Todos están de acuerdo: el Estado, el grupo Marsans y el fabricante de aviones Airbus. La negociación para que los 35 aviones Airbus que había señado el grupo español ingresen a la flota de Aerolíneas Argentinas y Austral se ha encaminado. Pero falta un detalle: ¿quién pone la plata para financiar una compra de alrededor de US$ 2000 millones?
Hasta ese punto avanzaron las negociaciones y ahí se empantanaron. Mientras el Gobierno busca la manera de financiar las aeronaves surgió otro tema que preocupa: el posible embargo que podrían pedir los holdouts (bonistas que no entraron al canje de 2005 y que aún mantienen sus papeles impagos) cuando los aviones toquen alguna pista extranjera.
Hasta ayer estaba previsto un viaje para la semana próxima a Madrid para cerrar el acuerdo. Estarían en la capital española el secretario de Transporte, Ricardo Jaime; los subsecretarios de Coordinación y de Legales del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta y Rafael Llorens, y el gerente general de Aerolíneas, Julio Alak. Según lo que estaba programado, el motivo del encuentro sería cerrar la negociación. Pero hasta anoche a última hora el viaje se había pospuesto. "¿A qué van a ir si aún no hay nada nuevo que ofrecer?", se preguntaba ayer una fuente al tanto de la negociación.
Por ahora, y pese al gesto de apoyo que habría recibido la presidenta Cristina Kirchner de su par de España, José Luis Rodríguez Zapatero, en el reciente viaje a Madrid, la posibilidad de que sean los bancos los que financien la compra parece aún remota. "La crisis internacional alejó mucho a los bancos de las operaciones de riesgo. Si a eso se le suma que esta transacción se realizaría en la Argentina, un país que mantiene deudas impagas, y que la transacción es para comprar aviones, imagínese que la posibilidad de conseguir dinero fresco es muy complicada", dijo ayer el economista de un banco al ser consultado sobre la operación en marcha.
Esta coyuntura habría animado a los funcionarios locales a buscar alguna salida alternativa. Bien podría ser el Tesoro o la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) el que aporte los US$ 2000 millones para la compra de las 35 aeronaves. "Después de todo -dijo una fuente relacionada con la empresa aérea- no hay que pagarlo todo junto porque se va cancelando en cuotas. No sería un desembolso único, sino escalonado."
Pero este escenario tiene una traba muy fuerte, que habría sido la que causó la demora en la expropiación de las compañías de Marsans, medida que aún no se formalizó. "El escollo que hay son los holdouts . Ellos van a pedir los embargos de los aviones cuando sean propiedad del Estado", dijo una fuente que ha participado de gran parte de la negociación.
Sucede que mayoritariamente la jurisprudencia de los países en los que tramitan juicios contra la Argentina sostiene que los bienes del Estado no son embargables, pero lo son aquellos que estén afectados a una operación comercial. Este sería el caso de los aviones de las empresas aéreas cuando finalmente las acciones pasen a manos del expropiador.
Por ahora, ninguno de los supuestos podría darse, ya que si bien el Estado actúa y manda en Aerolíneas y Austral como si fuese el dueño y Marsans deja hacer como si ya las hubieran expropiado, ni una cosa ni la otra ha sucedido. Todavía las acciones están en manos del grupo español. Lo único firme es el proceso de expropiación que inició el procurador general del Tesoro, Horacio Guglielmino. El viernes pasado fue el día en que se notificó la demanda a las oficinas de Marsans en Buenos Aires. Allí consta el depósito de un peso que el Estado pagó por las dos empresas. Dentro de 15 días, plazo que tiene para contestar la demanda, se sabrá si Marsans acepta ese valor simbólico y si la expropiación se concreta.
EN OFERTA, A UN PESO
Déposito por Aerolíneas y Austral
El juicio de expropiación lo inició la Procuración del Tesoro en representación del Estado nacional.
