Un submarino nuclear para Sudamérica
¿Puede un submarino nuclear cambiar las reglas del juego en la región?
Por
Jennifer P. Olivera
28 diciembre, 2018
Brasil ya se embarcó en la construcción de cinco submarinos nuevos de desarrollo nacional con la cooperación de Francia, bajo el nombre de
Proyecto PROSUB, de los cuáles cuatro son submarinos convencionales diésel/eléctricos y uno es de propulsión nuclear, el primer submarino de estas características en toda la región.
La estrella de la flota de submarinos se denominará “Álvaro Alberto” y se espera esté finalizado para el 2029 – 2030.
Cuando el proyecto PROSUB se encuentre finalizado, y el submarino nuclear sea botado y puesto en servicio,
el país se convertirá en el único a nivel regional,
en poseer un submarino nuclear de ataque de uso disuasivo,
sin olvidarnos de los cuatro nuevos submarinos convencionales que se irán sumando, (el primero fue botado recientemente bajo el nombre
“Riachuelo” S-40), además de las cuatro unidades de la Clase 209 que ya posee en servicio dentro de su flota.
Ante dicho panorama,
el resto de los países latinos se encuentran en una situación desventajosa en lo que se refiere a las capacidades submarinas.
Para comenzar,
Brasil es el único país a nivel regional que cuenta con la capacidad de poder desarrollar una industria naval propia y sustancial, y que por consiguiente, es el único que se encuentra desarrollando un proyecto de semejante envergadura. El resto de los países latinos, o ejerce poca influencia en este campo o la misma es completamente irrelevante.
Tomemos por ejemplo el caso uruguayo que no posee ningún submarino dentro de su Armada, o aquellos que sí poseen como Perú, Chile, Argentina, Ecuador, Venezuela y Colombia, que en muchos casos, poseen submarinos con más de 40 años de servicio dentro de sus respectivas fuerzas.
Entonces, si analizamos el contexto regional, ¿qué problemáticas podría surgir de la puesta en servicio de un submarino nuclear en una región que carece de dicha tecnología y que a su vez, en muchos casos, o no poseen influencia submarina o la misma pende de un hilo, como lo es el caso Argentino?.
Siendo más específicos, ¿puede un submarino nuclear cambiar las reglas del juego en la región? ¿puede generar un efecto contagio, y lograr que el resto de los países quiera ponerse a nivel?
Por su parte, la Armada uruguaya alegó que la falta de submarinos en su Armada se debe a la falta de fondos, y por consecuencia, la necesidad de priorizar el despliegue de unidades de superficie y aeronavales para proteger la soberanía marítima con los recursos disponibles, sin negar la necesidad de poseer una capacidad submarina propia, pero asegurando que por el momento esa capacidad continuará inexistente.
Por otro lado, tenemos a Perú quién posee seis unidades en servicio, le sigue Colombia con cuatro unidades modernizadas en el 2010 y Chile también con cuatro. En el caso venezolano, su Comando de la fuerza de submarinos está integrada por dos unidades, de las cuales una se encuentra actualmente en un astillero sometido a un proceso de modernización pero sin fecha de finalización, aún. A su vez, se discutió la posibilidad de adquirir nuevos, pero sin confirmaciones.
Y por último, nos topamos con el caso Argentino, que por primera vez, no posee submarinos operando.
Ya todos sabemos cuál fue el destino del ARA San Juan, y no quiero ahondar ahí, pero muchos también estarán al tanto del estado de los otros dos submarinos que la fuerza alega poseer en servicio. El ARA Salta y el ARA Santa Cruz. En mi artículo el
Comando de la Fuerza de Submarinos que no tiene submarinos operandoprofundizó sobre la capacidad submarina de la Argentina y el panorama no es nada alentador.
Por consiguiente, nos encontramos frente a una indiscutible potencia regional que continúa, a paso fuerte, apostando en materia de Defensa y creando oportunidades de desarrollo que no solo benefician a la Defensa de su país sino que crea empleo y desarrollo tecnológico, posicionándo un
game-changer en la región y un incógnito en la esfera internacional, puesto que nadie sabe hasta dónde llevará Brasil su capacidad submarina nuclear, una vez que tenga al submarino Álvaro Alberto en servicio.
Contestando a mi primer pregunta, la respuesta es sin dudas si. La puesta en servicio del submarino con propulsión nuclear brasileño seguramente será un
game- changer para la región y el mundo, puesto que un submarino nuclear de dichas características, posee una mayor autonomía que le permite estar sumergido por varios meses con menor posibilidad de ser detectado, y como consecuencia, trasladarse a distancias mayores. Podrá moverse a grandes distancias, permanecer sumergido por largos períodos e incluso, si así lo desease, atacar o amenazar con atacar desde cualquier lugar donde quiera posicionarse. Recordemos que es un recurso, que solo las grandes potencias poseen. Y Brasil pronto será una de ellos.
La factibilidad industrial y tecnológica de poseer un SSN nativo también deja intuir otro factor fundamental a nivel doctrinario y prospectivo. Su futura capacidad de “golpear donde sea” podrá ser acompañada a un “como sea”. No podemos asegurar ni tampoco descartar que la fabricación de un SSN pueda ser un preludio al pensamiento de vectores militares con posibilidad de lanzar armamento de crucero o incluso, ser la base para generar uno de los sistemas necesarios para abarcar la triada del poder máximo disuasorio. Esto ultimo deberá ser motivo de análisis dentro de los ámbitos civiles y castrenses de los países vecinos al Brasil.
Por otro lado, los grandes beneficios industriales de manejar una tecnologia semejante tendrán un fuerte impacto en otros ámbitos institucionales brasileros, generando a su vez un reforzamiento de la esfera castrense dentro de su estructura económica. El complejo instalado en el Puerto de Itaguaí empujaran el desarrollo tecnológico del gigante sudamericano de la mano de una industria de defensa que comienza a ubicarse con comodidad dentro de otras actividades del pais. Tanto el PROSUB como la fabricación del sistema Gripen en su territorio, con la transferencia tecnológica que esto supone, elevan el estatus de Brasil en la región otorgándole no solamente prestigio, sino una marcada diferencia de poder blando y duro en relación a sus vecinos.
Indagando en mi segunda incógnita, me inclino por el no. Ningún mandatario de la región manifestó preocupación o incluso ambición por fortalecer su fuerza de submarinos en el futuro próximo.
Probablemente se deba, a una simulada indiferencia.
https://www.zona-militar.com/2018/12/28/un-submarino-nuclear-para-sudamerica/