Corea del Sur resucita la hipótesis de su propio arsenal nuclear
La crisis desencadenada por la última prueba nuclear de Corea del Norte y el posterior lanzamiento de un satélite usando un cohete de largo alcance ha reforzado los llamamientos para que Corea del Sur se dote también de armas nucleares, en lo que podría constituir una grave escalada militar.
Hoy, el propio líder del grupo parlamentario de Saenuri, el partido gobernante, Won Yoo-Cheol se expresó en esos términos y dijo que Seúl "no puede pedir un paraguas cada vez que llueve. Tenemos que obtener nuestro propio impermeable".
Cheol se refería al denominado "paraguas nuclear" que se supone que mantiene EEUU frente a cualquier posible agresión de este tipo contra su aliado.
Otro significado político de la misma agrupación, el conocido empresario y ex presidente de Saenuri, Chung Mong-Joon, pidió el domingo que su país abandone "temporalmente" el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN), siguiendo los pasos de Pyongyang, que hizo lo mismo en 1993 antes de embarcarse en el decido proyecto de conseguir un significativo arsenal de armas atómicas.
"Decir que Corea del Sur se adhiere al TNPN sólo para mantener nuestra superioridad moral en un momento en el que la brecha entre las capacidades bélicas de las dos Coreas cada vez es mayor al tener Corea del Norte armas nucleares es un grito sin sentido, débil y que nos lleva al autoengaño", señaló Mong-Joon en su blog.
El heredero de la firma Hyundai ha sido una de las voces más activas en los últimos a favor del rearme nuclear de Seúl, que perdió la ventaja que tenía en este sentido cuando el ejército norteamericano retiró este tipo de armamento de su territorio en 1991 como paso previo al acuerdo que firmaron las dos Coreas en 1991 para mantener "Una Península sin armas nucleares".
El tabú de las armas nucleares
El proyecto de conseguir armas atómicas en Corea del Sur data de la época de la Guerra Fría y aunque el país firmó en 1975 el TNPN, Seúl realizó pruebas de enriquecimiento de uranio y extracción de plutonio como parte de un programa nuclear encubierto que abandonó por presiones de EEUU.
Durante décadas la mera hipótesis se convirtió en un tabú, pero se reactivó tras los sucesivos ensayos nucleares de Pyongyang y en especial a partir del tercero en 2013.
Varias encuestas realizadas en los últimos años confirmaron que cerca de dos tercios de la población apoyaban que Seúl consiguiera su propio arsenal atómico o pidiera el regreso del armamento nuclear norteamericano a sus confines.
Una tendencia que seguía presente en las últimas encuestas difundidas estos días por los medios locales. La del diario JoongAng, por ejemplo, indicada que el 67,7% de los consultados eran favorables a esa opción, un cifra que descendía hasta el 52,5% en el sondeo de Yonhap, pero siempre muy superior a los que pide que su país siga fiel al pacto de 1992.
La espiral ha derivado también en una escalada retórica donde sectores políticos vinculados al partido gobernante de Corea del Sur lo mismo piden que Seúl promueva un "cambio de régimen" -como hizo la legisladora Na Kyung-won-, que directamente abogan por el asesinato del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un.
"Tenemos que estar decididos a acabar con Kim Jong Un o a lo mejor será el Hitler del siglo XXI con armas nucleares", afirmó el diputado Ha Tae-kyung en una entrevista con una emisora local.
El intercambio de diatribas ha sido mutuo y desde el norte se lanzaron todo tipo de invectivas e insultos contra la presidenta Park, mientras que Kim Jong Un realizaba un nuevo llamamiento para enviar más satélites al espacio pese a la controversia que suscitó el último.
En un entorno de tensión creciente, tanto Seúl como Washington parecen decididos a mantener la presión psicológica sobre Pyongyang y han intensificado su gesticulación militar.
Tras desplegar una nueva batería de misiles Patriot en Corea del Sur, las fuerzas de ambos países protagonizaron este fin de semana unas maniobras navales para detectar posibles incursiones de sumergibles norcoreanos a las que EEUU envió al submarino nuclear USS North Carolina -capaz de transportar misiles de crucero Tomahawk-, semanas antes de que llegue a la zona el portaaviones John C. Stennis con toda su cohorte de buques escolta.
"Es un mensaje de advertencia y reafirma la determinación de EEUU para proteger Corea del Sur desplegando sus armas estratégicas", declaró un portavoz surcoreano citado por Yonhap.
Después de cerrar el complejo industrial de Kaesong que mantenían ambas naciones y tras las sanciones unilaterales aprobadas por la cámara legislativa de EEUU, Seúl se plantea ahora prohibir el acceso a sus puertos y aguas territoriales de cualquier navío que se dirigía hacia su vecino o haya recalado en esa nación, buscando reforzar el aislamiento de Pyongyang.
http://www.elmundo.es/internacional/2016/02/15/56c196c222601d760b8b4603.html