“La Espada de Damocles sobre el "Yerba - 1"
No siempre es necesario escribir sobre grandes barcos. Algunas veces modestas unidades tienen una historia para contar y resultaría injusto que las mismas se pierdan.
Es también, un pequeño homenaje a embarcaciones que sin haber protagonizado grandes acontecimientos han cumplido con su cometido aún a pesar de la negligencia del hombre a quien servían.
Esta es la historia del dique flotante de la Armada Argentina “Y-1”. Aunque hace muchos años nuestra armada ha adoptado el alfabeto fonético internacional nadie lo llamó nunca Yankee – 1, no, siempre fue y será siendo aún en el recuerdo el “Yerba – 1”.
Adelanto que es una historia triste, ya que seguramente no tendrá un final a toda orquesta en un espectacular naufragio o incendio como lo han tenido algunas naves privilegiadas. Tendrá el ignominioso final del desguace plancha por plancha que tan poco nos gusta a los amantes de los barcos. Aun no es su hora, todavía aguanta amarrado al muelle de la Base Naval Mar del Plata esperando alguna decisión sobre su destino que se va posponiendo en la morosidad de la cosa pública....
Mientras el reloj desgrana el tiempo que le queda, debe ser achicado diariamente para evitar que se hunda en el lecho de la dársena. Tampoco es posible moverlo a otro lugar porque su obra viva está tan comprometida por la corrosión que cualquier esfuerzo podría hacerla colapsar.
Este dique flotante fue fabricado por la Pacific Bridge Co en Alameda, California, USA, y entregado a la US Navy el 5 de mayo de 1944 como USS “ARD 23”. Sirvió en la armada de ese país hasta el 17 de julio de 1961, fecha en la que es cedido a la Argentina en calidad de préstamo. Se afirmó el pabellón el 4 de agosto de 1961. En septiembre de 1993 se concreta la transferencia definitiva a la Armada Argentina.
El “Y-1” es un cajón de 150 metros de eslora y 21 de manga, sin propulsión propia. Puede recibir en su dique embarcaciones de hasta 126 metros de eslora y 17.5 metros de manga y puede izar hasta 3500 toneladas de peso.
Su traslado al país se hizo entre el 18 de octubre y el 7 de noviembre de 1961 desde su base en San Diego, California, hasta Dársena Norte. Se aprovechó la oportunidad de haberse comprado por parte de la Armada Argentina los remolcadores ARA “Comandante General Irigoyen” (ex USS “Cahuilla” y ARA “Comandante General Zapiola” (ex USS “Arapaho”) que lo remolcarían.
El remolque de semejante mole a lo largo de 8643 millas náuticas fue toda una aventura. Los remolcadores se iban turnando durante los seis tramos del viaje, San Diego-Acapulco, Acapulco-Canal de Panamá, Canal de Panamá-Trinidad, Trinidad-Recife, Recife-Río de Janeiro, Río de Janeiro-Buenos Aires.
Para mencionar aunque más no fuera una de las anécdotas de la travesía, al zarpar de Río de Janeiro e intentar izar una de las anclas apareció como trofeo otra ancla, vieja y carcomida. Se la llevó a la pendura toda la noche y al día siguiente se la izó a bordo del dique. Fue así que en una maniobra en que la que se pudo terminar con un ancla de menos... se terminó con una de más!
Durante su larguísima vida operativa sirvió en el ex –Arsenal Naval Buenos Aires hasta 1973 y en TANDANOR S.A. hasta 1982. Posteriormente sirvió en los Astilleros y Fábricas Navales del Estado hasta 1988, cuando se lo trasladó al Arsenal Naval Puerto Belgrano. En 1990 volvió a navegar hacia el Arsenal Naval Mar del Plata desempeñando tareas en esa dependencia desde entonces.
egún se desprende de su historial habría entrado a dique seco en 1966, 1969, 1971, 1982 y 1990. Su último carenado se concretó en 1982. No queda muy claro para qué entró en dique seco en 1990 si no se lo carenó, quedando otro largo intervalo sin cubrir. De cualquier manera sus períodos de entrada en dique son insuficientes si se parte de la base que las normativas de la Dirección General del Material Naval disponen que los tiempos de carenados de diques flotantes de acero no deben exceder de los 3 años. Esta aparente falencia en su mantenimiento podría atribuirse a los diversos organismos que lo tuvieron a lo largo de su historia ninguno de los cuales se quiso jugar mucho “total después se lo paso a otro”. Lo que sí es seguro que tal falencia es la causa de su calamitoso estado actual. El que estemos hablando de una unidad con 63 años a flote no significa que con un adecuado mantenimiento no pueda estar plenamente operativo. La Armada Chilena tiene en servicio activo un gemelo del “Y – 1” en perfecto estado operativo.
Profundizando un poco en el historial de su mantenimiento, vemos que ya en 1980 su estado determinaba como insuficiente únicamente rasqueteo y cepillado, recomendándose un picareteo profundo para eliminar todo el óxido presente. Tampoco se llevó a cabo el reemplazo de chapas por disminución de espesor, por razones de costo.
El estado actual del dique es lamentable. El óxido brota por doquier y la mayor parte de los compartimientos no ha visto una mano de pintura en muchos, muchos años. A un ocasional visitante no deja de sorprenderle que esta importante infraestructura de mantenimiento de embarcaciones que tal vez pueda estar aún prestando servicios a terceros para autofinanciar el propio se deteriore día a día. Todos los talleres internos tienen aún sus tornos, prensas, cortadoras, motores, fresas, cepilladoras y demás herramientas. Canibalización? Si, por ejemplo de los tacos de madera de la platea ya quedan poquitos....
Por lo que escuché, su fin está próximo. Dado que no puede navegar se lo desguazaría en el varadero de la BNMP previo cortarle los costados en su apostadero actual porque de otra manera no cabe.
Cada vez que paso por Mar del Plata voy al puerto con una sensación de incertidumbre. ¿Estará todavía........?
Tandil, abril de 2007.
Por Guido Andrés Seidel
08/04/07
HISTARMAR NEWS Nº 04/07