Cualquier artículo referido a la actuación del Pucará en Malvinas que sea escrito en Argentina, será bastante subjetivo ya que de un modo u otro todos le tenemos un especial cariño al avión. Analizar el desempeño del avión durante el conflicto plantea entonces un desafío interesante y que será totalmente opinable y criticable. Aún así, acepté el desafío y aquí va el artículo.
Observaciones Iniciales
Aunque todos conocemos en rasgos generales al Pucará, me parece necesario hacer un repaso sobre sus principales características para poder posicionar la aeronave en el teatro de operaciones de Malvinas y analizar su desempeño.
1) Diseño: el Pucará es una aeronave diseñada y equipada para misiones contrainsurgencia (COIN) y ataque ligero. Es un bimotor dotado con una relación peso/potencia de aproximadamente 0.43 (similar a un T-6A Texan II) con una velocidad máxima rasante de 200/220 Knt (370/407) según las cargas externas y una máxima en picada de 275 Knt (509 Km/h). Fue diseñado para operar en pistas no preparadas de 500 a 800 mts. -distancias éstas que dependen de la configuración del avión- tal como combustible o armamento. Algo similar sucede en su radio de acción que puede varias de 250 a 950 Km dependiendo del armamento, la cantidad de combustible externo y el perfil de la misión.
2) Electrónica: como responde a una concepción de los años 60’s su equipamiento electrónico es prácticamente inexistente, los equipos de COM/NAV tradicionales (VHF/HF/VOR/ILS/DAF) sumado a una mira básica de tiro SFOM y un programados o intervalómetro de lanzamiento Bendix.
3) Armamento: dispone de un armamento fijo integrado por cuatro ametralladoras Browning de 7.62 mm (con capacidad para 900 disparos c/u) y dos cañones HS-840 de 20 mm (con 270 disparos c/u). Para el armamento externo dispone de 3 soportes o afustes que admiten un máximo de 1.500 Kg de una amplia variedad de coheteras y bombas convencionales.
4) El Despliegue a Malvinas: el 2 de Abril de 1982, pasado el mediodía cuatro Pucará del Grupo 3 de Ataque despegaron de la base aérea de Río Gallegos guiados por el KC-130 (TC-70) rumbo a Malvinas (algunos autores indican que fueron acompañados por un Fokker F-27. Cerca de las 16:00 hrs. aterrizaron en la recién creada Base Aérea Militar Malvinas. En la imagen inferior se observan los cuatro aviones (A-523, A-529, A-552 y A-556) junto a un Tracker de la Armada en la BAM Malvinas el día de su llegada.
Una semana después sumaron seis ejemplares adicionales conformándose así el “Escuadrón Aeromovil Pucará” y luego dos más, sumando así un total de 12 ejemplares. El 15 de Mayo cuatro Pucará llegan a Malvinas a modo de refuerzo escoltados por un Mitsubishi Mu-2 del Escuadrón Fénix. El 27 de Mayo otros dos Pucará son enviados a Malvinas y los días 28 y 29 de Mayo son enviados 6 Pucará adicionales sumando en total 24 unidades.
5) Pilotos y Personal de Mantenimiento: los pilotos del Grupo 3 de Ataque disponían de un buen entrenamiento y experiencia en la aeronave gracias a la política de la FAA de utilizar al Pucará en permanentes despliegues territoriales. Esto les permitió de inmediato adaptarse al nuevo teatro de operaciones y poder operar en condiciones marginales en operaciones de reconocimiento, ataque aire-suelo e incluso aire-aire. Quizás la principal observación fue en cuanto al equipamiento personal: operaron durante la mayor parte del conflicto sin trajes anti-exposición y con un equipamiento de supervivencia mínimo. En cuanto al plantel técnico, el principal problema era la falta de equipamiento necesario para realizar el mantenimiento y las reparaciones necesarias que exigían las circunstancias, sumado a un ambiente climático difícil y la ausencia de facilidades para realizar las tareas. Tras el ataque el 1º de Mayo, el plantel técnico sufrió importantes pérdidas de vidas, quedando por varios días un solo armero para todos los Pucará.
