Entre 1975 y 1979 el COAN incorporó un total de ocho unidades del Beech Super King Air 200 que recibieron las matrículas 4-G-41 a 4-G-48 , todos fueron afectados a misiones de sostén logístico y relevamiento fotográfico, aunque dos de ellos se asignaron a la base aeronaval de Punta Indio para instrucción. Todas las aeronaves participaron durante el conflicto por Malvinas en distintas misiones. Para entonces la necesidad de una aeronave ligera con capacidad de reconocimiento y exploración marítima quedó evidenciada. La situación no permitía la compra de aeronaves de éstas características, ya que la prioridad era precisamente conseguir un reemplazo adecuado para los L-188 Electra y modernizar los S-2E Tracker.
A principios de los años 90’s, surge el proyecto “Cormorán” que consistía en modificar algunos Super King Air para realizar misiones de patrullaje y exploración marítima. Para ello se tomo como base del proyecto al modelo que ofrecía la Beech, el B-200T, iniciándose los trabajos de modificación en 1992, contando con una ayuda muy particular: el B-200T de la Aviación Naval de Uruguay, al cual se lo evaluó hasta el más último detalle a fin de poner “clonar” los B-200 en un B-200M.
De modo sintético, los trabajos de modificación y equipamiento consistieron en:
1) Incorporación de un radar ventral RDR-1500 de vigilancia marítima de 360 grados de exploración y un alcance aproximado de 160 a 180 Km. Se adquirieron 3 radares y 4 rádomos, debiéndose realizar los carenados correspondientes en la parte posterior e inferior del fuselaje. El radar implicó necesariamente instalar en la cabina una pantalla con sus correspondientes controles.
2) Extensión de las barquillas o nacelas de los motores, en donde se pudo incorporar un depósito adicional de combustible con capacidad unitaria de aproximadamente 250 Kg, hecho que incrementó los pesos operativos del avión, pero permite agregar una hora adicional de autonomía.
3) Incorporación de dos ventanillas de observación tipo “burbuja” en la parte trasera del fuselaje, con la posibilidad de uso de la cámara fotográfica AGFLITE que permite imprimir en la toma todos los datos necesarios del objetivo, especialmente la posición mediante un sistema de posicionamiento global o GPS.
4) Mejoras en los equipos de comunicaciones UHF/VHF, incluyéndose un primitivo sistema de enlace de datos denominado TNC que permite la transmisión de fax.
5) Se incorporó una llamada "línea de mar" que permite arrojar en vuelo equipos de rescate, tal como una balsa salvavidas, equipos de supervivencia, boyas humosas o incluso sonoboyas.
En una versión avanzada –conocida como B-200M Plus -se ha probado la incorporación de una computadora táctica para el procesamiento de la información proporcionada por el radar, que está a cargo del oficial de operaciones y que en concordancia ha sido denominada OCO por Oficial de Control de Operaciones. Por el momento se desconoce si la misma se encuentra en servicio en todos los aviones. La deuda pendiente sería la incorporación de un FLIR, aunque por el momento no hay novedades sobre tal equipamiento.
Hacia 1999 el COAN recibe el último de los cuatro B-200M ( 6-P-44/45/47/48) los que operan en la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima Nro. 6 (EA6V) con asiento en la base aeronaval Alte. Zar, en Trelew.
Con el tamaño del litoral marítimo argentino y la gran extensión de la zona económica exclusiva (ZEE), los B-200M realizan una amplia variedad de misiones y aunque también operan los P-3 Orión del COAN y los C-212-300MP Aviocar de la Prefectura Naval Argentina, en realidad son pocas aeronaves para una zona tan extensa y tan transitada por barcos pesqueros de las más variadas nacionalidades que regularmente operan frente a nuestras costas. Siempre se critica la dupla FAA/LADE y en éste caso quizás la Secretaría de Pesca debería contar con sus propias aeronaves o utilizar exclusivamente la flota de la PNA y liberar al COAN de misiones de control de la ZEE, para que tanto los B-200M como los Orión, puedan ser operados y equipados principalmente para misiones de patrullaje marítimo de carácter netamente militar y con capacidad antisubmarina. Un tema sin dudas, discutible.
A principios de los años 90’s, surge el proyecto “Cormorán” que consistía en modificar algunos Super King Air para realizar misiones de patrullaje y exploración marítima. Para ello se tomo como base del proyecto al modelo que ofrecía la Beech, el B-200T, iniciándose los trabajos de modificación en 1992, contando con una ayuda muy particular: el B-200T de la Aviación Naval de Uruguay, al cual se lo evaluó hasta el más último detalle a fin de poner “clonar” los B-200 en un B-200M.
De modo sintético, los trabajos de modificación y equipamiento consistieron en:
1) Incorporación de un radar ventral RDR-1500 de vigilancia marítima de 360 grados de exploración y un alcance aproximado de 160 a 180 Km. Se adquirieron 3 radares y 4 rádomos, debiéndose realizar los carenados correspondientes en la parte posterior e inferior del fuselaje. El radar implicó necesariamente instalar en la cabina una pantalla con sus correspondientes controles.
2) Extensión de las barquillas o nacelas de los motores, en donde se pudo incorporar un depósito adicional de combustible con capacidad unitaria de aproximadamente 250 Kg, hecho que incrementó los pesos operativos del avión, pero permite agregar una hora adicional de autonomía.
3) Incorporación de dos ventanillas de observación tipo “burbuja” en la parte trasera del fuselaje, con la posibilidad de uso de la cámara fotográfica AGFLITE que permite imprimir en la toma todos los datos necesarios del objetivo, especialmente la posición mediante un sistema de posicionamiento global o GPS.
4) Mejoras en los equipos de comunicaciones UHF/VHF, incluyéndose un primitivo sistema de enlace de datos denominado TNC que permite la transmisión de fax.
5) Se incorporó una llamada "línea de mar" que permite arrojar en vuelo equipos de rescate, tal como una balsa salvavidas, equipos de supervivencia, boyas humosas o incluso sonoboyas.
En una versión avanzada –conocida como B-200M Plus -se ha probado la incorporación de una computadora táctica para el procesamiento de la información proporcionada por el radar, que está a cargo del oficial de operaciones y que en concordancia ha sido denominada OCO por Oficial de Control de Operaciones. Por el momento se desconoce si la misma se encuentra en servicio en todos los aviones. La deuda pendiente sería la incorporación de un FLIR, aunque por el momento no hay novedades sobre tal equipamiento.
Hacia 1999 el COAN recibe el último de los cuatro B-200M ( 6-P-44/45/47/48) los que operan en la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima Nro. 6 (EA6V) con asiento en la base aeronaval Alte. Zar, en Trelew.
Con el tamaño del litoral marítimo argentino y la gran extensión de la zona económica exclusiva (ZEE), los B-200M realizan una amplia variedad de misiones y aunque también operan los P-3 Orión del COAN y los C-212-300MP Aviocar de la Prefectura Naval Argentina, en realidad son pocas aeronaves para una zona tan extensa y tan transitada por barcos pesqueros de las más variadas nacionalidades que regularmente operan frente a nuestras costas. Siempre se critica la dupla FAA/LADE y en éste caso quizás la Secretaría de Pesca debería contar con sus propias aeronaves o utilizar exclusivamente la flota de la PNA y liberar al COAN de misiones de control de la ZEE, para que tanto los B-200M como los Orión, puedan ser operados y equipados principalmente para misiones de patrullaje marítimo de carácter netamente militar y con capacidad antisubmarina. Un tema sin dudas, discutible.