Involucran a Menem y a Kohan en una venta de submarinos a Taiwán
Dos altos militares retirados declararon ante Urso que se reunieron en 1990 con el ex presidente por ese frustrado negocio
Y que Karim Yoma les había pedido una comisión de 120 millones
También señalaron a Jorge Antonio
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DANIEL SANTOR
Mientras comía pistacho y Amira Yoma pasaba por detrás de su escritorio de la Casa Rosada, el ex presidente Carlos Menem se entrevistó, en marzo de 1990, con dos altos militares que negociaban la venta de seis submarinos a Taiwán por 1.200 millones de dólares.
El almirante Edmundo Schaer y el vicecomodoro Tomás Medina contaron ayer al juez federal Jorge Urso cómo Menem aceptó su propuesta y los derivó a los entonces secretario General de la Presidencia, Alberto Kohan, y al secretario de Asuntos Especiales de la Cancillería, Karim Yoma. También los entretelones de discusiones con Emir Yoma, Miguel Angel Vicco, Mario Rotundo y Jorge Antonio, entre otros, que tenían como telón de fondo una discusión por una comisión legal de 120 millones de dólares por esa venta. En 1993, Clarín reveló esta operación, que terminó frustrándose, pero en ese momento no se sabía que Menem se había interesado directamente en el negocio.
El testimonio de los militares en la causa por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia constituye un golpe a la estrategia defensiva del menemismo según la cual el ex presidente, detenido como supuesto jefe de una asociación ilícita que desvió armas a Ecuador y Croacia, nunca se interesó directamente por este negocio.
Según el testimonio del ex director de la Escuela de Guerra Naval y el ex edecán aeronáutico de la Fuerza Aérea en aquella primera reunión, Menem llamó delante de ellos al entonces canciller Domingo Cavallo para que los reciba.
Pero como Cavallo se oponía a venderle submarinos a Taiwán porque la Argentina tiene relaciones diplomáticas con la República Popular China que considera a esa isla como una provincia rebelde, Menem terminó derivándolos a Karim Yoma.
Yoma los recibió y les dijo que en una semana les iba a dar la respuesta, pero pasaron tres y no tenían ninguna novedad. Entonces, tomaron contacto con el asesor presidencial Mario Rotundo, quien se reunió con Karim en la Cancillería. Luego se encontraron con un "Rotundo muy ofuscado" quien les "indicó que Yoma les había solicitado nos transmitiera que él iba a quedarse con el 99 por ciento de la comisión y que para nosotros quedaba el 1 por ciento".
En medio de esa incertidumbre, al almirante Schaer recibió una llamada "de una persona que se identificó como Emir Yoma y dijo que este negocio no es más suyo, no se meta más en eso, nosotros lo vamos a hacer".
Entonces, el vicecomodoro Medina consiguió una segunda entrevista con Menem quien sin dar vueltas dijo que "estaba al tanto del problema que habíamos tenido" y que el referente dejaba de ser Karim Yoma y pasaba a ser Kohan.
Así se entrevistó con Kohan —quien debe declarar como testigo en la causa de la venta ilegal de armas— y los derivó a su subsecretario de Acción de Gobierno, Hugo Martínez Viademonte. Durante 20 meses, Martínez Viademonte consiguió una luz verde de los EE.UU. y de Alemania porque los submarinos T 1700 se estaban construyendo en los astilleros Domecq García bajo licencia de la empresa alemana Thyssen. Estos astilleros habían sido creados por Massera con la idea faraónica de que la Argentina tuviera la única fábrica de submarinos latinoamericana.
Junto a la venta de los submarinos, Schaer estaba trabajando en la privatización de los Astilleros Domecq García y por en este proyecto tomó contacto con el secretario privado de Menem, Miguel Angel Vicco quien "se movió de la misma manera que Yoma con el tema de los submarinos, pero de forma más elegante".
En el interín, el asesor de la SIDE Carlos Tórtora lo convocó a una reunión "donde me hizo referencia que Juan José Basualdo y Kohan estaban tratando de armar ese tipo de negocios de comercialización de armamentos con la idea de crear una empresa privada que se hiciera cargo de la actividad que hasta el momento realizaban las empresas militares".
Pero en 1993 sus contactos taiwaneses lo llamaron alarmados porque en Taipei había aparecido Jorge Antonio (el ex asesor de Perón y amigo de Menem) y el almirante Fausto López con otra autorización para vender los mismos submarinos firmada por el ex ministro de Economía Antonio Erman González. Jorge Antonio promovió la apertura de una oficina comercial argentina en Taipei. Paralelamente, aunque Schaer y Medina no lo dijeron, el traficante de armas sirio Monzer Al Kassar también consiguió una autorización para vender los mismos submarinos.
Ante este cruce de ofertas y desinteligencias, el almirante y el vicecomodoro se retiraron de las negociaciones en 1993. Antes, trasmitieron otro negocio millonario: una oferta de Taiwán de comprar la fábrica de tanques TAMSE y 500 tanques, operación que tampoco se concretó.