7) Las Bases: los despliegues iniciales se centraron en la recién creada Base Aérea Militar Malvinas (BAM Malvinas) aunque con posterioridad se evaluaron pistas alternativas como las de Bahía Fox, San Carlos, Bahía Elefante y Darwin. Sólo ésta última fue considerada como “semi-apta” para las operaciones de Pucará ( término del Com. (R) Navarro) ya que el resto eran muy cortas, su terreno era demasiado blando o se encontraban muy próximas a la costa. Se establece allí la Base Aérea Militar Cóndor, a donde todos los Pucará se redespliegan para fines de Abril, aunque luego de los ataques iniciales hay repliegues a la Isla Borbón y por último a Puerto Argentino. Sobre la pista de Darwin/Pradera del Ganso se ha mencionado que sólo tenía disponibles 450 metros y con múltiples ondulaciones.
8) Funciones: la función principal antes del inicio de las hostilidades era el reconocimiento ofensivo (ROF) adoptándose un patrón o procedimiento estándar para tales operaciones: dotación completa de munición de tubo (cañón y ametralladoras) y coheteras, con una velocidad 220 nudos (@407 km/h) y 15 a 20 metros de altitud. Iniciadas las hostilidades, las funciones se centraron en reconocimiento costero, ataque a tierra, apoyo aéreo, misiones anti-helicópteros y por tratarse junto con los Aermacchi navales de los dos único medios basados en las islas, se encontraban asignados a cualquier tipo de misión que surgiera conforme a la evolución del conflicto siendo habitual mantener una sección en alerta de 10 minutos para investigar cualquier contacto radar o avistamiento de medios enemigos, tanto sobre las costas como sobre el territorio de las islas.
Registro de las Pérdidas
A) Accidentes Operacionales
30 de Abril: el primer reporte sobre un incidente se registra cuando el Pucará A-528 al mando del Capitán Vila sufrió el repliegue de su tren delantero en la BAM Malvinas en momentos que se aprestaba a volar hacia la BAM Cóndor.
1º de Mayo: durante el despegue de la BAM Cóndor, el Pucará A-506 al mando del Capitán Grunert hundió su tren delantero en una zona inundada cediendo el soporte del tren y provocando la rotura del amortiguador. La aeronave quedó en la pista con su proa apoyada en el suelo y allí permaneció hasta la finalización del conflicto.
1º de Mayo: en la BAM Cóndor, el Pucará A-517 al mando del Tte. Russo sufre un impacto contra el terreno en plena carrera de despegue dañado el tren delantero. Queda en similar situación al A-506.
1º de Mayo: el Pucará del Vicecomodoro Brest mientras realizaba una misión de reconocimiento sufre una emergencia al plantarse uno de sus motores cuando se encontraba al Norte de Puerto Argentino. Logró aterrizar en la BAM Cóndor sin mayores problemas. La aeronave no ha sido identificada.
1º de Mayo: el A-523 sufrió daños en el soporte del tren delantero y daños ligeros en las hélices. Se desconoce si los mismos se ocasionaron durante el aterrizaje del avión o en un intento de despegar desde la pista de la Isla Borbón.
1º de Mayo: el Pucará A-513 es trasladado a Puerto Argentino por un fallo motriz. La aeronave no volvería a realizar ninguna misión de combate y presentaba algunos daños en la parte inferior de la proa.
28 de Mayo: luego se realizar el primer derribo aire-aire, el Tte Giménez con el A-537 se estrella contra el cerro Azul por falta de visibilidad.
1º de Junio: el Pucará A-514 se despista durante el despegue en Puerto Argentino e impacta contra el A-532 que estaba estacionado al costado de la pista. El Capitán Benitez resulta ileso pero el 514 sufre daños en la proa y el ala derecha. El A-532 sufre daños menores.
