El Pacífico se rearma ante China
El pulso entre el gigante asiático y EE.UU. por el control de la región dispara el gasto militar en Asia
El Pacífico se rearma ante ChinaUn cazabombardero aterriza en el portaaviones estadounidense John C. Stennis en el mar Meridional de China (Lolita C. Baldor / AP)
Las aguas que bañan las costas de Asia van camino de convertirse en un polvorín. La emergencia de China como segunda potencia mundial y su afán por extender su influencia por toda la región, en substitución de Estados Unidos, ha impulsado a los principales países de la zona a modernizar sus ejércitos. Los expertos consideran que el gasto de defensa colectivo en Asia-Pacífico pasará de 435.000 millones de dólares en el 2015 a 533.000 millones en el 2020, una cifra que supondrá un tercio del desembolso militar de todo el planeta en cinco años. Las aguas del mar Meridional de China se han convertido en los últimos tres años en protagonistas de numerosos foros internacionales y uno de los principales polos de fricción entre China y Estados Unidos. Un pulso en el que se mezclan ambiciones políticas y económicas por parte de ambas potencias que ha contribuido a alimentar la tensión en la zona.
Tanto Pekín como Washington quieren controlar estas aguas. Los primeros, porque se trata de su salida marítima natural. Por sus aguas llegan los barcos cargados de materias primas para sus fábricas y zarpan con las bodegas llenas para sus mercados en otros continentes. Para Estados Unidos supone no sólo mantener la supremacía en la zona sino también tener garantizado el paso franco de sus flotas hacia el Índico y hacia Oriente Medio. Para lo cual también está dispuesto a ayudar a sus aliados. Este año dedicará 140 millones de dólares a la seguridad de Vietnam, Filipinas, Indonesia y Malasia.
Las aguas del sur no son, sin embargo, las únicas que alimentan la industria militar. Las constantes amenazas de Corea del Norte también han llevado a Corea del Sur y a Japón a aumentar su gasto militar a niveles de récord. No obstante, todos los analistas internacionales coinciden en señalar la política de hechos consumados de Pekín como la causante de alterar el equilibrio regional y generar la carrera armamentística en la zona. Una atmósfera generada con su plan de construcción de islas artificiales en los archipiélagos en disputa con Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán, que también pugnan por estas aguas, ricas en gas, petróleo y recursos naturales. Pekín también ha contribuido a ello al elevar su gasto militar hasta los 147.000 millones de dólares previsto para este año, cifra sólo superada por Estados Unidos, con 573.000 millones. “El hilo conductor de esta carrera de armamentos es un dilema de seguridad clásico.
El intento de un país por aumentar su propia seguridad, mediante el incremento de su fuerza militar tiene el efecto de crear inseguridad en los estados vecinos”, ha señalado James D.J. Brown, experto en relaciones internacionales de la universidad Temple de Tokio, según Deutsche Welle. Una situación que se ha extrapolado a un sentimiento general de incertidumbre estratégica en la región, dado el auge de China y la dudas sobre la capacidad de Estados Unidos para mantener su fuerte presencia militar en Asia, a pesar de las reiteradas promesas del presidente Barack Obama. Panorama que se ha traducido en que las importaciones de armamento han aumentado un 14% de media durante el periodo 2011-2015, respecto al lustro anterior, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri). “Este aumento de tensión es visto, desde hace mucho tiempo, como un proceso de modernización militar en la agenda política de los países”, ha escrito Craig Caffrey, analista de la publicación de defensa IHS Jane .
En su opinión, “Filipinas, Indonesia, Japón y Vietnam están siguiendo el ejemplo de China y no vemos ningún signo de que esta tendencia llegue a su fin”. Sus analistas estiman que, en el 2020, el gasto militar total de la región Asia-Pacífico alcance los 533.000 millones de dólares, frente a los 435.000 millones del 2015. Una cifra que supondrá un tercio del gasto mundial, frente a un quinta parte en el 2010. A esta realidad colaboran prácticamente todos los países de la zona.
La reciente conferencia sobre seguridad y defensa celebrada en Kuala Lumpur puso de relieve el interés de los países del sudeste asiático en modernizar su capacidad defensiva. Fuentes del sector señalaron que Malasia gastará más de 2.500 millones de dólares en nuevos aviones de combate para substituir a sus viejos cazas MIG-29 rusos.
Vietnam también prevé actualizar sus defensas, comprando patrulleras a Estados Unidos y aviones a Rusia. A su vez, Tailandia, Indonesia y Singapur también hicieron su lista de la compra. Mientras, las costas asiáticas del Pacífico cada vez están más caldeadas.
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