro Nacional con asignaciones destinadas a funcionamiento e inversión por un total de 248,5 millones, excluyendo salarios por otros 1.324 millones de pesos. Cuando a mediados del año pasado el Poder Ejecutivo propuso el proyecto de ley de presupuesto 2009, las asignaciones para funcionamiento e inversión del Ejército financiadas por el Tesoro Nacional habían crecido hasta 539,2 millones y los salarios a 2.538 millones de pesos. Es decir, ya se había más que duplicado el presupuesto global de la institución en todos sus rubros. Aun con los ajustes ya dispuestos para este año, el monto total de recursos para funcionamiento e inversiones financiados por el Tesoro alcanzará la suma de 431,4 millones de pesos, lo que aún constituye un incremento de 182,9 millones de pesos respecto a nuestra línea de base y una asignación todavía 43 millones de pesos superior a la que efectivamente se dispuso para el cierre del año 2008.
Pasamos ahora, con la brevedad de la ocasión a un relevo de las acciones promovidas por el Ministerio de Defensa surgidas de una planificación coherente de naturaleza sistemática y orientadas a la actividad militar en general, buscando el máximo de racionalidad y eficiencia en el uso de los recursos.
Como universalmente se conoce, los recursos son siempre escasos y las necesidades ilimitadas. Asumimos por ello las carencias propias y las dificultades de nuestra realidad, pero apostamos igualmente, con firmeza, a la consecución de las políticas sustantivas del sector, comenzando por las que a continuación detallo:
- En el área de planeamiento estratégico militar y con el objetivo de disponer de un Instrumento Militar apto y adaptado a los escenarios impuestos por la apreciación estratégica nacional se dispuso una Directiva de Organización y Funcionamiento de las Fuerzas Armadas mediante el Decreto 1691 del año 2006 y el establecimiento de un Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional a través del Decreto 1729 del año 2007. Ya hemos concluido la fase preliminar de esta ultima metodología y se encuentra a consideración de la Presidenta de la Nación la Directiva de Política de Defensa Nacional, documento que dará vida al primer ciclo. Mientras tanto, hemos acelerado para el corto plazo las definiciones estratégicas que pueden razonablemente anticiparse para vectorear las decisiones de recuperación, modernización, adquisición y/o desprogramación de los sistemas de armas en un trabajo de estrecha articulación entre el Ministerio de Defensa, el Estado Mayor Conjunto y los Estados Mayores Generales. Luego, el planeamiento militar, en sus diferentes plazos, nos permitirá ir adaptando las medidas centrales para la Defensa de cara a las nuevas exigencias y desafíos del Siglo XXI.
- En el área de la logística militar, la primera etapa para su necesaria modernización y reorganización sistémica ya es un hecho. En efecto, luego de refundar un organismo fundamental para el sector como es el Comité de Logística Conjunta y aprobar el “Informe para la Modernización del Sistema Logístico de Defensa”, elaborado en el 2008 por funcionarios de Defensa con la participación de más de 45 especialistas del Estado Mayor Conjunto y las fuerzas, se procedió, entre otras medidas de importancia, a la creación de un organismo logístico centralizado y de composición cívico-militar a nivel del Ministerio. En su organización ha sido previsto un plantel de 140 agentes militares de reconocida idoneidad profesional - encabezado por un General de Brigada, dos Contraalmirantes y dos Brigadieres – que cumplirá servicios como “destino militar” bajo la conducción de un funcionario civil.
Se trata de la Dirección General del Servicio Logístico de la Defensa, la que próximamente, con carácter autárquico y ya como Agencia Logística de la Defensa, integrará las principales funciones y actividades logísticas de las Fuerzas Armadas.
