Geoestrategia Mundial

Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
¿Bombardeará EU a Irán el 6 de abril?


Operación armada de Estados Unidos en aguas del golfo Pérsico Foto: Ap
La primera semana de abril no será apta para cardiacos, ni en las bolsas de valores ni en los frentes de guerra, primordialmente en la más importante fractura tectónica de la geopolítica: el golfo Pérsico.
El segmento bursátil ruso-israelí del oligarca Boris Berezovsky, exiliado en Londres, filtró la creación de una "OPEP del gas", el 9 de abril, en Doha (ver Bajo la Lupa, 25/3/07), es decir, tres días después de la fatídica fecha que seleccionó el general ruso Leonid Gregorievich Ivachov, anterior jefe de estado mayor y ahora vicepresidente de la Academia de Ciencias Geopolíticas (Novosti, 21/3/07), como la más probable para el bombardeo de Estados Unidos contra instalaciones estratégicas de Irán, quizá con armas nucleares tácticas.
De Defensa (25/3/07), centro de pensamiento estratégico europeo, considera la postura del general Ivachov como "semioficial". Sus argumentos suenan muy persuasivos y los ha adoptado el presidente Hugo Chávez. Dice haber detectado las inequívocas señales tanto en el "pase" subrepticio de Nancy Pelosi, la lideresa del Congreso, quien en el presupuesto militar no puso ningún obstáculo a un ataque contra Irán, como en la reciente reunión del poderoso grupo cabildero israelí-estadunidense (AIPAC, por sus siglas en inglés) -donde, por cierto, el principal ídolo de los israelíes paleobíblicos, el fundamentalista televangelista John Hagee, con sede en San Antonio (Texas, obviously!), reclamó en forma delirante un Armageddon nuclear contra Irán. Según el general Ivachov, la "vida sería paralizada" en Irán mediante la "creación del pánico y la instauración de un clima de caos e incertidumbre" -que Estados Unidos sabe hacer muy bien. Se busca atizar las luchas intestinas entre iraníes para luego "instalar un gobierno proestadunidense". Como que suena muy hollywoodense.
Las advertencias del general Ivachov pudieran formar parte de las intensas presiones que sufre Irán para ceder en su proyecto nuclear. No hay que perder de vista los antecedentes: EU, en la etapa de su aliado el Sha, a quien luego desechó sin perturbarse, inicia el proyecto nuclear iraní para "disuadir" a los soviéticos en el mar Caspio. Ni a la URSS ni a la Rusia contemporánea les encantaría tener misiles provistos con armas nucleares en su frontera marítima compartida con Irán, sea laica o chiíta.
Tampoco se pueden soslayar las querellas sobre el atraso en el pago iraní a Rusia por la terminación de la planta atómica de Bushehr, ni la contribución alegre de Moscú en la reciente ronda de sanciones. El mismo general Ivachov comentó que Rusia no irá a una guerra por Irán. Ya lo sabíamos.
¿Y que tal si Rusia y China, tras bambalinas, le han tendido una trampa a Estados Unidos para empantanarse sin redención en todo el golfo Pérsico, para luego colectar lo que quede de su naufragio?
Bajo la Lupa mantiene la hipótesis de que si la catástrofe militar estadunidense en Irak (combinada con las operaciones bélicas fallidas en Afganistán y en la costa oriental del mar Mediterráneo, en conjunción con sus aliados de Gran Bretaña e Israel) constituyó las exequias del efímero imperio unipolar, el bombardeo, sobre todo nuclear, contra Irán marcará su epitafio.
En un juego muy cerrado de siete actores -los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, sumados de Alemania, frente a Irán-, con intereses entrecruzados, cuando no antagónicos, en varios planos, no es sencillo detectar las intenciones verdaderas. El problema es que el reloj de la colisión se encuentra cinco para la medianoche, y se puede acelerar por un milimétrico error impredecible.
La sobrextensión del ejército estadunidense lo incapacita para una invasión terrestre, que además perdería en forma humillante, por lo que su única carta consiste en un masivo bombardeo aéreo.
La muy extensa y poderosa literatura propagandística hiperbélica controlada por la banca israelí-anglosajona da por asentado el bombardeo de Estados Unidos, al quequizá se sume Israel, quien sería el principal beneficiario.
La quiebra financiera global de la banca israelí-anglosajona ("la gente del dinero de Nueva York", general Wesley Clark dixit) reclama una tercera guerra mundial para intentar cubrir sus enormes pérdidas y reponerse mediante la alquimia de la sangre transmutada al monetarista "papel-chatarra".
La escalada de los juegos de guerra de Washington y Teherán apuntan a la inminencia de la colisión. Pero, a nuestro juicio, en esos cinco minutos cruciales para el destino del género humano pueden suceder muchas cosas, y los iraníes, si no operan en la cosmogonía apocalíptica a la que propende en forma esotérica el chiísmo, se pueden sacar de la manga un conejo de buen tamaño. Tampoco hay que subestimar a los acorralados iraníes.
Llama la atención la imperturbabilidad de la teocracia chiíta iraní. El usualmente moderado Kaveh Afrasiabi (Asia Times, 27/3/07), muy cercano al anterior presidente Jatami y muy crítico de la forma en que Ahmadinejad ha conducido las negociaciones nucleares, celebra el apoyo a Irán de Sudáfrica en el Consejo de Seguridad, al unísono del redivivo "Movimiento de los No-Alineados", lo cual, a su juicio, trastocó la correlación de fuerzas en la ONU. Tampoco concede importancia a las filtraciones del consagrado investigador Seymour Hersh, quien insiste en la inminencia del bombardeo (CNN, 25/3/07). En esta etapa en espiral, según Afrasiabi, la colisión apunta en dirección diferente al bombardeo: "pequeñas escaramuzas combinadas con ataques de aliados interpósitos; captura de rehenes y guerra de servicios de inteligencia" que en forma paulatina podrán desembocar en una conflagración mayor.
Ya se vive el "escenario Afrasiabi" con la serie de secuestros grupales y asesinatos de personajes entre Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña e Irán, que se han escenificado con un toma y daca azorante en Irak, Turquía, Francia y ahora en Shatt-el-Arab.
El "escenario Ivachov" fue planteado antes del audaz secuestro de los británicos quienes, por cierto, llama poderosamente la atención se hayan dejado capturar sin haberse defendido, lo que obliga a plantear, entre las varias hipótesis vertidas, que se puede tratar de un clásico juego de perfidia de Gran Bretaña.
Los británicos, por sus características sicogeográficas exiguas (su territorio es del tamaño de Chihuahua), son pérfidos, pero no tontos, mucho menos suicidas, como los barbáricos fundamentalistas estadunidenses, ni apocalípticos, como los israelíes paleobíblicos.
La jugada no es lineal, sino de geometría variable, y nadie la opera mejor en el Medio Oriente como la antigua Persia, también por sus características sicogeográficas.
En la fase evolutiva del ascenso del "poder ciudadano global", el consciente colectivo de la humanidad no podrá tolerar bajo ninguna circunstancia otro holocausto nuclear al estilo de Hiroshima y Nagasaki, lo cual parece habérsele olvidado tanto a la víctima, el gobierno japonés, como al verdugo estadunidense.
Lo importante no será el 6 de abril, sino "El Día Después", cuando EU e Israel, y quizá Gran Bretaña, se habrán aislado en forma suicida del concierto de la civilización universal y del emergente poder ciudadano global. En todos los escenarios visibles ya perdió Estados Unidos, pero con la guerra, no se diga nuclear, perderá infinitamente mucho más.
 
