Del famoso Choque de Civilizaciones, de Huntington.....libro de mediados de los noventa.
..., las relaciones entre Ucrania y Rusia podrían evolucionar de una de estas tres maneras. A principios de los años noventa, entre los dos países había problemas pendientes de gran importancia, relativos a las armas nucleares, Crimea, los derechos de los rusos en Ucrania, la flota del mar Negro y las relaciones económicas. Muchos pensaban que el conflicto armado era probable, lo que llevó a algunos analistas occidentales a sostener que Occidente debía apoyar la posesión por parte de Ucrania de un arsenal nuclear para disuadir la agresión rusa. Sin embargo, si lo que cuenta es la civilización, la probabilidad de violencia entre ucranianos y rusos debería de ser baja. Ambos son pueblos eslavos, principalmente ortodoxos, que han mantenido relaciones estrechas durante siglos y entre quienes los matrimonios ruso-ucranianos son comunes. Pese a los problemas sumamente conflictivos y a la presión de los nacionalistas radicales de ambas partes, los líderes de los dos países han trabajado mucho, y en buena medida con éxito, para moderar estas disputas. La elección de un presidente de orientación explícitamente rusa en Ucrania a mediados de 1994 redujo aún más la probabilidad de un conflicto exacerbado entre los dos países. Mientras que en otros lugares de la antigua Unión Soviética había una lucha seria entre musulmanes y cristianos, y en los Estados bálticos mucha tensión y algo de lucha entre cristianos occidentales y ortodoxos, hasta 1995 no se había producido prácticamente ninguna violencia entre rusos y ucranianos.
Una segunda posibilidad, algo más probable, es que Ucrania se escinda siguiendo su línea de fractura en dos entidades separadas, de las cuales la oriental se fundiría con Rusia. La cuestión de la secesión se planteó primero con respecto a Crimea. La población de Crimea, que en un 70% es rusa, apoyó considerablemente la independencia ucraniana de la Unión Soviética en un referéndum celebrado en diciembre de 1991. En mayo del año 1992, también el Parlamento de Crimea resolvió por votación declarar la independencia de Crimea respecto a Ucrania y después, bajo presión ucraniana, anuló esa votación. Sin embargo, el Parlamento ruso aprobó revocar la cesión de Crimea a Ucrania realizada en 1954. En enero de 1994, los ciudadanos de Crimea eligieron a un presidente que había hecho una campaña basada en un programa electoral de «unidad con Rusia». Esto incitó a algunas personas a plantear la pregunta: «¿Será Crimea el siguiente Nagorno-Karabaj o una nueva Abjasia?». La respuesta fue un rotundo «¡No!», ya que el nuevo presidente crimeano se volvió atrás de su compromiso de celebrar un referéndum sobre la independencia y, en vez de eso, negoció con el gobierno de Kiev. En mayo de 1994, la situación se caldeó de nuevo cuando el Parlamento de Crimea aprobó por votación restablecer la Constitución de 1992 que la hacía prácticamente independiente de Ucrania. Sin embargo, una vez más, la moderación de los líderes rusos y ucranianos impidió que este problema generase violencia, y la elección dos meses después del prorruso Kuchma como presidente ucraniano socavó el empuje crimeano hacia la secesión. Sin embargo, esa elección planteó la posibilidad de que la parte occidental del país se separara de una Ucrania que cada vez se estaba acercando más a Rusia. Algunos rusos podrían dar la bienvenida a esas nuevas circunstancias. Como decía un general ruso: «Ucrania, o mejor, Ucrania oriental, volverá en cinco, diez o quince años. ¡Ucrania occidental puede irse al infierno!». [Citado en Ola Tunander, «New European Dividing Lines?», en Valter Angell (comp.), Norway Facing a Changing Europa: Perspectives and Options, Oslo, Norwegian Foreign Policy Studies n.º 79, Fridtof Nansen Institute y otros, 1992, pág. 55] Sin embargo, una Ucrania así, irreductiblemente uniata y orientada hacia Occidente, sólo sería viable si tuviera un apoyo occidental fuerte y eficaz. A su vez, tal apoyo sólo sería probable que se produjera si las relaciones entre Occidente y Rusia se deterioraran gravemente y llegaran a parecerse a las de la guerra fría.
La tercera hipótesis, y la más probable, es que Ucrania seguirá unida, seguirá escindida, seguirá siendo independiente y, por lo general, cooperará estrechamente con Rusia. Una vez que se resuelvan los problemas transitorios concernientes a las armas nucleares y las fuerzas armadas, los problemas más serios a largo plazo serán económicos, y su resolución se verá facilitada por una cultura parcialmente compartida y estrechos vínculos personales. La relación rusoucraniana es a Europa Oriental, ha señalado John Morrison, lo que la relación franco-alemana es a Europa Occidental. De la misma forma que la primera provee el centro de la Unión Europea, ésta es el núcleo esencial para la unidad en el mundo ortodoxo.
pag. 178 y ss.
El escenario tres empezó a desdibujarse con el acercamiento de Ucrania a la UE, que estaba siendo materializado incluso bajo un gobierno considerado pro-ruso. Y cristalizaba aún más con una victoria tan amplia de Zelensky en las elecciones, habiendo impulsado realizar referendum al respecto. Entonces Rusia recurre al escenario uno -conflicto bélico- para causar el dos .