El A-528 actualmente expuesto en el museo británico de Suffolk
2) Perdidas en combate
1º de Mayo: el Pucará A-527 recibe el impacto directo de bombas racimo (BL755 Beluga) que provoca la destrucción de la aeronave, la muerte del Tte Jukic que se encontraba próximo a iniciar un vuelo y de 7 asistentes de tierra más 9 heridos.
1º de Mayo: el Pucará A-502 sufrió ligeros daños en el bombardero en la cúpula, aunque la misma fue reparada y pudo continuar en operación.
15 de Mayo: son destruídos por el SAS en la Isla Borbón, seis Pucará (A-502, A-520, A-523, A-529, A-552 y A-556)
21 de Mayo: el Pucará A-531 es derribado por un misil Stinger. El piloto, el Capitan Benítez logra eyectarse.
21 de Mayo: el Pucará A-551 es derribado por un Sea Harrier. El Mayor Tomba logra eyectarse.
24 de Mayo: el A-509 es dañado por fragmentos de una bomba durante un ataque aéreo que le provocaron daños en el cono de cola, con separación del empenaje.
28 de Mayo: un Pucará sin identificar es dañado por un misil. El Tte Argañaraz logra regresar a Puerto Argentino.
28 de Mayo: el A-537 recibe daños leves por fuego antiaéreo.
28 de Mayo: el A-533 recibe importantes daños de fuego antiaéreo.
28 de Mayo: el A-555 es dañado seriamente por fuego de armas ligeras. El Tte Cruzado se eyectó.
28 de Mayo: el 1º Tte Micheloud es alcanzado por fuego antiaéreo. El Pucara a pesar de los daños recibidos logra, aterrizar en Puerto Argentino.
Los números finales
De 24 unidades desplegadas, el 14 de Junio estaban en condiciones operativas sólo cuatro Pucará (A-515, 522, 533 y 549) o sea el 15% de la flota en tanto el 85% restante ya había quedado fuera de servicio por las siguientes causas:
Daños en tierra por acción enemiga: 7 (30%)
Fallo de soporte de tren delantero: 4 (15%)
Daños por fuego antiaéreo: 3 (13%)
Accidentes en vuelo y colisión en tierra: 3 (13%)
Derribos aire-aire y aire-suelo: 3 (13%)
Como se aprecia, la acción del enemigo provocó 13 bajas (55%) en tanto el resto se sucedieron por accidentes operacionales que generó 7 pérdidas (30%) quedando en condiciones de vuelo al final del conflicto los cuatro ejemplares ya mencionados (15%).
En la foto se aprecian el A-536, A-513, A-509, A-532 y A-514.
Fuera de éste registro deben mencionarse dos accidentes operacionales sucedidos durante el conflicto y asignados a misiones de patrullaje y vigilancia, como fueron los sucedidos con el A-540 (Alf.Valko) y el A-526 (Alf. Marchesini) que operaban con el Grupo IV de Ataque desde Comodoro Rivadavia y La Plata respectivamente.
Análisis
Las precarias condiciones de operación en las islas influyeron notablemente en provocar gran parte de la pérdida de aeronaves, quedando demostrado que aunque el avión fue diseñado para operar en pistas semi-preparadas, su desempeño en tal sentido fue limitado a consecuencia de la debilidad del soporte del tren delantero.
La ausencia de aviónica también provocó el accidente del Tte. Jiménez, y que en muchas ocasiones la falta de visibilidad obligó a los pilotos a recurrir a la asistencia del radar de Malvinas, lo que obligaba a romper el silencio radial con las consecuencias que ello implicaba. También merece mencionarse que cada cruce del continente a las islas, todas las formaciones debieron ser asistidos por aeronaves dotadas de equipos de navegación (F-27, C-130 y Mitsubishi Mu-2) ya que el Pucará no cuenta con los medios idóneos para realizar largas navegaciones sobre el mar.