Su tarea, recién iniciada, nos muestra réditos concretos en la consolidación de las compras militares que resultan convenientes efectuar en forma centralizada bajo un Programa de Abastecimiento Conjunto de Insumos Comunes. Programa por el que, en 2009, se proveerán insumos como combustibles, munición, medicamentos, artículos de limpieza y librería y servicios financieros, entre otros, por un valor superior a los 320 millones de pesos, permitiendo ventajas competitivas y sinérgicas del concepto de cliente único y de economías de escala.
No terminan allí sus cometidos, sino que a medida que se normalicen las estructuras orgánicas logísticas de las Fuerzas y se adecuen las doctrinas básica y contribuyentes, se procederá a la participación de la Agencia Logística en la obtención de medios significativos para la defensa, a través de la gestión operativa de proyectos de inversión destinados al equipamiento mayor del Instrumento Militar, en una clara alusión a uno de los aspectos principales de la postergada logística genética.
- En concomitancia con esto último y refiriéndonos a otro de los temas fundamentales de la modernización, el Ministerio ha perfeccionado recientemente el proceso de toma de decisiones en materia de inversiones con una segunda versión del Sistema Integral de Gestión de Inversiones para la Defensa (SIGID II), que además conlleva una Directiva de Obtención de Medios del máximo nivel, de modo tal de poder articular en forma más eficiente las necesidades materiales de mediano plazo de las fuerzas con las estrategias de desarrollo de la base industrial nacional de la defensa y su dispositivo científico-tecnológico.
El SIGID II provee entonces una metodología para la obtención de las capacidades militares surgidas del Plan de Capacidades Militares (PLANCAMIL) del Ciclo de Planeamiento, según el citado Decreto 1729, plan que una vez aprobado permitirá determinar los medios que operativicen dichas capacidades. De este modo, en el futuro, toda incorporación de material significativo a las Fuerzas Armadas será cumplida con un intensivo y multidisciplinario análisis, con las mayores precisiones de aptitud y aceptabilidad a cargo del Estado Mayor Conjunto y las debidas justificaciones presupuestarias bajo la forma de demandas preliminares aprobadas por el Ministerio.
- Otro emprendimiento consolidado por la actual gestión en beneficio directo de las Fuerzas Armadas, que como se ha dicho en varias ocasiones constituye un hito trascendente en la historia del sistema logístico conjunto, es la implementación y perfeccionamiento del Plan de Equipamiento Conjunto para Operaciones de Mantenimiento de Paz (PECOMP), destinado al aprovechamiento militar de los fondos provenientes de los reembolsos de Naciones Unidas en concepto de compensaciones por los medios desplegados en las diferentes misiones de paz. El PECOMP 4, próximo a aprobarse, implicará que hayamos superado la cifra de 100 millones de pesos en inversiones para este cometido. Gracias al mismo el Ejército ha logrado la recuperación, modernización y reemplazo de un alto porcentaje de sus medios operativos disminuidos como consecuencia de los citados despliegues. Ejemplo de ello es la renovación y modernización del 40% del parque automotor existente en la misión de paz de Haití y la sustanciación de las contrataciones para que al término de este año se lleve esa cifra a un 60%; así como también la renovación de su sistema de comando y comunicaciones en sus enlaces con el país y la adquisición de otras facilidades para el bienestar del personal.
- Contribuyendo a lo anterior se ha puesto en marcha, finalmente, el nuevo sistema de capacidades de mantenimiento de las Fuerzas Armadas (conocido como SICAMAN), que apunta a enlazar la infraestructura de mantenimiento de las distintas Fuerzas con una metodología práctica basada en la informática, de modo tal de maximizar el uso de las capacidades de mantenimiento existentes y prestar servicios inter-fuerzas con costos menores a los disponibles comercialmente. Así nuestro Ejército, por ejemplo, ha podido efectuar en el país la recorrida (overhaul) de helicópteros del tipo “LAMA” en el Arsenal Aeronaval Comandante Espora de la Armada Nacional o la reparación de equipos de navegación de los helicópteros modelo Bell UH-1H, en los talleres del Área Material Quilmes, de la Fuerza Aérea.
