Tras una larga pelea, inauguran el reactor argentino en Australia
Será mañana cerca de Sydney. Participarán Filmus, De Vido y el primer ministro australiano. Es la mayor exportación tecnológica llave en mano de la historia argentina. Costó 200 millones de dólares.
TERMINADA. FRENTE DE LA PLANTA CONSTRUIDA CERCA DE SIDNEY DONDE ESTA EL REACTOR QUE SE INAUGURA MAÑANA.
Daniel Santoro
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A tiempo, pero después de seis años de una dura batalla política, mañana será inaugurado en Australia el reactor nuclear argentino de investigación, que constituye la mayor exportación tecnológica llave en mano de la historia argentina.
Conciente de que esta obra de ingeniería nacional tiene un fuerte impacto internacional y nacional, el Gobierno mandó al ministro de Educación, Ciencia y Tecnología y candidato a jefe de Gobierno porteño del kirchnerismo Daniel Filmus, junto al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en representación del presidente Néstor Kirchner, al acto de inauguración en la localidad de Lucas Heights, ubicada a 35 kilómetros de Sydney.
El gobierno de Australia será representado por el primer ministro, John Howard .
El reactor bautizado OPAL (Open Pool Australian Light water) fue diseñado, construido y puesto en marcha por la empresa estatal INVAP, que pertenece a la CNEA y a la provincia de Río Negro. El OPAL fue terminado en el tiempo acordado pese a que la firma del convenio de cooperación nuclear con Australia —que le sirve de contexto— fue aprobado por el Senado en el 2001 y recién ratificado por Diputados tres años después.
¿El motivo del retraso? La fuerte presión de Greenpeace y otros grupos ambientalistas contra el proyecto por la posibilidad de que los futuros elementos combustibles nucleares de este reactor tuvieran que volver a la Argentina para su tratamiento y posterior regreso a Australia. Esa alternativa, luego del atentado contra las Torres Gemelas del 2001, quedó desechada. Ahora EE.UU. pide y almacena todos estos elementos combustibles gastados de Occidente para que no caigan en manos terroristas.
Ese trámite parlamentario tuvo como telón de fondo un debate político sobre si el país iba a mantener o no un plan nuclear con alto perfil. Después de que el ex presidente Carlos Menem redujera drásticamente los recursos de la CNEA, la madre del sistema nuclear argentino, el actual Gobierno prometió relanzar el sector.
Pero esa no fue la única pelea por la supervivencia en los 30 años de historia de INVAP, una empresa estatal que no recibe subsidios del Estado y ahora está produciendo también 11 radares civiles para la Fuerza Aérea.
Con la construcción del reactor de investigación de Bariloche, en vez de comprarlo hecho en el exterior, y los contratos ganados para los reactores de Argelia y Egipto durante el gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín fue acumulado en valioso "know how".
Pero no todo fue un lecho de rosas. En 1991 INVAP estuvo a punto de quebrar cuando EE.UU. presionó y logró que Menem parara en el puerto de San Nicolás un embarque nuclear a Irán. Era por dos contratos para la construcción de una planta piloto de purificación de uranio natural y otra de fabricación de elementos combustibles. Se trataba de un negocio de casi 30 millones de dólares en total.
Después de esa suspensión, INVAP se volcó a construir satélites civiles. La bocanada de oxígeno grande le llegó en el 2000 cuando INVAP le ganó una dura licitación a AECL de Canadá, Siemens de Alemania y Technicatome de Francia por este contrato de US$ 200 millones.
Esa es la historia política que hay detrás del reactor que se inaugura mañana, que tiene una potencia de 20 megawatt y usa uranio enriquecido al 20 por ciento (ver infografía). Tiene una perfomance "un 5 por ciento superior" a los otros 250 de este tipo que existen en el mundo. No produce energía eléctrica, como Atucha I, sino que tiene múltiples aplicaciones científicas, médicas e industriales. Así, asegurará la provisión de radioisótopos, principalmente de uso médico, para Australia, Nueva Zelanda y el Sudeste de Asia. Los radioisótopos sirven, por ejemplo, para el mejoramiento de los servicios de radioterapia que usan más del 50% de los pacientes de cáncer.
COMO SE PRODUCEN RADIOISOTOPOS.
Pero esa no es la gran virtud del OPAL. Así como los autos se miden por la rapidez con que alcanzan su velocidad máxima, a este tipo de reactores se los clasifica por su "flujo neutrónico". Así, el OPAL es como una Ferrari de la energía nuclear que producirá "neutrones fríos" (que se mueven a velocidades muy lentas próximas al cero absoluto) para ser usados en biología molecular.
La apuesta de Sydney
El gobierno australiano compró este reactor, que reemplaza a uno viejo de origen británico que ya sacaron de servicio, para formar técnicos y científicos y producir radioisótopos para uso medicinal e industrial. Es una base para un hipotético plan nuclear con fines pacíficos para un país que no tiene centrales nucleares de potencia como Atucha I. En la planta se creó un centro de investigación y otro de docencia.
Los números
150 es el número de ingenieros que trabajaron en la preparación y la ingeniería del OPAL durante 1.500.000 horas hombres.
278 grados bajo cero es la capacidad que tiene el OPAL de trabajar con su fuente de neutrones fríos para estudiar biología molecular.
12.000 son los metros cuadrados de superficie cubierta de los 4 edificios con laboratorios construidos alrededor del reactor que llevó 15.000 m3 de hormigón.
Fuente.