El armamento no fue precisamente el más adecuado para un tipo de conflicto con amplias defensas antiaéreas. La necesidad de realizar ascensos y luego caer en picada para el lanzamiento de los cohetes demostró que exponía la aeronave al fuego antiaéreo.
El blindaje del parabrisas frontal como la parte inferior del cockpit dio buenos resultados, aún así muchos aviones recibieron gran cantidad de impactos que fueron bien absorbidos por la célula y le permitieron mantenerse en vuelo, pero ellos no fueron en zonas vitales del avión. El derribo del A-555 así lo demuestra.
Conclusión
Para destacar: buena maniobrabilidad, aceptable capacidad de absorción de daños, autonomía y radio de acción de buena a muy buena, y excelente el desempeño de sus pilotos que demostraron muy buen entrenamiento y capacidad para enfrentar un enemigo tecnológicamente superior en un teatro de operaciones con muchos límites (técnicos, operativos y meteorológicos).
En contra: notorias limitaciones de operación en pistas semi-preparadas, ausencia notable de equipamiento electrónico para la navegación y detección de amenazas. Baja velocidad que si bien favorece la maniobrabilidad lo expone demasiado al fuego antiaéreo, lo mismo que en sus tácticas de ataque con cohetes.
Malvinas fue un escenario muy difícil para el Pucará, se enfrentó a un enemigo superior, a un clima complicado y a zonas de operaciones muy rudimentarias. Quedó en evidencia que bajo ésos tres factores, las posibilidades de supervivencia del avión son muy remotas. Si hoy el avión sigue en actividad y quiere ser considerado como un sistema de armas creíble y viable ante un escenario actual, alguien debe haber tomado nota de esas limitaciones y obrar en consecuencia. Caso contrario, al Pucará su experiencia en Malvinas no le ha servido de nada.
Bibliografía
- Monografía IA-58A Pucará. ( Cettolo, Mosquera y Nuñez Padín)
-Club Pucarero
-Revista Aeroespacio (El Pucará en la Guerra de R. Ruiz Quiroga)
-Malvinas La Guerra Aérea
Observaciones Iniciales
Aunque todos conocemos en rasgos generales al Pucará, me parece necesario hacer un repaso sobre sus principales características para poder posicionar la aeronave en el teatro de operaciones de Malvinas y analizar su desempeño.
1) Diseño: el Pucará es una aeronave diseñada y equipada para misiones contrainsurgencia (COIN) y ataque ligero. Es un bimotor dotado con una relación peso/potencia de aproximadamente 0.43 (similar a un T-6A Texan II) con una velocidad máxima rasante de 200/220 Knt (370/407) según las cargas externas y una máxima en picada de 275 Knt (509 Km/h). Fue diseñado para operar en pistas no preparadas de 500 a 800 mts. -distancias éstas que dependen de la configuración del avión- tal como combustible o armamento. Algo similar sucede en su radio de acción que puede varias de 250 a 950 Km dependiendo del armamento, la cantidad de combustible externo y el perfil de la misión.
2) Electrónica: como responde a una concepción de los años 60’s su equipamiento electrónico es prácticamente inexistente, los equipos de COM/NAV tradicionales (VHF/HF/VOR/ILS/DAF) sumado a una mira básica de tiro SFOM y un programados o intervalómetro de lanzamiento Bendix.
3) Armamento: dispone de un armamento fijo integrado por cuatro ametralladoras Browning de 7.62 mm (con capacidad para 900 disparos c/u) y dos cañones HS-840 de 20 mm (con 270 disparos c/u). Para el armamento externo dispone de 3 soportes o afustes que admiten un máximo de 1.500 Kg de una amplia variedad de coheteras y bombas convencionales.
