(...) "Pero hay otro aspecto que ha sido tenido muy poco en cuenta por las administraciones argentinas desde 1990, y es la necesidad del fortalecimiento militar argentino. Màs allà de la razonabilidad de que Argentina continùe con su tradicional y contìnuamente declarada vocaciòn de resolver el conflicto por las vìas pacìficas, no puede dejarse de lado que, tal como ocurriò en la discusión entre China y el Reino Unido por Hong Kong, estamos ante una negociación donde deberàn estar presentes todos los factores de poder de ambas partes.
Gran Bretaña, efectivamente, tiene puestos en escena la totalidad de sus recursos de poder. Exhibe, aunque disminuìdo respecto de su època de gloria, su poder econòmico y financiero que le permitiò, entre otras cosas, construir instalaciones militares en las islas a un costo de centenares de millones de dòlares, mantener en ese lugar tan apartado de su metrópoli una guarnición militar que ejerce una disuasión creìble y subsidiar económicamente a las islas durante años. Tambièn pone en juego el peso de sus alianzas polìtico militares, la capacidad de su diplomacia, y el alcance y poder de sus medios de difusión masiva.
La Argentina, en cambio, a pesar de sus esfuerzos en los campos polìtico y econòmico, ha trabajado poco y con escasa inspiración sobre los factores psicosociales y. sobre todo, ha mantenido ausente en la negociación con Gran Bretaña a su poder militar.
El instrumento militar argentino no goza, hoy en dìa de credibilidad. Con unas fuerzas poco profesionalizadas, pobremente equipadas y adiestradas, y en una situación de escasez de repuestos y pertrechos que es ampliamente conocida por los britànicos, lejos pueden estar èstos de sentirse presionados para ingresar en una negociación seria sobre un tema que, ademàs, obtiene bajìsima prioridad en la consideración de su opinión pùblica.
A este respecto, parece oportuno destacar la opinión de uno de los teòricos màs importantes de la estrategia, Thomas Scheling, quien afirma:”Sin embargo, lo que interesa rescatar es que los nuevos conceptos exigen que el poder militar acompañe a la polìtica exterior de todo el paìs y que el poder militar se utilice en apoyo y no en alternativa de la soluciòn negociada de las controversias”
Es necesario entonces, de miras a aproximarse temporalmente a la solucion definitiva del conflicto de Malvinas, implementar polìticas en varios frentes, internos y externos, que conlleven, en primer lugar, el fortalecimiento amplio de las capacidades nacionales, y, en segundo lugar pero no menos importante, a concentrar la atención de las autoridades y la población del Reino Unido.
No es un trabajo de dìas ni de meses, esto llevarà años. Pero la Argentina ha esperado màs de ciento sesenta años para obtener la reivindicación de un territorio que con justicia considera propio, y si sus gobiernos encaran la cuestión con seriedad y profesionalismo, tal vez en pocos años pueda cuando menos comenzar a avizorar un final feliz para este conflicto."