El viernes pasado se notificó la demanda y ahora Marsans tiene 15 días para contestar.
Un depósito de un peso se acompañó al expediente como pago simbólico por las dos empresas.
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Hasta ese punto avanzaron las negociaciones y ahí se empantanaron. Mientras el Gobierno busca la manera de financiar las aeronaves surgió otro tema que preocupa: el posible embargo que podrían pedir los holdouts (bonistas que no entraron al canje de 2005 y que aún mantienen sus papeles impagos) cuando los aviones toquen alguna pista extranjera.
Hasta ayer estaba previsto un viaje para la semana próxima a Madrid para cerrar el acuerdo. Estarían en la capital española el secretario de Transporte, Ricardo Jaime; los subsecretarios de Coordinación y de Legales del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta y Rafael Llorens, y el gerente general de Aerolíneas, Julio Alak. Según lo que estaba programado, el motivo del encuentro sería cerrar la negociación. Pero hasta anoche a última hora el viaje se había pospuesto. "¿A qué van a ir si aún no hay nada nuevo que ofrecer?", se preguntaba ayer una fuente al tanto de la negociación.
Por ahora, y pese al gesto de apoyo que habría recibido la presidenta Cristina Kirchner de su par de España, José Luis Rodríguez Zapatero, en el reciente viaje a Madrid, la posibilidad de que sean los bancos los que financien la compra parece aún remota. "La crisis internacional alejó mucho a los bancos de las operaciones de riesgo. Si a eso se le suma que esta transacción se realizaría en la Argentina, un país que mantiene deudas impagas, y que la transacción es para comprar aviones, imagínese que la posibilidad de conseguir dinero fresco es muy complicada", dijo ayer el economista de un banco al ser consultado sobre la operación en marcha.
Esta coyuntura habría animado a los funcionarios locales a buscar alguna salida alternativa. Bien podría ser el Tesoro o la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) el que aporte los US$ 2000 millones para la compra de las 35 aeronaves. "Después de todo -dijo una fuente relacionada con la empresa aérea- no hay que pagarlo todo junto porque se va cancelando en cuotas. No sería un desembolso único, sino escalonado."
Pero este escenario tiene una traba muy fuerte, que habría sido la que causó la demora en la expropiación de las compañías de Marsans, medida que aún no se formalizó. "El escollo que hay son los holdouts . Ellos van a pedir los embargos de los aviones cuando sean propiedad del Estado", dijo una fuente que ha participado de gran parte de la negociación.
Sucede que mayoritariamente la jurisprudencia de los países en los que tramitan juicios contra la Argentina sostiene que los bienes del Estado no son embargables, pero lo son aquellos que estén afectados a una operación comercial. Este sería el caso de los aviones de las empresas aéreas cuando finalmente las acciones pasen a manos del expropiador.
Por ahora, ninguno de los supuestos podría darse, ya que si bien el Estado actúa y manda en Aerolíneas y Austral como si fuese el dueño y Marsans deja hacer como si ya las hubieran expropiado, ni una cosa ni la otra ha sucedido. Todavía las acciones están en manos del grupo español. Lo único firme es el proceso de expropiación que inició el procurador general del Tesoro, Horacio Guglielmino. El viernes pasado fue el día en que se notificó la demanda a las oficinas de Marsans en Buenos Aires. Allí consta el depósito de un peso que el Estado pagó por las dos empresas. Dentro de 15 días, plazo que tiene para contestar la demanda, se sabrá si Marsans acepta ese valor simbólico y si la expropiación se concreta.
EN OFERTA, A UN PESO
Déposito por Aerolíneas y Austral
El juicio de expropiación lo inició la Procuración del Tesoro en representación del Estado nacional.
El viernes pasado se notificó la demanda y ahora Marsans tiene 15 días para contestar.
Un depósito de un peso se acompañó al expediente como pago simbólico por las dos empresas.
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