4) El Despliegue a Malvinas: el 2 de Abril de 1982, pasado el mediodía cuatro Pucará del Grupo 3 de Ataque despegaron de la base aérea de Río Gallegos guiados por el KC-130 (TC-70) rumbo a Malvinas (algunos autores indican que fueron acompañados por un Fokker F-27. Cerca de las 16:00 hrs. aterrizaron en la recién creada Base Aérea Militar Malvinas. En la imagen inferior se observan los cuatro aviones (A-523, A-529, A-552 y A-556) junto a un Tracker de la Armada en la BAM Malvinas el día de su llegada.
Una semana después sumaron seis ejemplares adicionales conformándose así el “Escuadrón Aeromovil Pucará” y luego dos más, sumando así un total de 12 ejemplares. El 15 de Mayo cuatro Pucará llegan a Malvinas a modo de refuerzo escoltados por un Mitsubishi Mu-2 del Escuadrón Fénix. El 27 de Mayo otros dos Pucará son enviados a Malvinas y los días 28 y 29 de Mayo son enviados 6 Pucará adicionales sumando en total 24 unidades.
5) Pilotos y Personal de Mantenimiento: los pilotos del Grupo 3 de Ataque disponían de un buen entrenamiento y experiencia en la aeronave gracias a la política de la FAA de utilizar al Pucará en permanentes despliegues territoriales. Esto les permitió de inmediato adaptarse al nuevo teatro de operaciones y poder operar en condiciones marginales en operaciones de reconocimiento, ataque aire-suelo e incluso aire-aire. Quizás la principal observación fue en cuanto al equipamiento personal: operaron durante la mayor parte del conflicto sin trajes anti-exposición y con un equipamiento de supervivencia mínimo. En cuanto al plantel técnico, el principal problema era la falta de equipamiento necesario para realizar el mantenimiento y las reparaciones necesarias que exigían las circunstancias, sumado a un ambiente climático difícil y la ausencia de facilidades para realizar las tareas. Tras el ataque el 1º de Mayo, el plantel técnico sufrió importantes pérdidas de vidas, quedando por varios días un solo armero para todos los Pucará.
7) Las Bases: los despliegues iniciales se centraron en la recién creada Base Aérea Militar Malvinas (BAM Malvinas) aunque con posterioridad se evaluaron pistas alternativas como las de Bahía Fox, San Carlos, Bahía Elefante y Darwin. Sólo ésta última fue considerada como “semi-apta” para las operaciones de Pucará ( término del Com. (R) Navarro) ya que el resto eran muy cortas, su terreno era demasiado blando o se encontraban muy próximas a la costa. Se establece allí la Base Aérea Militar Cóndor, a donde todos los Pucará se redespliegan para fines de Abril, aunque luego de los ataques iniciales hay repliegues a la Isla Borbón y por último a Puerto Argentino. Sobre la pista de Darwin/Pradera del Ganso se ha mencionado que sólo tenía disponibles 450 metros y con múltiples ondulaciones.
8) Funciones: la función principal antes del inicio de las hostilidades era el reconocimiento ofensivo (ROF) adoptándose un patrón o procedimiento estándar para tales operaciones: dotación completa de munición de tubo (cañón y ametralladoras) y coheteras, con una velocidad 220 nudos (@407 km/h) y 15 a 20 metros de altitud. Iniciadas las hostilidades, las funciones se centraron en reconocimiento costero, ataque a tierra, apoyo aéreo, misiones anti-helicópteros y por tratarse junto con los Aermacchi navales de los dos único medios basados en las islas, se encontraban asignados a cualquier tipo de misión que surgiera conforme a la evolución del conflicto siendo habitual mantener una sección en alerta de 10 minutos para investigar cualquier contacto radar o avistamiento de medios enemigos, tanto sobre las costas como sobre el territorio de las islas.
Registro de las Pérdidas
A) Accidentes Operacionales
30 de Abril: el primer reporte sobre un incidente se registra cuando el Pucará A-528 al mando del Capitán Vila sufrió el repliegue de su tren delantero en la BAM Malvinas en momentos que se aprestaba a volar hacia la BAM Cóndor.
