Aunque el tema parezca reiterativo, últimamente han “sucedido cosas” y es bueno pegarle de nuevo un repaso al tema.
Por Diciembre había muchas expectativas respecto los 707. Para entonces el TC-91 comenzaba a probar motores y su inspección de ciclo mayor (ICM) estaba a punto de concluírse. Había dos interesados en quedarse con el avión, una empresa asiática y otra peruana. Aunque el 707 sea costoso de operar, el TC-91 sólo consumió un cuarto de sus ciclos y tiene mucha cuerda por delante. También se hablo de regresar al servicio al TC-95 que ya tiene el 80% completado de su ICM y hasta del VR-21 que regresaría como transporte. Ambos también serían vendidos.
Un día llegaron a Palomar algunos inspectores de la Oficina Anticorrupción y literalmente…se pudrió todo.
Tal como informamos aquí tiempo atrás, aparecieron gastos sin justificar, órdenes de compra de combustible que nunca fue entregado, horas de vuelo inexistentes y gastos de mantenimiento dibujados. Gracias a éste foro muchos se enteraron que los 707’s dejaron de operar hace mucho tiempo atrás, sin embrago había vuelos inventados por doquier hasta incluso el VR-21 –según varias planillas- prácticamente voló hasta hace poco tiempo. No era necesario leer ZM para saber que el Escuadrón 707 estaba clavado en tierra, sólo con pasar por Palomar se podía presenciar el estado de los 707 abandonados en la plataforma, algunos sin motores y otros con claras señales que no volaban por años.
Como imaginarán el horno no está para bollos, la FAA perdió su capacidad de transporte estratégico, se alquila cualquier cosa para cumplir con las operaciones de la ONU y está muy lejos de recomponerse la situación y hablar de un posible reemplazo.
Aunque nuestra ley indica que todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, la experiencia nos lleva a condenar anticipadamente a ésta gente por cuanto es un ejercicio común al cual todos lamentablemente ya estamos acostumbrados. El tango dice “…el que no roba es un gil”.. y aunque sucede en todos los ámbitos, ésta viveza no sólo perjudica a nuestra sociedad sino a la FAA que lejos de recomponer su imagen, la sigue empañando cada vez más.
En ésta oportunidad el gobierno ha optado por un sistemático control de la información. Así sabemos que cualquier incidente o accidente aéreo que no involucre la pérdida de vidas humanas debe tener cero prensa y cualquier acto o irregularidad en la gestión de las FFAA’s sólo quedará limitado a conocimiento de Defensa y del ejecutivo.
A nivel social bien podemos decir que el gobierno le ha dado una mano a la FAA, así evita innecesariamente seguir desgastándose como institución ante la sociedad.
Seguramente ésta misma gente es la que realiza algunas acciones poco claras tal como lobby , tráfico de influencias o cambios de favores para que algunas contrataciones le permitan acceder a dividendos que no les corresponden y que en definitiva terminan por socavar la capacidad operativa de la fuerza y de relegar el grueso de la gente a una situación cada vez más compleja.
Por suerte son pocos, la gran mayoría de los integrantes de la FAA la siguen peleando día a día, pero el problema de éstos pocos es que tienen mucho peso, hacen mucho ruido y un daño que no se repara fácilmente. Las internas son cada vez más feroces; es “la pendejada y los pichoncitos” los que hace fuerza para que la FAA recupere su prestigio. La justicia debería ayudarlos y sacar de una vez por todas a ésas manzanas podridas que tanto daño le hacen a la institución y que incluso de modo indirecto, generan accidentes y pérdidas de vida. Ya es hora.
Sobre los 707, poco queda por decir. Presupuestariamente es imposible hablar de un reemplazo equitativo, a Defensa le sale más barato alquilar un transporte cuando lo necesita que comprarr y mantener una aeronave. Con lo sucedido en Palomar, es de forma alguna, darle la razón a Defensa. Sin embargo, creer que con todos los Hércules en la parrilla la capacidad del 707 es innecesaria, es un grosero error.
Y así estamos. Otra vez los intereses personales debilitan una institución y la privan de poder mantener sus capacidades. Más que nunca: lamentable por donde se lo mire.
