¿Qué puedo decir que no se haya dicho?
Me enorgullece haberlo conocido, haber compartido asados y vinos, haber escuchado sus relatos.
Verdadera humildad, sencillez, patriotismo (patriotismo afectuoso, del corazón), alegría de vivir... tantas cosas que nos faltan y él estaba lleno...
¡Cuanta gente que se perdió de conocerlo...! ¿Habrá cumplido su misión en este mundo? ¡Yo lo hubiese querido unos años más entre nosotros!
Siempre, pero SIEMPRE, estaba el recuerdo y reconocimiento para sus camaradas caídos. El 2 de abril del año pasado le envié un mensaje que decía "Señor, en el día del Veterano de Guerra, mi respeto y admiración". Me contestó "Y toda la gloria y honor a nuestros muertos. Gracias". Siempre desviaba los homenajes hacia los otros.
El apodo de "Tom" se lo puso un compañero cuando era cadete de 2º año, porque le decía que con los cadetes de 1º año era más bueno que el personaje de "La cabaña del tío Tom"
Como dijo el Com. Carballo en el sepelio: un hombre sin maldad, amigo de todos, que transmitía paz; tan humilde, que cuando relataba su experiencia en la guerra, parecía que hablaba de otra persona; se fué haciendo lo que le gustaba. Como dijo su hijo: te vamos a extrañar, viejo.
Guillermo