1º de Mayo: durante el despegue de la BAM Cóndor, el Pucará A-506 al mando del Capitán Grunert hundió su tren delantero en una zona inundada cediendo el soporte del tren y provocando la rotura del amortiguador. La aeronave quedó en la pista con su proa apoyada en el suelo y allí permaneció hasta la finalización del conflicto.
1º de Mayo: en la BAM Cóndor, el Pucará A-517 al mando del Tte. Russo sufre un impacto contra el terreno en plena carrera de despegue dañado el tren delantero. Queda en similar situación al A-506.
1º de Mayo: el Pucará del Vicecomodoro Brest mientras realizaba una misión de reconocimiento sufre una emergencia al plantarse uno de sus motores cuando se encontraba al Norte de Puerto Argentino. Logró aterrizar en la BAM Cóndor sin mayores problemas. La aeronave no ha sido identificada.
1º de Mayo: el A-523 sufrió daños en el soporte del tren delantero y daños ligeros en las hélices. Se desconoce si los mismos se ocasionaron durante el aterrizaje del avión o en un intento de despegar desde la pista de la Isla Borbón.
1º de Mayo: el Pucará A-513 es trasladado a Puerto Argentino por un fallo motriz. La aeronave no volvería a realizar ninguna misión de combate y presentaba algunos daños en la parte inferior de la proa.
28 de Mayo: luego se realizar el primer derribo aire-aire, el Tte Giménez con el A-537 se estrella contra el cerro Azul por falta de visibilidad.
1º de Junio: el Pucará A-514 se despista durante el despegue en Puerto Argentino e impacta contra el A-532 que estaba estacionado al costado de la pista. El Capitán Benitez resulta ileso pero el 514 sufre daños en la proa y el ala derecha. El A-532 sufre daños menores.
El A-528 actualmente expuesto en el museo británico de Suffolk
2) Perdidas en combate
1º de Mayo: el Pucará A-527 recibe el impacto directo de bombas racimo (BL755 Beluga) que provoca la destrucción de la aeronave, la muerte del Tte Jukic que se encontraba próximo a iniciar un vuelo y de 7 asistentes de tierra más 9 heridos.
1º de Mayo: el Pucará A-502 sufrió ligeros daños en el bombardero en la cúpula, aunque la misma fue reparada y pudo continuar en operación.
15 de Mayo: son destruídos por el SAS en la Isla Borbón, seis Pucará (A-502, A-520, A-523, A-529, A-552 y A-556)
21 de Mayo: el Pucará A-531 es derribado por un misil Stinger. El piloto, el Capitan Benítez logra eyectarse.
21 de Mayo: el Pucará A-551 es derribado por un Sea Harrier. El Mayor Tomba logra eyectarse.
24 de Mayo: el A-509 es dañado por fragmentos de una bomba durante un ataque aéreo que le provocaron daños en el cono de cola, con separación del empenaje.
28 de Mayo: un Pucará sin identificar es dañado por un misil. El Tte Argañaraz logra regresar a Puerto Argentino.
28 de Mayo: el A-537 recibe daños leves por fuego antiaéreo.
28 de Mayo: el A-533 recibe importantes daños de fuego antiaéreo.
28 de Mayo: el A-555 es dañado seriamente por fuego de armas ligeras. El Tte Cruzado se eyectó.
28 de Mayo: el 1º Tte Micheloud es alcanzado por fuego antiaéreo. El Pucara a pesar de los daños recibidos logra, aterrizar en Puerto Argentino.
Dos imágenes del A-506. Arriba antes de comenzar a ser utlizado como blanco de los Harrier y Phantom. Debajo el estado actual.