- Con referencia a las políticas de Investigación, Desarrollo y Producción podemos decir que se siguen impulsando proyectos tecnológicos en el país y, en ocasiones, en la región, como es el caso para el Ejército de la fabricación con su par brasileño del vehículo de uso general y aerotransportable “Gaucho”, en el marco del acuerdo suscrito entre los Presidentes de ambos países en febrero de 2008. Cabe señalar que este proyecto tiene también una arista científico nacional ya que incluye convenios de asesoramiento tecnológico con el INTI y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, actividades imprescindibles para su necesaria y rápida homologación.
En orden a destacar otros proyectos para el Ejército oportunamente aprobados por el Ministerio de Defensa, mencionamos los siguientes:
El desarrollo de un Sistema Integrado de Comando y Control Táctico de las Operaciones Militares, denominado SITEA.
La reparación y modernización de vehículos de combate de la familia M113 y la toma de previsiones para idéntica labor respecto de la línea TAM, en clara revitalización de líneas productivas fabriles que tuvo hasta no hace mucho el país.
La modernización del radar de vigilancia terrestre RASIT y la fabricación y provisión de lanzacohetes antitanque del tipo MARA 200, (con estudios para aumentar su alcance en desarrollos futuros), y otros de lanzadores múltiples.
El diseño de simuladores, bajo los más exigentes estándares de eficiencia, para el adiestramiento operacional y de empleo de medios, en gabinetes especiales del tipo “Batalla Virtual” y en temas de ayuda humanitaria para la eventualidad de catástrofes, desastres naturales u otras crisis, como el Sistema “EMERCAT” o los simuladores de aplicación a misiones de paz – en este caso con el Ejército de la República de Chile – proyecto bautizado con el nombre de “SIMUPAZ”. Justamente este último constituye un apropiado instrumento para la instrucción permanente y sostenida de la Fuerza Militar Combinada “Cruz del Sur”, elemento que corresponde decir se encuentra en un muy avanzado proceso de formación con nuestros hermanos trasandinos.
La modernización de los medios aéreos, con proyectos consolidados como el “Hornero” actualmente en marcha, consistente en la transformación del helicóptero UH-1H en HUEY 2, incrementando su altura de vuelo, capacidad de transporte, autonomía y condiciones de mantenimiento. Todo esto en el marco de un acuerdo que el Ejército firmará muy próximamente con la Fábrica Bell de los EE.UU, que le otorgará facultades de mantenimiento y modernización únicas en la región.
El diseño experimental del primer helicóptero liviano de construcción nacional, bautizado con el nombre Aguilucho, para la instrucción básica de los pilotos.
El desarrollo y modernización de armamento portátil y pesado (como los morteros para la Infantería) y el sistema de producción, para apoyo de fuego, de proyectiles para coheteras CP 30 y para morteros de 120 mm del tipo Heat.
Finalmente, la investigación para el empleo de energías alternativas categorizadas como “energías limpias”, de las cuales las baterías de hidrógeno diseñadas en la Escuela Superior Técnica del Ejército son un ejemplo (actualmente una de ellas se halla en funcionamiento en la Base Antártica Esperanza), así como los estudios sobre Aerogeneradores, en coordinación con el INVAP, y el Proyecto Modulo Argentino de Energía Limpia (MAEL 1), consistente en la obtención de energía, con aerogeneradores y a partir de la electrólisis del agua, en combinación con el Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) y la Asociación Argentina del Hidrógeno.
Además, me place anunciar que se encuentra en avanzado estadio de análisis y conversaciones un proyecto para generar, en instalaciones del Ejército, un polo regional de mantenimiento para la línea de vehículos MARDER/TAM, iniciativa para la que ya estamos coordinando acciones con empresas alemanas y el Estado Chileno.
