PULSEADA ENTRE LOS VIEJOS RIVALES DE LA "GUERRA FRIA"
El escudo antimisiles de EE.UU. en Europa será otro Muro de Berlín, advirtió Rusia
Lo dijo el vicejefe de gobierno. Moscú reiteró así su rechazo a los planes de Bush. El argumento de Washington es que intenta protegerse de "ataques terroristas".
SIN PIQUE. BUSH Y PUTIN PESCARON HACE 7 DIAS EN EE.UU. PERO NO SE ENTENDIERON.
El vicejefe de gobierno de Rusia, Serguei Ivanov, advirtió ayer nuevamente contra los planes del gobierno de Estados Unidos de instalar un escudo antimisiles en dos ex países comunistas de Europa central, lo que crearía otro "Muro de Berlín" entre Rusia y Occidente, opinó.
Con la instalación del sistema antimisiles estadounidense en la República Checa y Polonia, Washington intenta crear una confrontación entre Rusia y Europa, dijo Ivanov a un canal de TV local, mientras pasa vacaciones en la península de Kamchatka.
El Muro de Berlín fue, hasta que lo derribaron los propios alemanes que ansiaban la unificación del país en 1989, símbolo de la separación entre el mundo comunista y el occidente capitalista. Caída dos años después la Unión Soviética, EE.UU. y la "nueva" Rusia comenzaron a acercar posiciones, aunque EE.UU. apoyó sobre todo el tránsito al capitalismo de los países de la Europa oriental que fueron saliendo del comunismo. Ahora, la idea del gobierno de George Bush de colocar 10 bases misilísticas en Polonia y una estación de radares en la República Checa volvió a tensar las relaciones entre Moscú y Washington, pese a contactos y negociaciones recientes de los presidentes Vladimir Putin y Bush tanto en Europa como en al propia capital estadounidense.
Un complicado sistema de defensa
Ayer, el número dos de Putin dijo que si EE.UU. mantiene su idea "se traza una nueva línea de separación, un nuevo Muro de Berlín". Ivanov, quien antes fuera ministro de Defensa, reiteró que su país está dispuesto a colaborar estrechamente con EE.UU. sobre el sistema antimisiles, que Putin propuso hacerlo en forma bilateral en Azerbaiján, ex república soviética vecina a Irán. Si Washington acepta las propuestas de Putin, señalo Ivanov, antes de 2020 podría estar listo un sistema antimisiles global, señaló Ivanov.
"Para ello -agregó- es imprescindible un intercambio de tecnología militar. Rusia está dispuesta". Esta cooperación fortalecería la confianza entre ambos países, añadió.
EE.UU. anunció su intención de instalar las bases mencionadas en Polonia y República Checa para protegerse de posibles ataques presumiblemente de países del llamado por Bush "Eje del Mal", como Irán o Corea del Norte. Pero Moscú considera que este sistema de defensa está dirigido contra Rusia, que heredó de la vieja URSS capacidad militar. "Representa una amenaza para la seguri dad rusa, pero lo evitaremos, no tengo duda", dijo Ivanov.
El vicejefe de gobierno volvió a explicar que, de no ser así, Rusia se vería obligada a implementar medidas de respuesta, como estacionar su sistema de misiles de corto alcance Iskander-M en la parte europea del país y en Kaliningrado, un enclave que posee sobre el mar Báltico. Iskander-M es utilizado para atacar instalaciones antimisiles y antiaéreas.
El contrapunto entre los dos viejos rivales de la Guerra Fría (1945-1991) comenzó este año cuando se conocieron los planes de EE.UU. en tierra polaca y checa, que dieron su aprobación.
Todavía rige un acuerdo de 1987 firmado por los ex presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov después de que Reagan lanzara su "Guerra de las Galaxias" (3Ver "La 'Guerra...'"). Se llama Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Medio (FNI, en inglés) y prohíbe los misiles de corto y medio alcance. "Pero la posibilidad de abandonarlo existe si una de las partes presenta pruebas convincentes de la necesidad de renunciar a él", argumentó en febrero último el jefe del Ejército ruso.
Un mes antes, Washington había pedido oficialmente a Praga que permitiera instalar en su territorio un radar para el escudo de defensa antibalística estadounidense, y a Varsovia, que aceptara diez bases de misiles capaces de interceptar y derribar los cohetes que pudieran ser lanzados contra EE.UU. desde Oriente Medio.
El presidente Putin ha manifestado varias veces que no confía en los argumentos estadounidenses de que el emplazamiento de los componentes de defensa sea para contrarrestar amenazas desde esa región. Por eso arremetió contra los planes de Washington y advirtió que Moscú responderá de manera "asimétrica y muy eficaz".
El pico de tensión ocurrió hacia junio último, cuando en la cumbre del Grupo de los 8, en Alemania, Putin y Bush polemizaron sobre el tema. Fue allí que el presidente ruso propuso a EE.UU. hacer un escudo antimisiles en tierra azerí. Pero si bien hubo esperanza de distender el tema allí, la idea no avanzó.
Luego, hace una semana, Putin visitó Washington e insistió con su oferta. Su colega Bush la consideró innovadora, pero no lo suficiente como para resolver lo que EE.UU. considera un problema. Con todo, acordaron incluir a través de la OTAN a otros países de la Unión Europea en las discusiones sobre el eventual sistema de defensa antimisiles. Putin ofreció allí un amplio paquete de propuestas de cooperación para un sistema antimisiles, pero el tema sigue abierto al debate.
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