El gerente del estatal Invap opinó que la Argentina tiene condiciones para replicar esa experiencia
Héctor Otheguy, gerente general del estatal Invap, la empresa de desarrollos tecnológicos más exitosa del país, opinó hoy que la Argentina tiene condiciones para replicar esa experiencia en otros ámbitos, de diferente complejidad.
“Mi impresión es que se puede hacer una experiencia similar, con una tecnología adaptada a las necesidades y posibilidades del momento”, dijo el científico en una entrevista con Télam.
Otheguy se cuida de expresar certezas al respecto porque evalúa un interrogante clave: “¿alrededor de cuál grupo inicial se formaría el núcleo capaz de crecer y llegar a tener una masa crítica que le permita continuar por sí solo?”, inquiere. Sin embargo, la propia historia de la empresa que conduce lo induce al optimismo.
“Acá (en el Invap) no hay nada especial. Lo que hubo, como base, fueron todos los recursos de los que disponía la Comisión de Energía Atómica (CNEA). Estoy convencido de que, por ejemplo, en el INTA o en el INTI, hay material suficiente como para que eso surja”, afirmó.
Recordó que el grupo de investigadores que en la década del `70 del siglo pasado dio origen al Invap era liderado por Conrado Varotto, desde 1994 director ejecutivo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CNAE), y trabajaba en el Departamento de Metalurgia del Centro Atómico Bariloche.
“Varotto y varios integrantes del grupo venían de la metalurgia, una materia que, aunque no parecía tener una aplicación inmediata, estaba más conectada con un proceso económico y tenía mucho más los pies sobre la tierra”, rememoró Otheguy.
Varotto, que había nacido en Italia, se formó como físico en la Argentina e hizo estudios de posgrado en Estados Unidos, en la Universidad de Stanford, donde convivió con los orígenes del Sillicon Valley, el distrito californiano donde se concentraron las empresas del desarrollo informático de ese país.
“Varotto había vivido como algo muy positivo la asociación de una universidad de excelencia con la industria. Él vio que era posible aplicar métodos científicos de investigación básica para resolver problemas y crear métodos que se aplicasen a la industria.
De hecho, el grupo inicial se llamó de Física Aplicada, después Programa de Investigación Aplicada”, relató.
Otheguy se relacionó con ese grupo a partir de un contrato con una empresa de Comodoro Rivadavia que fabricaba 15.000 toneladas anuales de zinc y quería producir otras calidades.
“Era la primera vez en la historia del Centro Atómico, que un físico se internaba en una fábrica industrial. Había alrededor de doce ingenieros y, de repente, apareció un físico con un grupito de desarrollo. La experiencia fue bastante positiva”, balancea Otheguy.
Tan positiva que engendró el embrión del organismo que en los `80 convirtió a la Argentina en exportadora de tecnología nuclear.
“La CNEA contaba con un grupo dentro del Centro Atómico Bariloche y, en paralelo con esto, arrancaba Invap. Eso dio los elementos para demostrar en el exterior que había una capacidad termonuclear competitiva y nos permitió empezar con las exportaciones de tecnología nuclear a mitad de la década del `80: Argelia, Cuba; y en los ´90, Egipto, Australia...”, historió Otheguy.
El experto, uno de los protagonistas de esta historia, dijo que así “empezó todo ese camino de complejidad creciente y de abarcar cada vez lugares más lejanos”.
“Después se extendió a países en vías de desarrollo primero y, finalmente, a países industrializados, como es el caso de Australia o Estados Unidos, hacia donde estamos exportando ahora”, subrayó.
Otheguy rescató como dato esencial del comienzo de ese camino “el concepto de Varotto de hacer de esto una empresa”.
“Generar condiciones para lo que uno haga sea necesitado por alguien, es que ese alguien esté dispuesto a pagar. Entonces, si uno quiere venderle algo a alguien, sea un privado o una empresa nacional, y cualquiera de ellos está dispuesto a pagar, eso quiere decir que uno está desarrollando algo que les va a servir”, ilustró.
El científico también señaló “el concepto de dinámica de empresa, para proyectos con plazos muy exigentes, con dimensiones que se tienen que amoldar al tamaño del grupo humano que va a desarrollarlos”.
“El equipamiento también tiene que ser muy flexible, porque se necesita responder rápidamente y una estructura que no fuera empresaria sería lenta. Entonces, un poco por la intención de hacer algo útil, y otro poco por tener un esquema organizativo que permite responder velozmente y acondicionar los tamaños, es que se empezó a trabajar como empresa”, explicó.
El Invap se creó como Sociedad del Estado y logró el apoyo de la provincia de Río Negro, de su gobernador constitucional, el peronista Mario Franco, quien “entendió todas estas ideas de Varotto y las apoyó”. También lo hizo el presidente de la CNA de entonces, el contralmirante Pedro Iraola Goitía.
“Cuando llegó el golpe del ´76, el péndulo se fue para el lado privatista total: mercado, importaciones, etcétera. Entonces Varotto dijo: `en algún momento el péndulo va a volver para el lado contrario; nosotros tenemos que ir al revés y sostener un emprendimiento estatal”, comentó Otheguy.
El experto reveló que justo en ese momento se trabajaba en un tema estratégico. “Estábamos arrancando con desarrollar una tecnología para enriquecimiento del uranio. Ése fue el inicio de todo esto, que treinta y cinco o cuarenta años después nos encuentra con una empresa consolidada, y no sólo en el área nuclear”, resumió
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http://www.telam.com.ar/nota/6615/