Por otra parte, y con relación al reordenamiento integral y sistémico del Sistema de Inteligencia para la Defensa, en este último año y medio se ha hecho entrega a nuestro Ejército de importante equipamiento de inteligencia de combate, cuya finalidad es la de dotar a la Inteligencia Militar de inéditas capacidades específicas y conjuntas, con la incorporación de altos niveles de operatividad en todo tiempo y en todos los ambientes geográficos del país, a efectos de satisfacer todas las necesidades y requerimientos derivados de las misiones asignadas al Instrumento Militar en general y a la Inteligencia de las Fuerzas Armadas en particular.
El equipamiento suministrado a la Dirección de Inteligencia de Ejército incluyó equipos de comunicaciones, tecnológicos y de logística. Entre los variados equipos y materiales adquiridos durante este último tiempo se incluyen radares, medios de transporte, varias camionetas cuatro por cuatro de uso dual, equipos vehiculares de comunicación, centrales metereológicas, equipos para patrullas de inteligencia, de montaña, de monte y anfibios, servers informáticos y computadoras portátiles semirobustecidas, carpas y redes de enmascaramiento, entre otros.
Con respecto al tratamiento integral del factor humano en el área de Defensa, considerado esencial para esta gestión ministerial, abrevamos directamente de las enseñanzas del Padre de la Patria, y así es posible sostener la idea de que la formación militar de nuestros hombres y mujeres debe ajustarse a principios éticos y morales que, como tales, son inmutables, sea cual fuere la adversidad o situación límite que el hombre de armas deba enfrentar, ya que ellos son la única fuente de legitimación de su servicio y el resguardo del augusto patrimonio de su honestidad.
Es para ello que continuamos con la aplicación de estrictos criterios de formación ética humanística y respeto de los derechos humanos incidiendo, especialmente, con la Reforma Educativa, con la intervención del Ministerio de ese ramo y la participación de prestigiosos organismos de enseñanza públicos y privados. Al respecto, se ha avanzado en la implementación de diversas iniciativas, como ser:
La reestructuración del plan de estudios de la Escuela Superior de Guerra Conjunta, en sus Niveles I: Curso de Estado Mayor y Planeamiento Conjunto y Nivel II: Curso Conjunto de Estrategia y Conducción Superior, con previsiones de una futura acreditación por parte de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) como carreras de posgrado.
La revisión de los planes curriculares de las Escuelas de Guerra específicas y del Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, con el objeto de orientarlos a la táctica superior.
La reforma curricular de los Institutos de formación de Oficiales y Suboficiales, incorporando temas comunes y contenidos del área humanística y jurídica.
La optimización de los sistemas de ingreso a la carrera militar sobre la base de un criterio federal, cuestión en la que el Ejército es una entidad señera por su particular despliegue orgánico en toda la extensión del territorial nacional.
La cooperación, complementación y articulación de los Institutos Universitarios de las Fuerzas Armadas con sus pares del Sistema Universitario Nacional, con otros organismos del Estado y de la sociedad civil en su conjunto, no sólo en su faz académica de enseñanza sino en la investigación científica y tecnológica.
A comienzos de 2010 quedará inaugurado el Centro Educativo de las Fuerzas Armadas (CEFA). Actualmente se está completando la etapa de diseño de la obra que reunirá en un mismo edilicio a la Escuela de Guerra Conjunta, a la Escuela Superior de Guerra del Ejército, a la Escuela Superior de Guerra Naval, a la Escuela Superior de Guerra de la Fuerza Aérea y al Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. El nuevo complejo educativo se propone la integración académica de las instancias de perfeccionamiento militar superior –tanto específico como conjunto- . El concepto de afinidades programáticas sobre el que se proyecta el nuevo edificio permitirá un uso racional y eficiente del patrimonio público. La obra contempla además la puesta en valor y renovación del edificio de principios de siglo XX ubicado en la Avenida Luis María Campos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En relación con la inclusión de una perspectiva integral de derechos humanos en las instituciones de la Defensa, tenemos hoy la satisfacción de contar por primera vez en la historia, con un sistema disciplinario ajustado a la Constitución Nacional, que respeta los derechos de las personas sometidas a actuaciones de esta naturaleza, reconociéndoles entre otras cosas, derecho a ser asistidos por un abogado defensor y a conocer la prueba que existe en su contra, entre otros derechos básicos que les eran injustamente negados a los militares.