Por Diciembre había muchas expectativas respecto los 707. Para entonces el TC-91 comenzaba a probar motores y su inspección de ciclo mayor (ICM) estaba a punto de concluírse. Había dos interesados en quedarse con el avión, una empresa asiática y otra peruana. Aunque el 707 sea costoso de operar, el TC-91 sólo consumió un cuarto de sus ciclos y tiene mucha cuerda por delante. También se hablo de regresar al servicio al TC-95 que ya tiene el 80% completado de su ICM y hasta del VR-21 que regresaría como transporte. Ambos también serían vendidos.
Un día llegaron a Palomar algunos inspectores de la Oficina Anticorrupción y literalmente…se pudrió todo.
Tal como informamos aquí tiempo atrás, aparecieron gastos sin justificar, órdenes de compra de combustible que nunca fue entregado, horas de vuelo inexistentes y gastos de mantenimiento dibujados. Gracias a éste foro muchos se enteraron que los 707’s dejaron de operar hace mucho tiempo atrás, sin embrago había vuelos inventados por doquier hasta incluso el VR-21 –según varias planillas- prácticamente voló hasta hace poco tiempo. No era necesario leer ZM para saber que el Escuadrón 707 estaba clavado en tierra, sólo con pasar por Palomar se podía presenciar el estado de los 707 abandonados en la plataforma, algunos sin motores y otros con claras señales que no volaban por años.
Como imaginarán el horno no está para bollos, la FAA perdió su capacidad de transporte estratégico, se alquila cualquier cosa para cumplir con las operaciones de la ONU y está muy lejos de recomponerse la situación y hablar de un posible reemplazo.
Aunque nuestra ley indica que todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, la experiencia nos lleva a condenar anticipadamente a ésta gente por cuanto es un ejercicio común al cual todos lamentablemente ya estamos acostumbrados. El tango dice “…el que no roba es un gil”.. y aunque sucede en todos los ámbitos, ésta viveza no sólo perjudica a nuestra sociedad sino a la FAA que lejos de recomponer su imagen, la sigue empañando cada vez más.
En ésta oportunidad el gobierno ha optado por un sistemático control de la información. Así sabemos que cualquier incidente o accidente aéreo que no involucre la pérdida de vidas humanas debe tener cero prensa y cualquier acto o irregularidad en la gestión de las FFAA’s sólo quedará limitado a conocimiento de Defensa y del ejecutivo.
A nivel social bien podemos decir que el gobierno le ha dado una mano a la FAA, así evita innecesariamente seguir desgastándose como institución ante la sociedad.
Seguramente ésta misma gente es la que realiza algunas acciones poco claras tal como lobby , tráfico de influencias o cambios de favores para que algunas contrataciones le permitan acceder a dividendos que no les corresponden y que en definitiva terminan por socavar la capacidad operativa de la fuerza y de relegar el grueso de la gente a una situación cada vez más compleja.
Por suerte son pocos, la gran mayoría de los integrantes de la FAA la siguen peleando día a día, pero el problema de éstos pocos es que tienen mucho peso, hacen mucho ruido y un daño que no se repara fácilmente. Las internas son cada vez más feroces; es “la pendejada y los pichoncitos” los que hace fuerza para que la FAA recupere su prestigio. La justicia debería ayudarlos y sacar de una vez por todas a ésas manzanas podridas que tanto daño le hacen a la institución y que incluso de modo indirecto, generan accidentes y pérdidas de vida. Ya es hora.
Sobre los 707, poco queda por decir. Presupuestariamente es imposible hablar de un reemplazo equitativo, a Defensa le sale más barato alquilar un transporte cuando lo necesita que comprarr y mantener una aeronave. Con lo sucedido en Palomar, es de forma alguna, darle la razón a Defensa. Sin embargo, creer que con todos los Hércules en la parrilla la capacidad del 707 es innecesaria, es un grosero error.
Y así estamos. Otra vez los intereses personales debilitan una institución y la privan de poder mantener sus capacidades. Más que nunca: lamentable por donde se lo mire.