Moscú, 20 de marzo, RIA Novosti. Expertos militares rusos creen que la planificación de la acción militar contra Irán adquirió carácter irreversible el pasado 20 de febrero, cuando el director de la AIEA, Mohammad el Baradei, reconoció en su informe que la agencia a su cargo "no podía dar fe del carácter civil del programa nuclear iraní".



Según datos que obran en poder del periódico Argumenti nedely, la acción militar se llevaría a cabo en la primera semana de abril, inmediatamente antes de la Pascua de Resurrección (este año, la Iglesia Grecorromana y la Iglesia Ortodoxa celebran esta magna fiesta el mismo día), cuando el cuerpo social de Occidente esté de vacaciones. El ataque incluso puede ser asestado el viernes 6 de abril, día festivo en los países musulmanes. Según los planes elaborados por militares de EE.UU., la acción duraría 12 horas, desde las 04.00 de la madrugada hasta las 16.00 de la tarde. El nombre en clave de la operación es Bite (Mordedura). Los golpes se asestarían contra unos 20 objetivos, entre los que figuran centrifugadoras para enriquecimiento de uranio, importantes centros y laboratorios científicos. Es de señalar que no se asestaría golpe contra el grupo generador de la central electronuclear de Bushire que está construyendo Rusia. Sería neutralizado el sistema de defensa antiaérea, serían hundidos varios buques de guerra iraníes en el Golfo Pérsico. Se pondrían fuera de servicio los principales centros de mando de las Fuerzas Armadas de Irán.

Todo esto busca el objetivo de inhabilitar a Irán para asestar un golpe de represalia que podría incluir el hundimiento de petroleros en el estrecho de Ormuz para impedir el paso de centenares de otros buques cisterna, así como un golpe misilístico contra Israel.

Según analistas militares, los golpes se asestarían desde la isla de Diego García (Océano Índico) donde están estacionados bombarderos de acción lejana B-52 dotados de misiles alados; también se emplearían aviones embarcados en los portaviones destacados en el Golfo Pérsico, así como en los de la 6ª Flota de EE.UU. (Mar Mediterráneo); se lanzarían asimismo misiles de crucero desde submarinos que se encuentran en el Océano Pacífico y junto a las costas de la península Arábiga.

Como resultado, el programa nuclear de Irán sufriría un fuerte revés. Algunos generales norteamericanos pronostican que también podría ser sensiblemente aplazado el emplazamiento de la defensa antibalística norteamericana en Europa. Es muy probable la subida del precio del petróleo hasta $75-80 por barril por un período bastante largo.

Mientras tanto, la nueva resolución sobre Irán, el proyecto de la cual fue aprobado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania, según se espera, se votará por el Consejo en pleno esta semana. El documento supone imponer sanciones contra 10 compañías públicas y otras tres, gestionadas por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, unidad militar élite que se subordina directamente al ayatollah Alí Khamenei, líder religioso de Irán. Se supone asimismo decretar sanciones contra 15 personas físicas: ocho altos cargos de las compañías públicas y siete personas clave del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica.
 

purilacroix

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Que se viene, se viene... pero es imposible que se filtre algo como los tiempos de una operacion armada, hacia la prensa.
 
Como q apostaría q el 6 de abril no pasa nada, no le van a dar el gusto a los rusos de adivinar el dia, ja. Encima ahora le van a tener q cambiar tb el nombre a la operación (!).
 
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