Los números finales
De 24 unidades desplegadas, el 14 de Junio estaban en condiciones operativas sólo cuatro Pucará (A-515, 522, 533 y 549) o sea el 15% de la flota en tanto el 85% restante ya había quedado fuera de servicio por las siguientes causas:
Daños en tierra por acción enemiga: 7 (30%)
Fallo de soporte de tren delantero: 4 (15%)
Daños por fuego antiaéreo: 3 (13%)
Accidentes en vuelo y colisión en tierra: 3 (13%)
Derribos aire-aire y aire-suelo: 3 (13%)
Como se aprecia, la acción del enemigo provocó 13 bajas (55%) en tanto el resto se sucedieron por accidentes operacionales que generó 7 pérdidas (30%) quedando en condiciones de vuelo al final del conflicto los cuatro ejemplares ya mencionados (15%).
En la foto se aprecian el A-536, A-513, A-509, A-532 y A-514.
Fuera de éste registro deben mencionarse dos accidentes operacionales sucedidos durante el conflicto y asignados a misiones de patrullaje y vigilancia, como fueron los sucedidos con el A-540 (Alf.Valko) y el A-526 (Alf. Marchesini) que operaban con el Grupo IV de Ataque desde Comodoro Rivadavia y La Plata respectivamente.
Análisis
Las precarias condiciones de operación en las islas influyeron notablemente en provocar gran parte de la pérdida de aeronaves, quedando demostrado que aunque el avión fue diseñado para operar en pistas semi-preparadas, su desempeño en tal sentido fue limitado a consecuencia de la debilidad del soporte del tren delantero.
La ausencia de aviónica también provocó el accidente del Tte. Jiménez, y que en muchas ocasiones la falta de visibilidad obligó a los pilotos a recurrir a la asistencia del radar de Malvinas, lo que obligaba a romper el silencio radial con las consecuencias que ello implicaba. También merece mencionarse que cada cruce del continente a las islas, todas las formaciones debieron ser asistidos por aeronaves dotadas de equipos de navegación (F-27, C-130 y Mitsubishi Mu-2) ya que el Pucará no cuenta con los medios idóneos para realizar largas navegaciones sobre el mar.
El armamento no fue precisamente el más adecuado para un tipo de conflicto con amplias defensas antiaéreas. La necesidad de realizar ascensos y luego caer en picada para el lanzamiento de los cohetes demostró que exponía la aeronave al fuego antiaéreo.
El blindaje del parabrisas frontal como la parte inferior del cockpit dio buenos resultados, aún así muchos aviones recibieron gran cantidad de impactos que fueron bien absorbidos por la célula y le permitieron mantenerse en vuelo, pero ellos no fueron en zonas vitales del avión. El derribo del A-555 así lo demuestra.
Conclusión
Para destacar: buena maniobrabilidad, aceptable capacidad de absorción de daños, autonomía y radio de acción de buena a muy buena, y excelente el desempeño de sus pilotos que demostraron muy buen entrenamiento y capacidad para enfrentar un enemigo tecnológicamente superior en un teatro de operaciones con muchos límites (técnicos, operativos y meteorológicos).
En contra: notorias limitaciones de operación en pistas semi-preparadas, ausencia notable de equipamiento electrónico para la navegación y detección de amenazas. Baja velocidad que si bien favorece la maniobrabilidad lo expone demasiado al fuego antiaéreo, lo mismo que en sus tácticas de ataque con cohetes.
Malvinas fue un escenario muy difícil para el Pucará, se enfrentó a un enemigo superior, a un clima complicado y a zonas de operaciones muy rudimentarias. Quedó en evidencia que bajo ésos tres factores, las posibilidades de supervivencia del avión son muy remotas. Si hoy el avión sigue en actividad y quiere ser considerado como un sistema de armas creíble y viable ante un escenario actual, alguien debe haber tomado nota de esas limitaciones y obrar en consecuencia. Caso contrario, al Pucará su experiencia en Malvinas no le ha servido de nada.
Bibliografía
- Monografía IA-58A Pucará. ( Cettolo, Mosquera y Nuñez Padín)
-Club Pucarero
-Revista Aeroespacio (El Pucará en la Guerra de R. Ruiz Quiroga)
-Malvinas La Guerra Aérea