El Peñón de Gibraltar.
Cuando uno tiene tiempos muertos y un scanner cerca es probable que le pase lo que a mi, desempolvar viejas fotos en papel fotográfico para compartir. En este caso seleccioné unas fotos del Peñón de Gibraltar, minúsculo enclave británico en territorio español.
En Andalucía, cercano a Cádiz y en la Línea de la Concepción, la primera percepción que uno tiene al llegar es medio confusa, una “aduana” con una bandera española y una union jack, en fin, algunas preguntas de rigor, el pasaporte argentino y mi vestimenta hicieron que la inspección del auto fuera más minuciosa que la hecha a otros visitantes. Pude hablar con un británico en buen castellano, cortésmente, y luego me dirigí sin rumbo por las callecitas del Peñón. Una miniciudad en el centro, un museo que me querían cobrar 16 libras más o menos (desde ya les digo que no deje un mísero euro adentro del Peñón) y el famoso faro de las columnas de Hércules.
Las instalaciones militares están vedadas por cercos de alambre, el acceso a la pista es lo más evidente custodiado; estos terrenos fueron cedidos por un tiempo por los españoles y jamás fueron devueltos, algún forista español nos podrá dar más detalles de esta repirateada de lo ya pirateado.
Como anécdota jocosa, mi bandera argentina, que me acompaña en cada viaje, vaya a España, al Líbano o al Congo, se “posó” sobre el monumento al almirante Nelson con gran complicidad de turistas alemanes. Saludos
Hernán.
Las fotos corresponden al año 2006:
Una última que rescaté de un móvil, saliendo del Peñon con una lluvia furiosa.
Cuando uno tiene tiempos muertos y un scanner cerca es probable que le pase lo que a mi, desempolvar viejas fotos en papel fotográfico para compartir. En este caso seleccioné unas fotos del Peñón de Gibraltar, minúsculo enclave británico en territorio español.
En Andalucía, cercano a Cádiz y en la Línea de la Concepción, la primera percepción que uno tiene al llegar es medio confusa, una “aduana” con una bandera española y una union jack, en fin, algunas preguntas de rigor, el pasaporte argentino y mi vestimenta hicieron que la inspección del auto fuera más minuciosa que la hecha a otros visitantes. Pude hablar con un británico en buen castellano, cortésmente, y luego me dirigí sin rumbo por las callecitas del Peñón. Una miniciudad en el centro, un museo que me querían cobrar 16 libras más o menos (desde ya les digo que no deje un mísero euro adentro del Peñón) y el famoso faro de las columnas de Hércules.
Las instalaciones militares están vedadas por cercos de alambre, el acceso a la pista es lo más evidente custodiado; estos terrenos fueron cedidos por un tiempo por los españoles y jamás fueron devueltos, algún forista español nos podrá dar más detalles de esta repirateada de lo ya pirateado.
Como anécdota jocosa, mi bandera argentina, que me acompaña en cada viaje, vaya a España, al Líbano o al Congo, se “posó” sobre el monumento al almirante Nelson con gran complicidad de turistas alemanes. Saludos
Hernán.
Las fotos corresponden al año 2006:
Una última que rescaté de un móvil, saliendo del Peñon con una lluvia furiosa.
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