En relación con la profesionalización, también una adecuada perspectiva de derechos humanos nos condujo a profundizar la iniciativa que tuvo el ejército al derogar la prohibición de matrimonios entre personal de distintos escalafones. A ello le siguió la supresión de la obligación de solicitar venia al superior para el matrimonio, también fue prohibido todo requerimiento de información dirigido a verificar o no la existencia de la llamada “situación especial de familia” y también se eliminaron los pedidos de información sobre aspectos de la vida religiosa de las personas. Todo ello, en el entendido de que todas esas prácticas constituían intromisiones indebidas en la vida privada.
Continuamos con una política sostenida dirigida a garantizar una inclusión profesional equitativa de hombres y mujeres. En primer lugar, hemos dejado atrás una política de negación de la complejidad que plantea la coexistencia de la vida profesional y familiar, que consistía en impedir el ingreso a las Fuerzas Armadas de quienes tuvieran personas a cargo, prohibir a las mujeres continuar con su formación cuando ellas resultaban embarazadas e incluso prohibir a los cadetes varones asumir la paternidad en forma responsable, para dar paso a una política institucional que debe asumir esa complejidad con que se expresa la realidad cotidiana de los hombres y mujeres que integran o aspiran a integrar la institución militar.
Así, puesto en su justo lugar el reconocimiento de la vida familiar y de la maternidad en particular, se hizo más evidente la necesidad de generar condiciones institucionales que permitan a las personas integrar ambos aspectos sin renunciamientos desmedidos. Todos sabemos que las tareas propias del ámbito familiar son asumidas en mayor proporción por las mujeres, lo cual repercute en sus posibilidades profesionales. Por ello, y atendiendo al desafío de que una mayor integración profesional de hombres y mujeres no es sólo aumentar la representación númerica de éstas, dispuse la progresiva apertura de jardines maternales para la atención de los niños y niñas de quienes trabajan en el Ejército. Hoy, además del jardín para niños de hasta 5 años de edad que funciona en la Ciudad de Buenos Aires desde el año 2007, el Ministerio de Defensa ha financiado la construcción de dos jardines más, uno en la Ciudad de Buenos Aires y otro en Campo de Mayo, conforme las prioridades señaladas por el propio Ejército. Ambos lugares se encuentran con las obras prácticamente finalizadas. Además, tenemos previsto un relevamiento de necesidades para la sede del III Cuerpo y en el Barrio de Suboficiales ubicado en la localidad de Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, para el año 2009.
En el ámbito de la Jefatura de Personal he dispuesto la conformación de una Oficina de Género, que tiene como objetivo no sólo la atención especializada de los casos que involucren cuestiones de discriminación y/o violencia basadas en el género, sino también la promoción y difusión de políticas institucionales orientadas a la eliminación de discriminación contra las mujeres, en general.
*FALTA TEXTO*
Finalmente, junto con la sociedad civil y las fuerzas aquí formadas, y en las puertas del Bicentenario de la Revolución de Mayo, quiero hacer llegar un justo reconocimiento y especial saludo a todos los integrantes del Ejército Argentino en las guarniciones del país y en forma particular a quienes en el Exterior, lejos de sus familias y afectos, llevan adelante con honor la representación armada de la Patria, como en el caso de los contingentes en Haití, Chipre y la Antártida.
Hombres y mujeres del Ejército:
¡¡¡¡¡ Feliz día !!!!!